Disfruta de los árboles en flor durante el camino de regreso – Capítulo 6 (1)

Traducido por Shiro

Editado por Ayanami


Chunan estaba ubicado al Sur del territorio nacional. Rodeado por altas montañas y vastas llanuras, con valles de piedra por todas partes. Las personas que venían a este lugar, aparte de suspirar de admiración debido a la magnificencia de las montañas y ríos de Dashao, podían tener sólo otro pensamiento: Inhóspito[1]. Había gente “salvaje” hasta donde alcanza la vista.

En el pasado, este lugar originalmente era una tierra independiente gobernada por una tribu, luego, fue conquistada por Dashao y se convirtió en un lugar para deshacerse de criminales, pero, haciendo que suene agradable al oído al decir que allí, los criminales, son reformados al ponerlos a trabajar en la tierra erial. De hecho, tenían permitido tanto rehanilitarse como perecer por sí mismos. Y a medida que el tiempo pasó, un pálido borde de cultivo rodeó la zona.

En ese momento, aunque la corte despachara algunos soldados y oficiales para estacionarlos y que gobernaran el lugar, para no permitir que ese lugar funcionara independientemente de la ley y de la moral natural[2], aun así, la gente testaruda e irreverente continuaba la inextricable tradición previa. El ochenta por ciento de los hombres eran rudos, imprudentes, feroces y autoritarios como un demonio. El noventa por ciento de las mujeres eran arteras, feroces y astutas como una víbora. Caminando por la calle se podían escuchar, en cualquier momento, frases repetitivas como «¡¡Eres carne muerta!!» «¡Tú, mujer malvada!», y rugidos furiosos similares. No había diferencia entre un hombre y una mujer cuando luchaban en la calle. Las gallinas volaban por todas partes y los perros saltaban por todos lados, sumándose a la ya extremadamente animada calle. Nadie podía ganar la ventaja y nadie podía aprovecharse de otro.

Oh, oh, oh… ¡Las garras de la mujer son demasiado violentas!

¡La velocidad de la mano del hombre para agarrar senos es demasiado vulgar!

Cada vez que Li Cong Qing veía esta clase de escenas, estaría lleno de alegría. Durante toda su vida había vivido bajo el código ético feudal de la capital, donde a los hombres se les enseñaba a ser refinados y corteses, y las mujeres debían ser reservadas, elegantes, virtuosas y nunca perder la compostura. Por eso era que, en relación a estos demonios dominantes y víboras astutas, sentía como si estuviera viviendo una nueva y refrescante experiencia.

Por supuesto, en la capital también había algunas chicas que no sabían de lo que se trataba la elegancia, virtuosidad y compostura; y sólo podían pensar en ser como estas mujeres diabólicas. La familia Li también crió a una. Li Cong Qing sonrió al pensar esto. A esa chica seguramente le gustaría este lugar.

Aunque había venido a este lugar a patrullar con el título de inspector imperial, y sólo con eso se le debió haber dado un serio, educado y cortés recibimiento; sin embargo, no sólo el príncipe miró directamente a Wei Xiao Miao, en realidad, nadie le dirigió una sola mirada. ¿Ni siquiera podían fingir suavizar los bigotes y acariciar la espalda del caballo[3]? No obstante, a Li Cong Qing no le importó en lo más mínimo. Ya que no había nadie que lo hiciera sentir como si caminara sobre hielo delgado al observarlo por todos lados. Esta situación lo hacía sentir incluso más feliz y cómodo.

Pensó que el emperador, realmente, no quería que llevara a cabo una inspección de este lugar. El que le fuera otorgada una responsabilidad tan grande e importante como lo era el revisar la condición de las personas, le hacía sentir que en el fondo no se esperaba que lo hiciera. Parecía que, aparte de llevar a Wei Xiao Miao a Chunan, era probable que fuera para que abandonara la capital temporalmente. Y actuar en nombre del emperador para patrullar era un muy buen pretexto para sacarlos de la capital.

Sin embargo, no había reflexionado mucho acerca de ello. El bote al encontrarse con un puente debía seguir adelante. Era sólo que era demasiado perezoso como para malgastar su energía al dejar que su imaginación volara.

Aunque ahora que lleva sobre su cabeza el sombrero de inspector imperial, era necesario hacer un espectáculo, demostrando que estaba cumpliendo con su deber. Li Cong Qing envió a las personas que vinieron con ellos para que se ocuparan de ciertos asuntos, mientras que él y Wei Xiao Miao deambularon en todas direcciones con dos guardaespaldas a caballo que insistieron en protegerlos.

No fue difícil de descubrir, esta impetuosa e impertinente tierra del sur con malezas espesas, bajo la renovación del príncipe, se transformó de un terreno erial en un campo llano, en sólo tres años se había convertido en un buen lugar para la agricultura. Además, tenía fuertes soldados y caballos robustos[4], lo cual, podría considerarse como que estaba desahogando su ira, en secreto, al hacer los preparativos para una guerra.

¿Era esta también una razón por la que el emperador quería que él y Wei Xiao Miao fueran inspeccionar?

Li Cong Qing sentía que incluso si Song Wei poseía una enorme ambición, no era una persona que pudiera perder el control debido a ella[5] al punto de codiciar la posición de emperador. ¿Podría tener intenciones ocultas? Si de verdad las tuviera, entonces, él ya tenía la idea general de para con quién. Sólo una persona ciega podría no darse cuenta de cómo el príncipe miraba a Wei Xiao Miao, era como un tigre mirando a su presa.

Para evitar que Wei Xiao Miao fuera devorado hasta el punto en que ni un hueso quedara de él, cuando Li Cong Qing estaba por salir, lo llevaba consigo.

Los primeros días, el príncipe los acompañaba a donde fuera como si fuera un caramelo pegajoso. Pero teniendo que gestionar un área tan grande, no podía abandonar su trabajo siempre, siguiéndolos todos los días como si fuera un escarabajo. No le quedaba otra opción salvo ver a Li Cong Qing llevarse a Wei Xiao Miao ante sus ojos, mientras apretaba los dientes con furia[6].

El día de hoy, los dos también deambularon. De vez en cuando, se detenían para hablar con los lugareños, escuchando su fuerte acento mientras les contaban toda clase de historias acerca del lugar; a veces, buscaban un sitio desde donde pudieran apreciar el hermoso paisaje y cantarle al viento y la luna[7]; y si se cansaban de caminar, convenientemente, tomaban un descanso en el puesto de té junto a la carretera bajo un pequeño cobertizo, satisfechos y contentos.

—Mira, Chunan es capaz de gestionarse por sí mismo. La gente aquí no conoce al Hijo del Cielo, sólo reconocen al rey de Chunan. Es casi un país independiente. —El tono de voz de Li Cong Qing era natural y despreocupado, pero las palabras que salieron de su boca hicieron que alguien se sintiera aprehensivo—. Xiao Miao, ¿qué piensas?

—Mi humilde persona no se atreve a hablar imprudentemente.

—Recuerdo que tu abuela materna es de Chunan.

—Sí.

—Así que, podría decirse que Chunan es tu tierra natal.

—Mi humilde persona, de hecho, vivió en Chunan durante la niñez por un tiempo.

—¿Tu familia sigue aqui? —Li Cong Qing preguntó para continuar su discurso.

—Ya no queda. Nadie aquí me recuerda. —Era difícil para Wei Xiao Miao ocultar la tristeza en sus ojos.

—Todavía encuentro extraño que el príncipe haya querido venir a esta clase de lugar. Xiao Miao, ¿tú, por casualidad, sabes el por qué?

—Mi humilde persona, con toda honestidad, no lo sabe.

Li Con Qing bebió de su té tranquilamente, para luego decir abruptamente palabras más impactantes.

—No lo puedo decir con seguridad, pero, quizás, el príncipe quería ofrecerte a Chunan como su regalo de compromiso.

—¡¿Señor Li?! —exclamó el otro sin poder evitar alzar su voz.

—Sólo hice una suposición descabellada, no me tomes en serio. Mira cómo te has puesto pálido. Si el príncipe te viera, pensaría que te estoy intimidando. Sería un milagro que dada la situación no me corte la cabeza para jugar a la pelota con ella —bromeó con picardía, y luego añadió: —Dentro de unos días, si no hay algún asunto especial, estoy pensando ir a Erhe a pasar un tiempo. ¿Qué hay de ti?

Wei Xaio Miao no contestó directamente, permaneciendo indeciso.

—Xiao Miao, eres una persona que merece un profundo respeto. No te menosprecies —le dijo Li Cong Qing con sinceridad.

—Siendo un sirviente, ¿cómo puedo no hacerlo? Especialmente, un eunuco como yo. Incluso si tengo la gloria, el esplendor, la riqueza y el rango[8] al punto de tener esta pesada responsabilidad, al final, soy una persona discapacitada e incompleta. —Wei Xiao Miao consiguió, con dificultad, permanecer calmado cuando expresó lo que sentía en su corazón. El refinado rostro sonrió con amargura, sus labios apretados en una línea.

Después de escucharlo decir estas cosas, Li Cong Qing no dijo más nada. Cuando un concepto superior o inferior se ha arraigado profundamente, una o dos meras palabras no podrían cambiarlo. Wei Xiao Miao había renunciado a todo, no sólo al órgano de su cuerpo, sino que, al mismo tiempo, su alma había sido erradicada a una esquina. Tanto el cuerpo como el alma estaban destrozados.

Abruptamente, comprendió la agitación del príncipe. A quien amaba era Wei Xiao Miao como «persona», no como «eunuco». Así pues, Wei Xiao Miao no se valoraba según los mismos estándares que otras personas usan para apreciarlo. Estableció su propio valor desde el principio hasta el final, hasta la médula, como un eunuco. Se sometió a su destino como un ser insignificante y humilde, sin atreverse a aceptar los sentimientos del príncipe. Resultando en que el otro sólo pudo recurrir a métodos de coerción, forzando sus propios sentimientos y anhelos de forma grosera e irrazonable, para luego obstinadamente ponerlos en sus manos.

El observador era ciertamente quien más claro veía.

Quizás, sería algo bueno para Wei Xiao Miao quedarse en Chunan. Sin duda alguna, Song Wei podía ofrecerle un mundo y un horizonte diferentes, ayudarlo a recuperar su propio valor y convertirse en una persona completa.

Hablando acerca de que «el observador es quien más claro ve», desde que dejó la capital, ha pasado los días rememorando toda clase de recuerdos de él y el emperador, incluso cada pequeño detalle. De pronto, se dio cuenta, de que él también fue un observador, particularmente al inicio, cuando su situación aún no era clara. Recordó el encuentro en el Festival de las Linternas de aquel año, en ese momento, su cabeza era un desastre, fue acosado y estaba confundido.

Quizás, debido a que las luces y los fuegos artificiales de ese día eran demasiado hermosos, hermosos al punto en que deslumbraban y aturdían los ojos.

Mientras más se separaban, podían ver con mayor claridad, y el anhelo se hacía más profundo. Escena por escena, como si recién hubiese sido ayer cuando ocurrió.

Ai, ai…de verdad lo extraño demasiado.

Extrañaba su cariño complaciente, extrañaba sus dulces besos, extrañaba sus gentiles caricias y suaves mimos, extrañaba su toque áspero y salvaje cuando estaban juntos…su cuerpo no pudo evitar calentarse un poco.

—Señor Li, su cara está ligeramente roja. ¿No se siente bien? —Wei Xiao Miao mostró su preocupación atentamente.

—No. Es sólo que hace un poco de calor. —Li Cong Qing desplegó el abanico y lo agitó para refrescarse.

Recordando el Festival de las Linternas de ese año, si no hubiese sido por el comentario vulgar de Li Cong Yin, ¿se habría interesado el emperador por su trasero…ahem, cuerpo? En aquel momento, nunca se imaginó que sería besado a la fuerza por un hombre. Después de eso, al día siguiente, fue desvestido por completo, y devorado a fondo desde los pies hasta la cabeza; quedando suave y limpio, sin el más mínimo residuo.

Ese hombre era, bajo esa apariencia que tenía de aguas calmadas y profundas, en realidad, una ola avasalladora. Las crecientes y violentas pasiones hicieron que le fuera imposible resistirse, hundiéndose irremediablemente en ellas.

Como hoy, extrañaba el quedar sumergido por completo, bien fuera su cuerpo, su corazón, o su alma.

Su corazón lo extrañaba, su cuerpo también lo anhelaba…

—Ciertamente, hace mucho calor. —El abanico en su mano se movía con mayor rapidez.

Wei Xiao Miao también tomó un abanico apresuradamente y comenzó a abanicarlo.

Atormentado por el mal de amores, el deseo era tanto violento como molesto. Incluso si el viento del abanico era como el de un tifón, seguía sin poder apagar el calor que surgía como llamas en su cuerpo.

Además, esta llama se ha mantenido encendida desde el Festival de las Linternas de ese año, insoportablemente caliente, quemándolo terriblemente. Hasta ahora, no se había extinguido una sola vez.

Shiro
Ay niu miuu... Cómo me derrite este romance.


[1] El idioma original es «colinas áridas y súbitamente traicioneras».

[2] Independientemente de la ley y moralidad natural, significa indisciplinado y fuera de control.

[3] Suavizar los bigotes y acariciar la espalda del caballo, significa usar la adulación para obtener lo que uno quiere.

[4] Fuertes soldados y caballos robustos, significa un ejército bien entrenado y poderoso.

[5] Originalmente dice: un cachorro de lobo con un corazón salvaje. Esto significa estar lleno de ambiciones desenfrenadas.

[6] El texto original dice «con un diente que pica/impaciente» apretando los dientes con furia.

[7] Cantar al viento y la luna: escribir versos sentimentales.

[8] Gloria, esplendor, riqueza y rango: alta posición y gran riqueza.

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