Disfruta de los árboles en flor durante el camino de regreso – Capítulo 6 (3)

Traducido por Shiro

Editado por Ayanami


A medida que las cosas continuaron así, ahora que entendía la sed en su corazón, no había necesidad de seguir sintiéndose desconcertado y molesto a causa de esta inquietud inusual. Era el hijo del cielo, en este mundo, era la persona con la posición más alta, no había nada que quisiera y no pudiera obtener.

Li Cong Qing, Li Cong Qing, espero ansioso el día en que me ofrezcas tu trasero.

Entretanto, Li Cong Qing, recorrió todo el camino de regreso a su casa confundido y distraído.

Li Cong Yin había llegado antes que él, y al ver que su hermano se encontraba más desconectado del mundo que antes de que se separaran, comenzó a examinarlo con más detenimiento. Su mirada lucía aturdida y sus mejillas estaban teñidas por un rubor poco natural. Aún más, sus apetecibles labios como pétalos tenían un color más brillante al de costumbre, como si hubiesen sido arrancados a la fuerza.

¿Eh, qué está pasando? 

Li Cong Ying comenzó a examinarlo mientras caminaba a su alrededor, observándolo de izquierda a derecha y de arriba a abajo, chasqueando la lengua durante todo el proceso. Como el empresario sin escrúpulos que era, evaluó la mercancía, estimando su valor total.

—¿Por qué me miras de ese modo? —Aún confundido, no pudo evitar sentirse culpable, temiendo ser descubierto.

—Siempre había pensado que los miembros más valiosos de nuestra familia eran Li Cong Xuan y Li Cong Tong. ¿Quién habría imaginado que con quien podría especular sería contigo? —dijo, chasqueando la lengua y acariciando su barba. Esta fue su conclusión final.

Li Cong Qing comenzó a procesar sus palabras con lentitud, y una vez que hubo comprendido, no pudo evitar enfadarse.

—¡Hermano mayor, una persona no puede ser deshonesta e hipócrita hasta estos extremos! —espetó con un tono elevado.

—Como hombre de negocios, mientras pueda ver ganancias, ¿qué me va a importar la sinceridad y los afines? Yo sólo le dije al emperador que vendía fruta, no la promocioné con énfasis. Además, si quiere o no quiere comprar, jamás sería tan irrespetuoso como para obligarlo. —El hombre guapo y de rostro radiante, sonreía de forma siniestra con satisfacción, acariciando la mejilla de su hermano, hizo un pequeño comentario vergonzoso para provocarlo: —Pórtate bien, escucha a tu hermano mayor, lava tu trasero y sírvelo apropiadamente.

¡Este hombre es un ministro que provocó una rebelión al explotar a la gente! ¡Cómo puede obligar a una persona honesta a prostituirse!

—¡¿Por qué no te lavas tú el trasero y se lo ofreces?!

—Me gustaría, pero lamentablemente, esa persona ya ha puesto sus ojos en los tuyos —Encogiéndose de hombros, profirió palabras sinceras y serios deseos, como si se sintiera tremendamente afectado—. Debo decir que una vez que esa persona ha posado sus ojos en alguien, aunque quieran esconderse, no podrán hacerlo. Mejor considera esto como la buena fortuna que te han otorgado los Cielos. La familia Li confiará en tu trasero para honrar a nuestros antepasados. Puedes sufrir en silencio esta gran responsabilidad que recae sobre tus hombros durante el largo camino que tienes por recorrer.

¡Cuánto aprecio la pesada responsabilidad de honrar los espíritus de nuestros antepasados!

Si los antepasados de la familia Li, quienes ahora yacen en sus tumbas, llegaran a saber que un descendiente indigno estaba vendiendo su trasero para ganar gloria, sería un misterio si no se revolcarán furibundos en sus ataúdes.

—¡No buscas más que ganancias! ¡No tienes conciencia! —Li Cong Qing, quien nunca perdía los estribos, estaba hecho una furia.

—¿Qué es la conciencia? ¿Puede comerse? Si la ofrecieras en una tienda, ¿cuánto te darían por ella? —Li Cong Yin se reía mientras se burlaba de él. Mucho tiempo atrás le había dado ya su conciencia a un perro para que se la comiera.

¡Qué molesto!

Li Cong Qing acercó su puño hacia la hábil y afilada boca de su hermano mayor. Entonces, furioso, giró sobre sus talones y se fue caminando hacia su propio patio.

¡Trasero! ¡Trasero! ¡Trasero! ¡Si alguien más se atreve a decirme esta palabra, no me haré responsable de mis acciones!

De vuelta en su habitación, resoplando de furia, se metió en su cama, tiró del edredón y cubrió toda su persona con él.

Sólo duerme, duérmete rápido. Cuando me despierte, toda esta locura habrá desaparecido.

De forma incesante, se mentalizó para creer en sus propias mentiras. Sin embargo, sus labios, su boca, su piel y hasta sus orejas, seguían sintiendo sus besos y el recuerdo permaneció. Su estado mental era un caos. No lograba discernir si esto era miedo, confusión, o el inicio de un amor impropio. Incapaz de bajar la temperatura de su cuerpo cada vez más caliente, se acurrucó. Antes, cuando había sido tomado como rehén por el asesino, no se había sentido tan confundido e impotente como ahora.

¿Cómo terminaron las cosas así? ¿Por qué el emperador me besó a la fuerza? Cielos, el grande y poderoso, sabio y brillante, Su Majestad el emperador me besó… Qué aterrador…

No obstante, su cuerpo había flaqueado, rindiéndose. En ningún momento se sintió asqueado o disgustado en lo más mínimo, por el contrario, se sintió embriagado con sus besos…

Mami…tengo miedo…  

⧫ ⧫ ⧫

La mañana siguiente, primera corte matutina después del Año Nuevo.

Durante el día no se discutirán asuntos genéricos ni grandes eventos. Como se acostumbra, un sin número de oficiales del gobierno tomarán turnos para dar un paso al frente y hacerle llegar buenos deseos, desearle el próspero inicio de la primavera y que los asuntos del estado sean estables y exitosos.

Originalmente, el emperador pensó que Li Cong Qing estaría tan asustado que solicitaría permiso para no asistir a la corte. Y, sin embargo, lo vio de pie en el extremo de la última fila. Recordando cuidadosamente, a pesar de que a esta persona le gustaba estar de ocioso y holgazanear, nunca se había ausentado; aunque era rara la vez que daba su opinión en el Salón. Ante esta situación inesperada, el emperador no pudo evitar sentir más respeto por él, apreciando su progreso.

Li Cong Qing tenía la cabeza más inclinada de lo usual, y sus hombros estaban encogidos, moría por adoptar una posición fetal, buscando pasar desapercibido por todos, especialmente por el emperador, quien se encontraba sentado en la silla de dragón más alta.

Contrario a sus expectativas, la persona de quien el emperador fue más consciente ese día, fue él. Obviamente, podía ver que no se estaba quedando dormido, y que estaba más sobrio que de costumbre. Recordando los besos que le sacudieron el alma la noche anterior, sintió que quería continuar. Deseaba devorar a esta persona por completo para así, finalmente, sentirse saciado.

—Le deseo a nuestro emperador de Dashao que tenga la vida más larga y saludable. Dashao será imperecedero, generación tras generación. —Li Cong Qing fue el último en hacerle llegar sus buenos deseos. Su cabeza estaba inclinada al máximo, y con rapidez volvió a su puesto una vez que hubo terminado.

Todos los oficiales en la Gran Sala, habiendo dado sus buenos deseos, ahora, esperaban por las palabras alentadoras del emperador, después de eso, la corte finalizaría.

—También espero que en el corazón de todos los ministros estén las personas, y le hagan llegar su buena voluntad a la tierra —dijo el emperador, tras lo que añadió sin prisas: —Recientemente, he pensado en otorgar la posición de Shang Jun. ¿Qué opinan los ministros?

Una vez que las palabras salieron de su boca, un alboroto se apoderó de la sala. Todos los presentes se miraban atónitos los unos a los otros en desesperación.

Li Cong Qing contuvo el aliento y se estremeció, su cuerpo se encogió aún más. En ese momento, lo que deseaba con todas sus fuerzas era cavar un agujero y esconderse dentro.

Hablando de Shang Jun, originalmente, este era un puesto oficial apropiado e igualmente alto como cualquier otro. Establecido por vez primera para asistir al emperador al momento de manejar cualquier clase de asunto, bien fuera importante o insignificante. Desde tomar una decisión estratégica para la nación o los gastos estipulados para la comida y la ropa. En otras palabras, Shang Jun era el secretario personal del emperador. Sólo escuchaba de cerca al emperador lidiar con los asuntos, sin participar en las discusiones de la corte.

La posición tenía un gran prestigio mas no tenía autoridad. Aun así, era la persona más cercana al emperador. Además, ser nombrado Shang Jun implicaba ser el subordinado de mayor confianza del emperador, por lo que no hablaría de no tener nada qué decir. Como resultado, era el encargado de mantener el equilibrio del poder, siendo la persona que más influencia tenía sobre la decisión y opinión del emperador.

Ha de mencionarse también, que el favoritismo del emperador era el factor principal al momento de escoger a alguien para este puesto, recayendo todo sobre su capricho. Después, hubo varios emperadores que designaron como Shang Jun a su amante del mismo sexo, para así poder estar juntos de forma abierta y honorable. Debido a esto, este puesto fue teñido por esta característica y, adicionalmente, la mayoría de los Shang Jun sucesivos fueron hombres hermosos, cosa que afianzó la característica antes mencionada. Por lo que, actualmente, resultaba bastante obvio que quienquiera que fuese designado como Shang Jun, debía ser «esa clase de persona» para el emperador.

Aunque, un hombre común y corriente que no era capaz de soportar la vergüenza de ser homosexual, no tendría deseo alguno de ocupar este puesto. Así, a medida que el tiempo fue pasando, esta posición pasó a ser una que podría ser ocupada o permanecer vacante, no todos los emperadores reinantes harían uso de ella, pero de llegar a hacerlo, en ocho o nueve casos de diez, la persona era «esa clase de persona» para el emperador.

A pesar de poder considerarse la única posición oficial de primer rango aparte del emperador, en realidad, era similar a la de las concubinas imperiales, la cual, vendría a ser la de una persona que compartía la misma almohada del emperador, la única diferencia yacía en que las concubinas imperiales eran mujeres que se habían casado con el emperador de forma legal y formal, mientras que el Shang Jun era un amante tácito. Exento de todas las tareas originales de un oficial, podría decirse que era el oficial ocioso por excelencia, por debajo sólo de una persona y por encima de todos los demás.

—Discúlpeme, Su Majestad, pero si está dentro de mis posibilidades preguntar, ¿a quién ha elegido? —inquirió con cautela y prudencia un oficial anciano.

En sus palabras iba implícita la pregunta: «¿De quién se ha enamorado tan profundamente?».

—Esa persona… —El emperador barrió la sala con su mirada.

¡Su Majestad, míreme! ¡Su Majestad, míreme!, pensaban todos los oficiales en su interior.

Sólo Li Cong Qing exclamaba para sus adentros: ¡No puedes verme! ¡No puedes verme!

El emperador sonrió enigmáticamente y no habló más del asunto, incluso una vez que la corte finalizó.

Li Cong Qing suspiró, pero su alivio fue transitorio, Wei Xiao Miao lo estaba llamando en el pasillo de la sala.

—Señor Li, Su Majestad lo espera, por favor, siga a este humilde servidor —le dijo en privado.

En ese momento, tuvo la premonición de que se avecinaba un gran desastre.

Si finjo que me desmayo, ¿podré escapar temporalmente de la calamidad? No seas tonto, lo mejor es fingir que muero, pero si lo hago, ¿me llevará alguien ante el emperador? No es la idea que una vez «muerto» me lleven ante el emperador para que me despojen de todas mis prendas y luego me dejen en la cama imperial. Es para que me pongan ropa de entierro y me metan en un ataúd…

De cualquier modo, era un hombre que no tenía donde esconderse, tal y como le dijo Li Cong Yin la noche anterior: «Una vez que esa persona ha posado sus ojos en alguien, aunque quieran esconderse, no podrán hacerlo».

La premonición que tenía, ahora, era más ominosa, casi podía sentir…su trasero entumecido a causa del dolor…


Shiro
¡Dios mío! Pero, ¿¿por qué todos quieren entregarle su crisantemo al emperador?? Noooo. Él solo quiere uno. ¡Hmph!

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