Disfruta de los árboles en flor durante el camino de regreso – Extra 1 (1)

Traducido por Shiro

Editado por Ayanami


La ausencia hace crecer el cariño.

Cuando Li Cong Qing despertó, el cielo estaba negro como la tinta, y Song Yu no se encontraba en el estudio imperial.

—Señor Li, ha despertado. —El eunuco Zhang se le acercó para atenderlo.

—¿En dónde está el emperador?

—El emperador ha ido al Salón de Paz y Seguridad a celebrar un banquete de despedida para el rey de Turpan. El emperador ordenó que espere por él en el Salón de las Nubes Púrpuras.

Li Cong Qing frunció el seño.

—No quiero ir al Salón de las Nubes Púrpuras.

El Salón de la Nubes Púrpuras eran los aposentos personales del emperador, y Li Cong Qing nunca había puesto pie en ellos antes. En oportunidades previas, siempre habían disfrutado en secreto de su tiempo juntos en el Palacio de Verano. El emperador había querido convocarlo a sus aposentos personales en el pasado, pero él siempre había insistido en no ir.

—No quiero dormir en donde te has acostado con otras mujeres antes. —Li Cong Qing no había moderado sus palabras. Esgrimir palabras superficiales y civilizadas nunca ha sido su especialidad, y ocupar el rol de la esposa insignificante que transige no ha sido su intención en ningún momento. Ni se diga de hacer berrinches y escenas sin razón alguna.

Qué agotador, no haría algo como eso ni porque alguien me cargara justo después de haber comido.

Su disposición natural era relajada y no le gustaba competir con las personas, pero sería mentir el decir que no se sentía celoso en absoluto. Podía admitir que no era magnánimo, pero darle rienda a sus celos y pelear con sus rivales no era algo que iba a hacer. Él comprendía que el emperador tenía las dificultades que conlleva su posición; la participación del patio trasero en la política de la corte y el linaje real no podían pasarse por alto fácilmente, por lo que nunca le había exigido al emperador que solo se dedicara a él, pero tampoco quería pasar a formar parte de su harén.

—Este servidor le pide al señor Li que no le haga las cosas difíciles —le dijo el eunuco Zhang, y continuó: —desde hace muchos años el emperador nunca volvió a convocar a ninguna de las concubinas imperiales para que se quedaran en el Salón de las Nubes Púrpuras, ahora solo está usted.

La relación de ambos podría considerarse confirmada públicamente, por lo que ya no había necesidad de esconderse y ocultarse, evitando los ojos y oídos de los demás. El emperador no había convocado a las concubinas imperiales para que se quedasen en su residencia desde hacía mucho tiempo. Li Cong Qing ya no tenía razones para rechazar su oferta, reacio, permitió que el eunuco Zhang lo llevara al Salón de las Nubes Púrpuras.

Una abundante cena lo esperaba desplegada en el salón, y después de comer y beber hasta saciarse, se lavó muy bien en la sala de baño reservada para uso exclusivo del emperador. Una vez que hubo barrido con el cansancio de su apresurado viaje, toda su persona estaba revitalizada y alerta

El emperador no había regresado aún, y en su aburrimiento sin fin, un joven eunuco que lo estaba atendiendo, le ofreció sus servicios como Mao Sui[1] lo haría :

—Señor Li, este servidor puede cantar algunas canciones populares para aligerar su aburrimiento. Antes, el emperador ha elogiado a este servidor por su canto.

—Oh, canta algunas entonces. —El interés de Li Cong Qing fue capturado, preguntándose cuándo a Song Yu habían comenzado a gustarle estas canciones populares—. Canta las que cantaste para el emperador.

—Sí, señor, por favor, escuche. —El joven eunuco aclaró su garganta de forma dramática, arqueó su garganta y comenzó a cantar:

»El monarca y el ministro asistente, tal como las lunas menguante y creciente, buscan diversión y placer.

»El monarca y el ministro asistente llegan juntos, retirándose felizmente todas las noches.

»El monarca y el ministro asistente, jóvenes de corazón, traen sonrisas a los demás.

»Las diez hermanas refinadas preocupan a mi amado ministro asistente;

»pero entre innumerables afectos, todavía estoy dispuesto a cantar canciones acerca de peonías contigo hasta que envejezcas.

Shiro
Creí que las canciones y poemas habían terminado ya. (ToT)

Un sorbo de té salió disparado de su boca, rociando el rostro del joven eunuco.

—Señor, ¿considera que este servidor no canta bien? —Estaba a punto de echarse a llorar.

—No, estuvo bien, estuvo bien —le dijo Li Cong Qing, sonriendo con ironía—. ¿Te sabes otras? Canta algunas más.

El joven eunuco se alegró, limpió con rapidez su rostro con sus mangas y levantó su cabeza felizmente para cantar de nuevo, cantando una canción tras otra con todas sus fuerzas.

Interesante, ¡esto es demasiado interesante!

Escuchando y escuchando, Li Cong Qing terminó doblándose de la risa, con una alegría sin par, mientras se mecía hacia atrás y adelante, casi cayéndose.

¡Oh, cielos, los compositores de estas canciones populares tienen una imaginación muy salvaje!

Apenas entró al Salón de las Nubes Púrpuras Song Yu pudo escuchar los cantos y la risa de Li Cong Qing desde la lejanía. Sin necesitar pensar mucho para entender por qué reía. Sonriendo, evitó que la doncella del palacio anunciara su llegada y se dirigió directamente a sus aposentos personales.

Li Cong Qing estaba sentado dándole la espalda a la entrada y no vio llegar al emperador. El joven eunuco de pronto paró de cantar, arrodillándose, de manera apresurada, a modo de saludo.

—Es raro escucharte reír con tanta libertad.

—Regresaste —Li Cong Qing giró su cabeza y dijo, con una sonrisa, sus ojos y cejas curvándose, era la viva imagen de lo adorable—. ¿Son dulces los melones de miel de Turpan?

—No tanto como tú. —Song Yu se le acercó, tomándolo en sus brazos, mientras besaba sus mejillas y labios e inclinaba la cabeza, frotando su nariz contra el cuello del otro—. Hueles bien.

Li Cong Qing se sonrojó, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había sido afectuoso con su amante, y su cuerpo no pudo evitar comenzar a calentarse en anticipación.

La lujuria surge de la calidez y la saciedad, se burló de sí mismo sin poder evitarlo en su interior.

El personal del palacio, con tacto, se retiró, cerrando las puertas y dejándolos solos.

—Cong Qing, te extrañé.

—Yo también-

Antes de que terminara de hablar, un par de labios se posaron sobre los suyos de manera instantánea. Era un beso apasionado, las puntas de sus lenguas entrelazándose y persiguiéndose. Como la lluvia tras una larga sequía, tanto sus latidos como sus respiraciones se tornaron erráticas y apresuradas.

Song Yu no podía esperar más. Abrió la sencilla y holgada túnica que llevaba puesta Li Cong Qing en búsqueda de su jardín trasero.

En el banquete de despedida, por poco y no conseguía quedarse tranquilo, quería regresar, y extinguir su fuego antes de hablar de cualquier otra cosa.

—Oh… no… no te apresures tanto… —Li Cong Qing tomó su mano. Quizás por no haber experimentado placer alguno en mucho tiempo, sintió una pizca de vergüenza de pronto, como si esta fuera su primera vez.

—No puedo esperar más. —Song Yu lo desvistió mientras tiraba de él en dirección a la cama imperial y, dando dos pasos en lugar de tres, presionó al hombre desnudo, ambas manos tocándolo y acariciándolo con impaciencia, casi como un pervertido.

—Cong Qing… Cong Qing, sin ti, un día era como un año.

Cuando alcanzó la cama, Song Yu, quien por lo general era severo y rígido, cambió por completo, dándole rienda suelta al deseo que había reprimido en su corazón. Algunos dicen que mientras más seria luce una persona, más salvaje es en su interior; él, probablemente, era esta clase de persona, la cual podía ser descrita como: «Fría por fuera, caliente por dentro».

Li Cong Qing, de manera similar, se había contenido por mucho tiempo. Su lujuria, una vez que fue provocada, no podía ser detenida; su rostro estaba enrojecido, embriagado, y sus ojos estaban borrosos a causa de las lágrimas. Entonces, con obediencia, dejó que Song Yu abriera sus piernas, revelando los pétalos palpitantes de su crisantemo.

La prisa era la prisa, pero él no quería lastimarlo; por lo que, suprimiendo su casi doloroso deseo, sacó la crema lubricante del compartimiento oculto en el poste de la cama. Tras lo que, usando sus dedos para sacar una cantidad cuantiosa, invadió el agujero de la flor, el cual no había sido complacido en mucho tiempo, untando la crema y expandiendo la abertura.

—Oh… —La persona debajo de él dejó escapar un gemido angustiado, su cintura se estremecía y contraía cada vez que el dedo entraba y salía.

Song Yu sintió a su dedo ser succionado al estrecho y cálido interior; mientras que al miembro entre sus piernas poco le faltaba para estallar de lo hinchado que estaba. Pedirle que aguantara más sería inhumano, por lo que, sacó su dedo, separó las piernas de Li Cong Qing aún más y levantó el dobladillo de su túnica, sacando la rígida y erguida vara yang, colocándola en el crisantemo resbaladizo.

—Voy a entrar, aguanta un poco —dijo con una voz ronca.

—Sí… —Mordiendo su labio inferior, Li Cong Qing cerró sus ojos, adoptando una postura relajada y dócil, permitiéndole así, al emperador, que lo hiciera suyo; el fuego en su interior hacía que anhelara que lo penetrara con rapidez.

Song Yu empujó, y fue avanzando centímetro a centímetro, y cuando ya iba a la mitad, arqueó su espalda de pronto, hundiéndose hasta la empuñadura.

—¡Ah! —Li Cong Qing abrió sus ojos en sintonía con su grito, su cuerpo se volvió tenso y rígido. Entonces sus ojos se nublaron, sus lágrimas casi se derramaron.

—¿Es muy doloroso? —Song Yu se inclinó sobre su cuerpo, dándole besos suaves para apaciguarlo.

—Claro que es doloroso. —Fulminándolo con la mirada, espetó Li Cong Qing furioso: —¿Por qué no me dejas penetrarte así sea solo por una vez? Así sabrás si es doloroso o no.

Song Yu rio por lo bajo.

—Claro, te permitiré penetrarme la próxima vez.

—¡¿Eh?! —Lo miró, atónito.

No esperaba que el supremo y magnánimo emperador estuviese dispuesto a que lo penetrara. 

Con esta distracción inesperada, su rígido cuerpo se relajó de manera inconsciente.

—¿De verdad? ¿Lo prometes?

—Por supuesto. —La cintura de Song Yu se comenzó a mover con lentitud—. Pero déjame encargarme de esta ronda.

—Duele… más suave… Ugh… —Entornando sus ojos, agarró los hombros de la persona sobre él.

Song Yu besó sus labios, entrando y saliendo un par de veces; amasando su flor para que se relajara y suavizara aún más. Entonces, repentinamente, incrementó su fuerza, agilizando sus embestidas.

—Eh… Ah… —Dulces, aunque dolorosos gemidos fluyeron.

Song Yu no quería prolongarlo, quería acabar, por lo que comenzó a entrar y salir más rápido y con más fuerza.

Para cuando Li Cong Qing sintió que el placer sobrepasaba su dolor, Song Yu había alcanzado su clímax, liberando su semilla real, la cual había permanecido resguardada durante mucho tiempo en lo profundo de su cuerpo, sin restricciones. Con la semilla del linaje real llenándolo, la sensación de haber poseído a Li Cong Qing hizo que el otro se sintiera satisfecho en demasía, como si su esperma real se hubiese diluido también en su sangre.

Aunque había eyaculado, Song Yu no abandonó su cuerpo; en lugar de eso, se apoyó sobre sus brazos para mirarlo, admirando la ardiente, aunque confusa, expresión de lujuria.


[1] Mao Sui fue un hombre talentoso destacado tanto en méritos académicos como en entrenamiento militar, y su historia dio origen a un modismo en China: «Máo Suì zì jiàn», el cual significa ofrecerse como voluntario para una tarea o recomendarse a uno mismo.

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