El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 20: Con Marius en el dormitorio (1)

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


¡Atarlo! ¡Tengo que atarlo antes de que me atrape!

En esta situación, es mejor actuar con mano dura, así que me senté en la cama, cruzando los brazos

—Entiendo, te mostraré mi desnudez por haberme ayudado hoy, pero primero debes estar desnudo o no sería justo.

Tenía que ser tan arrogante como sea posible, igual que él.

—¿Yo…? Me pregunto por qué quieres… Julia no está interesada en mí o ¿es que realmente te gusto?

— ¡He decidido odiarte! No soy tu esclava a la que puedes pedirle que se desnude cuando quieras. Si deseas que me desnude entonces, deberías quitarte la ropa tu también y ahora mismo.

El agua de lluvia caía sobre su rostro desde su cabello mojado y resbaladizo, la expresión en su rostro representaba dolor. Por un momento estaba allí, esa expresión tan intensa es demasiado para mi. Estoy a salvo en la cama, de lo contrario, si hubiera estado de pie, sin duda habría colapsado a causa de los debil que están mis rodillas.

Palmeé mi pecho para calmarme mientras observaba los movimientos vacilantes de Marius. Afuera, la lluvia caía contra la ventana con un golpe duro y firme. El cuarto estaba oscuro aunque todavía es temprano en la tarde. Aun sigue lloviendo fuertemente afuera por lo que se me hace difícil distinguir si son los latidos de mi corazón o golpeteo del aguacero contra las ventanas.

Marius levantó sus manos hacia los botones de su camisa a regañadientes. ¿Está siendo tímido? Miró hacia abajo mientras desabotonaba su camisa uno por uno. Parecía que le resultaba difícil porque estaba mojado por la lluvia. Sus mejillas estaban teñidas de un color bermellón; ¿Es debido a la excitación sexual o por vergüenza? Cuando sus dedos soltaron los botones, la piel de Marius quedó expuesta; su manzana de Adán, su clavícula; en cuanto lo vi pude recordar su dureza, luego vinieron sus músculos pectorales bien desarrollados. Sus abdominales se movían hacia arriba y hacia abajo rápidamente junto con su respiración intensificada.

Un pequeño gemido escapó de sus bien formados labios a causa de la vergüenza. Por mi parte, todo mi cuerpo se reanimó viendo a un guapo duque quitarse lentamente la ropa, tal y como le he ordenado mientras soporta la humillación.

Oh Dios qué visión tan lasciva. Así es como se ve el cuerpo de los hombres guapos. ¡Quiero perturbar aún más su expresión!

Cuando Marius terminó con los botones, estaba a punto de quitarse la camisa mojada pero grité inesperadamente,

— ¡Espere! Deje su camisa como esta, quítese los pantalones y la ropa interior. Parece que esa parte tuya se está tensando contra sus pantalones, me duele con solo mirar.

Para ser perfectamente honesto, no estaba siendo altruista. La hermosa camisa mojada que se aferraba a su piel tenía un impacto considerable. Esto fue más llamativo visualmente que estar completamente desnudo.

Marius fue obediente a mis órdenes. Su actitud intimidante parece haberse ido y ahora obedecía mis órdenes como un perro bien entrenado. El latido de mi corazón se elevó bruscamente cuando se sonrojó e hizo lo que le pedí.

¡Increíble! ¡Tan increíble! Qué hermosa piel; No hay exceso de músculo o grasa. Todo está bien entrenado y es tan fascinante.

Mientras estaba inmerso en el atractivo sexual de Marius, él se quitó los zapatos y se quitó el cinturón. Lo siguiente fue el botón del pantalón. Desde que estaba tan apretado el segundo botón, parecía haberse atascado en el agujero del botón. Intentó deshacerlo, pero debido a sus manos mojadas no pudo agarrar el botón de metal. Impaciente, decidí hacerlo por él.

—Qué persona tan inútil, lo quitaré —le dije.

Me senté en la cama frente a Marius. Su botón del pantalón estaba ahora bajo mi pecho. Mi mano fría y húmeda tocó su piel cuando intenté deshacer sus botones y pude ver sus músculos tensos. Que lindo…

Logre deshacer el botón superior. Lentamente, desabotoné el pantalón. Mientras lo hacia mis dedos rozaron mis dedos rozaron levemente el centro de su excitación y él sacudió sus caderas buscando algo.

— ¡Nn… Julia…!

Me di cuenta de que Marius había llamado mi nombre apasionadamente, y me agarró los dos hombros con fuerza. Seguí su línea de visión y note que podía ver mis pechos; mis pezones estaban repentinamente erectos al ser mirados con tal vehemencia, además la aureola se transparentaban a través del vestido mojado.

—Ah… —, exclamé mientras Marius trataba de quitarme el vestido mojado aproximadamente.

— ¡No! Debes estar desnudo primero.

—Pero Julia, debemos estar en igualdad de condiciones. Me quité la camisa ahora es tu turno. Tus pezones están erectos puedo verlos a través de la tela. ¿Estás emocionada de verme desnudo, Julia?

— ¡No… no digas esas cosas!

Pero es verdad; Estaba emocionado de verlo desnudo. Es vergonzoso pero cierto. Para ser honesta, tenía la necesidad de quitarle los pantalones y la ropa interior al mismo tiempo, solo para ver cómo se ve completamente desnudo. Sentí temor de mí misma, por lo difícil que me resulta controlar este deseo. Me estremecí ante el poder de la belleza de un hombre guapo mojado; Es un arma mortal.

Así que propuse un trato.

—Esta bien, puedes quitarme el vestido, pero tienes que hacerlo a mis espaldas.

Si hiciéramos esto, él no podría notar mi aspecto avergonzado, y no me volvería loca y arrastraría los pantalones de Marius. En cambio, pensé en cómo debería atar a Marius. ¿Qué tipo de nudo debo usar? No sé cómo hacer el caparazón de tortuga, pero puedo atar los antebrazos a su espalda… Sonreí ante mis delirios y le di la espalda a Marius. Para darle fácil acceso, me saqué el pelo del cuello y lo puse sobre mi hombro; Había un hombre guapo y fuerte detrás de mí, el cálido aliento hace cosquillas en mi cuello.

Puso sus brazos alrededor de mí y abrió la parte superior de mi vestido. Mis pechos se sentían más llenos, estoy temblando quizás a causa del frío o por la excitación del momento. No pude ver la expresión de Marius, pero pude oír que su respiración se aceleraba, de alguna manera comencé a emocionarme. Me concentré en las manos grandes que se movían rozando la parte inferior de mi pecho, así que ni siquiera noté el repentino calor en mi trasero. Finalmente parecía que entendía cómo funcionaba el vestido. Después de buscar a tientas, encontró la cinta alrededor de mi cintura y trató de desenredarla. Por alguna razón, nuestros cuerpos se acercaron, y Marius encajó perfectamente detrás de mí. Estaba tan cerca que podía sentir la forma de sus músculos abdominales a mi espalda.

Con el calor del cuerpo de Marius rodeándome la espalda y sus brazos moviéndose alrededor de mi espalda, había una agradable sensación, en la parte inferior de mi vientre, gemí inesperadamente.

—Ah…

Parece que Marius no pudo deshacer el nudo, siguió haciéndolo de manera incorrecta. Sus brazos musculosos a veces rozaban mis senos sensibles aumentando la sensualidad.

Suspiré. No sé qué fue lo que cambió en la mente de Marius, pero dejó de intentar desatar la cinta y en su lugar ahuecó mis pechos con sus grandes manos. Me acerqué y esperé a que él los masajeara rápidamente, pero Marius sostuvo mis pechos suavemente en sus manos y no se movió.

Solo hubo silencio entre nosotros. El sonido de la lluvia aumentó su ferocidad sobre el vidrio, era el único sonido en la habitación. No sé cuánto tiempo pasó antes de que el dedo índice de Marius se moviera un poco y tocara mi pezón, que en última instancia se había vuelto sensible por la espera. Incluso con solo ese simple toque, el placer que me atravesó intenso y enérgico.

—Fu ah…

Escuchando mi gemido de placer, la mano de Marius comenzó a moverse lentamente y acarició mis pechos. Era terriblemente lento, pero era mucho más sensual que acariciarme con fuerza. Me sumergí en un sentimiento de euforia como si estuviera volando en el cielo.

—Julia…

Respondí con un gemido de placer.

Mi cuerpo se calentó, no podía decir si era yo o Marius. Fortaleció el poder de su dominio. Sosteniéndome contra su cuerpo con fuerza, profundamente, como si estuviera tratando de atarme a su pecho. De repente ya no pude controlarme, gire el rostro y puse mis brazos alrededor de su cuello. Nuestros dos labios estaban lo suficientemente cerca como para tocarse, por un segundo nos buscamos desesperadamente, pero después de un pequeño toque nos separamos.

Un ligero toque, un roce de nuestras lenguas para probar para luego enredarnos de esta manera. Me pellizcó los pezones entre los dedos índice y medio, los retorció y tiró. Comenzó a frotar su caliente miembro firme en mi trasero violentamente. Fortaleció su poder presionando aún más, pronto nos inclinamos hacia adelante. Por un momento pensé que me sujetaria con fuerza el pecho, me libero y la tensión de mi cuerpo se liberó.

Me pregunto por qué.

Escapé de los brazos ahora debilitados y me volví a mirarlo. Su cabello negro estaba desordenado, sus mejillas estaban enrojecidas y su respiración era áspera. Me estaba mirando con ojos ardientes. Su camisa estaba destrozada y revoloteaba mientras jadeaba. Debido a que su pantalón estaba abierto, sus calzoncillos eran visibles, y estaba convencido de que podía ver la parte esencial mojada con algo que no era lluvia.

—¡Te has estado viniendo solo, chico malo! Tus pantalones se ensuciarán. Vamos a quitarlos rápidamente para que pueda echar un vistazo.

—Julia… —Marius pronunció mi nombre en ese pequeño pero sensual tenor bajo.

3 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 20: Con Marius en el dormitorio (1)”

    1. ahora es Marius, es una identidad falsa para poder salir a la calle, sin ser reconocido, recuerda que es un oficial encubierto.
      En un principio ella conoce a Marius y por eso Julia lo reconoce como Henry

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