El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 33: Julia en acción

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Poco después de escuchar mi nombre, pude ver una cabeza de pelo rubio brillante. El duque entró en la habitación con una expresión ansiosa en su rostro. Él me tomó en sus brazos y me vi rodeada por su olor familiar. Quería cerrar los ojos y disfrutar de la sensación, pero recordé la situación en la que estamos.

—Henry, tenemos que irnos. Esta habitación está llena de gas para dormir, te desmayaras si inhalas demasiado.

Henry miró a su alrededor y descubrió lo que había sucedido al ver al gran hombre tendido en el suelo. Me levantó en sus brazos, contuvo el aliento mientras me sacaba. Un hombre que llevaba un abrigo similar al de Henry estaba esperando con una espada en la mano, pude oír el ruido de espadas chocando en el piso de arriba.

— ¡Bájame, Henry! ¿James está a salvo?— Me aparté de Henry y bajé tratando de subir las escaleras.

— Espera, Julia. Mis hombres están asegurando el segundo piso.

— ¡Pero!

Tenía que obedecer, su palabra en esta situación es la ley. Me sentí incómoda al no ver a James a salvo. No pude alejar de mi mente, la expresión triste y solitaria que tenía cuando me escape por la ventana. Me mordí el labio inferior con ansiedad.

—Julia, deberías ir con Percy a la mansión del conde. Haremos nuestro trabajo y no podemos tener mujeres en el camino.

Lo fulminé con la mirada mientras él me miraba. Estaba enojada.

— ¡No! Me quedaré aquí y confirmaré que James está a salvo. Dejé a James solo y huí. No volveré a la mansión sin saber que está bien. ¡Haría lo mismo si fueras tú!

Henry no me miró, sino que por encima de mi cabeza apareció el hombre llamado Percy. Parecía que su ira había alcanzado su punto máximo.

—Señorita Julia, por favor cálmese. Soy Percy entiendo tus sentimientos, pero este lugar es peligroso para un no combatiente. Estando aquí es una amenaza para la seguridad del príncipe. Por favor, déjame llevarte de vuelta a la mansión del conde.

— ¿Entonces crees que estoy amenazando la seguridad de James? —, Dije con arrogancia, cruzando los brazos sobre mi pecho —. Si soy tan débil, ¿cómo saqué a dos de los secuestradores Grusk? ¿Pero te preocupamos tanto que viniste con tan poca gente?

Los ojos castaños de Percy parecían agitados. No había esperado que una delicada y noble dama lo refutara.

Aún le faltaban diez años para que pudiera ganarme en una pelea de palabras. Sonreí triunfante.

El segundo piso se quedó en silencio, Gordon y otros dos hombres bajaron las escaleras.

—El sótano está asegurado, comandante, pero no hay señales del Príncipe —, informó Gordon.

Tenía una herida en la cabeza que sangraba profusamente.

Justo en ese momento, otros dos hombres estaban de vuelta rastreando el registro del resto de la planta baja.

—Gracias, hemos encontrado al príncipe, pero…

Se volvieron a donde venían y dos príncipes estaban en el pasillo. Edward estaba detrás de James con una espada en el cuello de James. Cuando James me vio, hizo una expresión de dolor,

— Julia, ¿por qué estás aquí? —, gritó.

—James, estoy bien.

No estoy para nada bien, pero en este tipo de situación lo mejor es que crea que sí lo estoy. El ambiente está cada vez más tenso, hay siete espías, entre ellos Su Gracia incluido.

—Ustedes son los perros de los Bosch —, dijo Edward con arrogancia — Me pregunto si el duque de Magnaria manda a estos perros guardianes a observar a mi hermano, pasaste todos este tiempo, engañando a tu amigo durante más de veinte años, solo para mejorar tu carrera. Realmente pertenece a la élite, duque. Mis mas sinceros respetos.

—Henry, no sabía que eras un espía. ¿Me usaste después de todo? Pensé que de verdad eras mi amigo —James dijo herido.

Pero Henry respondió, permaneció con un rostro y tono inexpresivo.

—No escuchen a este traidor. Hay evidencia de que había estado conspirando con el reino de Grusk. Lo llevaremos y lo deportaremos a Basseterre, donde será juzgado.

Edward respondió de inmediato.

—Ustedes, son simples hombres de Bosch. ¿Crees que podrás arrestar a un Príncipe de Basseterre, una nación amiga y no tener repercusiones? ¡Soy de sangre real! ¡James es mi hermano! He venido a llevarlo conmigo a Basseterre. Este es un asunto de la familia real; aunque quieran no pueden estorbar.

En su agitación, acercó la hoja al cuello de James, dibujando una delgada línea de sangre.

Henry ignoró a Edward y le dijo a James con dureza.

—James, tienes que controlarte, puedes quitarle la espada.

—Me enviaron a Bosch como rehén a la edad de siete años. Nadie se preocupo por mí. Nadie era un verdadero amigo. Pero fuiste el único que me apoyo en todo momento, pero… todo este tiempo eras un espía colocado para vigilarme. ¡Creía en ti, Henry! —James dijo llorando.

Estos hombres son dos estúpidos. Salí de detrás del duque y me paré entre él y James.

—¡Basta! — dije sin pensar —Henry, no te estás explicando adecuadamente. James, deja de revolcarte en la autocompasión. Pensé que eras más genial que esto. Creo que Henry se convirtió en un espía para protegerte, no para espiarte. ¿No es cierto, Henry? Pero nunca le has dicho eso a James. Debido a esto, James te ha estado confundiendo todos este tiempo. Ambos, por favor reflexionen.

Traté de inyectar algo de lógica en la situación.

—¡Oye! ¡No te acerques más! ¡Cómo podría ser esa la razón! No quiero hacerte daño, pero si no me dejas otra opción, lo haré. ¡¿Quieres morir?!

—¡No, no quiero morir! Pero, ¿cómo me apuñalarás por detrás de James? Si te quedas así, no podrías atacarme. Estoy segura de que podré evadir tu espada.

Me moví a la izquierda de Edward, donde le sería imposible hacerle daño a James en cuanto intentara apuñalarme, él no podía creer que una mujer sin importancia como yo, hablaría con a un príncipe como él. Su rostro pálido estaba rojo de ira.

—¡Mujer! ¿Con quién crees que estás hablando?

Edward se enojó y empujó a James, mientras levantaba su espada hacia mí. Pude verlo venir. Cuando la ira alcanza su punto máximo, los humanos no pueden juzgar con calma y se moverán precipitadamente. Predije que Edward no alejaría a James sino que giraría, en ese caso, sería fácil de evadir.

Justo cuando estaba a punto de evadir, fui alejada de un tirón. Me caí de espaldas mirando hacia el techo. Hubo un grito y la cara de Henry apareció, parecía que estaba a punto de llorar. Me volví hacia el lugar de donde provenía la voz y vi a Edward gritando de dolor con una daga en su hombro derecho. Henry me había tirado hacia atrás y le había lanzado una daga a Edward. Estaba recostada en los brazos de Henry y él me agarró el hombro con dolor mientras miraba a Edward.

—Príncipe Edward, me vi obligado a reaccionar porque te moviste para lastimar a una dama noble de nuestro Reino. Este es un caso legal donde es posible usar la fuerza como un caballero del Reino de Bosch. Escribiré un informe detallado sobre esto.

—Henry… —James llamó mientras se levantaba, ignorando a Edward — ¿Es tal como dijo Julia? ¿Realmente te convertiste en un espía para protegerme?

 Henry apartó su vista de la mirada llena de esperanza de James cuando dijo:

—No podría soportar que los demás te traten de la misma manera que durante ese accidente. Así que pensé que si me convertía en oficial de inteligencia, podría evitar que algo como eso volviera a suceder.

Pude ver un leve sonrojo en el rostro impasible de Henry. ¿De verdad son mayores que yo? ¿Por qué son tan torpes?

—¿Se parece esta a la cara de un hombre que podría usarte?

James se echó a reír.

—Es verdad, Julia, tienes razón. Parece que todo este tiempo he entendido mal a Henry.

Eso fue bueno, me alegro de que hayan podido resolver el malentendido. Di un suspiro de alivio. Era bastante vergonzoso ver la cara tímida del duque. Solté una pequeña risa.

— ¿Qué es tan gracioso, Julia? —dijo con su habitual voz digna.

—Nada —contesté, viendo a Henry a su habitual actitud inexpresiva otra vez.

Percy se acercó al duque y saludó.

—Su gracia.

—Percy, lleva al príncipe Edward y al príncipe James de regreso al castillo real para recibir tratamiento. Mark, Michael y Keith se quedense aquí e investiguen la casa. Matt y David están con el carro de la policía, pueden llevar al Grusk sobreviviente a la celda de detención. Los interrogaremos mañana. Me ocuparé de las lesiones de Julia y la enviaré de vuelta a la mansión del conde. Enviaremos un informe detallado al palacio más tarde, pero Percy, puedes hacer algo inicial.

—Espera un momento —protestó James —, también estoy preocupado por Julia. Ella estuvo atrapada en esto por mi culpa. Se cortó con el vidrio tratando de escapar, ella probablemente tiene fragmentos en las heridas. Tenemos que tratarla rápidamente.

—¡Whoa! Espera un momento. Estoy bien, puedo cuidarme. No estoy sangrando severamente, las heridas son leves. Si solo me envías de vuelta al conde, me las arreglaré con Hannah.

—¡No! —, ambos hombres dijeron al mismo tiempo.

No podía desobedecer a los dos, me enfrentaba a un príncipe y un duque. ¿Cómo podría competir la hija de un pobre vizconde?

Así que el duque me llevó a la casa de seguridad de Marius mientras soportaba las cálidas miradas que los subordinados de Henry me daban.

2 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 33: Julia en acción”

  1. Ayyyyy, qué torpes son este parte de hombres JAJAJA. Parecen un par de niños que no saben hablar ni nada. Espero que con esta revelación James pueda calmarse. :B

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