El emperador y la mujer caballero – Capítulo 217

Traducido por Maru

Editado por Freyna 


Cuando Sir Ainno salió de la oficina del emperador, vio que Pollyanna estaba esperando afuera. Parecía que podría haber estado esperando durante mucho tiempo. No entró por lo que pasó hace un mes. Estaba a punto de irse después de asentir con la cabeza antes de preguntar con sorpresa:

—Sir Pollyanna, ¿es eso que huelo en ti perfume?

—Sí, las damas me lo pusieron.

—¿Has perdido la cabeza?

Pollyanna odiaba ponerse algo como maquillaje. Lo máximo que estaba dispuesta a hacer era poner un poco de aceite en su cabello para peinarlo, así que este fue un cambio impactante. Cuando Sir Ainno parecía indignado, Pollyanna frunció el ceño y respondió:

—Estás siendo grosero.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron, y así fue como la trató. Pollyanna quería darle un puñetazo, pero sabía que no le ganaría; era inútil para ella siquiera intentarlo.

El maestro Chail llamó a la puerta para anunciarla. Pollyanna miró a Sir Ainno antes de incorporarse. Esta era la primera vez que veía al emperador desde aquella terrible noche. Necesitaba comportarse perfectamente porque sabía que no podía cometer errores.

—Saludos a su alteza.

Pollyanna se arrodilló para dar un saludo adecuado y respetuoso al emperador. Lucius I, luciendo molesto, le dijo:

—Levántate, Sir Pol. No es necesario que te arrodilles. ¿Por qué estás actuando tan formal de repente?

Él le envió un mensaje hace un mes, diciéndole que no era necesario que se castigara y se encerrara en su casa, pero Pollyanna lo ignoró y ni siquiera le envió una sola carta en todo este tiempo.

Y ahora, ella se iba a casar; esto estaba mal en tantos niveles diferentes.

—Siempre estaré agradecida por su perdón, alteza. Le he hecho un gran daño, pero ha sido muy amable —respondió ella.

—Sir Pol, por favor, levántate. ¿Por qué estás actuando de esta manera? ¿Estás tratando de ponerme triste? Por favor, siéntate y mírame. Mírame a los ojos cuando hables. Esa noche… estaba demasiado borracho y no quería mostrarte ese lado de mí. No quería que me vieras así. Por eso te pedí que te marcharas.

Pollyanna no se negó. Rápidamente se puso de pie y se sentó en la silla. Ella había aprendido su lección. Castigarse a sí misma durante el último mes fue suficiente, por lo que ya no era necesario que se sintiera culpable.

Como se veía bien, Lucius I suspiró aliviado. Pollyanna respondió:

—Gracias, alteza. ¿Cómo ha estado?

—Eso no es importante, ¿no tienes algo más urgente que decirme?

¿Algo importante?

Pollyanna trató de averiguar a qué se refería el emperador. Durante el último mes que estuvo sola en su casa, no había estado interactuando con nadie. Ella no sabía nada importante que sucedió durante este tiempo, excepto lo que escuchó esa mañana.

Lo único en lo que podía pensar era en su visita a la princesa esa mañana.

—Oh, vi a la princesa Luminae esta mañana, alteza. ¡Se parece tanto a usted como a la señorita Rebecca, lo que significa que se convertirá en una gran belleza!

—Sí, por supuesto.

—De hecho, su alteza. Siempre pensé que una princesa se vería mejor con cabello rubio, pero creo que tengo que cambiar mi opinión sobre esto. Ella también se ve hermosa con el cabello negro.

—Está bien, pero ¿no tienes algo más que quieras decirme? ¿Algo muy importante?

—¿Incluso más importante que la princesa?

Pollyanna no podía pensar en nada. El emperador ya debía saber todo sobre lo que estaba sucediendo en los aposentos de la dama. Pollyanna no dudaba de que sus guardias mantenían bien informado al emperador. La conversación privada que tuvo con Tory esa mañana… Eran solo ellas dos, así que no podía imaginarse que el emperador lo supiera. E incluso si lo hiciera, no habría sido algo en lo que estaría interesado. No era una conversación tan importante.

El emperador continuó fisgoneando.

—No es algo que esté relacionado con el trabajo. Es algo que involucra tu vida personal, Sir Pol. Algo muy grande. Umm… Escuché que ya se lo contaste a mis esposas esta mañana… ¿Es así?

Vaya, la Unidad de Inteligencia debe tener fuentes asombrosas.

Fue hace poco tiempo cuando anunció su plan de matrimonio con Tory y Stra. Las sirvientas la ayudaron a ponerse un poco de perfume y cepillar su cabello, pero durante este corto tiempo, parecía que Lucius ya se enteró de la noticia. Pollyanna quedó realmente impresionada con su Unidad de Inteligencia.

Lucius I la miró con ansiedad. Pollyanna no mostraba ninguna emoción, lo que significaba que no podía entender qué estaba sintiendo o pensando.

Pollyanna finalmente respondió:

—Sí, es cierto. Decidí casarme. Me casaré con Frau Sneke de la familia Sneke.

—¿Por qué? ¿Por qué? De todas las personas, ¿por qué Frau? No es un buen hombre.

—Él tampoco es un mal hombre.

Pollyanna sonrió levemente. Cada vez que la mujer que amaba sonreía, Lucius I no podía mirarla a los ojos porque se sentía tan culpable como si hubiera hecho algo malo.

—No es un mal negocio para mí, su alteza —agregó.

Frau Sneke no era un material de marido tradicionalmente ideal, pero Pollyanna tampoco era un buen material de esposa. Frau era demasiado débil para un hombre, pero como Pollyanna sería una cabeza de familia fuerte, realmente no importaba. De hecho, era posible que realmente fueran una buena pareja.

Sobre todo, Pollyanna sintió que tomaría demasiado tiempo y que sería muy difícil encontrar un “buen hombre” para ella como todos deseaban para ella.

—Frau es lo suficientemente bueno para mí.

Pollyanna no quiso complicar las cosas. Esto era solo un matrimonio; no era una situación de vida o muerte. Si por alguna razón, las cosas no salían bien, podía darle una pensión alimenticia y divorciarse de él. Lo extraño era que la sociedad aceptaba más a una mujer divorciada que a una solterona. Pollyanna no tenía nada que perder con este matrimonio.

Y si tuviera un bebé, sería increíble…

Cuando tuvo su primer período, Pollyanna odió la idea, pero después de que decidió casarse, se dio cuenta de que esto podría ser algo bueno. Pollyanna imaginó cómo serían ella y el bebé de Frau. No importaba si era niño o niña; su bebé sería feo.

¿Y si este niño estuviera al lado de la bella princesa…?

Sería una imagen tan divertida.

De hecho, era divertido imaginar tales cosas. Pollyanna volvió a sonreír tranquilamente, y esta vez, parecía genuinamente feliz. Su alegre sonrisa fue suficiente para callar a Lucius I.

Pollyanna no se conocía a sí misma, pero desde que le propuso matrimonio a Frau, había estado pensando mucho en Frau. Ahora que lo consideraba su hombre, lo encontraba casi lindo; estaba empezando a gustarle más y más.

E iban a vivir juntos para siempre…

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