El gran deseo – Capítulo 2: Abre los ojos (1)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


~ ~ ~ ~

Una mujer vertió un té verde claro en una taza de té blanca. Era un té de hierbas que a Sienna le encanta beber.

El té emitió una fragancia amarga. A Sienna le gustaba poner una cucharada de azúcar en el té, antes de beberlo. Había una sutil armonía en la mezcla de la amargura del té y la dulzura del azúcar. Solo unas pocas personas sabían que Sienna era golosa.

Sienna extendió la mano derecha y sostuvo la taza de té. Esperaba con ansia el aroma amargo y el sabor dulce. Sin embargo, no podía oler ni saborear nada.

—Agregue menos azúcar la próxima vez.

—Sí, su Majestad.

Sienna pensó que lo había tomado por su propia voluntad, pero solo había sido una coincidencia que el dueño del cuerpo hubiera hecho lo mismo.

— ¿De nuevo?

Este era su segundo sueño.

Sienna no estaba sorprendida como lo había estado la última vez. Sabía que esto era solo una ilusión que terminaría cuando abriera los ojos, por eso pudo mantener la compostura.

—Parece que mi gusto ha cambiado con la edad. Ya no encuentro agradable la dulzura.

—Eso no es cierto, Su Majestad. Sigue siendo tan vibrante como siempre. El error fue mío por preparar el té de forma incorrecta.

— ¿Qué quieres decir? Esta no es la primera vez que preparas este té para mí. No hay otra persona que prepare té tan bien como tú.

—Gracias, Su Majestad.

Sienna escuchó cómodamente la conversación entre las dos. Sintió que estaba viendo una obra interesante.

En su primer sueño, ella estaba demasiado sorprendida y se perdió detalles importantes. Las voces que escuchó resonaron como si todavía hubiera estado medio dormida. Sin embargo, si se concentra lo suficiente, podía distinguir las palabras con claridad.

—Este lugar es el mismo que la última vez.

Era la oficina del emperador. Como lo había visto hace unos días con sus propios ojos, la habitación le parecía más familiar. La mujer que servía el té no era la misma mujer que vio en su primer sueño. Nunca la había visto antes. Parecía bastante mayor

— ¿Realmente inventé todo esto en mi cabeza?

Sienna todavía no podía creer que todo esto fuera un sueño.

—Emma, ​​cada vez que bebo té, siempre recuerdo las hojas de té que no puedo beber.

— ¿Te refieres a la preciosa caja de hojas de té que estás guardando?

—Sí.

El emperador rió suavemente.

—Los recibí justo antes de mi vigésimo cumpleaños. Un regalo inesperado de una persona inesperada. En ese momento, estaba más preocupada que feliz. Solo podía preguntarme sobre la verdadera intención detrás de este regalo. Tenía una mente tan estrecha en ese entonces.

—Su Majestad, los funcionarios han llegado

Sienna escuchó la voz claramente. Giró la cabeza junto con el emperador y abrió los ojos.

Un grupo de funcionarios comenzó a entrar en la oficina. Todos llevaban pilas de documentos en sus brazos. Después de todos los saludos de cortesía, comenzaron a apilar los documentos sobre el amplio escritorio del emperador. El emperador miró de arriba abajo la montaña de documentos.

Sienna no pudo leer la mente del emperador, pero, a juzgar por la forma en que su mirada se posó en los documentos, pudo adivinar sus pensamientos.

Los funcionarios dejaron los documentos y salieron de la oficina. Solo la mujer que había servido el té y el emperador se quedaron en la habitación.

— ¿Alguna vez has conocido al emperador anterior?

La mujer no respondió de inmediato.

—Estoy hablando de mi padre, el difunto emperador.

—Lo he visto desde la distancia.

—Usó esta oficina como su habitación privada. A menos que alguien fuera llamado personalmente para venir aquí, nadie podía entrar, sin embargo, pensé de manera diferente. Creí que la oficina debería ser un lugar público de trabajo. Pero, creo que ahora entiendo las intenciones de esa persona.

El emperador volvió a mirar los documentos y dejó escapar un suspiro.

—Cada página tiene una cosa más de qué preocuparse.

—Su Majestad…

—Cada vez que entran aquí con sus montones de preocupaciones, me siento enojada.

El emperador murmuró amargamente.

—Emma.

—Sí, su Majestad.

—Después de convertirme en emperador, por primera vez en mi vida, me di cuenta de que también soy humana. ¿No es gracioso?

~ ~ ~ ~

Sienna parpadeó, mientras seguía mirando al techo. Amanecía y el sol acababa de comenzar a salir. Sienna se levantó lentamente y se sentó en su cama.

—El emperador también es humano… —Sienna se frotó el pecho. Su corazón latía.

La familia imperial es superior. El emperador es la perfección absoluta. Él domina el mundo. Su existencia misma es la perfección: su corazón era objetivo y completamente sensato.

Un emperador sufriendo. Un emperador agotado del trabajo. Eso es una clara muestra de debilidad. Uno no debe convertirse en un emperador con ese tipo de actitud. Más que eso, a Sienna le molestaba que este emperador apareciera en sus sueños.

Después de su primer sueño, Sienna revisó muchos libros que hablaban sobre sueños. Muchos autores afirmaron que los sueños eran reflejos de los deseos del soñador. Ella estaba perpleja.

— ¿Quiero ser el emperador? ¿Es ese el deseo de mi subconsciente?

En la actualidad, no había quejas con el gobierno actual del emperador. De cualquier manera, el trono es de Sienna, y ella solo tenía que esperarlo. No había necesidad de preocuparse por eso.

Sienna sabía que el trono está en su futuro, pero está segura de que no tiene un deseo codicioso por el. Sintiéndose incómoda, ojeó las páginas de muchos libros hasta que encontró un pasaje interesante.

—Los miembros de la familia imperial son deidades debido a su sangre divina. Son descendientes de los dioses, así como los sacerdotes. Ha habido casos en que los dioses han descendido sobre los cuerpos de los miembros de la familia imperial y transmitieron sus mensajes a través de voces o ilusiones.

¿He recibido una profecía? —Eso explicaría todo. Sienna estaba convencida.

Si esto es una profecía, eso significa que los dioses se están comunicando conmigo a través de mis sueños. El emperador en mis sueños podría ser un verdadero emperador del pasado.

La historia de la familia imperial era tan profunda como la historia del propio Imperio. Muchos emperadores reinaron sobre el Palacio del Sol. Los recuerdos de sus vidas impregnan cada pequeña piedra que forma las paredes del Palacio Imperial.

¿Qué emperador podría estar mirando? No tenía suficiente información.

♦ ♦ ♦

Por la tarde, el caballero Gilbert solicitó una audiencia con la princesa. Habían pasado tres días desde que ella le había ordenado encontrar al misterioso caballero. Después de toda esa espera, el resultado de su búsqueda decepcionó a Sienna.

— ¿No puedes encontrarlo?

—Sí, princesa. No pude encontrar al hombre con las características que me has dado.

—Definitivamente, llevaba un uniforme de caballero.

—Los caballeros no son los únicos que pueden usar el uniforme…

— ¡¿Qué quieres decir!? —Sienna le preguntó a Gilbert con una cara seria, mientras él se encogía.

—El proceso para ingresar al Palacio es largo y frustrante.

— ¿Quieres decir que…el uniforme de los caballeros se usa como una forma de entrar libremente al Palacio?

—Sí.

—Ha estado sucediendo durante mucho tiempo.

— ¿Cuánto tiempo?

—Ya sucedía cuando entré al Palacio hace diez años.

Esto significa que es un hecho frecuente. Sin embargo, Sienna nunca había oído hablar de esto antes. Ella había creído que cada regla en el Palacio se seguía perfectamente.

—Este es el lugar donde reside el Emperador. Si lo que dices es cierto, eso significa que hay un grave agujero en nuestra seguridad.

—Eso no es del todo cierto —Gilbert intervino rápidamente.

—El uniforme de los caballeros se produce dentro del Palacio, por lo que se maneja estrictamente. Solo se pueden regalar los uniformes de menor rango, pero no pueden ser tomados por cualquiera.

— ¿Cuáles son los requisitos para poder llevar un uniforme? ¿Tienes que tener conexiones especiales con el Capitán de los Caballeros? —Preguntó la princesa

Gilbert palideció. Sintió que, cuanto más hablaba cavaba un agujero más profundo. De repente, se inclinó sobre su rodilla.

—Eso no es lo que quise decir. Princesa, por favor, no sigas pensando eso.

Los ojos de Sienna se enfriaron, mientras miraba a Gilbert. Si esto hubiera sucedido hace solo unos días, ella habría estado furiosa. Hubiera pedido una investigación exhaustiva y rastreado a todas las personas que habían llevado un uniforme. De ser necesario, ella habría seguido el rastro y castigado a todos los involucrados también.

Sin embargo, Sienna simplemente fulminó con la mirada al caballero y se mordió el labio suavemente, mientras se calmaba. Algo había cambiado dentro de ella. No era que ella estuviera haciendo la vista gorda ante la corrupción. Las reglas eran importantes. Los principios debían ser respetados.

Era solo que…el caballero estaría en una situación incómoda si decidía investigar ruidosamente este caso. Sería considerado un denunciante, y había una gran posibilidad de que su vida como caballero se volviera insoportable.

Sienna se dio cuenta de cuánta fe tenía en Gilbert. Cada vez que quería que se ejecutara una orden personal, siempre pensaba en él. La violación del robo de uniformes no era tan importante como para que ella entregará al caballero.

— ¿Cómo debo hacer para encontrarlo?

— ¿Qué?

—Por ahora, esa otra cuestión no importa. Solo quiero saber quién es ese hombre. ¿A quién debo llamar para encontrar a ese hombre?

—Como dije antes, no cualquiera puede tener un uniforme.

—Entonces, ¿quién es él?

—El Capitán…podría saber quién es.

Gilbert luchó mientras hablaba. Sintió que estaba exponiendo a su jefe.

—Ya veo. Puedes irte.

—Princesa.

—No te preocupes. No mencionaré tu nombre.

—Gracias princesa.

El caballero bajó la cabeza, su expresión rebosaba de alivio. La razón por la que llamaba a Gilbert cada vez que tenía negocios con los Caballeros Imperiales era por su franqueza. Nunca lo había visto tratar de ganarse su favor. Era la primera vez que lo veía tan conmovido.

Sienna miró al hombre Gilbert con una mirada extraña en los ojos. No era un gran problema cubrirlo. ¿Por qué estaba actuando como si ella le hubiera dado una gran recompensa? Recompensas y castigos. Los dos no eran opuestos perfectos. Sienna sintió como si su robusto mundo se estuviera desmoronando.

—Ah, princesa. —Gilbert se dio la vuelta, cuando estaba a punto de salir de la habitación.

—Acerca de la espada con una empuñadura negra y una espada negra…escuché una historia cuando era joven. Dicen que la espada negra de Kaligo es famosa.

— ¿Kaligo?

—Es el nombre de una famosa organización de soldados mercenarios.

—Si escuchaste esto cuando eras joven, ¿estás seguro de que no fue solo un cuento de hadas?

—Se dice que el líder del grupo cambia con el tiempo. Son una organización que ha existido desde antes de que yo naciera.

La expresión de Sienna se volvió amarga.

¿Una organización de mercenarios? Son solo un grupo de malvados infractores de la ley. ¿Es realmente un mercenario? No parecía un bruto… 

Sin embargo, cuanto más pensaba en ese hombre de cabello negro, más se enojaba.

Era grosero y arrogante. Ciertamente, no se comportó como un caballero.

Sienna sintió que no tenía que llamar al capitán de los caballeros después de todo. Si ese hombre había obtenido un acceso especial al Palacio, sintió que sabía quién era el responsable. Tenía que ser el Príncipe Dian. Si ella le preguntara al Príncipe, ella podría encontrarlo.

Pero…

Tal vez, no estaban al mismo nivel que ese hombre, pero el Palacio está lleno de excelentes caballeros. Eran mucho más educados y muy leales.

Dejémoslo estar.

Sienna decidió fingir que no sucedió. Aunque sentía que esto era lo correcto, todavía sentía una extraña sensación de pérdida.

Para calmar su inquietud, Sienna le pidió a la dama de honor que preparara un té. Era su té de hierbas favorito habitual. Después de oler el aroma ligeramente amargo, Sienna tomó un sorbo. Fue tan dulce que la hizo volver a sus sentidos. Satisfecha, las comisuras de los labios de Sienna se elevaron ligeramente.

—¿Alguna vez llegará un momento en que no disfrute este dulce sabor?

—Princesa.

Sienna se sorprendió por el anuncio de la dama de honor y se levantó bruscamente.

—El gran chambelán trae… ¿Un regalo?

El Gran Chambelán entró con una pequeña caja envuelta en terciopelo.

— ¿Pasó algún mensaje con esto?

—No, princesa.

—Mejor me voy y le agradezco —expresó Sienna.

—Actualmente, Su Majestad se encuentra en una reunión. No está disponible para reunirse con usted en este momento.

—Ya veo. Avísame cuando sea un buen momento para verlo.

—Sí, princesa.

Después de la partida del Gran Chambelán, Sienna no pudo tocar el regalo y simplemente lo miró.

— ¿Por qué Su Majestad de repente…?

La alegría fue sólo breve. Pensó profundamente en cuáles podrían ser sus intenciones. Después de mirarlo por un largo tiempo, finalmente, desenvolvió la cubierta de terciopelo con cautela. Apareció una elegante caja de madera.

Ella lo abrió. Estaba lleno de hojas de té secas. Fue un regalo inesperado. Era la primera vez que recibía un regalo tan pequeño.

— ¿Hojas de té…?

Sienna frunció el ceño. Ella recordó las palabras de su sueño.

“Los recibí justo antes de mi vigésimo cumpleaños. Un regalo inesperado de una persona inesperada”

— ¿Es esto simplemente una coincidencia?

Todos los pensamientos sobre la intención detrás del regalo llegaron de la mente de Sienna. Mientras continuaba mirando las hojas de té, comenzó a recordar al emperador de sus sueños. Ella comenzó a recordar las palabras del emperador.

♦ ♦ ♦

—Princesa. ¿Has estado bien?

—Condesa, ¿has vuelto ya?

Para estar al lado de su hija, mientras daba a luz, Beth se había ido para un largo viaje. Sin embargo, ella había regresado al Palacio antes de lo previsto.

—Sí, decidí regresar pronto.

—Ha pasado un tiempo desde que viste a tu hija. Deberías haberte quedado más tiempo y haber tomado un merecido descanso.

—Es casi tu cumpleaños, princesa. ¿Cómo podría perderlo?

—Aprecio tus pensamientos, pero debes estar triste. ¿Tu nieto está sano?

—Sí. Tiene una complexión fuerte, así que creo que será un niño sano. Princesa, sé que no es mucho, pero tengo un regalo para ti.

—Es el té que disfrutas tanto. Mi hija lo tostó ella misma.

—Gracias. Lo usaré bien.

—También hay alguien a quien me gustaría que conocieras. No hay otra intención detrás de esto. Cuando regresaba aquí, traje a un pariente lejano de mi yerno conmigo. Solo la traje para ayudarla a encontrar un buen esposo, pero ella tiene una gran habilidad cuando se trata de preparar té. Quería que probaras su té, princesa.

Sienna se rió ligeramente.

—No interpretaré mal su buena voluntad, condesa. Tráigala.

—Sí, princesa.

La condesa dejó la sala de estar por un momento, antes de regresar con una joven. Después de ver la cara de la desconocida, los ojos de Sienna se abrieron. Ella estaba familiarizada con la chica. Beth presentó a la dama, que estaba congelada por la ansiedad.

—Esta es la chica, princesa. Emma, ​​saluda a la princesa.

Los grandes ojos de Sienna temblaron.

—Saludos, Su Alteza. Mi nombre es E…Emma. Emma Dalton.

Emma…

La mujer temblorosa tenía el mismo nombre que la mujer en el sueño de Sienna. Y eso no era lo único. La versión más joven de la mujer de los sueños que preparó el té está justo delante de sus ojos.

— ¿Cómo puede ser esto?

Entendiendo mal la reacción de Sienna, Beth presionó rápidamente a Emma.

—Emma, ​​prepara un poco de té para Su Alteza. No te pongas nerviosa, hazlo de manera constante. Como siempre lo haces.

—Sí…sí, condesa.

Las manos de Emma, ​​temblaron como si estuvieran heladas, dejaron de temblar cuando tocó la tetera. Ella procedió a hervir el té constantemente, antes de verterlo en una taza de té.

Tan pronto como Sienna tomó un sorbo de té, se sorprendió. Era el té más fragante que había probado en su vida. La dulzura se adaptaba perfectamente a su gusto.

—Increíble. Este es el mejor té que he probado en mi vida.

—Gracias, alteza.

Si este era el té que el emperador bebía en el sueño de Sienna, sus elogios no eran para nada excesivos. Además, la marca de nacimiento en la nariz del sueño de Emma también está en la nariz de la joven Emma.

Son la misma persona. No hay duda al respecto.

—Emma, ¿puedo llamarte por tu nombre?

—S-sí, princesa.

Aterrorizada, Emma respondió. Si bien muchos están nerviosos frente a Sienna, esta era la primera vez que conoce a alguien tan pálido que parecía que iba a desmayarse. Parecía tan tímida, y a Sienna le gustaba eso. No parecía una persona que hablara descaradamente o cotilleara.

—Me gustaría seguir bebiendo tu té. ¿Te quedarías en el Palacio por el momento y me prepararías el té?

La tímida campesina Emma quedó abrumada por el vasto Palacio y se congeló un poco, ella había estado emocionada hasta que llegó a la capital con la condesa. La glamorosa capital es intimidante, y la mansión de la condesa la hacía sentir fuera de lugar.

Pero el pensar que se quedaría en el Palacio. Pensar que vería a la princesa todos los días y le serviría el té. Ya no le importaba encontrar un marido y solo quería regresar a su ciudad natal. Emma miró a la condesa con ojos suplicantes. Le habló a la condesa con la mirada: “Esto es demasiado para mí”

La condesa no se puso del lado de Emma, ​​y ​​la tímida Emma no pudo negarse con sus propios labios.

—Es…un honor, princesa.

Sienna le ordenó a una dama de compañía que preparara una habitación para Emma. Al irse con la dama de compañía, los hombros de Emma se desplomaron decepcionados. Ante la evidente reticencia de la joven, ​la condesa estaba avergonzada.

—Princesa, esa niña solo es así porque no se ha acostumbrado al Palacio.

—Entiendo. Vivirá en un lugar desconocido donde no conoce a nadie. Condesa, por favor, verifíquela por las mañanas y por las tardes, para asegurarse de que está bien.

Esa noche, Sienna estaba en la cama, mientras repasaba lo que sucedió en sus sueños. Ella no había hecho ningún progreso respecto a descubrir la identidad del emperador. El problema era el jardín que vio cuando miró por encima del balcón en su primer sueño.

Estos jardines, creados con diferentes temas de arquitectura, se crearon hace unos setenta años. En ese momento, el Imperio estaba gobernado por su bisabuelo. Después de eso, todos los emperadores, hasta su padre, eran hombres.

—Emma…

Incluso después de haber recibido las hojas de té del Emperador, Sienna no estaba completamente segura. Sin embargo, cuando conoció a la persona que había aparecido en sus sueños…

—El emperador en mis sueños…soy yo…

Si ese fuera el caso, todo encajaría. El corazón de Sienna comenzó a acelerarse. Ella sintió que iba a reír.

—Como pensaba, era una profecía.

Un sueño que muestra el futuro, era realmente un trabajo de los dioses.

—Vi mi futuro.

Todos a su alrededor dijeron que ella se convertiría en el emperador. Sienna también pensó que esto era una certeza. Ella tenía la línea de sangre, así como las habilidades para ser uno. Pero, ahora, ella incluso había recibido una profecía. Los dioses le decían que ella definitivamente se convertiría en el emperador. Ella había sido reconocida por los seres divinos.

Si solo me mostraran mi futuro, no habrían hecho el sueño tan ambiguo. Debe haber algún tipo de mensaje detrás de los sueños. Sólo tengo que encontrarlo.

Esa noche, Sienna tuvo su tercer sueño.

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