Traducido por Nana
Editado por Yusuke
Pase mis días tranquilamente mientras estaba viviendo dentro del Cuartel General. Comiendo, durmiendo, charlando un poco, comiendo de nuevo, haciendo un corto ejercicio antes de volver a comer, jugando un poco y volviendo a comer, entonces explorando por aquí y ahí y otra ronda de comer… Era bueno ser capaz de comer bocadillos cuando sea que quisiera y hasta que mi corazón esté contento, pero no tenía nada que hacer. Incluso considere intentar leer algún libro para gastar mi tiempo.
Pero la cosa más sorprendente era que el capitán Jullius estaba bastante ocupado. Si es que no había expediciones, creería que el capitán Jullius estaba jugando, entrenando o mirando al espacio, pero eso no era el caso. Despertaba temprano en la mañana, luego desayunaba y escuchaba a los reportes misceláneos de Ortzen. Después de eso, si no hubiera sucedido nada mal, atendería a la corte todos los días. Desde que Ortzen no era capaz de dejar el Cuartel General, el único quien lo acompañaba al palacio era nadie más que Lather. Inicialmente pensé que era un joven ignorante, pero para mi sorpresa Lathy era un noble caído quien incluso se había graduado de la universidad. No conozco los detalles de la historia del porqué y cómo se unió al Escuadrón de Tareas Especiales, pero parecía que era el único a cargo de negociar con cualquier tema relacionado al Palacio Imperial.
Después de regresar de la Corte, el capitán Jullius comía su almuerzo y tomaba un corto descanso antes de tener varias lecciones de Ortzen. En el pasado, tenía tiempo libre después de regresar de la Corte, pero hace algún tiempo, Ortzen los detuvo para enseñarle sobre varias cosas. Lo sé porque lo escuché por coincidencia, en general Ortzen le enseñaba sobre cómo manejar un territorio y vasallos, incluyendo a las leyes relacionadas, pero no sé porque comenzó a enseñarle estas cosas. De todos modos, gracias a eso, el capitán Jullius estaba libre solamente a la hora de la cena, así que estaba muy aburrida hasta la cena.
Sofía está también ocupada.
Murmuré a mi misma mientras miraba dentro del campo de entrenamiento, el cual estaba ubicado enfrente del edificio principal del Cuartel General. Recientemente Sofía estaba aprendiendo a cocinar en la cocina. Ella sabía desde hace mucho tiempo que me gustan las cosas dulces, asi que me contó que haria algunos para mí incluso después de que dejemos el Cuartel General y ha estado aprendiendo con entusiasmo, pero resultó que la mitad de la razón era porque su pasatiempo era cocinar. Bien, no había nada mal con tener un pasatiempo.
Aun así, no era bueno para mi que este aburrida todo el día. Aunque he estado entrenando mi cuerpo de vez en cuando, pero no podía hacer lo mismo todo el día.
Puede ser que debería intentar de buscar a una persona con quien intercambiar golpes.
Miré a las huellas que dejaban los dos miembros del Escuadrón de Tareas Especiales sobre el suelo, quienes estaban practicando juntos ahora. Aunque el capitán Jullius no tenía demasiado tiempo libre, la diferencia en nuestras habilidades era demasiado grande con mi cuerpo actual, pero vale intentar probar con los demás. Debería intentar encontrar a ese actor de circo y hacerle tener una pelea de práctica conmigo.
No he visto a ese actor de circo en estos días.
¿Ortzen me regañara si agarro a cualquier miembro del Escuadrón de Tareas Especiales quien se vea más prometedor que ese actor de circo para tener una pelea de práctica conmigo? En estos días, Ortzen me ha estado tratando muy bien. Cuando salté fuera de la ventana en la mitad de la noche e hice que la alarma se apague, no me regaño y mucho menos se enojó. Entonces debería estar bien. Esta bien, vamos a buscar por cualquier miembro decente…
—¿Uh?
Justo en ese momento, sentí la presencia de alguien más, quién no incluso intentó ocultar su presencia. La mayoría de las personas dentro de aquí tendían a moverse sigilosamente, entonces ¿quién podría ser? Como los sonidos de los pasos de esa persona se volvieron más claros, voltee mi cuerpo y ví a un hombre a las mitad de sus veinte con cabello marrón dorado que parecía más a un color amarillo sin brillo, aproximándose. He visto su rostro en algún lugar antes, pero ¿quién era de nuevo? Emm, umm… solo por el hecho que no podía recordarlo, entonces debe ser una persona insignificante.
—¡Señorita Silla Epheria!
Esa persona insignificante llamó mi nombre emocionadamente. Observando el uniforme que estaba usando ahora, debería ser un miembro del Escuadrón de Tareas Especiales. Qué coincidencia. Podría hacer que sea mi compañero de práctica para pasar el tiempo. Solo por ver su movimiento, parecía que no tenía demasiada habilidad, así que debería estar bien mientras no lo asesine, ¿cierto?
—¿Quién podría ser?
Primero de todo, decidí llegar a conocer su nombre.
En respuesta a mi pregunta, ese chico tenía una mirada ligeramente decepcionada sobre su rostro.
—¿Nos hemos encontrado antes, puede ser?
—Parece ser.
No podía recordar quien era, pero parecía familiar por alguna razón.
—Soy el vice capitán del Escuadrón de Tareas Especiales, mi nombre es Sevus Luth.
—¿Vice capitán? Oh.
¡El perdedor de aquel entonces! No me pregunto que no podía recordarlo, merecía ser olvidado de todos modos. Ese chico era todo sonrisas, luego extendió su mano derecha que estaba escondida detrás de su espalda. Mantenía un ramo de flores lleno de brillantes rosas rojas en su mano.
—Es un regalo para una hermosa señorita.
Ephelia se quedó en silencio y miró fríamente al gran ramo. ¿Qué es esto, un desafío de duelo? No usaba ningún guante, así que dudé por un tiempo y un momento después me di cuenta de mi identidad actual. Ahora era solo una señorita noble ordinaria.
Presentando un ramo como un regalo para un hombre tenía el significado de burlarse de la otra persona, como si estuviera diciendo “eres un cobarde solo como una perra”. Aunque siempre he sido una mujer, pero en el pasado, debido a mi posición y apariencia que era inusual para una mujer, recibía algunos ramos varias veces como un modo de desafío a un duelo tan pronto como fui promovido a capitán. En mi caso, mi oficial adjunto me contó que el ramo quería decir “de dónde vino esta arrogante perra”, A pesar que era un líder de un escuadrón de caballeros, pero siempre existían algunas personas quienes me despreciaban solo porque era una mujer.
De cualquier forma, el perdedor en frente de mi tan solo quería darme un regalo sin ningún significado escondido, pero…
—Gracias…
Le dí una respuesta corta y recibí el ramo. No tenía sentido elegir un regalo. Un ramo no tenía ningún uso, no podías incluso comerlo. Es mejor darme un pudding que ha sido comido como el capitán Jullius hizo en el pasado. Cuando acepté el ramo, la sonrisa de ese chico Luth se volvió más amplia.
—Incluso las rosas no igualan a tu belleza, señorita.
Que rayos, sé muy bien que soy una belleza. Desde hace mucho tiempo, siempre he sido el más hermoso de este impe… ah, ahora ya no lo era. Sin importar, Silla también era hermosa. La única deficiencia de Silla era que su cuerpo era demasiado delgado, pero recientemente he ganado algo de peso, así que era apropiado ser llamada preciosa ahora.
Ese chico Luth todavía tenía una fila de elogios y cumplidos hacia mi apariencia, pero ni siquiera escuché a ninguno de ellos y solo paso a través de mis oídos. Si quieres adularme, hazlo apropiadamente. Sus palabras no podían incluso ser comparadas a la mitad de todas las palabras elegantes dentro de las cartas de amor que frecuentemente recibía en el pasado. Comparado a la escritura elegantes y delicadas de las señoritas, su nivel era demasiado bajo y me molestaba escucharlos.
—Entonces, ¿qué quieres?
Despejó su garganta una vez después de que corte sus tonterías con una sola pregunta.
—¡Estoy intentando salvar a la señorita de las garras del mal!
Emm… ya he dejado la mansión del conde. Al comienzo quería darle esa respuesta pero dudé, ya que podría haber escuchado del accidente relacionado a la casa del conde Ephelia y mientras estaba todavía dudando, habló de nuevo.
—¡Señorita has sido engañada por ese bastardo de Jullius!
Después de una pausa contesté:
—No pienso así.
Ortzen podría engañarme, pero es imposible para el capitán Jullius. Honestamente, incluso podría ser yo la que engañe al capitán Jullius, aunque no sea muy inteligente. Mi respuesta hizo que Luth se ponga furioso y apretó sus puños con resentimiento.
—¿No lo viste ese día, también? ¡Ese chico es un monstruo!
Sí, el capitán Jullius es un monstruo, entonces significa que ¿soy una bestia en el vecindario de la puerta de al lado? ¿Por qué este bastardo estaba llamando a una buena persona como un monstruo? Le fruncí el ceño y también me sentí ofendida por sus palabras, pero en cambio no sabía qué estaba pasando por su cabeza, que lo mantenía a seguir hablando con entusiasmo.
—¡Yo, Sevus Luth, juraré en el nombre del honor de la casa Luth, proteger a mi señorita! ¡No tienes que preocuparte sobre nada y déjamelo todo a mi!
¿Con que te podría confiar, si tan solo eres un bastardo que es más débil que yo?
No podía seguir escuchando a todo el sinsentido de este bastardo, no conocía incluso su lugar. Tras solo tenerlo como mi conejillo de indias para probar mi nueva arma, de la cual he estado aprendiendo a utilizarla recientemente, tiré su ramo hacia el aire y subí el borde de la pollera de mi vestido. Su rostro se volvió rojo después de ver lo que había hecho.
—Ejem, ejem, en realidad me gusta una mujer agresiva.
¿Realmente? Bien, sin embargo no soy muy agresiva.
—Pero este lugar es demasiado visible. Te serviré bien, entonces una vez que estemos adentro…
Mientras escuchaba su voz llena de risa, desenvolví el látigo que estaba colocado debajo de mi rodilla derecha. Originalmente, lo escondí sobre mi pierna, pero Ortzen me aconsejó no esconder ningún arma sobre la rodilla si es posible. Además, únicamente hice una excepción por esconder una daga sobre mis muslos para prepararme en caso de eventos imprevistos.
—¿Qué estás haciendo?
Como estaba manteniendo el látigo, el cual tenía una larga cuerda flexible con una pequeña pieza de hierro al final, Luth preguntó con confusión. ¿Qué más podría ser? En lugar de responderle, agarre el mango del látigo y ligeramente balancee el látigo.
¡Swish!
—¡Arghhhh!
La filosa pequeña pieza de hierro pasó a través de la mejilla de ese bastardo. El pequeño rasguño que era apenas notable, le comenzó a salir un poco de sangre, Hábilmente retiré el látigo y lo envolví sobre mi brazo mientras tomaba dos pasos hacia atrás.
Ven a mi ahora.
—¡¿Q-Qué estás haciendo?!
—Te desafié a un duelo. ¿Deberíamos ir al campo de entrenamiento?
El chico Luth me miró de forma incrédula.
—¡Tú, perra! ¡¿Estás loca?!
¿Por qué el insulto? ¿Hizo un escándalo porque lo ataque primero, sin avisar? ¿El Escuadrón de Caballeros Sagrados frecuentemente entrenaba para enfrentarse a ataques repentinos, pero no el Escuadrón de Tareas Especiales hacia tambien lo mismo? Era importante entrenar de vez en cuando, entonces que puedas tratar con cualquier ataque repentino. O quizás era porque no era parte del Escuadrón de Tareas Especiales así que no me tomaba en serio.
—Aunque no sea un miembro del Escuadrón de Tareas Especiales, pero un duelo entre nosotros debería ser permitido, ¿cierto? Para mi conocimiento, únicamente el Escuadrón de Caballeros Sagrados tiene prohibido aceptar desafíos. Ah, en caso de que tengas miedo de que puedas perder, no te preocupes seré indulgente.
Perdería su rostro como caballero si se difundieran noticias a la sociedad de cómo perdió ante una señorita noble ordinaria. Había algunos caballeros a quienes no les importaba cosas triviales como eso, pero me sentía que el perdedor ante mi era alguien quien valoraba su rostro. Después de escuchar mis palabras, su rostro se volvió rojo y azul por su extremo enojo [1] y desenfundó su espada.
—¡Intenté tratarte bien, pero eres una perra demasiado arrogante! ¡Tú lo pediste!
—Resulta que eres solo otro bastardo con una sucia boca.
¿Por qué me llama repetidamente perra? Sentí como si estuviera perdiendo ante él, porque llamarlo bastardo no era suficiente. Ese chico quien había desenfundado su espada, gruño y cargó rápidamente hacia adelante con su espada apuntada hacia mí. Como había tomado pasos hacia atrás anteriormente, libere mi látigo inmediatamente después de que doble mi cuerpo un poco y mantuve mi postura cuando estaba viniendo hacia mi. El látigo capturó su mano, la cual estaba manteniendo su espada y se envolvió apretadamente como si estuviera restringido por una serpiente. Al mismo tiempo, empujé mi látigo con toda mi fuerza hasta que su cuerpo se tambaleó hacia adelante. Si tomaba la postura correcta, yo sería la única en ser empujada al lado opuesto, a no ser que use mi poder sagrado para pelear con un hombre, pero era un tema diferente si él era el único quien perdió su balance en primer lugar.
¡Zas!
Como empuje el látigo y pisé adelante, levanté mi pie para darle una patada a su mano, la cual estaba enredado con mi látigo.
—¡Argghhh!
Su mano, la cual estaba tensa porque estaba intentando resistir el ser empujado por mi látigo, estaba siendo herida en una forma más dolorosa de cuando fue puesta en libertad que dejó caer su espada mientras gritando de dolor. Esto era vergonzoso.
¡Cuando le patee, debería haber intentado evitarlo por disminuir la fuerza de ser empujado, en lugar de quedarse parado estúpidamente en el mismo lugar! Sería mejor si intentaba esquivar y lanzar un ataque al pie del enemigo, o tendría que haber intentado de evitar hacia el otro lado. De todos modos, algunas veces había idiotas como él. Un típico idiota que no utilizaría las otras partes de su cuerpo además de usar sus manos para blandir la espada. La mayoría de los caballeros usaban una espada como arma principal debido a su gran rango de ataque además de un nudillo o una daga, pero nunca sabremos qué sucedería sobre el campo de batalla.
—¿Deseas continuar?
Libere su mano del enredo con el látigo mientras le preguntaba. Ese chico Luth estaba manteniendo su muñeca herida y gruñendo de dolor, entonces me dió una mirada viciosa como si quisiera asesinarme.
—¡N-No creas que puedas escapar sin rasguño después de hacer esto!
—¿Por qué? ¿Estás yendo a reclamar a tu papá y llorar después de ser golpeado por una mujer?
—¡Tú, perra arrogante!
—O quizás si tu mamá está aquí, te quejarías con ella mientras dices “oye, esa chica me golpeó, por favor castigala por mí”. Algo como eso, ¿uh?
—¡¡T-Te matare!!
Bla, bla, bla ese chico Luth se mantenía ladrando sin detenerse. Hablaba tan bien. Estaba contemplando si debería tan solo asesinarlo utilizando como razón que fue un acto de autodefensa porque me amenazó primero por decir que quería asesinarme, pero al final no procedí con el plan porque no importa como lo vieras, este bastardo no tenía habilidad para lastimarme. Eso es porque, no lo asesine por el momento siendo. Recogí el ramo de rosas que estaba tirado sobre el suelo y me aproxime hacia él. El bastardo se estremeció y se movió hacia atrás.
—¿Q-Qué?
¡Paf!
Golpeé su mejilla una vez con el ramo y muchos pétalos de la rosa roja salieron y cayeron al suelo. Estaba atrapado con la guardia baja y me miró con una mirada vacía. Esta vez golpee sin expresiones el otro lado de su rostro con el ramo.
—No te atrevas a volver de nuevo trayendo flores.
—Yo…
¡Paf!
—¡No te atrevas a venir con algo no comestible!
Muchos pétalos de rosas se esparcieron sobre el suelo. Todos los pétalos deslumbrantes de la rosa se habían caído y únicamente un montón de tallos y hojas verdes quedaban. Con toda mi fuerza, lo tiré al estúpido rostro del bastardo.
—Trae algo de comida en cambio, bastardo.
Teniendo esa clase de personalidad podrida, al menos debería haber traído un buen regalo para obtener un mejor tratamiento la siguiente vez. Después de que le tiré los tallos y hojas restantes del ramo, limpie el polvo de mis dos manos, mientras tanto me miró estupefacto, mientras seguía parado ahí y entonces gritó de nuevo.
—¡¡Esta hija de puta!!
Su voz era bastante buena. Bien, si únicamente su habilidad era la mitad de buena que su habilidad para gritar. Torpemente usó su otra mano para recoger su espada entonces intentó atacarme. Lo mire y estreche ligeramente mis ojos sin tener ninguna intención de evitar su siguiente ataque. Bien, no necesitaba moverme de todos modos. Porque…
¡Pum!
—¡Urk!
Calitus, la cual estaba siendo tirada hacia abajo desde el segundo piso y todavía tenía su funda intacta, golpeó precisamente la cabeza de ese chico. Cuando Luth estaba viendo estrellas y tambaleando en sorpresa, el capitán Jullius saltó desde la ventana del segundo piso. Podía también escuchar los reclamos de Ortzen que lo seguían por detrás.
—¡No tires a Calitus como quieras!
También pensé que el capitán Jullius se sobrepasó un poco por tirarlo. Calitus no era solo cualquier espada ordinaria. El capitán Jullius agarró al bastardo Luth que se estaba tambaleando por detrás de su cuello y luego lo tiró al lado, entonces me miró.
—¿Estás bien?
—No puedo estar mejor. Si no recoges rápidamente a tu Calitus, Ortzen se enojara.
Es posible que por ahora Ortzen estaba bajando las escaleras y viniendo a este lugar tan rápido como sea posible. Después de que le recordé, el capitán Jullius recogió a Calitus del suelo rápidamente. No mucho después, Ortzen finalmente llegó y al mismo tiempo ese bastardo Luth quien estaba tirado sobre el suelo, recuperó la conciencia y levantó su cuerpo.
—¿Q-Qué… sucedió?
Ortzen me pregunto mientras recuperando el aliento. Tan solo corrió por una corta distancia y ya respiraba con dificultad.
—Deberías ejercitar más. Además, podrías haber solo saltado directamente desde el segundo piso.
—Mi aguante es igual que el de personas ordinarias. Y no es como si no pudiera hacerlo, pero ¿quién me reemplazaría para hacer mis trabajos si me lastimo? Y por esa misma razón, por supuesto tengo que tomar cuidado de mí mismo.
Mmm, tiene un buen punto ahí. Aun así, es solo desde el segundo piso. La altura del techo para cada piso de todos los edificios del cuartel general era relativamente más alto comparado a la altura usual de cualquier edificio común, entonces la altura total de dos pisos aquí era igual a tres pisos de un edificio normal, pero no es lo suficientemente alto para que un hombre adulto tenga la posibilidad de lastimarse de saltar desde ahí. En cambio, le falta ejercicio. Mientras tanto, ese chico Luth agarro detrás de su cabeza y miró al capitán Jullius.
—¡Tú! ¡Presentaré una queja oficial por este accidente!
Después de escuchar su grito, el capitán Julliud parecía estar un poco preocupado por un momento antes de finalmente decir…
—Mi espada se resbaló accidentalmente de mis manos antes.
Esa era una excusa bastante desvergonzada. Oh, capitán Jullius también diría algo como eso. Siguiendo eso, Ortzen también me ayudó y adhirió:
—Eso al lado, sir Luth, estabas amenazando a señorita Silla. ¿No crees que señorita Silla es la única quién debería presentar una queja?
—Esta mujer primero…
Ese chico Luth no podía decir nada y se mantuvo abriendo y cerrando su boca igual que una carpa pero ni una sola palabra salió. Parecía como si no quisiera revelar la verdad. Él tomaba gran orgullo a su honor más que todo lo demás. De inmediato me acerque y puse al lado del capitán Jullius y exclame:
—Estaba realmente sorprendida cuando esa persona repentinamente quería atacarme.
¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué está mal? Es únicamente natural si ese chico Luth me da una mirada extraña, pero ¿por qué el capitán Jullius y Ortzen también me ven de esa forma? ¡Estaba realmente sorprendida! Estaba sorprendida porque este bastardo como el vice capitán del Escuadrón de Tareas Especiales era demasiado débil.
—Por ahora vamos a asumir que ese sea el caso.
—Él también me insultó.
Y en adición también, también… había nada más que eso. Debería haberme dejado lastimar un poco. Ese chico Luth estaba muy molesto y me miró mientras estaba pretendiendo ser la víctima. Si sientes que era desigual, entonces podrías también intentar reclamar por ser golpeado por el ramo.
—¡Esta mujer es la única quien comenzó la pelea! ¡También me sedujo!
Me pregunto si hice algo que lo hizo llegar a conclusiones erróneas para creer que lo estaba seduciendo.
—Estoy muy curioso a como la señorita Epheria te sedujo.
Ortzen intervino mientras me daba una mirada de reojo.
—No importa si la señorita Epheria te sedujo o te desafío primero, pero el hecho de que sir Luth estaba a punto de atacar a una señorita desarmada usando la larga espada es tan claro como el día. ¿Lo admites?
—¡¿Desarmada?! Esa mujer…
Ese bastardo cerró su boca antes de que pudiera terminar su oración. No es de extrañar si actuaba así, porque no había nada en mis manos ahora. Había envuelto el látigo tan rápido como era posible a mi brazo y lo escondí bajo la gran manga del vestido.
—Erghhh… ¡Me estás jodiendo!
Ese maldito Luth con un rostro muy distorsionado miró al capitán Jullius y comenzó a gritar mientras apuntando su dedo al capitán Jullius.
—¡Un monstruo con un origen desconocido como tú, no mereces obtener el título de conde! ¡Tan solo sabes cómo conspirar detrás de escenas sin conocer tu lugar!
¿De qué estaba hablando de repente?
Ambos, el capitán Jullius y yo estábamos confundidos pero solamente Ortzen entendió y solo se encogió de hombros.
—No hay nada mal con esto y es legal conforme al punto de vista de la ley.
—¡Has confinado a la señorita Epheria aquí e incluso bloqueaste a cualquier extraño de venir aquí!
Después de escuchar el grito de ese bastardo, Ortzen me miro y pregunto:
—Señorita Epheria, ¿estás siendo detenida aquí?
—De ningún modo.
Sin embargo no tenía permitido salir afuera. Ah, quizás era igual como si estuviera detenida. Pero no era como si no pudiera salir afuera, todavía iría afuera si quisiera.
Ortzen se volteo para mirar a Luth de nuevo.
—Es exactamente como has escuchado. La señorita Silla Epheria se queda aquí por su propia voluntad. En adición, las reglas declaran que cualquier desconocido no autorizado tiene prohibido venir al cuartel general del Escuadrón de Tareas Especiales. Eres el vice capitán de este escuadrón y todavía ¿no sabes sobre esto?
—¡N-No estaba completamente bloqueado en el pasado!
—Siempre ha sido así.
En respuesta a la respuesta desvergonzada de Ortzen, ese bastardo Luth no podía decir nada en contra y solo con coraje dijo:
—¡Solo espera y observa! Me pregunto si ese monstruo sin ningunas calificaciones puede aguantar el título de conde.
[1] Es una frase coreana que literalmente significa volverse rojo y azul debido al enojo.