Espada y Vestido – Vol 2 – Capítulo 5 (1): Identidad revelada

Traducido por Shaey

Editado por Yusuke 


Me vestí con un sencillo vestido gris claro enviado por Ortzen. Respiré hondo, bajé la mirada y vi el anillo en mi dedo anular izquierdo.

—No se ponga nerviosa. ¿Habría algo especial solo porque es la Santa Iglesia? —preguntó Sofía mientras me peinaba—. Incluso cuando asistió al banquete de Su Alteza actuó como si no fuera gran cosa, esto es inesperado.

—No es que no me importe.

—Pero, aun así, no estaba tan nerviosa como ahora.

—Bueno…

La Santa Iglesia era como mi casa, no debía estar nerviosa, pero me puso ansiosa el pensar en presentarme allí con mi cuerpo actual.

El Sumo Sacerdote, que veía el alma de los vivos y los muertos, me reconocería de inmediato, pero el problema era que vería que incluso me comprometí.

Él probablemente lo dejaría pasar generosamente, pero tal vez no sería el caso para otras personas. En especial mi guardián, el primer ministro, no solo me sostendría la nuca, sino que incluso me mordería, masticaría y me comería viva. Además, siempre interfería pidiéndome que prestara atención a mi conducta, porque era mujer antes de ser líder de un escuadrón de caballeros y habría una gran pelea y conflicto si apareciera de repente después de comprometerme con un hombre sin informarle.

Pase lo que pase, creo que tengo que esconder al capitán Jullius en un lugar apartado durante unos días, no, tal vez un mes.

O tal vez debería mantener en secreto el hecho de que sigo vivo del primer ministro Mord. Era mejor así. Mientras no me atraparan. Antes mi posición como capitán del Escuadrón de Caballeros Sagrados podía salvarme, pero ahora solo soy una dama noble ordinaria, así que no sé qué me pasará si me atrapan. Como mínimo, apuesto a que habría muchos tutores privados asignados para enseñarme. Era horrible solo de pensarlo, nunca me debían pillar.

—Listo, está hecho —anunció Sofía mientras me soltaba la cabeza.

Cuando miré el reflejo en el espejo del tocador, mis ojos vieron a una mujer con el pelo castaño rojizo enrollado en un moño. Solo el Sumo Sacerdote y la Santa podían soltarse el pelo dentro de la iglesia. Si alguien más lo hiciera, sería considerado como una ofensa por imitar la apariencia de la Diosa, por lo que todos los clérigos, así como los visitantes, debían levantar sus cabellos por encima de la nuca o al menos trenzarlos limpiamente.

—El moño se siente un poco apretado.

—No puede ser de ayuda. Si no lo hiciera apretado, tu fino cabello se soltaría rápido. Sin embargo, ten cuidado de no correr para que no se despeine.

—Creo que será más conveniente si lo trenzas.

—No estoy segura de poder trenzar la mitad y luego sujetar con accesorios para el cabello, porque el peinado trenzado entero es para chicas jóvenes.

No sabía que era así. De todos modos, la preparación para conocer al Sumo Sacerdote estaba completa. Estaba lista para irme, aunque estaba un poco nerviosa.

Un carro de caballos esperaba en la entrada del cuartel general del Escuadrón de Tareas Especiales. El capitán Jullius, que estaba allí de pie, se acercó a mí y extendió su mano para escoltarme. Parece que su cuerpo se ha acostumbrado a los modales de etiqueta sobre cómo escoltar a una dama después de haber pasado por una simple lección. No solo eso, sino que también me he acostumbrado bastante a ello. No podía imaginarme a mí misma siendo escoltada como una dama hasta hace poco tiempo. Y no era tan malo.

—Capitán Jullius.

Abrí la boca cuando se escuchó el sonido de las ruedas de los carruajes.

—Así que, sabes, en realidad hay una cosa que no te he dicho antes…

—¿Algo que no me ha contado?

El capitán Jullius que estaba sentado a mi lado tituló su cabeza y me miró.

—Tengo una historia muy impactante que contar. No te la contaré ahora, pero después de que regresemos de la Santa Iglesia, espero que no te sorprendas demasiado.

Aunque te lo diga ahora, será difícil de creer. Incluso si el capitán Jullius es alguien que fácilmente asintió con la cabeza a lo que dicen los demás, aun así le sería difícil aceptar inmediatamente el hecho de que soy realmente Roel, el líder del Escuadrón de Caballeros Santos y que mi alma quedó atrapada dentro del cuerpo de otra persona. Sin embargo, lo creería si el Sumo Sacerdote lo confirmara. Pero por supuesto solo se limita al capitán Jullius, todavía sospecho de Ortzen. Y por Sofía… no estoy segura de qué hacer. ¿Debería decirle la verdad…?

—Una historia impactante, ¿verdad?

—Bueno, pero no es algo que cause un problema serio.

No tengo que decirlo en voz alta para revelar que soy Roel, así que lo dejaré así. Pero el capitán Jullius tuvo que acompañarme cuando me reuní con el Sumo Sacerdote así que es inevitable que se entere de la verdad para entonces. Si no fuera por eso, no le habría dicho eso al capitán Jullius.

En realidad no tengo que reunirme con el Sumo Sacerdote.

La razón de que se revelara la preocupación por el contrato con el Rey Demonio ya no existe. No, pase lo que pase, por precaución, quizás sea mejor conocer al Sumo Sacerdote, aunque tenga que evitar a mis colegas. La casa de Epheria ha sido arreglada, pero el perpetrador sigue ahí. Si sigo escarbando en ella, podría quedar expuesto que yo, Silla, era un sacrificio para el Rey Demonio. Aunque las posibilidades eran escasas, sería mejor prepararse de antemano, por si me encontrara en una situación de desamparo.

—Señorita Epheria.

—¿Sí? —respondí después de unos segundos porque estaba perdida en mis pensamientos, giré la cabeza y miré hacia arriba para encontrarme con un par de ojos gris pálido llenos de preocupaciones.

—Si es difícil, no tienes que decirlo.

—¿Qué?

—Sea lo que sea, está bien si no lo dices.

La suave voz que de repente me susurró, me dejó un poco perdida. Emm… creo que no entendió la razón por la que estaba nerviosa, duh…

—Bien…, eh, eh, emm. Está bien.

Por alguna razón no me atreví a decir “no es así”. Pero en vez de eso tartamudeaba incoherentemente y luego cerraba la boca. Mmm, bueno. No debería ser un problema si me malinterpretó.

A pesar del incómodo silencio, el carruaje siguió moviéndose firmemente y finalmente llegó a la Santa Iglesia. Para ser exactos, solo yo sentí que era un silencio incómodo. El capitán Jullius era el mismo de siempre, pero no sabía por qué de repente se sentía extraño.

—¿Eh?

Después de que nos bajamos del carruaje y caminamos hacia la puerta principal, vi una cara familiar esperando nuestra llegada a la entrada. En realidad, no estaba segura de si era correcto que saliera a recogernos o no.

La chica de pelo blanco que estaba allí de pie, no estaba a cargo de saludar al líder de un escuadrón de caballeros en la entrada principal. Me esforcé en ocultar mi perplejidad y miré el rostro inexpresivo de La Santa.

Sucedió a Su Majestad la emperatriz en el puesto de La Santa, fue una joven que mantuvo su apariencia juvenil, Iner. Está claro que nos conocíamos muy bien, pero ahora tengo que fingir que no la conozco. Por su aspecto, Iner no parecía reconocerme.

—¿Eres Jullius Rizar y su novia?

—Ri…

—¡Sí, eso es correcto!

Rápidamente corté la palabra del capitán Jullius y le respondí en su lugar. Capitán, ella no es una simple bendita de la Diosa. No puede usar un discurso informal cuando habla con ella. Además, ella solo se ve bonita pero su personalidad es mala.

—¿Eres la bendecida de la Diosa que está a cargo de recogernos?

Me propuse ser despistada y pregunté, entonces Iner respondió sin rodeos.

—Soy la Santa Iner. Debido a algunas circunstancias, por el momento, estoy a cargo de guiar a los creyentes.

El capitán Jullius ladeó la cabeza después de escuchar las palabras de la Santa. Debe estar confundido en cuanto a por qué ella hizo un trabajo tan insignificante como guiar a los creyentes. Yo también tengo curiosidad. En realidad, ¿qué pasó? ¿Hizo un trabajo voluntario como una especie de castigo por agredir a un anciano?

—Por favor, vengan por aquí.

Iner se dio vuelta rápidamente y comenzó a caminar hacia adelante. Mientras miraba inquieta a los alrededores, también emparejé mis pasos con los del capitán Jullius. No me fui por mucho tiempo, así que no ha cambiado nada mientras tanto, pero me preocupa ver a alguien que conocido. Sin embargo, las personas que se cruzaron conmigo eran todas extrañas. Es natural porque el cuartel general del Escuadrón de Caballeros Santos está separado y ubicado un poco lejos de aquí. Bueno, eso es una lástima.

Iner, que se adentró en la Santa Iglesia, se detuvo frente a una sala de oración dedicada al Sumo Sacerdote.

—El Sumo Sacerdote está dentro de esta sala. No te sorprendas y cuida tus modales.

¿Por qué nos sorprendería? Pero si soy la verdadera Silla, tal vez me sorprenda porque es nuestro primer encuentro. Después de confirmar la presencia de alguien dentro, Iner abrió la puerta y entró. También la seguimos y entramos. Ha pasado un tiempo desde la última vez que entré en una sala de oración. Aunque está especializada para el Sumo Sacerdote, el interior de la sala era similar al de cualquier otra sala de oración. Sin embargo, el tamaño…

—¡¡Ahh!! —exclamé sorprendida sin quererlo. Al mismo tiempo, la mano del capitán Jullius inmediatamente alcanzó a Calitus que colgaba de su cintura.

Frente al altar en la sala de oración, hay una masa negra no identificada. Es del tamaño de una persona y está completamente cubierta de negro, por lo que su forma exacta no podría ser delineada. Era como si un montón de oscuridad fuera tomado y colocado allí.

—¡¿Qué ha pasado?!

No pude contener mi perplejidad preguntándole a Iner. ¡¿Por qué había tal cosa dentro de la sala de oración del Sumo Sacerdote?!

—Cálmate —dijo Iner con calma—. No es un espíritu maligno. Este es el Sumo Sacerdote. No ataquen, solo miren con sus ojos.

¿El Sumo Sacerdote…? ¿En serio? El capitán Jullius y yo teníamos una expresión similar de desconcierto en nuestras caras, quiero decir, con una mirada dudosa en nuestros ojos, miramos fijamente a la masa negra que se decía ser el Sumo Sacerdote. Si se miraba de cerca, su forma se parecía a la de una persona… El Sumo Sacerdote cambiaba el color de su cabello y sus ojos dependiendo de su estado de ánimo. ¡Pero el color de su piel nunca había cambiado antes! Además, no era solo la piel, sino que la ropa también fue teñida de negro, aunque… ¿Es realmente el Sumo Sacerdote?

—Su Santidad, por favor otorgue su bendición a sir Jullius Rizar.

Esa figura negra comenzó a moverse lentamente después de escuchar las palabras de Iner. No solo su frente y su espalda, sino también su lado izquierdo y derecho no se podían discernir, así que no estaba segura, pero ¿dio la vuelta a su cuerpo? Tal vez porque el Sumo Sacerdote estaba en este tipo de estado, es por eso que la Santa Iner fue encargada de traernos directamente aquí. El Sumo Sacerdote sería confundido con un monstruo en algún momento, por lo que sería difícil para los clérigos resolver el malentendido.

Tal vez la figura negra que se decía que era el Sumo Sacerdote giró su cuerpo y nos miró. O eso creo. Después de todo necesitaba saber dónde estaban exactamente sus ojos, nariz, boca para asegurarme. Si realmente era el Sumo Sacerdote, me preguntaba qué pasó exactamente para que se redujera a este estado. Cosas como maldiciones no funcionarían con él.

—¡Ah!

Esa figura negra gritó. Esa voz claramente pertenecía al Sumo Sacerdote. Al mismo tiempo, las luces comenzaron a emanar desde donde se suponía que estaba el lóbulo parietal de la figura negra. La deslumbrante luz dorada devoró rápidamente todo su cuerpo como el amanecer ahuyenta la noche. Ugh, me duele los ojos hasta el punto de que no puedo verlo correctamente. ¡Es demasiado brillante!

—¡Rooeeellll!

La masa de luz corrió y saltó y luego me abrazó abruptamente. Ugh, espera. ¿No puedes apagar la luz primero? No puedo abrir los ojos.

—¡Todavía estás vivo! ¡No es de extrañar que la diosa no escuchara mi deseo incluso después de que le rogara piadosamente para poder darte mi último adiós!

—Sí, sigo estando viv… ugh.

Aunque cerré los ojos, seguía siendo demasiado brillante.

Sé que estás feliz, pero por favor cálmate un poco.

Mientras entrecerraba los ojos debido a las luces cegadoras, estas se fueron apagando gradualmente. Y cuando apenas abrí los ojos, una cara brillante y sonriente apareció en mi vista. Cabello dorado y ojos dorados. Esta vez el color de su piel no cambió. El nivel de los ojos de esta deslumbrante belleza estaba ligeramente por encima de mí. Maldita sea, sabía que mi altura actual era más baja que antes, pero ahora que encontré a alguien que conocía y estaba más alto que yo, me molestaba mucho eso.

—¡Estoy muy agradecido de que estés sana y salva! ¡Has cambiado un poco, pero sin embargo te ves saludable!

Aunque puede que no sea solo “un poco”.

—Me alegro de que el Sumo Sacerdote también parece estar bien.

Me alegro mucho de que hayas vuelto a la normalidad. Si se hubiera mantenido envuelto en negro, todos los creyentes habrían huido.

Nos abrazamos y compartimos la alegría de nuestro reencuentro, pero de repente mi cuerpo fue levantado y separado del Sumo Sacerdote.

¿Eh? 

El capitán Jullius me abrazó por detrás y luego dijo sin rodeos.

—Ella es mi prometida.

No, espera un minuto. Si de repente lo dices así…

—¿Prometida?

El Sumo Sacerdote me miró con una mirada increíble en su rostro.

—Roel, ¿estás comprometida?

—Uh, bueno. Algo así.

Debes estar muy sorprendido. Ya lo sé. Tampoco he soñado nunca que haría algo como comprometerme. Mientras el Sumo Sacerdote seguía aturdido e incapaz de hablar, el capitán Jullius que me puso a su lado, nos miraba alternativamente.

—¿Por qué llamas a la señorita Epheria como sir Roel? —preguntó con una voz infeliz.

¡Aquí viene! En lugar de responder yo mismo, sería mucho más convincente si fuera el Sumo Sacerdote quien lo dijera. En primer lugar, al que se le preguntaba era al Sumo Sacerdote de todos modos.

En lugar de responder, el Sumo Sacerdote miró en blanco a sus manos vacías, luciendo triste por haberme arrebatado, luego levantó la cabeza y se encontró con la mirada del capitán Jullius. El largo y brillante cabello dorado se desvaneció instantáneamente y se convirtió en un tranquilo color plateado. Y por supuesto ese par de ojos dorados también se volvieron de color azul pálido. Estos colores aparecían a menudo cuando algunos oficiales de alto rango, incluyendo la Familia Imperial, y los ancianos estaban siendo molestos e irritantes según él.

—Cuando un cuerpo pierde su alma, se convierte en un recipiente vacío que pronto vuelve a la tierra, pero el alma es eterna bajo la misericordia de la Diosa. En otras palabras, esta joven delante de usted no es la señorita Epheria sino el líder del Escuadrón de Caballeros Santos, sir Roel.

El capitán Jullius y yo nos quedamos sin palabras al mismo tiempo. N-No, espera. ¡Te has perdido demasiados detalles!

—La persona ordinaria no sabe lo que es el alma en el cuerpo.

Deberías haber dicho ese punto primero, o si no, ¿cómo podría entenderlo el capitán Jullius si de repente dijera: “El alma es lo más importante, ¿así que esta persona es verdaderamente sir Roel?” El Sumo Sacerdote con sus ojos redondos, me miró y preguntó:

—¿No se lo has dicho?

—No me atreví a decirlo. ¿No es un hecho que nadie me creería, aunque lo dijera? En lugar de creer que mi alma fue intercambiada, pensaría que podría ser un enfermo mental.

Basándome en la situación de Silla Epheria, me trataría como una persona trastornada aún más y conseguiría que me encerraran en un monasterio aislado. Aunque por supuesto no tenía la menor intención de ser encarcelado obedientemente, pero por algún tiempo tendría que vivir mi vida a la fuga.

—Entonces lo diré de nuevo.

El Sumo Sacerdote me colocó de nuevo a su lado, y luego continuó sus palabras.

—El alma que entró en el cuerpo de la señorita Epheria es nuestro sir Roel. Cuando se trata de identificar a una persona, el alma es más importante que el cuerpo, así que esta joven es sir Roel.

El Sumo Sacerdote estaba explicando, pero el capitán Jullius me miraba atentamente, en lugar de mirar al Sumo Sacerdote. Y entonces me preguntó:

—¿Es eso cierto?

Me estaba preguntando, pero su tono de voz era más como una confirmación del hecho que una verdadera pregunta. Por eso se convirtió de repente en un discurso formal. Mis ojos se movieron alrededor y abrí la boca.

—Eso, eso es correcto. Sí. Así que, desde que me viste en esa posada, siempre fui Roel. Nada ha cambiado en particular.

Mi cuerpo original se ha ido para siempre, enterrado bajo la tierra, así que para el resto de mi vida tengo que vivir así. Así que nada ha cambiado. Ahora la gente que me rodea no conoce a la verdadera Silla, excepto Sofía. Desde la primera vez que nos conocimos, siempre he sido yo, Roel, y nunca cambiaría.

Por lo tanto, pensé que no habría ningún problema significativo para que aceptara la verdad de mi verdadera identidad.

Los pálidos ojos grises que me miraban temblaban mucho. Su agitada expresión facial se veía claramente, lo que hizo que mi cara se tensara un poco. No, espere. ¿Exactamente por qué demonios hizo esa cara? Por casualidad, ¿odiaba al yo original en el pasado? ¿Nunca nos hemos cruzado antes? Solo nos hemos visto la cara unas cuantas veces desde la distancia.

Shaey
Calma mi niño.... quien no estaría así como el capitan Jullius por tanta información… en mi caso, me sentiría extraña

—Capitán Jullius, entiendo que estás sorprendido, pero yo…

—Todo este tiempo.

La voz que sonaba como si estuviera siendo sorprendido y soportando algo, resonó en mis oídos.

—Todo este tiempo, he cometido muchos errores…

El capitán Jullius dijo rígidamente mientras inclinaba ligeramente su cabeza hacia mí.

—¿Perdón?

Ahora, espera un momento. ¿Qué pasa con esta extraña atmósfera? ¿Por qué habló así, como si no nos fuéramos a ver nunca más?

—Erm, capitán…

Fingió no haber oído mi llamada y rápidamente se dio la vuelta y se fue. ¿Huuhhh? Estaba tratando de perseguir al capitán Jullius que salió de la sala de oración, pero el Sumo Sacerdote me atrapó y me retuvo. Entonces le dijo a Iner que se quedó en la puerta.

—Iner, asegúrate de que no le diga a nadie sobre esto.

—Sí.

Iner siguió al capitán Jullius que había dejado la sala de oración. Miré de un lado a otro de la puerta y al Sumo Sacerdote mientras me sentía ansioso.

—Yo también quiero ir.

Tenía que ir y preguntarle la razón de por qué el capitán estaba así. Pensaba que solo se sentiría un poco sorprendido y luego casualmente lo aceptaría como si no fuera nada, pero la realidad demostró que su reacción fue demasiado excesiva. Sin embargo, yo fui la causa de su extraño comportamiento, así que tengo que ir y preguntarle la razón y también disculparme.

Shaey
¿Ok… vamos a ser claros niña… quien coño no actuaría como el capitán Jullius...? Yo lo haría. Nadie se tomaría algo así como normal

—No ahora.

La mano que me agarró la muñeca no se movió.

—¿Por qué no puede ser ahora?

Sentía que quería darle la mano y perseguir al capitán Jullius, pero era imposible. No solo porque respetaba su posición como Sumo Sacerdote, sino porque no tenía la suficiente habilidad para sacudirle la mano. La cantidad de mi poder sagrado y mis habilidades no tenían comparación, pero el Sumo Sacerdote es alguien que superó los estándares humanos. ¿Cómo podría ganarme a alguien que es capaz de conquistar el mundo por sí mismo? Por lo tanto, no tuve otra opción que preguntar con calma.

—Es una trampa.

—¿Qué?

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