Felicidades Emperatriz – Capítulo 64: Ambos obtenemos lo que necesitamos

Traducido por Kavaalin

Editado por Sakuya


Hua Jin Lan se despertó ligeramente. Hasta su nariz llegaba un leve aroma a sándalo. Se enderezó y descubrió que su cuerpo no estaba tan adolorido como imaginaba que estaría. Vio un pañuelo blanco bordado con un Yan con hilo rojo.

—La arena del desierto es como la nieve, la luz lunar en la montaña Yan es fuerte… —Recitó este poema sin darse cuenta.

Cuando volvió a sus sentidos, sonrió gentilmente y dejó el pañuelo. ¡A este Chun Yu Yan sólo le faltaban fuertes gongs y tambores para decirle al mundo entero que había sido él quien había salvado la vida de Hua Jin Lan!

En ese momento, Mei Er regresó cansado. Abrió la puerta y se sorprendió al ver a Hua Jin Lan fuera de la cama.

Hua Jin Lan hizo un gesto de silencio. —Baja la voz y déjalos dormir. Hablaremos afuera.

Afuera, Mei Er dio un suspiro de alivio. —El rostro de la joven ama se ve mejor.

—Mei Er, difunde lo que Miao Luo Xiang y Hua Wan Yu hicieron en el Templo Qing Quan. Además, lo que me sucedió en la mansión también debe extenderse. Puedes agregar otras noticias, pero no omitas nada. ¿Lo entiendes?

Mei Er asintió. —Entiendo. —Seguidamente, se alejó rápidamente.

Hua Jin Land miró hacia el brillante sol y sonrió levemente.

♦ ♦ ♦

— ¡Chun Yu, perdiste! —Una mujer de cabello plateado aprovechó que la persona estaba bebiendo té para capturar rápidamente piezas de ajedrez.

Un hombre vestido de rojo dejó perezosamente su taza de té. Sus ojos de fénix sonrieron, —Jiu Xue, estás siendo mala otra vez.

Aunque la mujer llamada Jiu Xue tenía el cabello plateado, su rostro era liso y su piel estaba impecable. Parecía tener sólo dieciséis años. —No quiero ser sermoneada por ti, —hizo un puchero. —Hablemos de tu próximo matrimonio. —Sus ojos se abrieron, llenos de curiosidad.

—Tampoco quiero ser sermoneado por ti. —Sonrió Chun Yu Yan.

—Tómalo como si estuvieras satisfaciendo mi curiosidad, —Jiu Xue no pudo contenerse. — ¿Por qué aceptaste cancelar el matrimonio?

—Fui amenazado por Hua Jin Lan. —Chun Yu Yan respondió sin pestañear.

Jiu Xue hizo un puchero, —No soy una niña de tres años.

—Bien, —Chun Yu Yan dejó su taza. — ¿Quién se dice que está destinada a ser emperatriz?

—Hua Wan Yu.

— ¿Quién lo es realmente?

—Hua Jin Lan.

—Entonces, mientras no se case en la familia real, no es importante si estamos casados o no. El asunto de Hua Wan Yu finalmente será revelado. La familia Hua y el príncipe heredero serán como el agua y el aceite.

— ¿Se volverán inofensivos y nunca lo volverán a intentar? —Jiu Xue preguntó emocionada. —Pero entonces, ¿no se convertiría la chica Hua en la vergüenza de la familia Chun Yu?

El matrimonio sería cancelado y las familias Chun Yu y Hua se convertirían en enemigas. Esto sería un hazmerreír en Yecheng.

Chun Yu Yan tomó una pieza de ajedrez en su mano. —Ambos obtenemos lo que necesitamos.

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