Traducido por Anissina
Editado por Ayanami
Me llamo K. Soy un gato.
¿Es una letra el verdadero nombre? No. En realidad, mi nombre es diferente. Sin embargo, espero que no lo preguntes. Sólo K, es suficiente.
Como he dicho antes, soy un gato.
Tengo abundante pelaje negro desde la punta de mis orejas hasta el final de mi cola. A diferencia de otros gatos híbridos, mi pelaje no tiene ningún color mezclado. El color negro puro del pelaje demuestra mi nobleza de nacimiento.
Mi superioridad no se limita al color del pelaje.
Las orejas afiladas con una simetría perfecta entre la izquierda y la derecha y la cola que se mueve en una curva elegante son realmente perfectas. Lo mismo ocurre con las almohadillas gruesas y opacas que pueden aterrizar silenciosamente incluso si caen desde un lugar alto.
¿Qué otra cosa se puede pedir además de un suave bigote curvado que se extiende desde la parte superior de la nariz? ¡La excelencia de satisfacer tanto los aspectos funcionales como los estéticos! Por supuesto, también son indispensables unos ojos redondos y grandes, así como unas hermosas y fuertes garras.
Soy un gato en una ciudad fría con un alma solitaria, perfecta de aquí y de allá. Pero sólo seré cálido con mi mujer. (Risas)
Estoy sentado de forma elegante en una estantería de madera mirando hacia abajo.
Puedo ver a una mujer humana tarareando. Parece que se siente bastante bien al ver que mueve suavemente sus caderas.
La mujer está removiendo la olla con fuerza con una espátula. De una olla lo suficientemente grande como para que los humanos se bañen, sale un humo malo. La humana puso un montón de cosas extrañas en esa olla hace un tiempo. Pero, por favor, no me malinterpretes. No todas las criaturas humanas son como ella. Esto se debe a que esa mujer es una bruja que incluso otros humanos son reacios a ver.
La mujer, que estaba removiendo la olla, levantó la cabeza de repente. El pelo de mi cola se eriza al ver a una vieja bruja deambulando. La bruja, que estuvo buscando por la casa durante un rato, finalmente me encontró, al verme abrió sus labios morados.
—Blackie.
Esa bruja, finalmente parece estar senil.
—¡Blackie!
La vieja bruja sigue diciéndome cosas ininteligibles. Hago como si no la oyera y agito la cola una vez. Entonces, la cara de la vieja bruja se distorsiona violentamente.
—¡Baja ahora mismo! ¡Gato perezoso! ¡Baja antes de que te hierva en una olla!
La vieja bruja senil se enfada. Creo que mis sensibles oídos van a estallar ante el grito de la bruja. Quiero coser ese hocico completamente, pero me aguantaré. Porque soy un gato de sangre fría.
(Gritos)
Cuando salto al suelo y ronroneo durante mucho tiempo, la cara viciosa de la bruja se afloja un poco. Está feliz porque soy de verdad. Abuela loca.
La bruja empieza a remover la olla de nuevo. Me siento a los pies de la bruja y miro la gran olla. La bruja está haciendo una medicina mágica muy potente. Debe ser una medicina para un sueño profundo. Esto se debe a que el hombre que la visitó anoche le pidió a la bruja una “droga para un sueño profundo como la muerte”. No sé para quién está tratando de usar esa medicina, pero de todos modos, los humanos que tomen esa medicina caerán literalmente en un sueño profundo como la muerte. Por lo que he experimentado, la medicina hecha por la bruja funciona maravillosamente bien.
De hecho, yo tampoco era un gato desde el principio.
Originalmente, era un ser humano nacido y criado en un país llamado Corea. Es difícil de creer, pero es cierto.
Nací y me crié como el único hijo de la familia Park, un noble linaje real. Un día, crecía en una familia bastante rica y con todo tipo de apoyos mientras estudiaba con ahínco, para un importante examen llamado Prueba de Habilidad Escolar Universitaria a la vuelta de la esquina.
Y, de repente, abrí los ojos en una montaña profunda, donde me topé con una vieja bruja con mala suerte, que vagaba por la montaña como una loca porque no podía saber qué había pasado con su gran porro[1]. No puede dejar de ser desastroso.
La bruja fingió ser amable y me arrastró a su cabaña donde me dio píldoras mágicas. Cuando me desperté después de desmayarme, ya era un gato.
Oh. La bruja soltó una risita y se rió con ganas. Finalmente, parece que la medicina mágica se había terminado de hacer. Me senté tranquilamente junto a la bruja y miré la cara de ésta. Al ver que ha dejado de remover la olla y ha entornado los ojos, ciertamente parece haber terminado.
—¿Quieres un poco, Blackie? —Tos, tos.
La bruja me mira y habla. Ronroneo maullando a la bruja que me pone un cazo lleno de líquido morado delante de la boca. No quiero hacerlo. Loca.
No sé cómo lo ha entendido, pero la bruja se ríe emocionada. Mirando a semejante bruja, me decidí una vez más. Hoy me libraré de esta sombría abuela y me escaparé.
La bruja sacó una botella de cristal de la estantería. Con un cucharón tomó una gran cantidad de medicina mágica y la vertió cuidadosamente en la botella. Los nervios de la bruja se concentran en verter la medicina en una pequeña botella.
Calculé utilizando todos mis conocimientos. Emplee no sólo las matemáticas, la física y la estadística, sino también la probabilidad y la teoría del ejercicio. No te sorprendas de que conozca estudios superiores siendo un gato. Como he dicho antes, yo era un noble ser humano que heredó sangre real.
De todos modos, considerando todas las situaciones, ahora debe ser el momento perfecto. Me levanté sin dudarlo y mordí el flaco tobillo de la bruja que tenía delante.
Bingo. La bruja gritó y saltó, la vi saltar sobre un pie y flotar rápidamente en el aire. Giré su cuerpo ligeramente levantado 180 grados en el aire y le di una patada a la parte posterior de la cabeza de la bruja.
La bruja se golpeó la cabeza contra la olla y se tambaleó. Finalmente, salté un par de veces de espaldas y aterricé en el suelo en una postura elegante. Fue un aterrizaje de 100 sobre 100.
—¡Eh, Blackie, gamberro…!
La bruja, que apenas sacó la cabeza de la olla, tropezó y dijo algo. La escoba atrapada en la mano de la bruja es horrible. Si me golpeara con ella, tendría que sufrir durante uno o dos días, pero me mantuve firme en una posición segura y elegante y miré fijamente a la bruja. No me asustó. Ni siquiera di un paso atrás o vacilé. Porque soy un gato de sangre fría.
—Tú, maldita sea, desgraciado…
La bruja tambaleante cayó al suelo mientras fingía estar balanceando su escoba. Me acerqué a la bruja y le pisé la cara. No estaba bien atacar a un oponente que ya había caído, así que no usé mis garras.
Miré por última vez hacia la cabaña y me di la vuelta sin remordimientos.
Debería haber una aldea humana en algún lugar más allá del profundo bosque. Tenía que ir allí y encontrar la manera de resolver y devolver la maldición de la bruja. Puede que no sea un viaje fácil, pero no me preocupa. Definitivamente lo lograré.
El oscuro bosque me recibe con sus negras ramas abiertas. Doy un paso hacia allí con alegría.
Soy un gato, K.
Del noble linaje de la familia Park, que nació y creció en un país llamado Corea y heredó la noble sangre real. Un protagonista desafortunado que se ha convertido en gato por la maldición de una bruja, por no hablar de la caída en un mundo desconocido.
Pero olvida todas esas historias desesperadas.
Hoy, no soy una persona de la noble familia Park ni el “Blackie” de una vieja bruja, sino sólo un gato llamado K con un alma solitaria. Nada más y nada menos.
[1]En lenguaje coloquial, un porro, bareto, canuto, carrujo, churro, petardo, troncho, peta etc. es un cigarro total o parcialmente relleno de cannabis. Se trata del formato más común de consumir marihuana, y un solo porro puede contener entre 0.5 y 1 g de esta droga.