¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 17: Empujar con audacia hacia adelante y confundir al rival amoroso

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


El día señalado por Vernoux llegó en un abrir y cerrar de ojos.

Era el cumpleaños de Hazel. Cordelia se miró en el espejo cuando terminó de arreglarse.

—Me gustaría felicitarte por tu cumpleaños, señorita Hazel. No; eso es demasiado pesado.

Debería haberse alegrado de recibir una invitación de una chica, pero simplemente no podía.

Es la primera vez que salgo cuando no me apetece…, pensó eso mientras desviaba su mirada del espejo.

—Señorita, el joven Vernoux está aquí.

—Ya voy.

Cordelia salió de su habitación, incitada por Emina. Vernoux estaba esperando en la entrada y sonrió ampliamente al ver a Cordelia.

Su sonrisa es extremadamente falsa, pensó ella y le respondió con una sonrisa falsa también.

—¿Cómo está usted hoy, joven Vernoux? Estoy un poco sorprendida de que hayas venido a recogerme.

—No tiene sentido ir por separado. No te preocupes.

Claro que sí.

Ella no podía decir eso, pero suspiró y se tragó un comentario atrevido. Cuando habían hablado de la mansión Hale, Vernoux pensó que gracias a ella no tendría que defenderse de los feroces ataques de Hazel.

—¿Y si cambias de opinión porque fuimos allí por separado? No, entonces mi estrategia no tendría sentido.

—No voy a huir ahora. Pero, esto es un favor.

—Sí, lo entiendo. Lo entiendo.

Levantó las manos en el aire de forma exagerada y se encogió de hombros.

Puede que haya aceptado algo más molesto de lo que pensaba, pensó Cordelia. Sin embargo, ella ya había aceptado su petición.

Al contrario de sus comentarios sarcásticos, su mirada era más inquieta de lo normal, y no dejaba de mirar a su alrededor.

El joven Vernoux tiene cosas que tampoco se le dan bien, eh…

Por supuesto, ella no pensaba que él no tuviera cosas que no se le dieran bien, pero estaba actuando de forma diferente a su despreocupación. Era una reacción muy infantil. Ella se dejó llevar por eso y se ablandó un poco.

—De alguna manera, me siento como si fuera la hermana mayor del joven Vernoux hoy.

Cordelia habló y se volvió hacia Vernoux. Él sonrió alegremente, y ella sintió como si su sonrisa dijera: «Entonces, haz lo posible por respaldarme hoy».

♦️ ♦️ ♦️

Al llegar a la mansión Hale Cordelia entendió lo ingenua que era cuando se trataba de intercambios sociales; se le hizo entender quisiera o no.

La mansión Hale estaba llena de flores blancas y desprendía un ambiente tranquilo… Pero la hija del conde Hale, Hazel, era todo lo contrario.

—Señorita Hazel. Gracias por invitarme hoy.

—Señorita Cordelia, bienvenida. Espero que disfrute la fiesta.

Cordelia inmediatamente saludó a Hazel con una suave sonrisa, y Hazel respondió de la misma manera; pero sus ojos no estaban sonriendo. Sus ojos parecían recelosos, como los de alguien que acababa de encontrar a su rival.

Cordelia quiso desviar la mirada, pero no encontró el momento adecuado para hacerlo.

Por suerte, la persona que se apartó primero fue Hazel. Su mirada se dirigió a Vernoux y su sonrisa se transformó rápidamente, parecía una hermosa flor.

—¡Joven Vernoux, muchas gracias por venir! Dime, joven Vernoux, ¿qué te parece este vestido? Me esforcé en elegirlo.

—Ah, sí. ¿Es… bonito?

—Oh, ¿de verdad? Valió la pena preocuparse durante tres días y tres noches, porque has dicho que me queda bien.

Cordelia ni siquiera pudo replicar en su mente, por lo feliz que estaba Hazel desde el fondo de su corazón.

La señorita Hazel es más intensa de lo que pensaba. Tiene más personalidad que en el juego, pensó y no pudo evitar sentir que el peligro se acercaba a ella; pensó en dar un paso atrás… Pero Vernoux la detuvo.

—Dilly, tú también lo crees, ¿no?

—¿Eh? Sí, por supuesto.

Aunque había respondido de inmediato, pudo ver que las palabras de Vernoux habían agriado el humor de Hazel. Hazel mantenía su sonrisa, pero sus ojos decían otra cosa.

No era una sorpresa. Hazel simplemente quería que Vernoux la felicitara, pero como le pidió su opinión a Cordelia, parecía que era la opinión general y no la de Vernoux.

Sin embargo, su mirada no permaneció mucho tiempo, ya que fue a saludar a otra amiga, que acababa de llegar. Cuando Hazel se fue, Cordelia protestó en voz baja ante Vernoux.

—Está bien que finja que no notas que le gustas a la señorita Hazel, pero no me metas en esto.

—Entiendes que es necesario para mi acto, ¿no?

—Ya me debes más de una, más te vale que lo pagues luego.

Vernoux evadió su queja con una risa seca. Le había parecido un niño cuando vino a buscarla, ahora se sintió engañada por un zorro.

Si es así, entonces la señorita Hazel siempre me verá como una rival en el amor…

Incluso desde la distancia, podía sentir la mirada de Hazel sobre ella, aunque no quisiera.

No me hagas caso, centra tu atención en el joven Vernoux.

Cordelia rezó eso en su corazón, pero no se lo transmitió a Hazel en absoluto.

Sólo le prometí al joven Vernoux que vendría aquí con él, pero no tengo intenciones de interponerme en el romance de la señorita Hazel.

Si la persona que le gusta está aquí, entonces debería apelar más a él, no buscar pelea con su rival, pensó Cordelia. Aunque no estoy segura de que eso llegase a funcionar. Pensar algo tan increíble sin tener experiencia en el amor es algo atrevido.

Lo que significa, oh Dios. Si es así, ¿entonces soy más inocente que la señorita Hazel?

No, eso no es cierto, ella quería creer.

—Dilly, ¿qué pasa?

—No, nada. De todos modos… ¿Ooh? La señorita Hazel está volviendo aquí.

—Ack.

Aunque lo había dicho lo suficientemente bajo como para que la gente alrededor de ellos no escuchara, ella pensó que era grosero que él dijera “ack”, mientras sonreía a Hazel y preguntaba.

—Señorita Hazel, ¿pasa algo?

Hazel, que se acercó a ellos con una mirada severa, puso una sonrisa deslumbrante en su rostro cuando vio a Cordelia. La sonrisa de Hazel era tan hermosa que hizo que Cordelia quisiera dar un paso atrás.

—Esto es repentino, pero estás interesada en los caballos, ¿no es así, señorita Cordelia?

—Caballos… ¿verdad?

—Hay un concurso de equitación en este momento. No hay límites para la participación de las mujeres, pero he oído que sólo un pequeño número de chicas se apuntan a la competición; puede que solo sea yo. ¿Por qué no participas conmigo, si te interesa? He oído que montas un hermoso caballo. Creo que es bueno para mejorar nuestras habilidades compitiendo con gente de la misma edad.

Cordelia se sorprendió un poco por su comentario. Ciertamente sabía montar a caballo, pero nunca se lo había dicho a Hazel. Las únicas personas que lo sabían era su familia, los sirvientes, Vernoux y Gille… O eso pensó mientras miraba a Vernoux.

Él apartó suavemente su mirada de ella.

No sé cómo ha ocurrido, pero el joven Vernoux se lo ha contado.

Sin embargo, incluso si ella había determinado que la fuente de información era Vernoux, la sorpresa no se desvaneció. Era un hecho que Hazel también estaba interesada en la equitación. Como dijo, probablemente era la única que competiría en este concurso.

Aún así, Cordelia no podía seguir sorprendida. Inmediatamente empezó a pensar en cómo evitar la competición. Había empezado a montar a caballo para poder dar paseos. Nunca había pensado en competir.

Ni siquiera conozco las reglas y si compito, entonces tengo que concentrarme en practicar… Si lo hago, entonces el tiempo que puedo utilizar para los experimentos disminuirá.

Sin embargo, no quiero negarme cuando ni siquiera puedo exponer mis razones para hacerlo. Parecería que estoy huyendo. Y como hija de la Casa Pameradia, no quiero que los demás me vean presionada por Hazel.

Pensó eso mientras su mente daba vueltas, entonces se le ocurrió una excusa muy bonita.

—Suelo acompañar a mi hermano en sus paseos, así que nunca he pensado en participar en competiciones. Pero si la señorita Hazel compite, entonces le animaré.

Hazel abrió los ojos ante la respuesta de Cordelia. Al mismo tiempo, su respuesta causó un revuelo entre las chicas, que estaban escuchando la conversación entre Hazel y Cordelia.

Las chicas empezaron a hablar en secreto con sus amigas y finalmente una de ellas se dirigió a Cordelia.

—Mmm, disculpe, siento haber interrumpido su conversación. Señorita Cordelia, ¿el hermano del que habló es el señor Cyrus? ¿O es el señor Isma…?

—Es mi hermano mayor Isma. Mi hermano mayor Cyrus suele revisar los documentos del feudo en sus días libres.

Las chicas, que escucharon lo que Cordelia había dicho, chillaron. Incluso hubo algunas chicas que no chillaron, sino que se pusieron rojas…

¡Si que son populares, hermanos!

No sabía hasta ahora que mis dos hermanos mayores fueran tan populares como para que las chicas se excitaran tanto, solo con oír sus nombres. Por supuesto, no me sorprende que tengan fans, pero no pensé que tuvieran tantas. Pensó, mientras esperaba la reacción de Hazel, que era la más importante, y ésta bajó la mirada.

Cordelia se asustó un poco.

Seguro que no le gusta que las chicas se distraigan con los nombres de mis hermanos, aunque sea la protagonista del día, pensó Cordelia y planeó lanzarle un nuevo tópico… Pero Hazel levantó la cara de repente y notó que sus ojos estaban más encendidos que antes y se detuvo.

—Entonces… yo también aprenderé a hacer paseos largos.

—¿Perdón?

Hazel le informó en voz baja mientras temblaba. Cordelia nunca podría haber adivinado que eso era lo que iba a decir. Cordelia ladeó la cabeza, confundida, y Hazel continuó con valentía.

—Es muy lamentable que no vaya a participar en la competición, señorita Cordelia. Pero me gustaría competir contigo.

—¿De verdad?

—Sí. Por lo tanto, voy a aprender a hacer paseos largos. No creo que mis habilidades como jinete se transmitan si no estoy en el mismo escenario que tú. No tengo experiencia en paseos largos, pero no hay manera de que no pueda hacerlo si tú puedes.

¿Las cabalgatas largas tienen concursos?

Hazel habló con orgullo, con un ímpetu que echó por tierra la pregunta de Cordelia.

De todos modos… Me pregunto si está intentando arrastrarme a algún tipo de competición.

Quiero que se detenga si es posible. Era una competición en la que Cordelia no tenía nada que ganar. Sin embargo, Hazel, cuyo fuego se había encendido, ya no podía ver la expresión de Cordelia. Entonces, se acercó a Cordelia y le susurró al oído.

—Entonces, no voy a entregarte al joven Vernoux a ti. Definitivamente ganaré contra ti.

Su voz era como la de un soldado que va a la guerra, y se arrastraba por la piel de Cordelia; no le sentaba nada bien a una chica guapa. Cordelia se quedó helada por muchas razones. Al parecer, se reconocía completamente como una rival en el amor. Ella se había preparado para eso hasta cierto punto.

¿Cuánto más fácil para mí sería si dijera: “Estás malinterpretando, señorita Hazel”? Pero, Hazel ya se había separado de ella y no podía dar su respuesta en secreto. Por supuesto, su voz llegaría a Hazel si hablara normalmente, pero Hazel había declarado a propósito a Cordelia de esa manera para que otras personas no la escucharan. En resumen, Hazel no quería que nadie la oyera, y Cordelia no quería tomar ninguna medida que careciera de delicadeza, aunque quisiera resolver el malentendido. Sin embargo, parecía que la mayoría de la gente ya se había dado cuenta de lo que Hazel había dicho por sus acciones.

Dicho esto… no quiero lanzarme a la boca del lobo.

Por ejemplo, si Hazel hubiera sido una chica desagradable, a Cordelia le resultaría más fácil tratar con ella.

Es molesta, pero no tiene una mala personalidad.

Hazel se enfrentaba a Cordelia de frente, a pesar de que parecía tener dos caras. La prueba era el asunto de la cabalgata. Había desechado una ambiente favorable y anunció que se metería en el terreno de su oponente. En realidad era una chica valiente. Su mirada daba miedo, pero a Cordelia le gustaba. Sin embargo, si ella insinuaba que quería retroceder, probablemente le atacaría el doble. Eso, a su manera, daba miedo.

Al final, Cordelia no dijo nada, y Hazel la dejó de nuevo, ya que había sido llamada por su madre. La primera canción de baile estaba comenzando. La pareja de baile de Hazel era su hermano… No, alguien que parecía lo suficientemente joven como para ser su hermano, pero en realidad era su padre, el Conde Hale.

—Es increíble aunque te hayan señalado…

—Hablas como si no tuviera nada que ver contigo.

Cordelia respondió con amargura a Vernoux, que la había estado observando desde la distancia con unos chicos que parecían sus amigos. Sin embargo, su tono era claro. Si no estuvieran en público, no ocultaría tanto sus sentimientos, pero no podía exponer una apariencia tan indigna delante de la gente de alrededor, ni de los chicos que estaban junto a Vernoux.

Cuando Cordelia respondió de forma tan cortante, también sonrió a los dos chicos que estaban junto a Vernoux.

—Es un placer conocerlos. Me llamo Cordelia Enna Pameradia.

Los chicos que estaban a la izquierda y a la derecha de Vernoux se congelaron al oír su saludo.

¿Se congelaron…?

Cordelia inclinó la cabeza con curiosidad. Era imposible que no la hubieran oído, no era un saludo inusual. Cordelia, que estaba un poco confundida, miró a Vernoux y este suspiró.

¿Suspiro?

Vernoux empujó ligeramente a los chicos mientras ella se mostraba dubitativa.

—Eh, presentense.

Los chicos parpadearon, como si se hubieran asustado por la breve declaración de Vernoux.

—Lo siento, soy Clifton Hack.

—Yo soy Myles Gunnell.

El feudo del conde Hack prosperaba con su negocio de construcción naval y la familia del vizconde Gunnell era originalmente comerciantes de éxito. Ambos eran conocidos y prósperos.

En efecto, el hijo de la Casa Flantheim y sus amigos son unos esnobs, pensó ella. Al mismo tiempo, no pudo evitar interesarse por los chicos, ya que ellos conocían un mundo que ella no conocía.

—Joven Clifton, ¿has navegado alguna vez en un barco por el mar? Nunca he navegado antes.

—Sí, por supuesto. Estoy muy familiarizado con el mar. Puedo hablarte de ello si no te importa.

—¡Sí, eso sería genial!

—¡Diga, señorita Cordelia! La madera del feudo Pameradia también ha atraído la atención de gente de reinos extranjeros. Por favor, cuénteme más sobre ella.

—Por supuesto. Me alegro de que te interese la madera de nuestro feudo.

Ella se relajó al ver las sonrisas de los serios y tímidos muchachos. Se olvidó por completo de la fuerte mirada de Hazel.

Sin embargo, Vernoux tocó a Cordelia en el hombro cuando su conversación iba bien.

—¿Joven Vernoux…?

—Dilly, está bien que hables, pero hoy escucharás mi petición, ¿no?

—¿Eh? Errr.

—Bueno, no están aquí… Pero hay algunos tipos con los que no es divertido tener largas conversaciones.

»De todos modos, puedes hablar con Clifton y Myles de nuevo más tarde. ¿Por qué no bailamos primero?

Vernoux extendió su mano hacia Cordelia, después de susurrar un comentario que sonaba como si estuviera hablando consigo mismo. Estaba siendo contundente, aunque lo había formulado como una pregunta. A pesar de sentir confusión sobre por qué la había interrumpido cuando estaba teniendo una conversación divertida, Cordelia decidió aceptarlo ya que él siempre actúa así.

Pero, Hazel regresó antes de que ella pudiera tomar su mano. Su sonrisa era deslumbrante. Probablemente le estaba pidiendo a Vernoux el segundo baile, pero él tomó rápidamente la mano de Cordelia antes de que ella pudiera hacerlo.

—El músico es bueno —comentó—, estoy deseando que llegue el baile. —Mientras empezaba a caminar rápidamente.

—Joven Vernoux, ¿no cree que está siendo demasiado descarado?

—No seas tonta. Probablemente no se rendirá ni siquiera con esto.

Cordelia miró a Vernoux que parecía que iba a retorcerse, mientras miraba secretamente a Hazel. Clifton y Myles estaban hablando con Hazel, que se había quedado atrás, pero se mire como se mire, estaban tratando de calmarla. Ya que sus rostros estaban crispados. Cordelia rezó por los amigos de Vernoux. Al mismo tiempo, se sintió turbada por una mirada que le lanzaron.

No podía oír una voz, pero sabía que Hazel decía: «No perderé».

Me pregunto si la heroína también fue desafiada por ella…

No, la heroína definitivamente aceptaría un desafío de su rival. Una heroína es alguien que acepta con seriedad y resuelve los problemas incluso en situaciones difíciles.

Pero, por desgracia, Cordelia no era una heroína. Quedar atrapada en una pelea por Vernoux era perfecto para una heroína.

—No entiendo.

—¿Qué?

—No tienes remedio.

Cordelia pensó en pisar el pie de Vernoux, porque se estaba haciendo el tonto, pero desistió de la idea por su orgulllo. No podía soportar que la consideraran una mala bailarina.

Sin embargo, empezaba a dolerle la cabeza por las miradas penetrantes.

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