¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 18: De los enemigos de ayer y demás

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


Unos días después de la fiesta de baile en la mansión Hale.

En el laboratorio, Cordelia dio un largo suspiro ante la carta que había llegado también ese día.

Tenía una hermosa letra en un sobre blanco puro. Probablemente, dentro del sobre había papel con una marca de agua con el escudo de la familia.

Sin embargo, eso no le importaba. Si sus deseos se hicieran realidad, no hubiese recibido ningún sobre. También había recibido otras invitaciones a fiestas del té, pero ésta no era una invitación pacífica.

—¡No puedo continuar con mi investigación, o relajarme en absoluto, con todas estas invitaciones que llegan cada día…!

Aunque diga eso, no le serviría de nada no abrirla. Cordelia se rindió y la abrió.

La carta que estaba firmada por Hazel Hale, era un desafío a un duelo… Era como un desafío escrito. El contenido de la carta no se diferenciaba mucho de otras invitaciones a fiestas de té. Para bien o para mal, era una invitación corriente. Sin embargo, cada vez que iba, ella era la única invitada, y caía en la molesta trampa de ser retada a varios concursos por Hazel.

Cordelia lo sabía, así que no aceptaba todas las invitaciones de Hazel; pero si las aceptaba a un ritmo de entre tres y cinco días. En cualquier caso, las cartas de amor de Hazel llegaban todos los días, y era imposible seguir rechazando las invitaciones diciendo que tenía cosas que hacer.

Eso no significaba que no pudiera rechazar sus invitaciones. Aunque sus rangos de casas eran los mismos, la Casa Pameradia tenía una historia más larga y, en cierto modo, tenían un estatus más alto. Hazel, que enviaba a Cordelia una carta todos los días, no era mayor, aunque sus casas tuvieran el mismo rango.

Sin embargo, conociéndola Hazel no aceptaría un no por respuesta de Cordelia, ya que era muy apasionada. Y sería problemático que Hazel ideara otro plan, debido a la negativa de Cordelia o a un intento de explicar que todo era un malentendido.

En general, a Cordelia no le importaba lo que pensara de ella. Pero era terrible que la gente confundiera la relación entre ella y Vernoux solo por la conducta de Hazel. Ella no podía simplemente ignorarlo hasta que resolviera de alguna manera.

—Hazel… Ella ha tomado un interés extremo en ti, señorita.

—Sí.

—¿La señorita finalmente tiene una amiga de la misma edad? —Ronnie habló sin miramientos.

—Tendríamos que tener una conversación muy difícil para llegar a una relación amistosa —respondió, mientras pensaba en los concursos a los que la habían desafiado.

La primera partida fue un juego de mesa. Era un juego de campamento y ella estaba acostumbrada a jugarlo. Consiguió una victoria completa.

La siguiente partida también era un juego de mesa, pero esta vez era un juego de disminución de piezas del jugador. Por supuesto, ella ganó. Ocasionalmente jugaba a esos dos juegos con Isma, así que había acumulado experiencia con ellos.

Pensó que la tercera partida también sería un juego de mesa, pero en su lugar debatieron sobre historia tres veces. Cordelia pensó: «¿No va a ser hoy también un juego?», pero se vio obligada a darse cuenta de que sí lo era cuando Hazel, que se quedó sin cosas que decir, dijo: «La próxima vez no perderé, ¿entiendes?».

Habían hablado mucho y habían jugado a muchos juegos juntas, pero todavía no podía llamarse una fiesta de té amistosa.

—En serio, me pregunto cuándo se cansará de esto. Esa señorita llamada Hazel te ha desafiado mucho, ¿no es así, señorita? Ella no ha aprendido nada de esto, y ni siquiera puede admitir que ha perdido.

En contraste con el tono cálido y difuso de Ronnie, Lara habló con resentimiento, sin dejar de trabajar, Cordelia entonces aconsejó a Lara.

—Lara, no es correcto expresarse asi.

Es cierto que ella no admitía sus derrotas, pero decir que “no ha aprendido nada” era una expresión muy dura de usar. Hazel siempre elegía juegos que no dieran a Cordelia una desventaja.

Una vez, Cordelia no conocía las reglas de un juego de mesa que ella había sugerido. Así que, sin rodeos, le pidió que le enseñara las reglas del mismo. Como Hazel quería competir con ella al mismo nivel, Cordelia no tenía intención de pedirle que cambiara el juego.

Pero, en cuanto le preguntó, Hazel dijo: «He cambiado de opinión. Juguemos a otro juego». Sin embargo, incluso Cordelia sabía que no era una dama que cambiara de opinión inmediatamente después de sugerir algo. Sus palabras fueron un poco bruscas, pero eso fue por consideración hacia Cordelia. Es por ello que Cordelia no lograba ver a través de las intenciones de Hazel en absoluto.

Hasta ahora, Vernoux nunca había sido invitado a ver sus juegos. Más bien, se sorprendería si ella le dijera que estaban teniendo concursos.

En el juego, los juegos que la señorita Hazel proponía y en los que competía con la heroína eran siempre los que mostraban su lado bueno al joven Vernoux.

Por supuesto, no me parece extraño que la personalidad de Hazel sea diferente a la del juego, pero si ese fuera el caso, entonces no entiendo por qué sigue retándome a estos juegos. Ella nunca me ha dicho que me aleje del joven Vernoux si pierdo.

¿Por qué estoy involucrada en este evento, aunque no soy la heroína…?

La joven Hazel probablemente no me escucharía incluso si dijera que Vernoux es solo un amigo de la infancia. Nunca estoy sola con Hazel en su mansión. Siempre hay alguien mirando. Por lo tanto, es difícil abordar el tema de Vernoux. Si es así, ¿cómo le hago entender que no soy su enemiga?

Es un problema escandaloso, pensó mientras abría la carta de amor de hoy, y se quedó sin palabras.

La esencia de la carta era que Hazel quería visitar la Casa Pameradia. Y sorprendentemente, hoy era el día en que ella quería visitarla.

Me siento mal por hacerte venir de visita cuando pareces tan ocupada, señorita Cordelia. Por lo tanto, te visitaré en su lugar.

Sus consideradas palabras decían y al mismo tiempo, también implicaban “Por favor, no huyas”. Además, se acercaba la hora en la que había dicho que iba a venir. Si Cordelia hubiera salido, entonces de seguro la visitaría otro día… Y si fingía estar fuera,  el molesto asunto solo se habría extendido a otra fecha.

—Ronnie, lo siento pero ¿puedes decirle al portero que no deje pasar al joven Vernoux hoy, si se presenta? Definitivamente no puede pasar.

—Entendido. El joven correrá directo a casa si se le dice que la señorita Hazel viene —dijo Ronnie en un tono divertido.

Luego sonrió y salió de la habitación. Ella quería preguntarle por qué parecía tan complacido, pero no tenía tiempo.

Lara, en cambio, ni siquiera intentó disimular su expresión.

—Yo seré la camarera para dar apoyo a la señorita.

—Gracias, Lara… Pero está bien, porque tengo a Emina.

Por supuesto, todavía estaba incómoda con los modales de Lara, pero las cosas se complicarían mucho más si Lara se enfadaba con Hazel. Aunque no llegara a tanto, a Cordelia le inquietaba que Lara fulminara con la mirada a Hazel, así que rechazó educadamente la oferta de Lara.

♦️ ♦️ ♦️

—Vine rápidamente por invitación de la señorita Cordelia —Después de unos minutos, Hazel apareció de manera digna.

Yo no te he llamado aquí.

Apareció de manera tan digna, que Cordelia no pudo responder en absoluto.

Saludó a Hazel en el salón.

—¿Cómo está usted, señorita Hazel?

—¿Cómo está usted, señorita Cordelia? Estoy muy feliz de que me invites a tu mansión.

Nunca te invité aquí. Cordelia no replicó y respondió con una sonrisa.

—Llevo pensando en esto desde la fiesta nocturna en la Casa del Marqués, pero llevas una fragancia poco habitual, ¿no es así, señorita Cordelia? Y estoy muy celosa de que tengas muchas flores en tu jardín.

Estaba un poco sorprendida de que Hazel la hubiera felicitado de verdad.

Probablemente me escuche ahora, pensó Cordelia mientras le pedía a Emina que se marchara.

Esta es una gran oportunidad. Vale la pena intentarlo; Debo hablarle claramente del joven Vernoux. Ahora estamos solas, a diferencia de cuando estamos en la mansión de la señorita Hazel. Lo siento por el joven Vernoux, pero ya he cumplido mi promesa. Si quiere rechazar su amor por él, entonces debería hacerlo él mismo. Ya que este es su problema.

Hazel ya había empezado a preparar el juego cuando Cordelia intentó hablar. Un puñado de cartas y algunas monedas habían sido colocadas sobre la mesa por Hazel.

—¿Vamos a jugar un juego de cartas esta vez…?

—Sí. Hay diferentes tipos de juegos, pero ¿tienes experiencias jugando a este tipo de juego?

—Sí, la tengo.

El juego era el póker de su vida anterior. Las cartas de este reino estaban coloreadas y numeradas, y también tenían diseños de ocupaciones en ellas. Además, los diseños eran más importantes que los números, por lo que las reglas eran un poco diferentes a las de los juegos de cartas normales. Por ejemplo, la persona que tenía dos princesas tenía mejor mano que la que tenía tres caballeros. Además, a diferencia de otros juegos de cartas, el número que aparece al lado de la imagen no se fijaba en la imagen, por ejemplo, si dos personas tenían dos caballeros, entonces se tomaba la suma total de los números para decidir quién tenía la mejor mano. Pero las reglas generales eran las mismas que las del póker.

—Señorita Hazel, ¿te gustaría comer dulces mientras jugamos?

—Eso suena maravilloso. Pero, quiero comerlos cuando tengamos un descanso.

—De acuerdo. ¿Qué pasa con el crupier? ¿Debo llamar a alguien?

Honestamente, ella quería evitar llamar a alguien más aquí, ya que sería difícil abordar el tema con Hazel, pero no tenía otra opción que llamar a alguien más si iban a tener un juego justo. Sin embargo, le preocupaba que Hazel no confiara en ella por usar a alguien de la Casa Pameradia como repartidor.

—No me importa que actúe como repartidora, señorita Cordelia. —Hazel habló con indiferencia, a pesar de la idea de Cordelia.

—Vaya, ¿en serio?

—Sí. Espero que no hagas trampa.

Hazel movió tranquilamente la baraja frente a Cordelia. Era nueva y había delicados dibujos en el dorso. Los diseños estaban cuidadosamente dibujados y Cordelia pensó que se trataba de un artículo considerablemente caro. No era muy buena barajando cartas, pero éste era un juego que había jugado con su hermano, así que tenía algo de experiencia.

Cordelia repartió cinco cartas, mientras miraba a Hazel.

—La regla es… Veamos, cada uno tiene diez monedas para empezar. La apuesta mínima es de dos piezas. El primero que pierda todas sus monedas pierde, ¿está bien?

—Sí.

Ambas colocaron dos monedas en el centro de la mesa sin tocar sus cartas. Cordelia habló cuando las cuatro monedas estaban colocadas.

—Tengo una propuesta.

—¿Qué es?

—¿Por qué no copiamos a los adultos y hacemos una apuesta? La perdedora tiene que responder a una pregunta de la ganadora. ¿Qué te parece?

—Suena interesante.

Perfecto.

Cordelia pensó eso mientras deslizaba sus manos hacia las cartas como si nada.

—Empecemos.

Me pregunto si está en la edad en la que se extralimita.

Hazel parecía estar analizando a Cordelia, como si quisiera decifrarla. Observaba con detalle cuando colocaba las monedas y cuando sus ojos recorrían las cartas. Era lindo como no miraba los ojos de Cordelia para evitar ser atrapada. Una mente infantil tratando de actuar como un adulto… Sí, parecía que estaba tratando de usar tácticas.

Señorita Hazel podría pensar así, pero usaré un ataque directo.

Cordelia colocó dos de sus cartas y las descartó. Hazel la miró fijamente mientras lo hacía.

Cordelia no creía que las expresiones de la otra persona fueran importantes en este juego. Pensó que la clave del juego era leer las cartas de su propia mano y mantener el ritmo. ¿Ganaría o perdería? Lo importante era el truco[1] de las cartas.

—¿Qué vas a hacer, señorita Hazel?

—Estoy bien con mi mano.

—Entonces, robaré.

Cordelia robó dos cartas y obtuvo un caballero y un rey.

Cuando necesitas algo realmente viene a ti, pensó.

—Ahora revelemos nuestras cartas —dijo Hazel, e hizo lo que dijo.

—Tengo tres caballos, un rey y una reina. Esto es “Paz en el Palacio Real”, ¿no?

—Un mercader… Un plebeyo y un bardo. Y luego dos soldados. Tengo un par… He perdido.

A Cordelia no le pasó desapercibido el hecho de que Hazel había jadeado cuando Cordelia reveló su mano, apenas pudo disimular su sorpresa. Sin embargo, actuó como si no hubiera pasado nada y tomó cuatro monedas en su mano.

Ya veo, así que estaba apostando a ganar con un par… O más bien, podría haber estado tratando de ver mi mano. Probablemente estaba observando qué tipo de combinaciones prefería… Ahora, ¿qué hará?

—¿No vas a barajar el próximo juego, señorita Hazel?

—¿Eh? De acuerdo.

Cordelia pasó todas las cartas a Hazel.

Su primera mano fue casi perfecta y no quería que Hazel se imaginara algo raro.

Hazel barajó las cartas como si estuviera acostumbrada. Cordelia la miró fijamente mientras lo hacía e hizo una pregunta.

—¿Por qué has elegido esta vez un juego basado en la suerte?

—Parece que la suerte no está de mi lado, así que pensé que aún me queda camino por recorrer. Y… No quiero depender de la suerte para ganar.

Entonces, Cordelia tendió dos monedas a cambio de las cartas que le habían repartido. Extendió las cartas, bajó los ojos para mirarlas y volvió a juntarlas. Confirmó una cosa con la victoria anterior.

—Me quedo.

La expresión de Hazel se puso rígida por un segundo.

Ella agarró fuertemente las cartas en su mano. Cordelia tuvo la impresión de que ella era realmente honesta. Hazel probablemente pensó que Cordelia tenía una mano fuerte de nuevo. No era sorprendente que tuviera esa impresión, ya que Cordelia había mostrado una mano fuerte desde el principio.

Hazel descartó dos cartas de su mano y robó dos. Luego le dijo a Cordelia que revelara.

Hazel no tenía nada. Cordelia, en cambio, tenía un par, y era el más bajo, el del bardo.

La expresión de confusión de Hazel confirmó las sospechas de Cordelia.

Señorita Hazel, no es muy buena en las cartas, sus reacciones son las de una principiante. Está demasiado tensa y, para empezar, tiene una personalidad honesta.

Es suficiente con que lo sepa.

—Señorita Hazel, por favor reparta las cartas a continuación.

—De acuerdo.

Hazel asintió ante la calma de Cordelia y volvió a mezclar las cartas. Cordelia la observó en silencio.

Cordelia prefería tener una mano segura. No pretendía tener una mano fuerte a menos que ocurriera algo inusual. Sin embargo, no haría algo tan cobarde como jugar una mano débil. Ella mantuvo su mano anterior porque quería conocer la personalidad de Hazel.

Y, concluyó que Hazel era más honesta de lo que había pensado. Por supuesto, no era imposible adivinar eso, ya que Hazel la desafió a concurso tras concurso.

Si la señorita Hazel simplemente se ajusta a la otra persona, entonces será fácil de provocar.

Si es así, entonces la apuesta era un problema. Cordelia suspiró y tomó las siguientes cartas en su mano.

—Señorita Hazel, hay algo que me gustaría preguntarle.

—¿Preguntarme…? Déjalo para después.

—Oh, ¿por qué?

—Porque te prometí que la persona que gane podrá hacer una pregunta, ¿verdad?

—Entonces… hagamos esto.

Cordelia extendió cinco monedas frente a Hazel, que parecía insatisfecha. Aunque no era una violación de las reglas sacar más de dos monedas, sacar cinco monedas era lo mismo que declarar la victoria. Aunque podría ser una declaración precipitada, ya que Hazel aún tenía seis monedas.

—Entiendes lo que pasará si gano esta mano… ¿verdad? La situación se invertiría.

—Sí. Yo tendré nueve monedas y la señorita Hazel tendrá once.

Cordelia respondió con indiferencia. Entonces, Hazel pareció haber pensado en algo, ya que sacó cinco monedas de su pila.

—Señorita Hazel… ¿Está realmente bien?

—No podemos recuperar las monedas que ya hemos apostado. Esa es la regla, ¿verdad?

Hazel, que había apostado cinco monedas, solo le quedaba una. Si perdía el siguiente partido, no podría hacer una apuesta de dos, por lo que perdería.

Cordelia miró las cartas que tenía en la mano y luego el montón de cartas. Entonces, cerró los ojos, respiró profundamente y sacó dos cartas.

—Entonces tengo que ir a por todo… ¿no?

Cordelia descartó las dos cartas que tenía en la mano con el diseño hacia arriba.

Mostrando un rey y una reina. Esas dos cartas eran bastante fuertes por sí mismas. Además, las dos cartas eran del mismo color, por lo que eran compatibles. No era normal descartarlas al mismo tiempo. Hazel miró a Cordelia con incredulidad.

—¿Puedo robar?

—Eh, sí… —Hazel no ocultó su tono rígido. Cordelia, ni se inmutó.

Hazel juntó los labios mientras miraba las puntas de los dedos de Cordelia. Observó como Cordelia añadía dos nuevas cartas a su mano.

—Señorita Hazel, ¿también has terminado?

—Sí… Estoy más preocupada por ti. Señorita Cordelia, en realidad no conoces las reglas, ¿verdad?

Hazel habló mientras mostraba sus cartas: eran las mismas que Cordelia había tirado pero de otro color, y también tenía un príncipe. Además, también tenía un mago y un caballero. Había completado espléndidamente la “Orden en el Palacio Real”. Cordelia sonrió al ver esto.

—Es mi victoria, señorita Hazel.

—¿Qué has dicho?

Hazel la miró dudosa y Cordelia reveló sus propias cartas.

—Cuatro plebeyos y un payaso… “Tiempo de Revolución”

Revolución.

Era una regla que cambiaba las posiciones de las cartas fuertes y débiles. Estas cinco cartas no tenían ningún significado por sí mismas. Sin embargo, eran las más fuertes en este escenario. La gente no solía jugar a este juego con solo dos jugadores, por lo que el cambio de todos los valores tenía un gran impacto en el juego.

Por supuesto, Hazel perdió la calma, porque solamente ellas dos estaban jugando.

¿Qué? ¿Cómo?

Cordelia sintió que había escuchado esas palabras, aunque Hazel no las había pronunciado.

Esto es desafortunado, Cordelia dejó escapar un pequeño suspiro.

—A decir verdad, sabía que tenías estas dos cartas. —dijo Cordelia dando un golpecito a las dos cartas plebeyas que había robado.

—¿Eh?

—Señorita Hazel, tienes un hábito peculiar cuando las cartas están en tu mano. Has sacado la carta de plebeyo dos veces. Y en cada oportunidad presionas el borde izquierdo y lo sostienes con tu mano izquierda. La tomas con tanta fuerza que los bordes están un poco doblados. ¿Lo ves?

Cordelia señaló el borde izquierdo de la tarjeta del plebeyo. Había una ligera curvatura allí.

La cara de Hazel se puso roja por un segundo.

—¡Eres tan astuta!

—Este es un juego donde los astutos ganan. Y fue la señorita Hazel quien apiló estas dos cartas y me permitió subir a la cima.

—¡Aún así, sigues siendo astuta!

—Un juego es un juego. Así que, aquí hay una pregunta de mi parte, como prometí. ¿Por qué siempre me preparas un escenario favorable?

—¿Qué quieres decir…?

—Un juego no es interesante a menos que estemos en igualdad de condiciones. Sin embargo, siempre eliges juegos en los que soy buena. ¿Por qué?

Cordelia habló rápidamente, antes de que la ira de Hazel estallara.

Y Hazel miró a Cordelia como si la acusara de decir algo estúpido.

—Eso es porque tú y yo tenemos gustos diferentes.

—Por supuesto, de alguna manera puedo sentir que nuestros gustos son diferentes.

—Quiero competir contigo en las cosas que se te dan bien. Soy consciente de que el joven Vernoux no está interesado en mí en absoluto. Por lo tanto, no estoy tratando de hacer que se fije en mí. Lo que quiero es aprender las habilidades en las que la chica que le interesa es buena, y llegar a ser mejor que ella en ellas. Si lo hago, puede que se interese por mí, ¿no?

A Cordelia le sorprendió la audacia con la que Hazel había declarado aquello. La chica llamada Hazel era más positiva de lo que había pensado. Vernoux ya parecía estar en la etapa en la que le resultaba difícil tratar con ella, más que no estar interesado en ella.

Cordelia no podía decir que la previsión de Hazel fuera completamente errónea. Vernoux probablemente estaba interesado en Cordelia, pero no en términos de amor, porque no dejaba de llamarla una “persona excéntrica”. Por lo tanto, realmente no estaba interesado en ella como interés amoroso.

Cordelia se aclaró la garganta.

—Con tu forma de hablar, creo que estás malinterpretando algo.

—Señorita Cordelia, he respondido a tu pregunta, ¿ahora puedo hacer una?

—¿Sí?

Hazel cambió de tema a mitad de camino, como si la conversación ya hubiera terminado, y Cordelia la miró sorprendida. Hazel no parecía sentirse mal en absoluto.

—La condición era que la ganadora hiciera la pregunta, ¿no es así?

—No importa, ya que hiciste trampa, ¿verdad, señorita Cordelia? Dijiste que había un “malentendido” pero, ¿qué relación tienes con el joven Vernoux? Dímelo con sinceridad.

—Ya lo he mencionado numerosas veces… Vernoux es solo un amigo de la infancia.

—¡Ya lo sé!

—No hay otras palabras para describir nuestra relación.

—Pero el joven Vernoux viene a menudo a esta mansión, ¡¿no es así?! ¡He oído los rumores!

Hazel agarró sus dos manos y se levantó, y Cordelia la miró con asombro. Era la primera vez que Cordelia oía el rumor de que Vernoux visitaba a menudo la mansión Pameradia. No podía negar ese hecho, pero por fin entendía por qué Hazel no creía a Cordelia cuando decía que eran amigas de la infancia.

Las semillas de los problemas han sido sembradas a conciencia por el joven Vernoux.

Que me deba una no vale la pena, pensó, mientras empezaba a reflexionar.

¿Por qué viene a la mansión? Más de la mitad de las razones por las que viene aquí es porque no puede comer dulces en casa; pero si digo eso entonces estaría echando más leña al fuego. Dicho esto, sería demasiado sospechoso si me quedo callada. Así que no tengo más remedio que decir la otra razón.

Cordelia se decidió.

—Estoy intercambiando cartas con el amigo del joven Vernoux, y él viene a entregar las cartas en su nombre.

Esto era algo que ella no quería decirle a nadie si era posible. Pero, esta situación lo requería, porque no tenía otra forma de convencer a Hazel.

Hazel levantó una ceja.

—¿En su nombre…? ¿El joven Vernoux, que es de una Casa Marquesa, está entregando una carta en nombre de esa persona?

—Sí. No conozco los detalles.

Hazel parecía dudosa, así que Cordelia estaba preparada para que le reclamara por estar usando al joven Vernoux así.

No pensé mucho en ello, ya que son amigos pero, que el joven Gille, que utilizó al joven Vernoux, el heredero de una casa marquesa, como recadero, probablemente tenía mucho valor. Sin embargo, no es extraño que el joven Vernoux entregará las cartas, porque quería comer dulces.

Hazel se quedó sin palabras antes de que Cordelia pensara eso, pero al segundo siguiente sus ojos comenzaron a brillar.

¿Chispear…?

—Tomándose su tiempo para entregar una carta… Oh, Dios… ¡Qué amable puede ser el joven Vernoux!

—Supongo que sí…

—Ooh, el joven Vernoux es realmente dulce.

Si le preguntabas a Cordelia, ella sentía que él era más calculador que amable, pero de todos modos estaba de acuerdo. Aunque fuera calculador, no era frío. Para empezar, definitivamente no le diría algo así a Hazel. Si lo hiciera, entonces entrarían en una discusión innecesaria.

Hazel parecía muy feliz con ambas manos en sus mejillas rojas.

—El joven Vernoux me robó el corazón cuando tenía cinco años.

Cordelia asintió a la repentina confesión de Hazel, y sintió que esto iba a ser una larga historia.

—Yo era tímida y casi me caigo, pero el joven Vernoux me sostuvo. Era como un príncipe de un cuento de hadas. Desde entonces, siempre he querido reflejarme en sus ojos, y quería hablar más con él.

—¿Es así…?

—Me enteré de que el joven Vernoux siempre le visita, así que juré que no le perdería. Pero si esto es debido a su gran corazón… Entonces estoy realmente avergonzada.

Hazel dijo eso de forma tierna, mientras sus mejillas se sonrojaban; estaba en pleno modo de doncella.

Sin embargo, es demasiado tarde para que ella actúe así, ya que es la persona que sigue retándome a juegos una y otra vez… No, no puedo pensar así. Esta podría ser finalmente mi oportunidad. Realmente quiero resolver este malentendido ahora.

—Entonces, ¿qué relación tienes con el amigo del joven Vernoux…? Su amigo es un hombre, ¿verdad?

—Lo es —Cordelia respondió de inmediato.

Ella no sabía qué pasaría esta vez si Hazel pensaba que el amigo de Vernoux era mujer. Tenía la fuerte corazonada de que Hazel exigiría inmediatamente conocer a esa persona.

No, probablemente lo haría.

Hazel mostró una evidente expresión de alivio, y Cordelia sintió vagamente que Vernoux le gustaba de verdad. Si no se sintiera cansada, entonces definitivamente lo encontraría encantador. Sí, si no estuviera cansada. Ahora mismo se sentía agotada.

En contraste con Cordelia, Hazel parecía relajada y cuestionó a Cordelia sin darle un momento para respirar.

—¿Señorita Cordelia y… tu amigo, tiene los mismos sentimientos?

Cordelia se detuvo de pronto y miró fijamente a Hazel.

Qué horror. ¿Esto es lo que hablan las chicas enamoradas…? pensó.

Sin embargo, contrariamente a sus pensamientos, no se olvidó de sonreír y contestó tranquilamente a Hazel.

—El joven Gille es un amigo.

—¡Oh, así que el nombre del joven es Gille!

Hazel le agarró las dos manos y Cordelia sintió ganas de retroceder.

No tengo nada de qué hablar con Hazel. La respuesta que la señorita Hazel esperaba no llegó. Sería extraño que hablara del contenido de las cartas y si digo: “Bailé con él en la Casa del Marqués la otra noche”, entonces se descontrolaría. Definitivamente. Tengo que evitar esto de alguna manera… Ella pensó eso pero Hazel no la dejó ir fácilmente.

—¡Tenemos que hacerlo!

—¿Qué?

—He leído sobre hablar toda la noche con un buen amigo antes en un libro… Quiero hacer eso. Así que, señorita Cordelia, ¡por favor, quédate a dormir en mi casa!

—¿Perdón…?

Cordelia se quedó helada ante la inesperada invitación.

¿Una invitación a una fiesta de pijamas?

No, me pregunto cuándo nos reconoció como amigas…

En ese momento, Cordelia no pensó en si las fiestas de pijamas eran apropiadas para mujeres nobles, ya que confiaba en que Hazel lo sabía. Ni le sorprendía sus declaraciones, pero sí que se sintió perpleja ante su reconocimiento.

No tenía intención de negarse. O más bien, no era capaz de negarse en esa situación… Aun así, era demasiado impulsiva.

—Podemos dibujar y bordar durante el día. Vamos a divertirnos mucho.

—Dibujar y bordar… ¿Es así?

—Sí, ¡por supuesto que también hablaremos de amor! También hablaremos de tus fragancias.

Hay muchas cosas que se le dan bien a Hazel, aunque haya otras que se le dan mal, pensó Cordelia mientras miraba a Hazel esbozar su mejor sonrisa.


Ichigo
Si bien Hazel puede resultar un personaje molesto ahora, estoy segura de que se va a convertir en una buena amiga para Cordelia, o por lo menos, eso espero. Por lo menos ahora puedo perdonarle estas cosas porque sigue siendo una niña, esperemos que con el tiempo vaya madurando<3

YukiroSaori
A mi me encantó la personalidad de Hazel, es infantil pero decidida. jijiji Cordelia es muy seria, claro, ella no es mentalmente una niña

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