Traducido por Ichigo
Editado por YukiroSaori
Cómo había logrado reconciliarse con Hazel Hale, había dejado de recibir cartas constantes de ella, así que fue a visitar el estudio de Elvis. Su padre no estaba en casa a menudo. Sin embargo, esa mañana tuvo suerte y lo encontró allí.
Parecía inseguro cuando vio a su hija. Aunque, los cambios en su expresión eran tan sutiles que las personas que no lo conocían bien no lo notarían, sin embargo, era imposible que Cordelia no lo notara. Además, estaban empatados, ya que Cordelia normalmente mantenía calma.
Es un poco difícil iniciar una conversación…
Ella no iba a hablar de nada importante, pero el ambiente que los rodeaba daba la sensación de que iban a hablar de algo serio.
Era difícil empezar la conversación, pero no se sentía cómoda interrumpiendo su horario laboral, pues parecía ocupado. Cordelia tragó un poco, miró directamente hacia él y se preparó.
—Padre… La señorita Hazel, la hija del Conde Hale, me ha invitado a dormir en su mansión dentro de cinco días. ¿Te importa si acepto esta invitación?
Cordelia habló con una voz tensa como si estuviera forzando sus sentimientos.
Elvis, la miró desconcertado. Sonaba como si ella no quisiera ir, a pesar de que le estaba pidiendo permiso.
Incluso Cordelia se dio cuenta de que su voz había salido así. Contempló que engañar a la gente era su punto débil, y tuvo en cuenta que debería mejorar eso en el futuro. Sea como fuere, ya lo había hecho. Era sólo una petición, y no creía que fuera necesario ocultárselo a su padre.
Hay que ser sincero cuando se pide algo, pensó mientras esperaba la respuesta.
—No me importa…
Elvis respondió brevemente, tras un momento de silencio.
—La Casa del Conde Hale no tiene ningún rango especial, pero no hay nada malo en asociarse con ellos.
Era una forma muy fría de decirlo, pero Elvis fue honesto.
—Aunque, no esperaba que la hija del conde tuviera ideas tan extrañas.
Elvis no dijo nada después de eso, así que Cordelia hizo una reverencia y se fue. Luego se puso a pensar en secreto cuando estaba fuera de la habitación.
Yo también soy una dama que hace cosas extrañas en esta sociedad. Bueno, por supuesto, mi padre lo reconoce.
Conseguí el permiso.
No tenía más remedio que ir ahora que había recibido el permiso. Debería haberse alegrado de haberlo recibido… Pero se sintió deprimida porque había perdido la razón para negarse.
Dibujo y bordado… No puedo practicarlo hasta ese punto. No se me da bien, pero me las arreglaré de alguna manera. Pero…
¿Qué diablos hacemos con las historias de amor? ¿De qué debería hablar?
Cordelia no entendía por qué Hazel la reconocía como amiga, y quería alegrarse por ello. Sin embargo, nunca había oído hablar de un evento en el que las damas de sociedad hablaran toda la noche de amor con una amiga.
Por supuesto, cabía la posibilidad de que fuera una ingenua y no lo supiera. Sin embargo, adivinó que probablemente era la primera vez que Hazel organizaba una pijamada por la forma en que hablaba.
Nos quedaremos despiertas toda la noche, recordó la voz de Hazel.
Dijo que estaríamos hablando toda la noche, Cordelia asintió.
Me pregunto si será como las fiestas de pijamas de mi vida anterior… Aunque, nunca tuve una.
Si fuera como una fiesta de pijamas, probablemente podría dejar que Hazel hablara hasta que se le acabaran las cosas de las que hablar. Pero, ella quería hablar toda la noche con Cordelia… Lo que significaba que Cordelia tendría que unirse a la conversación, y eso sería un inconveniente.
Ya que Cordelia no tenía experiencia con la palabra “amor” en esta vida o en su vida anterior.
Por supuesto, asentiría si le preguntaran si quería experimentar un amor hermoso. Sin embargo, no tenía una visión clara de lo que era un amor hermoso.
En primer lugar, el amor era algo que ocurría a mi alrededor, y oía hablar de él, o lo veía en dramas o mangas; eso y disfrutaba de los juegos basados en el amor.
Por lo tanto, no tenía experiencias personales de las que hablar.
¿No es demasiado pronto para que mi yo actual se rinda? Todavía tengo sólo doce años en esta vida. Hay muchas oportunidades para que lo experimente, pensó.
—Al menos puedo preguntarle qué libros lee.. Así sabré qué tipo de pijamada es, y de que podría hablar… Podríamos haber hablado de novelas en lugar de amor, en primer lugar.
Cambió su estado depresivo y tarareó.
Ningún plan, ninguna simulación.
Se sentía como el problema más desafiante al que se había enfrentado. Y, al mismo tiempo, se sintió avergonzada de estar preocupada por algo así. Sus labios empezaron a temblar y sintió que su cara se calentaba. Extrañó los concursos a los que Hazel la retaba, ya que eran más fáciles que esto.
Escondió su rostro con sus manos.
¿Qué debo preguntarle? ¿De qué tengo que hablar?
Cordelia se sentía como si estuviera haciendo una entrevista. Estaba inquieta. No entendía de qué temas le gustaría hablar a Hazel, que tenía doce años por primera vez, porque era la segunda vez que los tenía.
¿De qué podemos hablar?
Cordelia no se reconocía como adulta, aunque era su segunda vida, pensaba en la edad como algo que se va sumando a medida que se vive. Llevaba doce años viviendo como “Cordelia”. Por supuesto, seguía siendo una niña en este mundo. Se necesitaba un entorno adecuado para el crecimiento mental; eso incluía conversaciones y situaciones sociales. Por lo tanto, aunque se podía decir que era adulta en su vida anterior, dudaba que pudiera llamarse adulta aquí, basándose en los valores de este mundo.
Por supuesto… Esas eran excusas que se ponía a sí misma, y no había duda de que había acumulado más años que Hazel.
—¿Eh, señorita? —Lara, que llevaba ropa para salir, llamó desde atrás
—Oh, Lara. Bienvenida de nuevo —respondió mientras aún pensaba con angustia.
Lara probablemente acababa de regresar de la casa de Aisha. Ella parecía más elegante que de costumbre. Ya no hacía muchos movimientos innecesarios, debido a la educación que estaba recibiendo, incluso sería vista como una dama si permaneciera en silencio.
Solo si permanecía en silencio.
—¿Qué pasa? Estás frunciendo el ceño. ¿Estás preocupada por algo?
—No estoy realmente preocupada por nada… Di, Lara. ¿Sabes… qué es el amor?
Cordelia le preguntó a Lara como si estuviera preguntando algo normal. La respuesta que ella esperaba era: “No lo sé”. De ser así, pensó que podría concluir que Hazel era una “niña precoz”.
Sin embargo, Lara no respondió de inmediato a Cordelia.
En cambio, su cara se puso roja, y abrió y cerró la boca.
¿Eh…?
—¡¿Se-, señorita…?! ¡Realmente no…!
—¿Lara…?
—¡Aaah, llego tarde al trabajo! ¡Tengo que ir a cambiarme!
Y Lara se alejó trotando, desapareciendo de la vista de Cordelia.
Cordelia, que se había quedado atrás, se quedó boquiabierta. Aparentemente, Lara sabía del amor… Mejor dicho, sabía lo que se sentía al estar enamorada.
No esperaba que actuara así. Y, lo que es más…, pensó sintiendo que se quedaba atrás.
—Me pregunto si debería prepararme antes de ir…
Cordelia se sintió en minoría al ver cómo actuaba Lara.
Por suerte, no tenía nada que terminar hoy. Así que podría leer una historia romántica y hablar con Hazel sobre ella. Así lo decidió y se dirigió a la biblioteca.
Cordelia empezó a buscar novelas románticas cuando entró en la biblioteca… Entonces, se dio cuenta de un problema fundamental.
—¡Dios mío…! Es imposible que nuestra biblioteca tenga novelas románticas populares.
La biblioteca de la Casa Pameradia estaba formada por libros prácticos, de historia, de literatura antigua y similares. No tenían novelas románticas populares. Había una que otra, pero estas eran de su hermana quien se casó hace siete años.
En otras palabras, las novelas románticas de su hermana ocupaban un pequeño rincón en la biblioteca. Cordelia también las había leído muchas veces para divertirse. Pero no había novelas más recientes. Si nadie las leía, entonces nadie las compraba. En resumen, no aumentaban. Las historias que leía su hermana eran probablemente diferentes de las que leía Hazel.
Cordelia bajó los hombros, decepcionada. Ya estaba en la biblioteca, así que decidió tomar algunos libros que le interesaban, y miró a su alrededor. Lo primero que le llamó la atención fue una crónica de guerra, escrita en los viejos tiempos. Recordó que Isma había hablado maravillas de ese libro. Por lo tanto, se interesó por él… Pero no. Era demasiado viejo, y podría dañar el libro si lo sacaba de la biblioteca. Qué mala suerte.
—¡Argh, no tengo tiempo para hacer esto!
Estaba segura de que se enfrascaría en la lectura si volvía con algo que le interesara mucho. Entonces, no estaría lista para la pijamada. Eso no era nada bueno. Probablemente debería buscar la forma de pedir una novela prestada.
—¿Oh…? ¿Carta estelar?
¿Qué hace esto aquí?, después de abandonar las crónicas de guerra, Cordelia sacó una carta estelar, que estaba en uno de los estantes.
No se había interesado tanto por las estrellas, pero eso no significaba que no tuviera ningún interés. Estaba hecha de vidrieras y era un poco pesada, pero muy bonita. Después de dudar un poco, decidió llevarla a su habitación con un libro sobre las estrellas.
De repente se acordó de la invitación de Gille, en ese momento.
Salir a escondidas por la noche… Es imposible después de todo. Si quiero escabullirme por la noche, entonces tendré que hacerlo cuando no esté en casa.
—Por otro lado, escabullirse de la mansión de la señorita Hazel por la noche… Es imposible después de todo.
Ella había visitado la mansión de Hazel varias veces y observó que la vigilancia en la casa Hale era más descuidada que en la casa Pameradia. Por supuesto, estaban fortificados en las secciones críticas, pero probablemente sólo hacían lo necesario. Por lo tanto, ella podía escabullirse de la mansión Hale por la noche, si quería… Pero causaría problemas a la casa Hale si ocurría algo.
Cordelia ya le había dicho a Gille que le resultaría difícil escabullirse.
—Si el joven Gille fuera una chica entonces sería…
Cordelia se detuvo con fuerza.
¿Si el joven Gille fuera una chica?
Si lo fuera, entonces no lo habría conocido en absoluto, ¿verdad? Fue de incógnito a la ciudad con el joven Vernoux porque es un chico. Así fue como me hice amiga de él. Además, pude bailar con él porque es un chico…
—P-Paremos. Sí, dejemos de pensar en ello.
No había necesidad de que ella estuviera poniendo excusas, pero lo hizo de todos modos. Se aclaró la garganta y dejó de pensar.
Entonces, abrió la puerta de su habitación.
Ahora que lo he pensado más, ¿no era mi situación en el baile como una escena de una novela romántica? Recordó eso y se avergonzó. El joven Gille parece estar acostumbrado, ¿invita a las chicas a bailar a menudo? Si es así, ¿no sería un galán natural en el futuro…? Basta, si sigo pensando así, entonces no sé qué tipo de cara puedo mostrarle al joven Gille la próxima vez que nos encontremos. Es un pequeño caballero, es muy grosero de mi parte dejar volar mi imaginación.
Muy bien, esta vez sí que cambiaré el tema. Y leeré el libro sobre las estrellas después de haberme preparado para la pijamada.
—Ahora bien, ¿qué ropa necesito?
¿Es fácil empacar mi equipaje? Podría resultar abultado ya que no puedo empacar sólo un pijama. No quiero empacar tanto, pero como dama noble necesito cierta cantidad de ropa.
Cordelia se sintió un poco ansiosa mientras observaba el baúl. También tenía un regalo que quería darle a Hazel, además de sus propias cosas.
Era una vela aromática.
—No sé si a la señorita Hazel le gustaría este aroma. Pero vamos a darle este.
El cofre que Cordelia estaba revisando contenía velas aromáticas de lavanda y naranja. En la mansión de Hazel se servían a menudo galletas y bollos, acompañados de tartas de naranja y mermelada, así que probablemente le gustaba esa fragancia. Esa era la razón principal por la que Cordelia la había elegido, y la segunda razón era el efecto.
Esa fragancia aliviaba la tensión y la ansiedad.
Si Hazel pudiera relajarse con la vela, se aliviaría la mayor parte de su tensión. Entonces, tal vez no tendrían que quedarse despiertas toda la noche. Cordelia puso la vela en una caja de papel y la decoró con una fina cinta mientras tenía en mente tales expectativas.
Antes de hablar de amor, en primer lugar es importante recordar que quedarse despierto toda la noche no es bueno, ya que es el enemigo de la belleza.
Así que quiero hacer que tenga sueño. Sí, para que podamos terminar tranquilamente este evento repentino con una buena noche de sueño.
—De alguna manera… Es como si tuviera miedo de ella.
No es como si fuera a apuñalarme, así que ¿por qué no puedo mantener la calma? ¿Por qué tengo pánico?
Cordelia acarició suavemente el lazo de la caja y dio un pequeño suspiro.