Traducido por Ichigo
Editado por YukiroSaori
Después de la cena, Cordelia le pidió a Hans que le dijera cuándo volvía Elvis a casa, pero él negó con la cabeza.
—Por desgracia, el Maestro no volverá hoy. Pero, el joven Cyrus volverá hoy a casa.
—Ya veo. Entonces, ¿me dirás cuando vuelva mi hermano?
—Por supuesto.
Era raro que Elvis tuviera asuntos urgentes y no volviera a casa. En cambio, era probable que Cyrus vuelva tarde.
Estaría bien que volviera pronto para poder hablar.
Pero cuando eso pensó, Emina se apresuró a hablar con Hans.
—El joven Cyrus ha vuelto. No tiene ninguna prisa, pero se está preparando para la cena.
La mucama dijo algo que nadie podría haber adivinado por su aspecto nervioso.
—¿Mi hermano ya ha vuelto?
—Sí, está en su habitación.
Todavía hay tiempo antes de que la cena esté lista. Cordelia concluyó e informó a ambos que se dirigía a la habitación de Cyrus.
Si tengo algo que decirle, debería hacerlo antes. Es mejor decírselo mientras tenga tiempo libre.
—Hermano, ¿puedo entrar?
Cuando Cordelia llegó a la habitación de Cyrus, llamó a la puerta y le informó de que estaba allí, y él respondió con brevedad.
—Está abierto.
Abrió la puerta y entró.
La habitación de su hermano era sencilla. La habitación de Elvis también lo era, y no parecía que estuviera habitada. Parecían salas de exposición, ya que en realidad no pasaban mucho tiempo en ellas.
Cyrus se sentó en un simple sofá en la esquina de la habitación y puso el libro que estaba leyendo en su rodilla antes de que su hermana entrara.
El libro estaba bien hecho, pero no parecía tener título. ¿Qué libro está leyendo? se preguntó Cordelia, pero su hermano la interrumpió antes de que pudiera preguntárselo.
—¿Quieres hablar de tu salida?
—Sí.
Sin embargo, estaba un poco perdida. Su hermano trabajaba para el reino. ¿Está bien que le cuente lo de la tela falsa?
Si él se entera de posibles crímenes en la Capital Real, entonces podría verse obligado a investigarlo.
Christina estaría en desventaja, ya que quería alcanzar el status quo. Se quedó sin palabras, pero él podría llegar a una extraña conclusión si se quedaba callada durante mucho tiempo.
—Hoy hemos visitado cuatro sastres, y también he visitado la mansión Alcott.
—Ya veo.
—Ella me invitó a salir mañana también, ¿está bien?
—Está bien si no le molesta. Se lo diré a padre.
—M-Muchas gracias.
Cordelia se asustó un poco ya que él había dado su permiso con facilidad.
Pero…, ¿está de verdad bien ya que estaré metiendo las narices en un asunto problemático?
No estaba haciendo nada malo, pero se sentía un poco culpable.
Por supuesto, Cyrus podría ya saber sobre esto, y ella se arrepintió un poco de no haberle preguntado a Christina si lo sabía.
Aun así, no voy a hablar con él de esto.
Entonces, tengo que tener cuidado de no hacer nada que sea una desventaja para la casa Pameradia. Por suerte, mañana es solo una salida. Puede hablar con él más tarde después de haber confirmado las cosas con la señorita Christina.
Pero, quiero que compartamos información si él lo sabe. Debería estar bien que lo interrogue un poco.
—Hablé mucho sobre ropa con mi cuñada.
—Ya veo.
—¿También hablas con ella de ropa?
—No estoy familiarizado con la ropa de mujer.
—Por supuesto…, no lo estás.
Cyrus no mostró ninguna reacción cuando llamó a Christina “cuñada” por primera vez delante de él, ni cuando habló de ropa. Ella no había tenido la intención de limitar la conversación a la ropa de mujer, pero no se atrevió a preguntar más ya que él había contraatacado con una mirada seria.
Pero, ¿significa esto que la señorita Christina no le dijo nada en absoluto, ya que no está dando ninguna reacción particular al tema?
Pero cuando pensó en eso, se dio cuenta de que había pasado por alto algo.
Mi hermano no es un hombre de muchas palabras… Me pregunto si es que dice muy poco.
Por ejemplo, Cyrus no le había preguntado nada cuando le pidió permiso para salir mañana. Aunque no tuviera motivos para rechazar la invitación de su prometida, al menos debería preguntarle qué iban a hacer. Sin embargo, no lo hizo y continuó respondiendo como si quisiera impedirle hablar.
Es como si tratara de impedir que dijera algo más.
¿Me está diciendo que no diga nada innecesario? Cuando a ella se le ocurrió inesperadamente esa idea, él le hizo una pregunta de repente.
—¿Tienes curiosidad por este libro…?
—¿Eh? Oh, sí.
Había bajado de manera inconsciente su mirada hacia la rodilla de Cyrus, donde se encontraba el libro sin título.
A pesar de que Cordelia se había sentido confundida por su repentina pregunta, había respondido con un sí. Por supuesto, en realidad no sentía curiosidad por el libro, pero no podía decirle por qué estaba despistada.
—Es un diario.
—¿Así que mi hermano también tiene un diario?
Por supuesto, eso no significaba que los diarios fueran del agrado de Cyrus, pero ella no podía imaginarlo escribiendo en uno. Pensó que verlo escribiendo en un diario sería tan bonito como un cuadro, pero no podía imaginar qué tipo de expresión pondría al escribir en uno. ¿Escribiría mi hermano frases largas a pesar de ser un hombre de pocas palabras?
Pero, Cyrus continuó hablando sin tener en cuenta a Cordelia.
—Me dijeron que escribiera uno cuando era pequeño, para practicar la escritura. Pero, dejé de escribir en él cuando me convertí en caballero.
—¿Hay alguna razón por la que dejaste de hacerlo?
—Solo porque mi estilo de vida cambió. Lo único que hacía era dormir, así que dejé de escribir en el diario.
En apariencia, la vida de un caballero novato también era dura para alguien como Cyrus. Pero eso significaba que este diario le acompañó hasta los quince años. Los recuerdos de su infancia antes de eso estaban todos escritos en ese libro.
—No te lo enseñaré…
—Qué pena…
Ella sabía que la posibilidad de que se lo mostrara era muy baja, era un diario después de todo. Pero se sintió un poco decepcionada porque, en un rincón de su mente, pensó que él se lo mostraría.
Por otro lado, el comentario de Cyrus había sido sorprendente. Podrían haber mantenido una conversación aunque él no hubiera sacado ese tema, pero él negándose a propósito era algo infantil, era entrañable verle actuar así.
—Pero, ¿por qué estás leyendo tu diario?
—De repente sentí curiosidad… sobre cómo pensaba cuando era niño —contestó con un tono soso.
Es mi hermano, así que lo más probable es que fuera maduro desde entonces.
Cyrus ascendió con rapidez en la escala de promociones y se convirtió en el subcomandante de la primera unidad de la Guardia Imperial.
Es difícil imaginarlo escribiendo algo infantil en su diario. Cuando pensó eso, sintió una gran curiosidad por el diario.
Pero no lo dijo en voz alta, ya que no parecía que él echara de menos su infancia.
Cyrus murmuró sin saber lo que Cordelia estaba pensando.
—Pensaba que mis ideas siempre han sido las mismas, pero ahora que he vuelto a leer, no lo son con exactitud. Sigo teniendo las mismas ideas de cuando era niño, pero también he olvidado algunas cosas.
¿Esas palabras iban dirigidas a él mismo o a mí…? Cordelia no lo sabía. Pero se daba cuenta de que lo más probable fuera que hubiera obtenido algo de la lectura de su diario.
Mi hermano actual entiende con perfección a mi hermano más joven. Es un poco extraño.
—En todo caso… Así que, tú también tienes cosas que olvidas, hermano.
—¿Qué crees que soy? —protestó, hablando con voz extraña.
Cordelia le quitó importancia y se rió.
—Por supuesto, creo que eres mi hermano.
Sin embargo, Cyrus no parecía interesado en ese tema y le lanzó su siguiente pregunta.
—Tú también llevas un diario, ¿verdad?
—Sí, lo tengo.
Su diario era una mezcla de su vida y sus experimentos… Aunque escribía más sobre lo último, también escribía sobre lo que le ocurría.
—Es mejor escribir lo que piensas. Seguro que te será útil más adelante.
—Lo haré. Es para no olvidar mis intenciones originales, ¿no?
Incluso para los eventos cotidianos, excepto los que de verdad se destacan, una vez cada diez días… No, una vez al día ella pensaría: “Oh, eso pasó”. Y como Cyrus dijo, habría cosas que olvidaría. Como su hermano, podría ser capaz de entender por completo algo en el futuro.
Sin embargo, de repente pensó en algo.
Si mi hermano escribe más de lo que habla, entonces… pensó Cordelia.
Se preparó y le propuso algo.
—Hermano, hay algo que quiero pedirte. ¿Podría escribir una carta a mi cuñada?
—¿Una carta?
—Sí. No tienes mucho tiempo para hablar con ella. Se la daré mañana, y tendrán más que hablar la próxima vez que se vean. Me siento mal por monopolizar su tiempo.
Cyrus reflexionó durante un rato.
—No le he escrito mucho…
—Entonces deberías escribirle más.
Aunque no tuvieran una conversación directa, las preocupaciones de él disminuirían si hablaran más, y Christina podría entender lo que siente. Pero ella quería algo que diera más impacto si quería profundizar en su relación.
—Por favor, escribe tu carta en un diario en blanco.
—¿Escribir una carta en un diario…?
—Sí. Y entonces la señorita Christina responderá a tu carta en ese diario. Se llama intercambio de diarios.
—¿Intercambio de diarios…?
¿Por qué dices algo extraño? parecía decir la expresión de Cyrus, y Cordelia se enfrentó a él con una mirada seria.
La reacción de él fue normal. No existía esa costumbre en ese reino. Ni siquiera ella la había experimentado en su vida anterior. Solo la había visto en manga, anime y novelas.
Pero sabía en qué consistía. Un diario de intercambio era algo compartido entre dos personas, y escribían en él lo que querían contarse.
—Pero eso tiene ventajas que no puedes conseguir con una carta. Por ejemplo, si envías una carta, ya no la tendrás, ¿verdad? Pero si intercambias diarios, entonces podrás ver todas las respuestas en él.
—No creo que haya nada malo en enviar una carta.
—Por supuesto, no hay nada de malo si solo se comunican. Pero… por ejemplo, ¿no crees que sería mejor ver el historial de mensajes si estuvieras consultando algo como las fechas? Y, como has dicho antes, podrías volver a leer los textos si los has olvidado.
Cordelia eligió sus palabras de forma un poco juguetona. Los diarios se escriben con la verdad para que uno pueda releer lo que ha escrito. Es más fácil para uno escribir sus verdaderos sentimientos haciéndolo de esa manera. Y era muy probable que dos personas profundizaran en sus pensamientos compartidos porque ambos escribían en él.
En su vida anterior, intercambiar diarios era algo infantil, pero este mundo no tenía ese concepto, así que no tenía que preocuparse por eso.
Pero, no parecía que Cyrus entendiera sus erráticas palabras.
¿No he dicho lo suficiente…?
Solo un empujón más. Él no había rechazado la idea, así que sería una pérdida si me contengo. Pero no puedo apresurar esto. Pensó, y se enfrentó a Cyrus con seriedad.
—Informe, comunicación, discusión. El intercambio de diarios es útil para escribir estas cosas y para revisar lo que has escrito.
—Eso puede ser cierto…
—Por supuesto que el formato es diferente, pero le diré a mi cuñada sobre mi irracional petición. Entonces, ¿no vas a escribir en él?
Cyrus permaneció en silencio. Sin embargo, al cabo de un rato, se levantó mientras suspiraba y tomaba un libro de la manga de una mesa grande. Luego, volvió a donde estaba Cordelia y se lo dio.
Ella recibió el libro, miró la cubierta de color carmesí intenso y miró el interior. Era un diario nuevo.
—¿Está bien?
—Sí.
Ella sonrió porque parecía que había aceptado.
—No me importa escribir en uno, pero no obligues a Christina a hacerlo.
—Por supuesto que no lo haré.
—No puedo escribir sobre cosas importantes.
—Está bien.
—Siendo honestos… ¿A quién demonios saliste?
Cordelia expresó su gratitud con una sonrisa a Cyrus, que había cedido.
—Gracias.
Luego, le devolvió el diario.
—Te daré lo que escriba mañana.
—De acuerdo.
Ella se levantó. Su cena ya debería estar lista.
—Hermano, por favor, avísame cuando tengas tiempo de reunirte con la señorita Christina. No me interpondré en tu camino. Por supuesto, no me importa unirme si me invitan.
—De acuerdo.
—Harás tiempo para reunirte con ella, ¿verdad?
—Sí…
—Me lo dirás cuando sepas tu horario, ¿no?
—Sí…
No sé si lo hará por su respuesta. Pero, lo más probable es que lo intentará ya que me está respondiendo. Pensó, y se sintió un poco más ligera.
—Entonces, hermano. Me disculpo.
Se sintió mal por haberle molestado tanto tiempo y se dio la vuelta para volver a su habitación.
—Cordelia.
Sin embargo, Cyrus la detuvo cuando estaba a punto de poner la mano en la puerta y se dio la vuelta.
—¿Sí?
—No le persigas demasiado.
—¿Perdón?
—Eso es todo. Puedes volver a tu habitación.
El tono de Cyrus era bajo y agudo, por completo diferente al de antes. No indicó de qué le estaba advirtiendo, pero no era como si ella no pudiera adivinar.
Se supone que mi hermano es “ignorante” de esto.
No sé cuánto sabe. ¿No quiere decírmelo o no puede hacerlo?
Si no me ordena que me detenga…, entonces haré que me deje hacer lo que pueda.
Cordelia interpretó su advertencia y sonrió.
—Estaré con mi cuñada. Aprenderé a actuar como una dama.
Cyrus seguía con la mirada perdida. Sin embargo, ella sintió que estaba un poco sorprendido por sus palabras. Su expresión la hizo recordar sus palabras anteriores: “¿A quién saliste?”. Pero todo eso la hizo reír.
De todos modos, no podía responder a eso. Cordelia no sabía a quién se parecía. En definitiva estaba influenciada por toda la gente que admiraba, así que era difícil saber a quién se parecía.