Traducido por Ichigo
Editado por YukiroSaori
Cuando Cordelia se despertó a la mañana siguiente, se cambió de inmediato de ropa y se dirigió al comedor.
—Buenos días, hermano.
—Mm.
Cyrus ya estaba en el salón. Estaba leyendo un periódico con una taza de té.
El periódico de este mundo no tenía ilustraciones ni fotografías y, si no hubiera títulos, parecería un diccionario porque estaba repleto de palabras. Por lo tanto, no había muchas páginas. No era tan común como su vida anterior, pero las familias corrientes también podían leer periódicos si tenían ingresos extra.
Cordelia solía leer el periódico cuando Elvis terminaba de hacerlo. En el último tiempo, la mayoría de los artículos habían sido sobre el Festival de la Fundación. Donde se podía ver a gente importante, los discursos de la Familia Real… Estaba lleno de artículos políticos y de artículos sobre concursos de comida. Ya habían pasado varios días desde la Fiesta de la Fundación, pero aún seguían escribiendo sobre ella.
Durante el Festival de la Fundación ocurrieron muchas cosas, y fue tan tranquilo porque no ocurrieron grandes incidentes.
Eso es bueno. Pero si mi hermano está leyendo sobre los concursos de comida… No, es imposible que esté leyendo eso.
Mi hermano realmente se parece a mi padre.
Les separaban unos veinte años de edad, pero sus presencias eran imponentes. Ella se preguntaba si era porque él era un subcomandante.
Ahora de verdad quiero ver a mi padre con un uniforme de caballero.
Seguro le sentará bien si se lo pone ahora. Bueno, no creo que se lo ponga solo porque lo haya imaginado.
La comida llegó enseguida cuando se sentó.
El desayuno de hoy era la galette y la ensalada que había pedido ayer. La galette estaba hecha con champiñones, espárragos, queso, bacon y un huevo pasado por agua. También le gustó la textura calcárea de la harina de trigo sarraceno. Al parecer, la gente no la comía a menudo en la Capital Real, pero ella la desayunaba una vez cada pocos días. Cyrus la vio de reojo y levantó la vista del periódico.
—¿Es un plato de la ciudad costera…?
—Sí. Me enteré de la existencia de la harina de trigo sarraceno mientras conseguía hierbas, así que también conocí el método de cocción. Este plato se come de una forma más sencilla en su lugar de origen. ¿Conoces este plato, hermano?
—He estado allí en una misión, pero nunca lo he comido antes.
—¿También le gustaría comer un poco, hermano?
Lo más probable es que no tuviera tiempo para vagar libremente, ya que fue allí en una misión.
Si te interesa, deberías comerlo. Por supuesto, no lo hice yo misma, pero soy la única que lo come en este momento. Si no se lo pido, entonces es probable que mi hermano tomará su desayuno habitual.
—No, lo comeré en mi día libre.
Cordelia se sorprendió por su respuesta.
Lo más probable es que hoy tenga entrenamiento. Su trabajo requiere mucha resistencia. Seguro necesita comida que lo llene.
Al cabo de un rato, le llevaron la comida a Cyrus, que había terminado de leer su periódico. Su desayuno parecía ser el doble que el de Cordelia. Tenía una montaña de ensalada, pan, carne y pescado… él comió su comida con calma y de forma ordenada.
Con esta cantidad…, lo más probable es que no importa si se llena o no.
Ella comía con él de vez en cuando, pero siempre pensaba que comía mucho.
—¿Te gusta comer?
—¿Eh? Sí. Siempre agradezco que los chefs cocinen todas estas deliciosas comidas para nosotros.
—Ya veo.
—Um.
—¿También tienes alguna idea sobre esto…?
Cordelia se congeló por un segundo. Creía que solo estaba preguntando a su hermana pequeña qué le gustaba, pero ¿estaba equivocada? Sintió una extraña sensación de presión, ya que él estaba actuando como lo hacía de forma habitual.
Se parece a mi padre…
Esa impresión surgió en un rincón de su mente mientras pensaba en cómo responder.
—Espero que podamos intercambiar la cultura de la comida…
—¿Por ejemplo?
Cordelia estaba un poco confundida por las constantes preguntas. Ella no había planeado esto todavía, así que no podía explicarlo. Sin embargo, se lo explicaría con vaguedad ya que tenía esta oportunidad.
—Por ejemplo, hay un postre en el feudo de Pameradia que es similar a la galette, llamado crepe, ¿verdad? La galette no es popular allí, pero ¿qué pasaría si la gente pensara que es como la crepe, excepto que la masa estaría hecha de trigo sarraceno y el relleno es de carne y verduras?
—Supongo.
—Y también me gustaría vender crepes en el puerto. Si las recetas de la comida se difundieran de manera amplia, la gente también se interesaría por el lugar donde proviene la comida, así que también quiero que haya intercambios culturales.
Podría llevar mucho tiempo conseguir que la gente comiera alimentos con los que no estuviera familiarizada, pero podría ser más fácil si se les presentaran alimentos similares a los suyos. Si se interesaran por los lugares de donde proceden esos alimentos, las rutas comerciales serían más activas, y podría ser útil para distribuir aceites esenciales en el futuro… esas eran sus aspiraciones. La ruta ya existe, pero ella quería hacerla más activa.
—Parece una esperanza más que un plan.
—Sí. Pero, no es malo.
—Cierto,no es malo dar a conocer de forma amplia los dulces de nuestro feudo. ¿Has hablado de esto con padre?
—No, no lo he hecho.
—Entonces, deberías planear las ventas alrededor de la época del Festival de la Oración de la Cosecha. Será más fácil atraer a los clientes y conseguir que gasten durante ese tiempo. Y también puedes aprovechar nuestro Festival de la Cosecha.
Cordelia escuchó su consejo y se alegró cuando se dio cuenta de que había llegado a la conclusión de que el plan sería aceptado por Elvis. No era porque no estuviera segura de sí misma, pero recibir una respuesta positiva le dio un impulso a su confianza .
—Hay algo más que quiero preguntarte.
—¿Qué es?
—El diario de intercambio del que hablabas ayer… ¿se te ocurrió esta extraña idea porque estás intercambiando uno con alguien?
Ella ladeó la cabeza.
—No, no lo estoy haciendo.
—Ya veo.
Pero en contraste con sus palabras, no parecía convencido. ¿Es extraño que se lo recomiende a alguien más cuando yo misma no lo hago?, pensó mientras respondía de nuevo.
—Mm.
—Parece que escribes cartas a menudo, así que pensé que también hacías algo así.
—¿Eh?
—¿No lo haces?
—N-No. Yo hago…
Es cierto, ella escribía cartas. Pero nunca las había escrito delante de Cyrus, siempre se las había dado directo a Vernoux. ¿Por qué lo sabe él? Sus pensamientos habían sido transmitidos a su hermano.
—De vez en cuando pedías papelería, ¿no? No es que lo aprovechara, pero pedí a Hans si podía comprarme algo también.
—Ya veo.
Se filtró una persona inesperada.
Pero, es imposible que sepa a quién le escribo solo por eso. Se sintió aliviada y preguntó de forma tímida a Cyrus.
—¿Lo sabe mi padre?
—No debería, ya que no se lo has dicho. Papá siempre usa el mismo papel, así que se rellena sin que él tenga que hacer nada.
Cordelia se palmeó el pecho.
Gracias a Dios.
En el último tiempo necesitaba más papelería porque ahora también le escribo a la señorita Hazel, así como al joven Gille, pero ¿él lo sabía desde hace tiempo, ya que dijo que se daba cuenta cuando compraba papelería? Lo más probable es que no, porque no dijo nada al respecto, pero esto es una trampa inesperada.
No, no tengo que avergonzarme de nada… Es normal enviar cartas a la gente.
Aun así, me da vergüenza decirlo por alguna razón. Es imposible para mí explicar esto ya que solo conozco al joven Gille como amigo del joven Vernoux. No quiero decir nada por eso. ¿Qué diablos es esto?
Esto es… Si, esto es el miedo a ser malinterpretada. Si le digo que he estado intercambiando cartas con el joven Gille durante cuatro años, entonces mi hermano podría pensar que estoy enamorada de él.
Podría malinterpretar algo si le digo que el joven Gille es un buen amigo. Se sintió en extremo avergonzada cuando pensó eso.
No, no es así. Estaba segura de que el joven Gille no desearía eso. Cuando pensó eso, se avergonzó aún más y se disculpó con él. Siento haber pensado algo raro.
Supongo… que no tengo ninguna resistencia cuando se trata de mi propia vida amorosa.
Intentó de forma desesperada evitar ponerse roja, y su expresión era seguro desconcertante. Quería experimentar el amor en el futuro, pero le inquietaba mucho si podría encontrar el amor haciendo eso. Esperaba encontrar un amante que viviera en paz. Pero…, su primera prioridad era controlar sus sofocos.
—No hay nada por lo que sentir pánico…
Al parecer, Cyrus había visto sus diferentes comportamientos, y Cordelia tosió.
—Solo estaba un poco sorprendida. Lo siento.
No solo se había sorprendido un poco, sino que lo dijo para calmarse.
Así es, como dijo mi hermano, no hay nada por lo que deba entrar en pánico.
—No creo que nadie diga nada aunque te relaciones con el hijo del marqués Flantheim.
—¡Te equivocas!
No, lo hay. Por circunstancias desafortunadas, hay algo que me hace entrar en pánico en este momento.
Por supuesto, el único amigo cercano que tengo de forma oficial, al que puedo enviar cartas, es el joven Vernoux. Pero no puedo aceptar que piense que le estoy enviando cartas a él. Él es amigo mío, como lo es el joven Gille, pero de forma extraña, no me siento apenada con él. En definitiva se burlaría de mí si se enterara de esto.
¡Así es, no cabe duda, se reirá de mí…!
Todo encajaría a la perfección si dijera que la persona a la que estaba escribiendo cartas es al joven Vernoux. Pero no puedo aceptar eso, en definitiva lo negaré.
Cordelia se apretó las manos en las mejillas crispadas y esbozó la mejor sonrisa que pudo reunir.
—Hermano, se equivoca. No envío cartas al joven Vernoux.
—¿No lo haces?
—No. En el pasado, quería más papelería para poder practicar mi escritura. Gracias a eso, ahora soy capaz de escribir cartas a la señorita Hazel sin avergonzarme.
La conversación estaba tomando una dirección extraña, y ella se desesperó. Estas palabras al azar están saliendo con cuidado, pensó, mientras hablaba. No me gusta mentir, pero es encantador decir una pequeña mentira blanca. Se convenció a sí misma.
—Bueno…, parece que Vernoux viene mucho, así que no es que vayas a empezar a escribirle ahora.
No supo si él aceptó su respuesta o no, pero no la interrogó más. Se dio unas palmaditas en el pecho en el pecho mientras recordaba que esto también había sucedido en el pasado, cuando había consultado a Elvis sobre qué regalo regalarle a Gille sin revelar su nombre, y Elvis había pensado que el regalo era para Vernoux.
Es imposible que el joven Vernoux se convierta en un obstáculo para mi vida amorosa… ¿verdad?
Ella se preocupó un poco y decidió con firmeza negar esto si ocurría. Al mismo tiempo, también pensó, tengo que tener cuidado para no entorpecer la vida amorosa del joven Vernoux. Las damas que malinterpreten nuestra relación, como la señorita Hazel, es probable que se me echen encima. Sin embargo, en el caso de la señorita Hazel, el joven Vernoux me había utilizado para hacerle pensar eso.
—En cualquier caso, también deberías intercambiar diarios con alguien a quien le escribas, y ver los resultados por ti misma.
Cyrus, que había dicho eso, ya había terminado su desayuno. Cordelia lo detuvo con rapidez cuando estaba a punto de volver a su habitación.
—Hermano, por favor, dame el diario más tarde.
—De acuerdo, te lo daré antes de irme.
—Muchas gracias.
Cuando se fue, Cordelia sintió como si las cuerdas de la tensión se hubieran cortado.
Por supuesto, fui yo quien se lo recomendó. Así que no hay razón para que no haga lo mismo… Pero…
Sin embargo, se sentía algo inquieta ante la idea de intercambiar diarios en lugar de cartas. Sabía por su vida anterior que la gente solo intercambiaba diarios con aquellos que eran especiales para ellos. O al menos, para eso creía ella que servían.
Ya estoy intercambiando cartas con el joven Gille… ¡Pero me es imposible intercambiar diarios con él porque es demasiado embarazoso…!
También se sentía culpable por haber obligado a Cyrus a hacer algo que a ella misma le daba vergüenza hacer, pero su hermano y Christina estaban comprometidos. En definitiva no era un problema.
Me pregunto si debería explicarle a la señorita Hazel que estoy haciendo un experimento para averiguar la diferencia entre las cartas y los diarios de intercambio, y hacer que haga uno conmigo. No he dicho si tenía que hacerlo con el sexo opuesto, ¿verdad?
Cordelia creía que ella también tenía que probarlo porque se lo había recomendado a alguien. Cierto, es difícil pedirle al joven Gille que lo haga, pensó mientras comía lo que le quedaba. Pero, sus mejillas comenzaron a calentarse de nuevo sólo con ese pensamiento.
Me pregunto si podré escribir de forma adecuada la próxima vez que le escriba al joven Gille… También me preocupa eso.
Debido a que estaba pensando en cosas extrañas, seguía avergonzándose cad vez que escuchaba el nombre de Gille durante un tiempo, sentía…
No es nada. No es nada… Pero lo siento, joven Gille.
Es muy duro.
La próxima vez que le escriba una carta, haré lo posible por no avergonzarme para que mis cartas no tiemblen, dio un largo suspiro.