¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 37: La señorita, aprendiz de maestro (3)

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


Tras regresar a la capital real, se separaron de la Bruja como siempre, y Cordelia preguntó a Gille y a Vernoux.

—¿Tienen un poco de tiempo ahora?

—¿De qué se trata?

—Me gustaría hablar con ustedes de algo.

—El tiempo es oro. Si es corto, entonces debería estar bien —respondió Vernoux, y Gille asintió.

—Entonces, solo hablaré de una cosa. Una ruta para llevar libros a los pueblos y prestarlos… Me gustaría construir una biblioteca móvil. ¿Me ayudarían?

—¿Ah?

—¿Biblioteca móvil?

Ambos respondieron, y ella asintió.

—Sí. Sería más pequeña que una librería de alquiler, que también funciona como tienda, pero hay pocas formas de que los pueblos puedan obtener libros. Si es posible, también me gustaría disponer de un profesor que pudiera responder a las preguntas de los niños sobre los libros.

—¿Podrías contarme un poco más? —instó Gille, y ella continuó.

—Los niños de la aldea de Oulu saben lo esencial de la lectura y la escritura, pero todos los libros del asilo de pobres son viejos, y les resulta difícil conseguir otros nuevos. Pero algunos quieren aprender. Así que quiero crear un entorno en el que puedan alquilar libros nuevos gratis… o incluso al precio más bajo. Sería ideal que pudieran ir a cada uno de los pueblos como con las carrozas.

—En resumen, ¿no se limitará a esa casa pobre?

—Así es. Si es posible, quiero que la biblioteca recorra varios pueblos con regularidad para prestar libros. Este apoyo proporcionará también a las zonas remotas, y no se limitará a la casa de los pobres.

Gille asintió ante su respuesta.

—Si las aldeas están en los alrededores de la capital real, los niños deberían haber recibido lo más esencial de la lectura y la escritura, aunque sean de aldeas de montaña. Pero no tienen muchas oportunidades de practicarlo, así que seguro estarían contentos con esto.

Vernoux seguía con los brazos cruzados mientras decía:

—¿Así que es así?

—Si apoyamos a las aldeas y no solo a la casa de los pobres, entonces sería más fácil que lo utilizaran, incluso si rechazan el apoyo. Pero, ¿cómo van a conseguir los libros y los carruajes?

—Es difícil decir que podríamos gestionar los carruajes y conseguir nuevos libros en cualquier momento, por mucho dinero que tengamos. Por eso me gustaría pensar en ello como un proyecto continuo y, si es posible, me gustaría crear una organización para reunir a los partidarios y obtener fondos y opiniones de ellos cada año. Si lo hacemos, sería diferente a hacerlo solos. Podríamos recoger las opiniones de la gente y reducir los prejuicios.

—¿Así que por eso querías hablar con nosotros?

—Sí. Sin embargo, no he calculado los costes iniciales ni cuánto presupuesto requeriría este proyecto al año. Es que… ¿me ayudarán si tengo un plan adecuado? —preguntó, y Vernoux se llevó la mano a la barbilla para pensar.

—Seguro podrías reunir suficientes fondos si le preguntas a la gente si quiere hacer obras sociales. Si no es una cantidad absurda, el orgullo de los nobles no les permitirá decir: “¿Cómo es que el hijo de esa Casa participa pero el mío no?”. Sería fácil de lograr si usamos el nombre de Flantheim y Pameradia. No me importa ayudar si tienes un plan sólido.

—Muchas gracias.

—También… sí. Algunos comerciantes de la capital real quieren hacer grandes donaciones para ganar fama. Por supuesto, seguro esperan tener la oportunidad de asociarse con los nobles… Si puedes usarlos bien, entonces también tendrás suficiente dinero para contratar personal de fundación.

—Sabes mucho de esto.

—Me relaciono con más gente que tú, Dilly.

—¿Es esto, tal vez, el resultado de ser arrastrado por el marqués a las entrevistas de matrimonio?

—Tú… estás agradecida…, ¿no?

Le pareció que no había gritado porque su cara estaba crispada, pero también porque estaban fuera. Pero a Vernoux no parecía importarle.

—Gille también ayudará, ¿verdad? Conseguiremos un gran resultado solo con que te pongas de acuerdo conmigo.

Vernoux sonrió, y su amigo sonrió de forma irónica a la vez.

—Puede ser doloroso si solo puedo hacer eso. Estaré encantado de ayudar si hay algo más.

—Ah, sí, me he enterado por el joven Vernoux de que también estás pensando en cómo ayudar al asilo de pobres.

Cuando dijo eso, Gille miró animado a su amigo, y éste se dio la vuelta a la misma velocidad. Parecía que iba a empezar a silbar.

Quizás, el joven Gille quería mantener eso en secreto. 

Después de un momento de silencio, el niño al final suspiró profundo. Su suspiro decía que no tenía sentido quejarse ahora.

—Si lo necesitan…, entonces espero que les sea más fácil encontrar trabajo en la capital real. Por otro lado, si tienen ofertas de trabajo en la aldea, entonces quiero construir una red de información que les facilite llegar a la capital. Lo he buscado, pero de momento no parece haber ninguna red que se extienda entre las aldeas y la capital real… Quiero crear un punto de información para la búsqueda de empleo.

—Ya veo.

—Pero si llevamos a cabo el plan de la biblioteca móvil, necesitamos una base para gestionar los libros en la capital real. He pensado que sería conveniente utilizarla. Sobre el personal… ya se me ocurrirá algo.

Lo que dijo al final fue vago, pero firme. Cordelia y Gille se miraron y se rieron.

Pero fueron detenidos por cuando Vernoux habló.

—Bueno, podemos tomarlo con calma. De cualquier manera, ¿qué tal si ponemos esto en orden?

—Debería informar a Su Alteza sobre esto, pero no será un problema.

—Eh…

—No lo es, eh. Sería extraño que hiciera algo cerca de la capital real sin decir nada cuando estoy al lado del príncipe.

—Bueno, eso es cierto… ¿no sería un poco excesivo decírselo al príncipe?

—No es que le obligue a ayudarnos. Solo voy a contarle tu idea. Haz lo que quieras.

En efecto, las cosas se pueden hacer con una sola orden, aunque él nos eche una mano… o, por el contrario, siento que las cosas estarían completas con una sola palabra. Si pienso en él como alguien que podría utilizar, entonces debería hacerlo. 

Pero… no quiero en absoluto. Hago todo lo posible para evitar que mis mejillas se estremezcan.

No… No voy a decirle que no lo haga, solo porque no me gusta el príncipe. 

Así es. Vamos a explicarlo con claridad. 

No está pidiendo ayuda directa. El joven Vernoux solo va a mencionar esto al príncipe. Tal vez, el joven Vernoux solo está tratando de crear el hecho de que el príncipe apoya esto. 

—Si quieres, también podrías estar allí, Dilly.

—No, se lo dejo a usted, joven Vernoux. Es imposible que aparezca delante del príncipe cuando no salgo mucho en público… Los altos cargos y las jóvenes se podrán muy ruidosos.

—De acuerdo. Es una pena, pero lo haré.

Ella no le dijo nada más, y él levantó las manos y se encogió de hombros. Seguro lo habría predicho. Su sonrisa amarga era la prueba.

Ella fingió que no le había oído decir de forma despreocupada: “Bueno, podemos ir poco a poco”, con la sonrisa amarga aún en su rostro.

♦ ♦ ♦

Después de eso, Cordelia visitó el pueblo y se reunió con Vernoux muchas veces para hacer los arreglos preliminares.

Descubrió que él era bastante estricto.

Ella pensó que él resolvería todos los detalles después de escuchar su presentación aproximada, pero la presionó con preguntas.

—¿Cómo vas a decidir el nivel de los libros

—¿Vas a hacer una auditoría externa de los recibos?

Ella no había preparado algunas de las respuestas la primera vez y sintió que había perdido. Por supuesto, era por completo consciente de que esto no era una competición.

No puedo admitirlo… No pienso retener al joven Vernoux. Incluso esta vez, estaba pensando en el futuro y no lo he olvidado.

—¿Cómo puedo perder ante él?

Las palabras que había pronunciado cuando estaba sola en su habitación eran seguro las más groseras que había dicho nunca. Pero, como no había nadie, se dijo a sí misma que sería perdonada.

Pero gracias a eso, pude mejorar mis planes para los libros y la forma de gestionarlos. Me puse un poco demasiado energética y algunos de mis escritos resultaron demasiado contundentes, pero eso sigue siendo encantador. 

De repente, Cordelia miró al techo y cerró los ojos. Vio las sonrisas de Toto y Lana en su mente.

—Aguantaré un poco más…

Corrigió su postura mientras hablaba consigo misma.

Seguro el joven Gille también estaba ideando varios planes. Cuando pensaba así, entonces podía pensar que era una competición.

Sin embargo, aunque pensara así, el tiempo era limitado. Cada día para ella era agitado. Tenía que prepararse para sus propias clases, revisar el invernadero, comprobar los oficios, escuchar los progresos de Ronnie en el oblaat y visitar a la Bruja para escuchar sus conferencias y pedirle prestados libros.

Cuando pensó que tenía un poco de sueño, Emina soltó una risita.

—Señorita, tú también te quedaste despierta hasta tarde ayer, ¿no?

—¿Viste la luz…?

—No, tienes bolsas bajo los ojos.

Ella agarró de forma instintiva el espejo que tenía cerca cuando se lo señaló. En verdad, tenía una tenue sombra bajo los ojos.

—¿Por qué no te echas una siesta? Es difícil que se te ocurra una idea si estás demasiado entusiasmada.

Ella dudó un poco sobre la propuesta, pero decidió aceptarla. No tenía tanto sueño como para quedarse dormida por accidente, pero era lo suficiente serio como para que le salieran bolsas en los ojos. Resaltaban demasiado porque su piel era blanca. Podía disimularlas con maquillaje, pero quería dejar eso como último recurso. El maquillaje era un arma, no algo para ajustar su condición física.

No debería estar pensando esto…

Cuando sus pensamientos se desviaron, Emina volvió a decir:

—Señorita, por favor, descansa.

—De acuerdo. Lo haré después de progresar un poco más.

Sin embargo, Emina no debió confiar en mi “un poco más”. 

Al poco tiempo, regresó con té con leche y manzanilla caliente. La somnolencia de Cordelia aumentó después de beber su dulce y cálida bebida.

Tengo que rendirme y tomar un descanso.

No tardó en quedarse dormida después de acostarse. Sin embargo, se le ocurrió una buena idea en su sueño, pero la olvidó cuando se despertó y dejó caer un poco los hombros, decepcionada.

Cordelia se decidió. Tengo que idear un plan que me resulte aceptable para poder descansar bien.


Ichigo
Tengo que admitir que cada día me sorprende un poco más lo inteligente que son estos niños... Entiendo que Cordelia ha visto su futuro en el juego y tiene miedo, pero aún así, se ha adaptado más que bien a las circunstancias y de verdad es una persona muy capaz...

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