¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 51: Falsas buenas acciones y diligencia sincera (4)

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


Al día siguiente de la detención de Zakharov, Cordelia volvía a hablar con Isma y otro caballero en el castillo. Ya les había explicado un poco la situación el día anterior, pero hoy la llamaban de nuevo porque había entrado en la mansión de Zakharov.

Le dijeron que visitarían la mansión si no podía salir debido al shock que había recibido, ella quería visitar la Gran Librería, así que fue al castillo, ya que no quería perder el tiempo.

—También he examinado la planta, pero no es más que hierba normal, a menos que se sequen las hojas y se use. Quería mantener en secreto su árbol para hacer dinero —dijo Isma, y Cordelia ladeó un poco la cabeza.

—Era muy cuidadoso con eso, pero me miraba con desprecio.

—Puede que estuviera acorralado de forma económica. Parece que ésta era su última oportunidad.

Cordelia estaba de acuerdo con eso.

Luego, hablaron un rato, y el otro caballero se levantó de su silla.

—Paremos aquí. Iré a por unas bebidas.

Después de despedir al caballero, Isma se levantó. Se había relajado un poco.

—Después de que lo detuvieran, dijo en el interrogatorio: “Un noble del norte me amenazó con secuestrar a la chica, así que me acerqué a ella para protegerla porque pensé que estaría en peligro. Ese noble me entregó las plantas narcóticas como pago por adelantado, así que no las tenía porque quería”.

Cordelia se sorprendió al oír aquello, porque Zakharov no estaba en posición de decir eso.

—Entonces, no necesitaba secuestrarme para conseguir esas plantas narcóticas.

—Sí. Cerró la boca en cuanto se lo señalamos. Pero solo guardó silencio hasta que llegó nuestro padre.

—¿Nuestro padre fue a verle?

—No sé quién le llamó, pero cuando sintió su ira, se estremeció y confesó muchas cosas. Dijo que fue a buscar a ese noble del norte en busca de narcóticos y que él le pidió que secuestrara a la Niña Soñadora. Pero también dijo que se negó ya que era imposible secuestrar a la chica evitando a los caballeros. Todavía hay algunas inconsistencias, pero no pudo soportar la presión de nuestro padre y se desmayó, así que lo interrogaremos de nuevo mañana. No tiene importancia comparado con las cosas que hizo.

La expresión de Isma al decir eso decía “se lo merecía”.

—Atrapar a esa bestia es algo importante. Creo que llamarás más la atención en el castillo que nunca, pero no te preocupes demasiado.

—Muchas gracias.

Cordelia sonrió con ironía por lo que había dicho Isma.

Su nombre se extendió por todo el castillo como nunca antes a raíz del incidente. Un pequeño círculo la conocía ya por su victoria en el concurso, y las damas nobles a través de la dama de Vernoux y su tía, la condesa Nirupama Weltoria; sin embargo, este grupo era reducido. Pero los rumores sobre Cordelia se habían propagado rápidamente al frustrar la conspiración de un conde.

Las habladurías eran algo exageradas, llegando algunos incluso a decir que seguía los pasos de su hermano y su padre, y que pertenecía a la facción militar, aunque nadie le había dicho nada, impidiéndole así corregir tales afirmaciones. No obstante, nadie se quejaría de su buen comportamiento, incluso si perteneciera a dicha facción.

Comprendía que la fama podía convertirse en el propio poder, y la importancia de presumir del propio nombre y orgullo. Por supuesto, su objetivo final no era perseguir solo eso y aferrarse a la propia reputación como hacía Zakharov.

Hay mucha gente que actúa por la justicia y la falsedad, y hace alarde de su vanidad.

Si no tienes algo de lo que puedas estar de verdad orgulloso, el orgullo que ostentas es solo para aparentar.

Todavía recordaba las palabras que Elvis le dijo cuando era joven.

Al mismo tiempo, no había olvidado

Si no tienes poder, la gente se burlará de ti.

Incluso yo quiero hacer sonreír a la gente todo lo que pueda.

Por supuesto, deseaba trabajar cada vez más en aquello que despertaba su interés, anhelando convertir los aromas en su arma. Sin embargo, tales aspiraciones se desvanecerían si no pudiera imaginarse haciendo feliz a alguien. Quería acrecentar su reputación a través de sus actos, aunque aún debía meditar los métodos para construir su fama.

Pero… Zakharov no dijo que tuviera una conexión con Ghost.

¿Lo amenazó tan gravemente que ni siquiera lo mencionó a pesar de desmayarse? Quizá Zakharov lo mencione en el futuro, pero al menos se había librado por el momento.

Puedo decir que esta vez pude detener el secuestro de Shelley gracias a la artimaña de Ghost…

Ghost no estaba del lado de la justicia. No podía permitir que se saliera con la suya, deleitándose con las relaciones de la gente ante los crímenes.

Sin dudarlo, Cordelia juró con firmeza que lo atraparía la próxima vez que apareciera.

Sin duda lo atraparé la próxima vez que aparezca, Isma dio un pequeño suspiro y luego la miró.

—Demostraron de manera formal que es hija del conde Clydereine esta mañana.

—Me sorprende que hayan obtenido los resultados tan rápido. Así que es su hija.

Cordelia iba a pasar por la iglesia para ver cómo estaba Shelley de camino a casa, pero estaba confusa ya que no sabía qué expresión debía poner ahora que se había confirmado la identidad de Shelley.

—He oído que hoy realizará las formalidades para dar la bienvenida a su nuevo hogar. Aun así, es una joven muy enérgica, como usted dijo que era. Creo que le costará adaptarse a nuestro mundo.

—Sí, yo también lo creo.

Cordelia de seguro no tenía que preocuparse más, ya que Shelley estaba ahora bajo la protección del conde Clydereine. Por un lado, se alegraba, pero por otro, se sentía complicada.

No tenía elección, pero acabé siendo yo quien introdujo a la heroína en el mundo de los nobles.

Si continuaba actuando de esa manera, se podía predecir que no sería del agrado de quienes la rodeaban. Al menos, seguramente chocaría con el joven Vernoux y el joven Clive.

Bueno, hasta aquí he llegado. Después de esto, es mejor que vivamos nuestras vidas sin involucrarnos unos con otros.

Sé su nombre, pero no nos presentamos, y ella no me preguntó el mío. Seguro que soy alguien por quien no vale la pena preocuparse. Ojalá siga así para siempre.

—Ah, sí, Cordelia. ¿Puedes comprar algunos dulces de camino a casa para papá?

—¿Para papá?

Cordelia ladeó la cabeza ante la repentina petición de Isma, e Isma sonrió y se llevó el dedo índice a la boca.

—Esto es un secreto. Padre sabía que algo podría haber salido mal si las cosas no se manejaban de manera adecuada, pero está preocupado ya que tuviste que batallar.

—No es para tanto.

—Quizá pienses eso, pero padre estaba sereno, aunque algo decaído. Así que, si le animas… no, ¿no estaría mal que te apoyaras en él?

Isma bromeaba a medias, pero Cordelia frunció el ceño.

—¿Tan poca confianza tiene nuestro padre en mí?

—Si así fuera, no te habría encomendado esta tarea. Sin embargo, confiar no es lo mismo que no preocuparse.

No podía expresar con palabras la idea con claridad, pero Cordelia comprendía en parte el significado de la palabra “preocupación”. A pesar de todo, le resultaba difícil imaginar que algo así influyera en su padre; sin embargo, dado que su hermano Isma lo había dicho, consideró si debía intentar depender de él un poco.

¿Pero qué demonios debería pedir? Espero pedir algo que también haga feliz a mi padre…

Cordelia observó al caballero que acababa de regresar junto a la doncella que empujaba el carro, mientras pensaba sobre la cena de esa noche. Acto seguido, la conversación derivó hacia temas triviales.

La criada que servía el té sonrió a Cordelia, quien respondió procurando que su sonrisa no resultara forzada.

♦ ♦ ♦

Tras tomar el té, Isma acompañó a Cordelia a la Gran Librería, donde Ronnie la esperaba. Aunque ya se había acostumbrado un poco a pasear por el castillo, aún le costaba relajarse ante la posibilidad de un encuentro inesperado.

Mientras Cordelia caminaba hacia la Gran Librería, preguntándole a Isma qué dulces debía comprar, una voz inesperada llegó a sus oídos.

—Qué casualidad encontrarte en un sitio como éste, señor Isma.

Al volverse al oír la voz, vio a un hombre junto a una chica a la que se había acostumbrado a ver en los últimos días, Shelley. Isma se inclinó un poco ante el conde Clydereine.

—Hola, conde Clydereine. ¿Ha terminado con las formalidades?

—Sí, es molesto estar en deuda con la casa Pameradia, pero le estoy agradecido. Eh, Shelley, saluda.

A pesar de la insistencia del conde Clydereine para que los saludara, Shelley permaneció en silencio, observando a Isma.

Debería estar acostumbrada a ver caballeros en la iglesia, pensó. ¿Por qué se comporta así?

Shelley sonrió de manera amplia.

—Eres un caballero en este castillo, ¿verdad? ¿Conoces al príncipe? Quiero conocerlo lo antes posible.

—Shelley.

A pesar de la reprimenda del Conde, Shelley continuó con su comportamiento habitual, ladeando la cabeza como si no comprendiera la razón. El rostro de Cordelia se crispó involuntariamente al considerar que nada había cambiado desde que él la había acogido y que carecía de educación. Formalidades aparte, los saludos eran una muestra de cortesía común, no limitada a la nobleza. Supuso que el conde Clydereine debía sentirse incómodo y sintió lástima por él.

Isma, por su parte, no mostró sorpresa ante la repentina pregunta de Shelley y dirigió una mirada amistosa al conde Clydereine.

—Debe de ser diferente a la vida a la que está acostumbrada —dijo Isma, y el conde Clydereine tosió.

—B-Bueno, es importante que se acostumbre. Pero si a esta niña se le permite tener una audiencia con Su Alteza en el futuro, entonces podría enamorarse de ella a primera vista. Es adorable y tiene un poder misterioso. Si eso sucede, entonces lo siento por el conde Pameradia.

—No es necesario. Estoy segura de que mi padre sería feliz como criado sin importar a quién elija Su Alteza. Sin embargo, seguro se sentiría solo si esta niña se convierte en novia, así que podría querer que Su Alteza eligiera a otra como reina. Cordelia, tus saludos.

Ichigo
¡Gracias por leer! Shelley es tan molesta como siempre. Espero que entre en forma a los golpes, ugh

 

 

 

 

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