Traducido por Kiara
Editado por Sharon
MI nombre es Maya Spring, y soy una estilista. Contrario a lo que el nombre sugiere, hacemos mucho más que recortar el pelo según un estilo, nos encargamos de darle el asiduo cuidado, elegir peinados que se adapten a un determinado cliente, y mucho más.
En lo personal, estoy muy orgullosa de la labor que hago. Es gratificante y me encanta, pero cuando se trata de otros aspectos de mi vida cotidiana, incluido el amor, no puedo decir que esté interesada.
O al menos, lo estaba… hasta hace cinco días, cuando me encontré con un hombre en el banquete real que cambió mi perspectiva como nunca lo imaginé.
—Por fin te he encontrado. Eres mi alma gemela —dijo mirándome con un brillo inusual en sus ojos.
Su nombre es Raye Arides, y es un caballero dragonante, miembro de los caballeros del reino vecino Vaxwald, la tierra de los dragones. Estaba en el banquete como guardaespalda del príncipe.
—¿A qué te refieres? —le pregunté.
—Para un caballero dragón, significa nuestra pareja destinada. Mi alma gemela —explicó con una sonrisa radiante.
—Oh mi, mi Dios —tartamudeé tímidamente.
La repentina confesión me tomó por sorpresa, pero lo admito, sentí que estaba a punto de desmayarme. De pelo rubio, ojos dorados y una actitud amable, algo que nunca había imaginado de un caballero dragón, Raye parecía casi como un apuesto príncipe de un cuento de hadas. Y a pesar de que soy una mujer de 20 años, no tengo ningún tipo de experiencia previa y francamente no estaba en mi cabeza.
Mis padres tenían un local de barbería, por lo que he dedicado toda mi vida al aprendizaje del cuidado del cabello. Entonces, hace dos años atrás, fui elegida para servir como el estilista personal de la princesa de nuestra gran nación de Myulan. Desde entonces, he estado demasiado ocupada para experimentar situaciones de este tipo.
—No significa que todo caballero dragón está vinculado a una pareja. Todo lo contrario, de hecho, la mayoría de nosotros aprende sobre el amor de la misma manera que lo hace tu gente: a través de prueba y error, pero para aquellos que tienen el privilegio de tener un encontrar a su alma gemela es una gran bendición —explicó Raye, sonriendo como si apenas pudiera contener su alegría.
—Eso es fascinante —respondí—, pero… me refiero, no sé nada de ti… y ni siquiera soy de la nobleza o algo parecido. La única razón por la que estoy en este banquete se debe a que la princesa Patricia quería estuviera a su alrededor, por si surgía una emergencia de cabello. Soy su estilista personal.
Por supuesto, como estaba en un evento formal él podría confundirse, ya que usé una vestimenta adecuada para la ocasión, un vestido formal que se adapta perfectamente a mis curvas y un peinado elegante y muy elaborado, pero con todo eso no soy más que una simple plebeya.
—Oh, eso no me molesta. Desde mi nacimiento he sido un miembro de la nobleza en Vaxwald, pero a mí el estatus social apenas me importa —contestó sin vacilar. Después de un momento, él frunció sus cejas—. Eso dije, pero esta clase de conversación probablemente debería ser despues de haberme presentado. Me he avergonzado por completo… Espero que usted pueda perdonar mi falta de criterio.
Aunque estaba claramente eufórico por haber encontrado a su pareja destinada, poseía suficiente autocontrol para priorizar mis sentimientos, algo que aprecié. En pocos segundo dio un paso hacia atrás y se introdujo a sí mismo nuevamente. De repente, se había convertido en el caballero perfecto. Era claro para mi que estaba haciendo un esfuerzo para no seguir insistiendo en el asunto de estar vinculados, para que no me sienta presionada.
Luego, tres días después del banquete:
—Estás yendo de regreso a Vaxwald el día después de mañana, ¿verdad? —pregunté.
Durante su estancia en el Castillo de Myulan, Raye había encontrado tiempo en su apretada agenda para venir a verme cada dia, y fue alrededor de este punto en que ya había empezado a crecer en la idea de ser almas gemela.
—Sí, voy a regresar con Su Alteza el príncipe Darius. No es algo por lo que deba preocuparse, prometo que voy a escribir cartas, y voy a venir a verte cada vez que pueda. Podemos avanzar lentamente, y si algún día soy capaz de ganar su corazón, espero que usted considere visitarme en el reino de Vaxwald, incluso si tarda años en tomar su decisión. —Él hizo una pausa, y luego añadió—: Honestamente, estoy tentado a evitar toda esa espera y llevarte conmigo para casarnos tan pronto como sea posible.
Por la forma en que lo dijo, no estaba completamente segura de que estuviera bromeando.
Como están las cosas ahora, me siento muy honrada de ser la única estilista que sirve a la princesa de Myulan, y no quería dejar mi puesto. Sin embargo, no veía nada malo en visitar el reino de Vaxwald algún día, como Raye había sugerido. Estaba muy curiosa por ver lo que estilos de peinados para mujeres están a la moda en el reino vecino, y mientras no se oponga a la idea de abrir mi propio salón allí… con Raye a mi lado…
Cuando más lo pienso, mas estupida me siento ahora por considerar planificar mi vida en torno a un tipo que había conocido hace tres días. Pero el amor es ciego, como dice el dicho, y en primer lugar todo el que se enamora es así.
En el día en que Raye iba a salir de Myulan, su actitud hacia mí cambió drásticamente.
Cuando fui a despedirme, se volvió hacia a mí con el ceño fruncido y en un tono cortante expresó:
—Lo siento, pero necesito que olvide todo lo que pasó entre nosotros durante los últimos días. Al parecer no estamos vinculados.
—¿Qué? —La fría mirada en sus ojos me hizo retroceder un poco—. ¿No estamos vinculados?
—Sí, parece que estaba equivocado.
Su tono era demasiado informal para alguien que había sido amable y cariñoso durante todo el tiempo que estuvo a mi lado, es más aún no habían pasado ni veinticuatro horas, desde la última vez que me miró diciendo que era su mundo. No puedo creerlo. Todo el romance entre nosotros se esfumó de repente, de una forma tan simple como esa.
—Lo admito, obviamente no entiendo para nada a los caballeros dragones, pero… ¿es tan siquiera posible?
—Una vez más, lo siento mucho por el malentendido que he causado, pero el hecho es que me equivoqué, fue un completo error. No siento ninguna atracción hacia usted, y debo pedir que se olvide de lo sentimientos que puede haber tenido hacia mí. Esta es la despedida, Maya.
Tras decir eso, se subió a horcajadas sobre su caballo, se unió al príncipe Darius y los otros caballeros, que iniciaron la marcha.
Mientras tanto, permanecí de pie allí, mirando fijamente su espalda desaparecer.
—¿Qué? —Mi voz se sentía diminuta—. ¿Olvidar mis sentimientos? ¿Cuando fue él quien insistió en todo esto?
Primero dice todas esas cosas de almas gemelas, luego obtiene mi corazón, ¿y ahora esto? Se sintió como un rudo despertar de lo que una vez fue un sueño feliz.
Los caballeros dragón lentamente aumentaron la distancia mientras me quedaba allí, sacudiendo mis puños con ira hacia Raye. ¿Cómo pude ser tan estúpida? Siempre me dije a mí misma que nunca dejaría que un hombre me lastimara de esa manera. ¿Por qué tuve que permitir que se acercara tanto? Apreté mis dientes en señal de mi frustración. Al parecer, soy más crédula de lo que pensaba.
Supongo que debo estar agradecida de que este evento ocurriera antes de que las cosas se volvieran más serias… Simplemente voy a echar tierra sobre esta experiencia…, decidí, en mi interior.
En ese momento, la princesa Patricia se acercó con sus asistentes. Al igual que yo, ella había llegado a despedir al príncipe Darius.
—Si ellos pueden transformarse en dragones, entonces ¿por qué no se van volando a casa? ¿No te parece tonto, Maya? —me preguntó, con una expresión dulce, casi querubín acorde con sus dieciséis años.
—Tiene razón, Su Alteza —, respondí a medias.
—Su Alteza el príncipe, nuevamente me felicitó por mi cabello. ¡Dijo que mis trenzas eran bastante hermosas! ¡Todo gracias a ti!
—Me alegro.
—Siempre que le mencionaba que tengo a mi propia estilista, se mostraba sorprendido. Por supuesto es normal, incluso la nobleza presta poca atención al cabello. Después de todo, la mayoría simplemente le pide a un sirviente que lo maneje.
—Nuestra profesión es todavía una novedad.
Sí, necesito trabajar más duro… No debo perder el tiempo en el romance…
—¿Maya? ¿Está todo bien? Pareces un poco sombría… —Ella parpadeó pero al momento siguiente aplaudió con sus manos frente a su pecho—. ¡Lo tengo! Debes estar triste ya que el caballero rubio también se marchó. Él te llamó su alma gemela, después de todo. ¡Y te veías más feliz a su lado, me atrevo a decir!
—No… no es así… —Estaba avergonzado por lo que mi actitud había dado a demostrar. De mala gana, le expliqué a Su Majestad acerca de cómo Raye había cambiado de opinión.
—¿Un error? — repitió sorprendida y con la cejas fruncidas.
Mientras tanto, sus tres asistentes rieron por lo bajo. Probablemente querían saber por qué un apuesto caballero había mostrado tal interés en una modesta peluquera como yo. Después de todo, su excesiva atención había garantizado numerosas miradas de envidia en mi dirección.
No estaba molesta por su desprecio, sin embargo. En lo personal, ya estoy lista para olvidar todo este asunto.
—Simplemente me voy a dedicar el resto de mi vida a mi trabajo… No debería haber perdido mi tiempo en un hombre cuando todavía hay mucho que debo aprender… De ahora en adelante, mi corazón y alma pertenecen al cabello y a los distintos estilos de peinado… Me concentraré en los mejores… —murmuré sin pasión ni fuerzas para ocultar mis hombros caídos y la miseria que irradiaba de cada pulgada de mi ser.
—¡Cielos, te ves completamente aplastado! Pobre querida… ¿Estás bastante seguro de que estás bien? —Ella frunció el ceño mientras hablaba en un tono comprensivo. Incluso sus asistentes parecían tener lástima de mí.
No había ninguna necesidad, por supuesto. Mi trabajo fue el propósito de toda mi vida. Sólo mi carrera podría traer mi verdadera felicidad.
Me crees, ¿verdad?
Ánimo Mayaaa, aunque igual estás medio tonta enamorandote de un wey que conociste hace tres días pero aquí el que hizo mal fue el otro
Tu tranquila te creo querida
Si bebe, si te creo