Katarina – Volumen 10 – Capítulo 6: Magia oscura (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sharon


La oscuridad que me rodeaba era tan aterradora que cerré los ojos instintivamente. Poco después, todo quedó en silencio. Ni siquiera podía oír los pájaros y los bichos de los árboles que me rodeaban. Había tanto silencio que me dolían los oídos.

Volví a abrir los ojos, todavía asustada, pero todo estaba tan oscuro que no había diferencia. No había nada, por mucho que mirara a mi alrededor. O tal vez sí, pero no podía verlo porque estaba muy oscuro. Después de todo, ni siquiera podía ver mis propios brazos y piernas. Intenté tocarme la cara y me di cuenta de que aún podía mover las manos y sentir cosas. Pero, cegada así, moverse sería demasiado peligroso.

¿Dónde estoy? Debe ser cosa de esa chica. ¿Qué me ha hecho? ¿Me envió a otra dimensión, como cuando accidentalmente obtuve el Pacto Oscuro? No lo sé. Tal vez sea otra cosa.

No podía oír ni ver nada. Estaba rodeada de una oscuridad aterradoramente silenciosa. No saber lo que estaba pasando era aterrador, pero lo que era aún más no saber cuándo terminaría.

—Tengo miedo… —murmuré para mis adentros.

—Katarina.

—Hermana mayor.

Oí dos voces que me llamaban.

—¿Jared? ¿Keith? ¿Están ahí?

—Sí. No puedo ver mi entorno, pero puedo decir que estoy cerca de vosotros —respondió Jared.

—A juzgar por tu voz, no podemos estar tan lejos —coincidió Keith.

—¿Así que vosotros dos también estáis atrapados en la oscuridad? —pregunté. Por un segundo había pensado que sólo yo no podía ver, pero no parecía ser el caso.

—Definitivamente lo estoy.

—Yo tampoco veo nada.

Así que los tres estábamos atrapados en esta cosa oscura.

—¿Pero por qué ustedes dos estarían aquí también? —les pregunté. Recuerdo que corrieron hacia mí, pero aún no me habían alcanzado cuando todo se volvió negro.

—Vi que una niebla oscura te envolvía por detrás y salté hacia ti para sacarte de ella. Un momento después, me encontré aquí.

—A mí me pasó lo mismo.

Sabía que no podían verme, pero me incliné disculpándome mientras les decía que sentía haberles metido en problemas.

—Soy yo quien debe disculparse por no haber podido protegerte, Katarina.

—Tiene razón. Y además estábamos tan cerca… Lo siento, hermana mayor.

—Gracias a los dos —respondí a sus amables palabras.

—De todos modos —volvió a hablar Jared—, creo que sería mejor concentrarse en cómo salir de aquí ahora.

Keith y yo estuvimos inmediatamente de acuerdo con él.

—En primer lugar, ¿qué hay aquí? Puedo sentir mi propio cuerpo, así que no es sólo nuestra conciencia siendo transportada a un lugar diferente —dijo Keith.

—Efectivamente. Es probable que hayamos sido transportados físicamente a este lugar oscuro —respondió Jared.

—Me pregunto si podemos tocarnos.

—Si pudiéramos, eso demostraría que estamos en el mismo lugar. Deberíamos intentarlo —respondió Keith a mi pregunta.

—Entonces intentaré acercarme a ti y tocarte. Sigue hablando, Keith.

—¡¿Qué?! ¡¿Acercarte?! ¡¿Es eso seguro?! ¡¿Y tocarme dónde, de todos modos?! —Keith siguió hablando, tal y como le había pedido también.

Atravesé la oscuridad para encontrarlo. Ahora que sabía que esos dos estaban allí conmigo, moverse ya no me daba tanto miedo. Después de dar unos pasos, sentí que algo hacía contacto con mi mano.

—¿Keith?

—¿Hermana mayor?

La voz de Keith venía de muy cerca.

—¡Oh! ¡He conseguido tocarte, Keith! —exclamé, dándole palmaditas por todo el cuerpo.

—¡¿Qué estás tocando?! —me preguntó.

—¿Hm? ¿Qué he tocado?

—¡No importa! ¡Deja de hacerlo! Dame tu mano ahora —exigió secamente, tomando mi mano antes de que pudiera responder.

Su mano era más grande y fuerte de lo que recordaba, pero podía decir que era la de Keith, y eso me hizo sentir segura y aliviada.

—Parece que os lo estáis pasando muy bien. ¿Puedo preguntar qué estáis haciendo exactamente? —preguntó Jared. Me sorprendió escuchar su voz, ya que parecía estar muy cerca de nosotros.

—¡Espera! ¡No estás tan lejos! —llamé.

—Caminé hacia ti mientras escuchaba tus bromas. Siéntete libre de tocarme también, Katarina.

—Pero no puedo verte, así que no sé dónde estás… —respondí.

—Oh, por supuesto. Entonces, dame tu ma- No, Keith, tú no. ¿Por qué tomarías mi mano? Suéltala.

No sabía qué era más impresionante: que Keith hubiera conseguido coger la mano de Jared, o que Jared se hubiera dado cuenta inmediatamente de quién era.

—No puedo confiar en que no aprovecharías esta oscuridad para tocar a mi hermana de forma inapropiada.

—El único que se está comportando de forma inapropiada aquí eres tú, Keith. ¿Dónde le pediste que te tocara?

—No le pedí que lo hiciera. Ella lo hizo por su propia voluntad…

—Interesante. ¿Y dónde hiciste que te tocara entonces?

—Acabo de decir que no la obligué…

Estos dos son siempre así, eh. Ni siquiera el hecho de estar atrapados en esta absurda situación puede hacer que dejen de discutir, pensé, y no pude evitar reírme a carcajadas.

—¿Qué pasa, Katarina?

—¿Por qué te ríes, hermana mayor?

—¡Es muy gracioso que ustedes dos actúen así incluso en esta situación! —expliqué, continuando con la risa durante un buen rato. No podía verlos, pero estaba segura de que debían parecer bastante molestos.

Después de que la risa disminuyera, me di cuenta de que, de repente, ya no estaba asustada en absoluto.

—Bien. Vamos a pensar en cómo salir de aquí —dije, sintiendo que había recuperado la calma. También tomé la mano de Jared con la izquierda y la de Keith con la derecha.

—Como podemos tocarnos, creo que es seguro asumir que estamos juntos, físicamente, en un lugar oscuro de verdad —razonó Keith.

—Sí. No sólo estamos conectados mentalmente mientras estamos separados físicamente —coincidió Jared.

—¡Esa chica debe habernos enviado aquí con su Magia Oscura!

Después de todo, un espacio completamente negro gritaba “Magia Oscura”, ¿no es así?

—El chico que nos habló de ti nos explicó que había una chica encapuchada contigo. ¿Es a ella a quien te refieres? —preguntó Jared.

—¿El chico? ¡Ese debe ser Liam! Me alegro de que haya llegado bien al orfanato.

—Sí —explicó Keith—. Entró corriendo en el edificio, diciéndonos que te habías topado con una chica encapuchada y que probablemente estabas en peligro. Nos pidió que fuéramos a ayudarte.

—¿Hizo todo eso? Qué buen chico.

Gracias, Liam.

—Vinimos a por ti en cuanto nos enteramos y vimos que te perseguía una niebla oscura.

—Ya veo… ¿Y esa chica no estaba detrás de mí entonces?

—No, en absoluto. No había nada allí excepto tú, hermana mayor.

—Eso es raro. La oí susurrar en mi oído justo antes de que la niebla me rodeara.

—Tal vez eso fue parte de su hechizo de Magia Oscura. La Magia Oscura es todavía un misterio para nosotros en su mayor parte.

—Supongo que sí, sí…

Por eso, los peces gordos del Ministerio quieren que estudie Magia Oscura y aprenda más sobre el pacto… Por desgracia, lo único que he podido hacer hasta ahora ha sido conjurar una pequeñísima burbuja de oscuridad y hacerla desaparecer. No tengo nada contra esa chica encapuchada. ¡Nos ha rodeado completamente de oscuridad! Hm… Ahora que lo pienso, ¿podría esta oscuridad estar hecha del mismo material que aprendí a fabricar? Raphael me dijo que era capaz de hacer que una habitación entera se oscureciera. Si eso es cierto, entonces tal vez podría hacerla desaparecer, incluso si no soy lo suficientemente buena para conjurarla yo misma.

—En realidad… Hay un hechizo de Magia Oscura que he estado practicando y que hace que la oscuridad aparezca y desaparezca, así que… quiero intentar usarlo —anuncié, soltando sus manos.

—Ten cuidado, Katarina.

—Detente en cuanto sientas que se vuelve peligroso, hermana mayor.

—Gracias. Lo haré.

Pensé en mis lecciones con Raphael.

En primer lugar, necesito visualizar la varita con la calavera…

Tenía miedo de que al no poder ver nada fuera imposible, pero por suerte, pronto sentí que la varita aparecía en mi mano.

Bien. Ahora sólo tengo que hacer desaparecer la oscuridad como hago al practicar…

—¡Haaah! —Agité la varita y vi aparecer un pequeño punto blanco frente a mí. Era justo lo contrario de cuando había invocado la oscuridad.

¡Este es un buen comienzo! Sin embargo, ¡necesito que desaparezca todo!

—¡Haaah! —Volví a agitar la varita, y el pequeño punto blanco empezó a succionar la oscuridad como una especie de aspiradora súper potente. Era tan intenso que temí que nosotros también fuéramos absorbidos, pero afortunadamente eso no ocurrió. El punto siguió absorbiendo la oscuridad hasta que nuestro entorno se volvió tan brillante que tuve que apretar los ojos para cerrarlos. Al mismo tiempo, empecé a oír de nuevo los gritos de los bichos y los pájaros.

Cuando abrí los ojos, vi a Jared y a Keith de pie frente a mí donde había estado la niebla oscura.

—Hemos conseguido volver —me alegré, sintiéndome tan agotada que los dos chicos tuvieron que evitar que me cayera.

Mientras les daba las gracias, oí una voz que me llamaba por mi nombre. Me di la vuelta y vi dos caras conocidas.

—Oh, señor Cyrus. Y Liam también. —Antes de que terminara la frase, Liam corrió hacia mí, abrazándome—. ¿Eh? ¿Liam…? —le pregunté, sorprendida.

—Este muchacho nos dijo que estabas en peligro —explicó Cyrus—. El príncipe Jared y Lord Keith corrieron hacia aquí de inmediato, y yo los seguí. Le dije que se quedara en el orfanato para evitar cualquier peligro, pero supongo que nos siguió. Vio a todos ustedes rodeados por la oscuridad desde lejos, y no quiso escuchar por más que le dije que escapara.

Puse mi mano sobre la cabeza de Liam y noté que estaba temblando.

—Siento haberte hecho preocupar —le dije.

—Pensé que también ibas a morir… —respondió débilmente entre sollozos.

Así es… Perdió a toda su familia.

—Lo siento. Eso debió ser aterrador. Pero gracias a ti, estoy a salvo. Es porque volviste corriendo a avisar a todos.

Si no les hubiera avisado, Jared y Keith no habrían llegado hasta aquí, y no habrían podido consolarme, haciendo que mi miedo desapareciera y permitiéndome pensar en una solución.

—Muchas gracias, Liam —lo consolé, acariciando su pelo. Comenzó a llorar, así que me apresuré a acariciar también su espalda.

—¿Cómo se veía desde fuera, señor Cyrus? —preguntó Jared.

—Vi que los tres eran engullidos por una niebla oscura que luego se quedó en el lugar. No sabía si sería seguro tocarla, así que pedí ayuda al Ministerio. Estaba esperando a que llegara esa ayuda cuando lograsteis salir.

—¿La niebla persistía? Qué amplitud dirías que tiene esa zona… —Keith iba a hacer otra pregunta, pero Cyrus le hizo un gesto para que se detuviera.

—Tenemos mucho que hablar, pero volvamos primero al orfanato. Los empleados me ayudaron a liberar esta zona de otros civiles por el momento, pero la gente va a volver eventualmente, y destacaremos demasiado. Lo que ha pasado hoy aquí no es para que lo sepa el público.

Tenía razón: no queríamos que la gente supiera que la Magia Oscura, que se suponía que estaba prohibida, se había utilizado aquí, así que todos nos apresuramos a volver al orfanato.

4 respuestas a “Katarina – Volumen 10 – Capítulo 6: Magia oscura (2)”

  1. me agrada como avanza en sus poderes oscuros esta villana (la bien hechora). ya en serio, la falta del tipico power up me esta gustando bastante. va a tener que practicar mucho.

  2. Muchas gracias por el capítulo ❤️❤️❤️ Fue muy agradable y divertido, es bueno ver a Katariina Sama avanzando en su uso de la magia oscura. ✨

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