Katarina – Volumen 12 – Capítulo 3: Guardias (2)

Traducido por Shisai

Editado por Lugiia


Poco después, mientras seguía trabajando perezosamente en la decodificación del pacto, María y Cyrus regresaron, acompañados de Ginger, nuestra compañera de primer año.

—Eh, Ginger, ¿qué haces aquí?

Confundida, me pregunté por qué habían traído de vuelta a Ginger después de ir a ver cómo estaba Fray.

—Bueno, nos comunicaron que Fray se está tomando un descanso de la Academia en este momento. Así que, pensando que su buena amiga Ginger podría saber algo, fuimos a preguntarle. Pero al final, ella tampoco parecía saber nada sobre sus circunstancias… Sin embargo, ella tenía algo que quería preguntarle, señorita Katarina, así que le pedimos que nos acompañara hasta aquí —explicó María.

Fray estaba tomándose un «descanso» de la Academia. En otras palabras, se encontraba en casa, en la mansión Randall. Mi ansiedad se intensificó de inmediato. Por su parte, Ginger parecía absolutamente abatida. Aunque no sabía lo que le pasaba a Fray, había algo de lo que quería hablarme. ¿Podría ser algo relacionado con el asunto en cuestión?

—¿Por qué Fray se está tomando un descanso? —le pregunté a Ginger.

—Todo lo que sé es que tiene algo que ver con su familia. De hecho, la última vez que le vi, de repente, recibió un mensaje de su casa; me dijo que volvería pronto y desde entonces no la he vuelto a ver —respondió Ginger con expresión sombría.

—¿Es así? —Aquello sonaba terriblemente sospechoso—. Ahora bien, Ginger, ¿de qué querías hablarme? —Cuando le pregunté esto, ella echó un vistazo a María, Cyrus y Sora. Lo más probable es que fuera algo que no quería que nadie más que yo oyera.

—María, señor Cyrus. ¿Puedo pedirles que abandonen la habitación un momento? Sora, como por ahora eres mi guardaespaldas, ¿podrías esperar fuera de la habitación? —dije, mirando a cada uno de mis colegas por turno mientras lo comprobaba con ellos. Todos obedecieron.

—Nos vemos cuando terminen de hablar —dijeron y salieron de la habitación, dejándonos a Ginger y a mí solas.

—Um, discúlpeme. Eso fue egoísta de mi parte —dijo Ginger disculpándose antes de inclinar la cabeza.

—No pasa nada. No quieres que nadie más escuche lo que tienes que decir, ¿verdad?

—Así es… Como no es algo que tenga que ver conmigo personalmente, me pregunto si realmente está bien, que se lo cuente a otras personas.

Así que lo que sea que Ginger quiera decirme, no es sobre ella. Considerando el flujo de la conversación hasta ahora…

—¿Podría esto tener algo que ver con Fray? —pregunté.

Ginger asintió ligeramente.

—Fray me dijo que era la primera vez que hablaba con alguien de ello… y que podría cambiar la imagen que la gente tenía de ella si se enteraban, pidiéndome el favor de que no lo compartiera… Así que no sentía que pudiera contárselo a cualquiera…

Esta respuesta era acorde con Ginger, quien siempre era honesta y considerada cuando se trataba de sus amigos. Sin embargo…

—¿Está bien que me lo cuentes? —pregunté para asegurarme.

Ginger dudó un momento.

—Si es usted, señorita Katarina, me parece que está bien… Creo que Fray también me perdonaría. Ella siempre dijo que usted es especial, y una persona muy importante para ella.

—¡¿Fray dijo eso?! —Para ser sincera, estaba sorprendida. Aunque había notado que Ginger se había encariñado más conmigo, nunca me había sentido especialmente unida a Fray. Era muy buena tanto en los deportes como en los estudios, y ocupaba un puesto alto tanto en aptitudes mágicas como en estatus social. Además, era una joven con una capacidad de comunicación extraordinaria. Nunca había tenido la oportunidad de ayudarla en nada (aunque ella me había ayudado en muchas ocasiones), así que no entendía por qué me adoraba tanto. Incluso me preocupaba que Fray pudiera estar simplemente bajo un malentendido.

Pero Ginger continuó:

—Fray me comentó que usted le dijo algo que le permitió cambiar. A menudo recordaba que si no hubiera sido por usted, señorita Katarina, la Fray que hoy conocemos no existiría.

Por la forma en que lo dijo, Ginger casi parecía orgullosa de sí misma.

Ahora que lo pienso, recuerdo que Fray dijo algo parecido, algo sobre el día en que nos conocimos. Para ser sincera, no recuerdo lo que dije entonces, pero sí recordaba cómo era Fray la primera vez que nos vimos. Era tan distinta entonces que me costaba imaginar que siguiera siendo la misma chica. Su expresión era muy sombría y su mirada me decía que lo había dejado todo.

Si la chica que conocí entonces era realmente Fray antes de entrar en la Academia, entonces su vida en aquella época no podía ser muy feliz. Esa era la sensación que tenía.

Respiré hondo.

—En ese caso, debo pedirte respetuosamente que me cuentes todo lo que sepas sobre Fray —declaré, mirando directamente a Ginger.

Ella asintió lentamente.

—Esto es lo que me contó Fray cuando le pregunté por su familia —empezó. Ginger dijo que el catalizador de su conversación con Fray había sido una carta que había recibido de su propia familia. Al principio no le dio importancia, pero se puso a mirar el contenido de la carta en la sala del consejo de estudiantes y, de repente, se enfadó y la rompió.

Al ver esto, Fray le preguntó a Ginger qué le pasaba. Como en ese momento estaban las dos solas en la sala del consejo estudiantil, Ginger le mencionó que la carta era de su familia y le explicó que su contenido la había enfadado.

—En primer lugar, soy hija de un barón lascivo y de una humilde sirvienta con la que él tuvo una aventura. El barón Tucker tiene muchos hijos así, y todos ellos fueron llevados a vivir con sus madres. Pero como mi madre falleció poco después de darme a luz, no había nadie que me acogiera. Sin otra alternativa, me criaron en una cabaña en los terrenos de la mansión Tucker, a cierta distancia de la casa principal. Como la humilde hija de un sirviente, mi padre casi siempre me dejaba sola. Hasta que mis habilidades mágicas despertaron, nunca lo había visto. Unos cuantos criados se turnaban para cuidarme.

Me quedé estupefacta. Ginger hablaba como si no tuviera importancia, pero era una historia horrible.

—Después de que mis habilidades mágicas despertaran cuando tenía doce años, me aceptaron inmediatamente en la casa de los Tucker, como la primera usuaria de magia de su familia. Un hombre que dijo ser mi padre llegó de repente a la casa y me llevó a su mansión. Su mujer y sus hijos estaban celosos de mí, lo que me molestó mucho.

Los usuarios de magia eran considerados preciosos incluso entre los nobles, así que había oído historias similares de niños que al principio estaban desatendidos y recibían un trato mucho más cálido por parte de sus padres después de que despertaran sus habilidades. Aun así, nunca imaginé que hubiera alguien tan cercano a mí que lo hubiera experimentado.

—De vez en cuando, recibía cartas del hombre que se hacía llamar mi padre. Escribía que esperaba grandes cosas de mí, o algo así. Leerlas siempre me irritaba, y aquel día, en la sala del consejo estudiantil, rompí la carta en pedazos, como siempre lo hacía. Después de hablar con Fray sobre ello, le pregunté por su propia familia, y lo que me contó fue realmente horrible.

—¡¿Peor que tus circunstancias, Ginger?! —No pude evitar alzar la voz.

Lo que Ginger acaba de contarme sobre sus circunstancias definitivamente no es bueno, así que si Ginger dice que la familia de otra persona es horrible, ¡¿qué tan mala es?!

Ella se sorprendió al verme reaccionar de esta manera.

—Mis circunstancias no fueron tan horribles. Al contrario, tuve una buena educación.

—Pero te abandonaron para vivir en una casita de campo y nunca conociste a tu padre, ¿verdad?

—Sí. Así que casi nunca tuve que tratar con nadie más y disfruté de una educación libre y relajada.

Me paralicé brevemente ante esta respuesta. Vivir una vida libre y relajada como adulto era una cosa, pero para un niño eso no era libertad, sino abandono, y no era nada bueno. Al menos, esa era mi opinión, pero teniendo en cuenta los sentimientos de Ginger, me resistía a decirlo. Me quedé un rato abriendo y cerrando la boca, pero no encontraba nada que decir.

Mirándome con la boca abierta, Ginger empezó a reírse.

—Je, je, je. Desde un punto de vista externo, sé que puede no sonar bien. De hecho, tener pocas interacciones con otras personas tuvo el efecto indeseable de dejarme insegura sobre cómo llevarme bien con los demás, y estuve completamente aislada hasta que entré en la Academia de Magia. —Por un momento, guardó silencio. Un momento después, continuó—: Sin embargo, una vez que entré en la Academia y empecé a relacionarme con otras personas, me di cuenta de algo. Me habían apreciado todo el tiempo.

—¿Apreciado? —repetí.

¿Había realmente algo en la historia que acababa de escuchar que sugiriera que había sido apreciada?

Sentí que probablemente había un signo de interrogación rondando mi cabeza de nuevo, pero Ginger asintió con firmeza.

—Sí. Ahora que recuerdo mi educación, se me ocurre que el barón definitivamente no me habría asignado sirvientes individuales él mismo. Eso significa que todos los sirvientes que me atendían en la casita venían en su tiempo libre después del trabajo, por la bondad de su propio corazón, solo para cuidarme. Recordando aquellos días, incluso tenía libros y peluches que el barón no se habría tomado la molestia de comprarme. No estaban en muy buen estado, así que creo que los criados debían de agarrar los juguetes de los que se habían cansado los otros niños y me los traían a mí. También me dejaban de vez en cuando golosinas como las que les gustan a los niños. Dudo mucho que tuviesen instrucciones de hacerlo, así que creo que también era algo que me proporcionaban ellos mismos.

Ginger sonrió cálidamente.

—Aunque no fui bendecida con unos padres cariñosos, tuve suerte de tener a mi alrededor a otras personas que se preocupaban por mí. Yo era la humilde hija de una criada, a la que dejaron sola en una casita alejada de la casa principal. No habría sido raro que abandonaran por completo a una niña como yo, pero los criados hicieron todo lo posible por crear un entorno cómodo para mí. Me daban comida sabrosa, libros para leer y juguetes para jugar. Me educaron como es debido.

Al oírlo al principio, solo pude pensar que las circunstancias de Ginger sonaban terribles, pero después de escuchar su punto de vista con más detalle, empecé a pensar que puede que no fuera tan terrible después de todo.

—Así que, si consigo un trabajo en el Ministerio de Magia, quiero usar el dinero que gane para dar las gracias a los sirvientes que me cuidaron en ese entonces.

Cuando Ginger hablaba de aquellos sirvientes, lo hacía con la misma expresión que cualquier otra persona utilizaría para hablar de su familia. Para ella, los criados que emplearon su tiempo libre en cuidarla eran su verdadera familia. Con los ojos entrecerrados por la nostalgia, estaba segura de que Ginger disfrutaba con los recuerdos de aquella familia.

Entonces, una mirada de sorpresa apareció en su rostro.

—Discúlpeme. Me he desviado completamente del asunto del que quería hablar. Se trata de lo que Fray me contó sobre su familia después de que yo le hablara de la mía.

Al recordar el tema más apremiante, su expresión se puso rígida.

Yo también me sobresalté y tuve que corregir mi postura.

Así es, es la familia de Fray la que nos preocupa.

—Bien. Dime, ¿qué tiene de horrible la familia de Fray?

¿Acaso Fray había sido abandonada, como Ginger? ¿Había días en los que no comía?

—La familia de Fray no la trató como a una persona.

—¿No la trataron como a una persona? —No era el tipo de respuesta que esperaba.

—Sí. Desde muy pequeña, a Fray le dijeron que era una herramienta al servicio de los intereses del marqués Randall.

—Una herramienta al servicio de los intereses del marqués Randall… —Repitiendo las palabras de Ginger para mis adentros, no podía imaginarme a nadie hablándole así a otra persona, y mucho menos a una niña pequeña.

—Para ser útil al marqués Randall, debía mantener su salud, estudiar y adquirir habilidades. La criaron diciéndole que había nacido solo para eso.

Me quedé mirando, atónita.

—Solo le servían comidas suficientes para mantener su salud, y nunca tuvo la oportunidad de comer dulces. No le daban juguetes ni libros ilustrados, sino que la obligaban a estudiar sin descanso para que fuera útil para el marqués. Si alguna vez le iba mal, el marqués se ponía violento con ella y a veces tenía que quedarse sin comer.

Me quedé sin palabras y solo pude contemplar en silencio a Ginger, la cual claramente se esforzaba por controlar su propia ira. Como yo había sido criada por una familia cariñosa en esta vida y en la anterior, no podía imaginarme cómo había sido la infancia de Fray. El recuerdo del día en que la conocí aflora en mi mente. Ahora comprendía por qué tenía esa mirada. Si no hubiera renunciado a todo, quizá no habría podido seguir viviendo. Aunque hubiera encontrado algo que quisiera hacer, sabía que no se lo permitirían, pues su camino en la vida ya había sido decidido por ella.

Un recuerdo que creía perdido volvió a mí.

♦ ♦ ♦

—Um, alguien me dijo que no debía rendirme, sino seguir mirando hacia delante. Pero ¿qué se supone que debo hacer ahora? ¿Puede decírmelo? —me preguntó desesperada una chica con expresión sombría. Mientras me preguntaba por qué parecía tan desesperada, le di la primera respuesta que se me ocurrió.

—Si ha decidido no rendirse y seguir mirando hacia delante, creo que lo siguiente sería avanzar.

—¿Avanzar?

La chica parecía perpleja.

—Sí. Pon un pie delante así y da un paso —le contesté, antes de dar un gran paso hacia delante. La chica se quedó congelada en el sitio mientras observaba mi demostración.

Uh, tal vez este no era el tipo de respuesta que ella buscaba.

Empecé a preocuparme cuando la chica volvió a hablar de repente.

—Muchas gracias —me agradeció por alguna razón—. Creo que me gustaría dar unos pasos hacia delante antes de empezar en la Academia.

Parecía haber una luz en los ojos de la chica, que no había estado allí unos momentos antes.

—Hazlo. —Tras responder alegremente, la chica se dio la vuelta y comenzó a caminar, sin dejar de mirar fijamente lo que tenía delante. Mientras la veía alejarse, parecía un poco más segura de sí misma que hace unos momentos.

♦ ♦ ♦

Pudo ser que, a partir de ese día, Fray decidiera no renunciar más a la vida. Se fue de casa, vino a la Academia e hizo realmente lo mejor que pudo. Después de haber sido víctima de la violencia desde muy joven y de no haber tenido más remedio que resignarse a una vida en la que tenía que reprimir sus propios deseos, ¿cuánto tuvo que luchar para convertirse en la persona que era hoy?

Solo de pensarlo me dolía el corazón. Incluso se me llenaron los ojos de lágrimas.

Al ver esto, Ginger me preguntó, preocupada:

—¿Señorita Katarina?

—Estoy bien. Lo siento. Solo estaba pensando que Fray realmente debe haber luchado duro para llegar a donde está hoy, y sentí un dolor en el pecho.

Ginger hizo una mueca, como si ella misma reflexionara sobre algo doloroso, antes de decir finalmente:

—Sí. Fray es una persona increíble.

Fray no solo era una belleza, sino que también era una gran deportista y tenía un alto rango en la sociedad. Incluso tenía unas dotes de comunicación excepcionales. Cualquiera habría considerado que esta joven noble era simplemente una bendición. Así pensaba yo de ella. Estaba segura de que todos los demás la veían de la misma manera, pero estaba equivocada.

Aunque había crecido en un entorno horrible, con su camino de vida definido y sus propias emociones reprimidas, Fray se las había arreglado para seguir mirando hacia delante, incluso en medio de su sufrimiento. De hecho, era una persona increíble, que había luchado contra muchas cosas. Y ahora probablemente se había visto obligada a enfrentarse a otra situación desagradable.

—Ginger, se supone que Fray ha empezado a presentarse como candidata al compromiso con el príncipe Jared. —Al revelar esto, Ginger abrió mucho los ojos, sorprendida. Al parecer, esto aún no era muy conocido, así que supongo que no debería haberme sorprendido de que aún no se hubiera enterado.

—¿Qué? ¡No hay manera! Fray me ha dicho muchas veces que no tiene ningún interés en casarse y que su objetivo es trabajar en el Ministerio de Magia. Además, la admira a usted, señorita Katarina. Es imposible que caiga tan bajo como para robarle a su prometido —contestó Ginger, casi gritando esta objeción.

Había pensado exactamente lo mismo. Después de todo, Fray me había dicho hacía poco, con los ojos brillantes, que su sueño era trabajar en el Ministerio de Magia.

—Cuando me enteré, también me pareció extraño. El otro día me dijo que quería trabajar en el Ministerio de Magia, pero… Ginger, ahora que me has hablado de la situación familiar de Fray, creo que casi puedo asegurarlo. Ella no pretende comprometerse con el príncipe Jared por voluntad propia. Estoy segura de que el marqués Randall la ha obligado a hacerlo.

—¿Y cree que la retienen contra su voluntad en la mansión Randall?

—Pienso que es lo más probable.

La expresión de Ginger se distorsionó de preocupación y, tras un momento, respondió:

—¿Cree que Fray está bien?

—Si el marqués pretende presentarla públicamente como prometida de un príncipe, es imposible que le haga daño.

O eso quiero pensar.

—Ginger, no hablaré de la situación personal de Fray con demasiados detalles, pero ¿está bien que les diga a los demás que tiene problemas? Un caso así es demasiado para mí sola, así que tendré que pedir ayuda a otras personas.

Ginger asintió con firmeza en respuesta a mi pregunta. Luego añadió, con una mirada seria:

—Puede que tenga poca posición social o magia, pero… si hay algo que pueda hacer por Fray, por favor, déjeme ayudar.

Dándome cuenta de lo que sentía, yo también asentí con firmeza.

—Entendido.

♦ ♦ ♦

Después de nuestra conversación privada, Ginger y yo llamamos a Cyrus, María y Sora para que volvieran a la sala. Les expliqué que había muchas probabilidades de que lo que estaba ocurriendo no fuera conforme a los deseos de Fray, sino el resultado de las acciones egoístas del marqués Randall. También expliqué que probablemente Fray estaba cautiva en casa de su padre para conseguir sus objetivos.

—Ya veo. Siendo así, ¿qué vamos a hacer a continuación? —preguntó Cyrus, una vez hube terminado de explicarme.

—En primer lugar —intervine—, debemos confirmar que Fray no ha sufrido ningún daño. En estos momentos, no me convendría ir sola, así que creo que hablaré de esto con algunos amigos míos.

—Bien. Parece que hasta usted ha aprendido a pensar un poco. Mi mente está tranquila —respondió Cyrus, aliviado. Reflexioné sobre el hecho de que todo el mundo parecía pensar que yo era irreflexiva e imprudente.

—Pues bien, como me gustaría ir a hablar de este asunto en cuanto me ponga en contacto con mis amigos, estoy pensando en pedir permiso al subdirector de mi departamento para salir hoy temprano. ¿Les parece bien? —Como trabajaba en el Laboratorio de Herramientas Mágicas, normalmente necesitaba el permiso de un superior directo, ya fuera Lahna o Raphael, para salir antes del trabajo. Como se trataba de un asunto privado, me preocupé un poco.

—Como su única tarea pendiente del día es descifrar su pacto, no veo ningún problema en ello, señorita Katarina. Dadas las circunstancias, yo mismo transmitiré sus deseos al señor Wolt, así que siéntase libre de ir a ver a sus amigos en cuanto pueda ponerse en contacto —ofreció Cyrus. Decidí aceptar su oferta. Así que fui inmediatamente a enviar un mensaje de emergencia a mis amigos.

Mientras esperaba a que se pusieran en contacto conmigo, intenté concentrarme en descifrar el pacto, sin dejar de moverme.

Mary fue la primera en responder a mi mensaje. Para mi sorpresa, acudió de inmediato en persona al Ministerio, explicando que ya estaba en casa cuando llegó mi mensaje y que no tenía planes para el resto del día.

—Una petición suya, señorita Katarina, debería tener prioridad sobre todo lo demás —declaró ella, con aire de orgullo.

¿Así que realmente no tenía otros planes? ¿Está realmente libre?

—Ahora bien, en cuanto al asunto de nuestra consulta. Como no estaba segura de si esta habitación sería adecuada, nos reservé otra.

Era justo lo que esperaba de Mary Hunt, una dama de la alta sociedad, la representante de las mujeres capaces de todo el mundo. El hecho de que se hubiera asegurado de que tuviéramos una habitación donde reunirnos nada más llegar al Ministerio demostraba lo meticulosa que era.

Dejé inmediatamente mi trabajo y me dirigí a la habitación que Mary nos había reservado con Ginger y mi guardaespaldas, Sora. Rápidamente, se nos unió María, la cual también estaba preocupada por Fray.

No tardamos en llegar a la sala, amueblada al estilo de una sala de reuniones, y que podían reservar los empleados del Ministerio, así como otras personas de categoría adecuada. En cuanto todos estuvieron sentados, Mary empezó a hablar.

—Ahora bien, con respecto a Fray, por quien la señorita Katarina ha dicho que está preocupada…

En la carta que envié a cada uno de mis amigos, lo único que escribí fue:

 

Si saben algo de Fray, por favor, díganmelo.

 

Pensé que si conseguía averiguar algo de mis amigos de ese modo, podría reunirme con ellos para seguir hablando del asunto.

—En la actualidad, se dice que es candidata al compromiso con el príncipe Jared, ¿no es así? —continuó Mary.

—¿Tú también lo sabías, Mary? ¿Cuándo te enteraste?

—Lo oí por casualidad en una fiesta de té hace unos días. Solo que, como sencillamente no podía imaginarme a alguien como Fray haciendo algo así, he estado trabajando para reunir información más detallada. Estaba en ello cuando recibí su mensaje, señorita Katarina. Supuse que usted debió haberse enterado de la misma noticia, y por eso me apresuré a venir a su encuentro.

—¿Es así? Gracias, Mary. ¿Has conseguido ya reunir algunos detalles más sobre Fray?

—Déjame ver. Para empezar, aunque había oído que Fray Randall ha afirmado ser candidata al compromiso con el príncipe Jared, en realidad no es una afirmación que haya hecho ella misma. Al parecer, el marqués Randall ha estado declarando su candidatura mientras asistía a diversas reuniones sociales.

—Así que… es tal y como sospechaba.

Mi teoría de que Fray había sido confinada por los Randall contra su voluntad para servir de posible prometida a Jared se reforzaba aún más.

—Perdona, pero ¿por qué iba a ir por ahí el marqués Randall afirmando eso? Quiero decir, no hay una sola persona en la sociedad que no sepa que la señorita Katarina es la prometida del príncipe Jared. —Ginger planteó esta pregunta con cierta timidez.

—Supongo que es cierto; hasta yo misma me lo pregunté. Después de todo, decir algo así a estas alturas podría considerarse incluso una afrenta a la familia del duque Claes —Mary respondió.

Supongo que sí. En esta sociedad aristocrática, en la que los matrimonios estratégicos eran la norma —aunque empezaba a aumentar el número de personas que se casaban por amor—, los compromisos y los matrimonios servían para unir profundamente a las familias. Discutir sobre un compromiso establecido podía interpretarse como una pelea con las familias implicadas.

El marqués Randall parecía tener bastante poder, pero el rango de la nobleza de la casa Claes era superior, y yo había oído que mi padre era bastante formidable fuera de casa, así que no creí que se tomara esto a la ligera.

—Debido a esto, parece que el marqués Randall comenzó a esparcir el rumor de que no tiene intención de seguir adelante con su matrimonio con el príncipe Jared.

—¿Eh? ¡¿Dijo eso?!

—Sí. También dijo que solo se unió al Ministerio de Magia para evitar el matrimonio.

Uf. Así fue al principio. En ese entonces, no tenía ni la confianza ni la decisión de casarme y unirme a la familia real. Así que debo reconocer que hay algo de verdad en esa acusación.

—Lo que pasa es que… —comencé a decir mientras buscaba las palabras.

—Continuó diciendo que usted se dio cuenta de lo mucho que disfrutaba de su trabajo en el Ministerio de Magia, y que desea dedicar su vida a trabajar aquí, en lugar de convertirse en la esposa del príncipe. Luego afirmó que en el Ministerio le consideran muy capaz y que ellos no soportarán perderle.

Uf. Últimamente, sí que he conseguido descubrir el disfrute en mi trabajo, pero ¿qué es esto? ¿Puede el Marqués Randall leer mi mente? Ni siquiera lo conozco. La parte de que soy «extremadamente capaz» es, sin embargo, completamente inventada. Aun así, no es como si hubiera deshonrado mi nombre, así que quizá mi padre no se enfadaría por eso. Al contrario, técnicamente el marqués Randall incluso me ha alabado, y gran parte del rumor que ha difundido es cierto.

—Y así, señorita Katarina, el marqués argumentó que si esa era su intención, entonces ¿por qué el príncipe Jared no iba a tomar a su hija por prometida? Desde entonces, ha mantenido que Fray es candidata a comprometerse con el príncipe.

¿Qué puedo decir a eso? Hay mucha verdad en lo que dice. Puede que a algunas personas les convenza. Sinceramente, si me pidieran que me casara con Jared ahora mismo, no creo que tuviera una respuesta inmediata. Sin embargo, me había decidido a enfrentar los sentimientos que Jared tiene por mí…

Lo que mi padre me había dicho una vez: «Puedes perder ese sentimiento antes incluso de saber que lo tienes» empezaba a cobrar un nuevo sentido de realidad.

—Bueno, por el momento, dejemos a un lado la cuestión de si el príncipe Jared y la señorita Katarina cancelarán o no su compromiso. Todavía no podemos ignorar el hecho de que Fray ha sido presentada como nueva candidata en contra de su voluntad —declaró Mary.

¡¿Qué?! ¡¿Así que los rumores sobre la cancelación de mi compromiso con Jared no son motivo de preocupación?!

Aunque Mary había considerado todo tipo de facetas, dejó pasar esta cuestión casi con demasiada indiferencia. Aun así, decidí seguir su ejemplo y dejarla pasar también. ¿De verdad está bien?

—Cambiando de tema, ¿sabemos si Fray está ahora mismo en la Academia? —preguntó Mary.

—No lo está. Después de que le llegara un mensaje de su familia hace unos días, se fue a casa y no ha vuelto desde entonces —respondió Ginger.

—¿Es eso cierto? Eso no concuerda con los rumores que circulan entre la sociedad. El marqués Randall ha dicho que la razón por la que Fray no ha anunciado personalmente su candidatura al compromiso con el príncipe Jared es que está demasiado ocupada con sus estudios y deberes en el consejo estudiantil. —Mary frunció el ceño antes de continuar—. Podría ser que Fray esté cautiva en la mansión Randall por no cumplir con los planes de su padre.

Al oírlo, sentí un escalofrío. Cuando me contaron qué clase de persona era el marqués Randall, y sobre la educación de Fray, la idea se me había pasado por la cabeza, pero oír a otra persona sugerirlo hizo que la posibilidad pareciera aún más real.

—Fray… podría estar cautiva… ¿No deberíamos ir a salvarla ahora mismo? —Me levanté de la silla, pero Mary negó con la cabeza.

—Señorita Katarina, si marchamos a la mansión Randall ahora mismo, solo conseguiremos que nos rechacen, sin posibilidad de ver a Fray.

—Pero Fray podría estar en peligro… ¿Qué podemos hacer?

Podría estar sufriendo más violencia sin sentido mientras hablamos, y si se permite que eso continúe…

Cuando empecé a imaginar lo peor, sentí que no podía simplemente quedarme sentada y esperar un momento más.

—Señorita Katarina, por favor, cálmese. El marqués Randall está tratando de promover a Fray como la nueva prometida del príncipe Jared. Después de poner a su hija en esa posición, no puede permitirse hacerle daño. Además, ella solo se está tomando un descanso de la Academia, y tendrá que volver en algún momento, así que estoy segura de que él no hará nada demasiado extremo.

Tras este persuasivo argumento de Mary, hice una pausa antes de asentir a regañadientes.

—T-Tiene razón. —Suspiré y me acomodé de nuevo en mi silla.

No debería estar haciendo esto después de haber decidido romper con mi hábito de precipitarme en las cosas sin pensar, ¿verdad?

Mientras reflexionaba sobre mi comportamiento, Mary, sentada a mi lado, continuó hablando en un tono de voz algo más alegre.

—Sin embargo, me asombra pensar que Fray, esa princesa muñeca, haya tenido el valor de enfrentarse al marqués.

—¿Princesa muñeca? —repetí, ya que no había oído la frase antes.

—Así solía llamar la gente a Fray Randall a sus espaldas, antes de que entrara en la Academia. Por la mirada vacía que siempre tenía en los ojos y lo falsa que parecía su sonrisa, alguien empezó a llamarla así —explicó Mary.

—N-No sabía que tenía ese apodo.

Aunque era difícil de imaginar teniendo en cuenta cómo era Fray hoy en día, cuando recordé su comportamiento cuando la conocí, supuse que podría haber tenido ese aspecto.

—No solo Fray, sino todos los demás miembros de la familia Randall, a excepción de la señorita Susanna, su hija legítima, emiten una expresión muy parecida. Parece que el trato del marqués Randall hacia su familia es así de severo.

Pude detectar un atisbo de ira en las últimas palabras que pronunció Mary.

Probablemente, ella era consciente de lo horrendo que era el trato del marqués Randall hacia su familia. Aun así, no podía hablar en contra de alguien con tanta influencia como el marqués.

—¿Qué clase de persona es el marqués Randall? —pregunté.

Quería saber qué clase de posición ocupaba en la sociedad.

—Déjame ver… Bueno, parece tener un fuerte deseo de adquirir más poder. Tiene el aire de alguien que juzga a las personas en función de si cree que puede explotarlas o no. Solo he intercambiado con él algunas palabras de cortesía, pero en esos breves momentos pude sentir que estaba sopesando mi valía, lo cual no fue una buena sensación. Pero el hecho se mantiene al ser una figura poderosa en la sociedad, así que supongo que los que le rodean son reacios a entrar en conflicto con él.

Parecía que incluso Mary consideraba al marqués un individuo problemático. Mientras empezaba a pensar en cómo íbamos a salvar a Fray de las garras de semejante hombre, llamaron a la puerta. Le siguió el sonido de una voz familiar.

—Disculpe, ¿puedo entrar?

Se hizo el silencio.

—¿Qué hace aquí tan pronto…? Adelante. —Después de murmurar algo para sí misma en voz baja, Mary, quien había reservado la habitación en primer lugar, concedió permiso a nuestro visitante para entrar.

—Hermana mayor, pensé que te encontraría aquí.

—Señorita Katarina.

Con estos saludos, mi hermano adoptivo Keith y mi amiga Sophia entraron en la habitación. Me dijeron que venían a verme y que habían preguntado a otro empleado dónde estaba antes de venir a esta sala.

—Keith, ¿y tu trabajo? —Estaba segura de que Keith tenía trabajo ese día. Aunque había intentado ponerme en contacto con él, lo único que esperaba era hablar con él al llegar a casa. No esperaba que viniera hasta el Ministerio de Magia.

—Hoy trabajaba en casa, así que había cierta flexibilidad.

—¿En serio? Aun así, esto podría haber esperado hasta que llegara a casa. —Aunque hacer eso no hubiera sido práctico con todos los demás, Keith y yo vivíamos en la misma casa.

—Bueno, cuando leí tu carta me preocupaba que pudieras hacer algo imprudente, y no sentía que pudiera concentrarme en mi trabajo, así que decidí venir y escuchar primero lo que tenías que decir.

Como era de esperar de mi hermano, el cual llevaba más de diez años cuidando de mí, comprendía muy bien mi comportamiento. Al fin y al cabo, si en esta ocasión no me hubiera detenido a aceptar la opinión de Mary y a considerar distintos puntos de vista, es muy posible que ya hubiera marchado a la mansión Randall.

—Bueno, esta vez no tienes que preocuparte. Ya me advertiste sobre el marqués Randall, y sé que no debo causarle problemas a Sora, mi guardaespaldas.

Tras decir esto, Keith respondió, aliviado:

—Me alegra oírlo. —Luego puso una mirada melancólica en sus ojos y dijo—: Mi hermana mayor por fin ha crecido.

Su expresión era casi la de una madre mirando a su hijo muy pequeño.

Era por su costumbre de decir esas cosas y hacer esas expresiones, que no podía evitar las ganas de llamar a Keith «mamá».

Bueno, supongo que le he causado tantos problemas como una vez le causé a mi madre. Lo siento mad… Quiero decir, Keith.

—Yo también estaba en casa cuando recibí tu mensaje. Como mi hermano mayor estaba en el trabajo, no pude ponerme en contacto con él, pero me sentía inquieta, simplemente sentada en casa. Antes de darme cuenta, ya estaba de camino hacia el Ministerio —informó Sophia, con una expresión de preocupación en el rostro. Aunque no era mi intención, parecía que había provocado ansiedad en todos. Una vez más, me vi obligada a reflexionar sobre mi comportamiento habitual.

Al cabo de un momento, le pregunté a Keith y a Sophia qué sabían de Fray y el marqués Randall, pero no tenían ninguna información nueva. De hecho, Mary aún parecía saber más que todos en la sala.

Keith no parecía saber nada sobre el marqués Randall más allá de lo que habíamos hablado anteriormente. Sin embargo, resultó que estaba al corriente de la situación de Fray y había evitado deliberadamente hablarme de ello.

—¿Por qué no me lo dijiste enseguida? —le pregunté.

Con un suspiro, Keith respondió:

—Lo que había oído aún era incierto, y no quería que hicieras nada imprudente hasta que supiéramos más, hermana mayor.

Para ser justos, yo había estado a punto de cometer una imprudencia poco antes —de hecho, en cuanto me enteré de su situación—, así que no pude más que morderme la lengua y agachar la cabeza.

Al notar mi disgusto, Mary habló en mi favor.

—Dicho esto, la señorita Katarina estaba terriblemente conmocionada porque la noticia fue repentina, así que creo que habría sido mejor darle al menos alguna explicación desde el principio.

—Supongo que es cierto. Lo siento, hermana mayor. Te prometo que te lo contaré todo la próxima vez —se disculpó Keith después de pensar un momento.

—Yo también tendré más cuidado en el futuro y me pararé a pensar antes de hacer algo peligroso —prometí.

—Sin embargo, ¿qué planea hacer el marqués Randall? ¿Espera crear una nueva facción en apoyo del príncipe Jared, poniéndose a sí mismo en su centro? Ahora mismo, la facción del príncipe Jeffrey sigue a la cabeza. ¿Le será posible lograrlo? —reflexionó Keith, ladeando la cabeza en señal de contemplación.

—Aunque no puedo descartar la posibilidad de que esté planeando pasarse a la facción del príncipe Jeffrey, ¿quizás solo busca mantener al príncipe Jared cerca, como una garantía? Puede que piense que el príncipe Jared le resultará más fácil de manejar.

—¿Mantener al príncipe Jared como garantía, dice? No creo que lo encuentre tan fácil de controlar.

—El marqués Randall y sus aliados probablemente no conozcan demasiado bien al príncipe Jared ni a los miembros de las otras facciones. El propio príncipe Jared probablemente no pueda molestarse con todas esas luchas internas, así que tal vez haya recurrido a fingir amistad con cualquiera que esté involucrado en ellas.

—Ah, puede que tenga razón.

Me sorprendieron las acertadas suposiciones de Mary y Keith sobre el carácter de Jared, o quizá debería decir su conocimiento del mismo. En el juego, de hecho, se demostró que tenía un lado siniestro. Para ser sincera, yo tampoco creía que Jared fuera a cumplir tranquilamente las órdenes de otra persona.

—Sin embargo, si el marqués Randall mantiene a su hija confinada en su casa, es muy probable que también haya hecho algún intento por acercarse al príncipe Jared. Considerando eso, podría ser que en esta ocasión, el príncipe Jared sepa más que nosotros. Señorita Katarina, ¿tú también le enviaste una carta al príncipe Jared? —preguntó Mary.

—Ah, sí. La misma nota que envié a todos los demás —respondí. Fue en ese momento cuando llamaron a la puerta.

—Vaya, ¿sería apropiada la frase «hablando del diablo»? Pase, por favor. —Mary dio permiso de entrar a la persona en la puerta, pero nos sorprendió la figura de pie en ella.

—¿Eh? ¿Príncipe Alan?

Era Alan, el hermano gemelo de Jared y prometido de Mary. Dado que Alan había venido, pensé que Jared también podría estar presente, pero al lanzar mi mirada a su alrededor, no pude ver a Jared por ninguna parte.

—Oh, ¿está aquí solo? —Era muy raro que Alan viniera solo de esta manera.

—Sí —respondió Alan, frunciendo ligeramente el ceño. Tenía una sensación de inquietud, que no podía precisar.

—¿Le ha pasado algo al príncipe Jared? —preguntó Mary, con una expresión seria en el rostro.

—Jared no está realmente libre en este momento. —La respuesta de Alan fue inesperada.

—¿El príncipe Jared «no está realmente libre» en este momento? ¿Se encuentra bien? ¿Le pasa algo? —Aunque el príncipe Jared parecía invencible, tenía la sorprendente costumbre de forzarse demasiado. Como resultado, a menudo parecía cansado, pero ¿finalmente se había enfermado? Estaba preocupada.

Pero Alan negó con la cabeza.

—A Jared no le pasa nada. De hecho, nunca ha estado mejor. No obstante, hay algunas personas problemáticas que se adhieren estrechamente a él.

—¿Personas problemáticas? —repetí, ladeando la cabeza.

Mary, sentada a mi lado, parpadeó antes de preguntar:

—¿Podrían estas personas estar relacionadas de algún modo con el marqués Randall?

—Sí, supongo que ya saben lo que pasa. Cuando recibí la carta de Katarina, pensé que podría ser ese caso.

—No, yo no diría del todo que sabemos lo que está pasando. Todo lo que hemos conseguido reunir son rumores que circulan por toda la sociedad, así que aún no sabemos nada de la verdad. Todos estábamos en el proceso de compartir la información que tenemos. Príncipe Alan, ¿podría pedirle que, por favor, nos cuente lo que sabe sobre las circunstancias del príncipe Jared? —preguntó Mary, con expresión aún mortalmente seria.

Alan asintió con firmeza.

—Sí. Al fin y al cabo, por eso decidí venir aquí —concordó, antes de pasar a contarnos la situación de Jared en los últimos tiempos.

Shisai
No se ustedes, yo sentí este capítulo bastante largo. En el próximo tendremos el punto de vista de Jared, no se lo pierdan.

2 respuestas a “Katarina – Volumen 12 – Capítulo 3: Guardias (2)”

  1. Espero el próximo capítulo. Parece que Katarina ya se preocupa más por Jared. Sinceramente, creo que al final lo va a elegir a él. Hay ciertos indicios. 🥰

    1. Hay una persona que está subiendo algunas partes de la novela visual a YouTube, quiero decir para aquellos que quieran ver las rutas de los otros chicos

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