Traducido por Rencov
Editado por Michi
En la época en que el calor del verano había alcanzado su apogeo, Grohl, el Virrey de Coimbra, envió su manifiesto a todos los pueblos del imperio, al mismo tiempo que declaraba la guerra a Bahar. Los contenidos de su manifiesto eran los siguientes:
-En un plan cobarde, Amil ha incitado a los rebeldes. Los pecados de Amil no pueden ser perdonados de ninguna forma.
-Si Amil hubiera sido una persona honorable con el menor rastro de vergüenza, entonces se habría disculpado desde hace tiempo, pero más allá de aceptar sus propios pecados, tuvo la osadía de terminarlo todo al proclamar que realizaría la ceremonia del sol naciente. Esto es definitivamente imperdonable.
-Amil está aumentando de manera excesiva el poderío militar en tiempos de paz, tomando acciones provocativas contra Coimbra en reiteradas ocasiones, al justificar sus ambiciones inhumanas con su fuerza marcial, pues se rehusará a escuchar la voz de la justicia frente a sus planes.
-Su Majestad Imperial ha estado preocupado por las acciones de Amil desde hace algún tiempo, y recientemente ha alzado su voz contra su despotismo traidor.
-Los caminos pecaminosos de Amil no son algo que puedan pasarse por alto pues no lo hace digno de ser uno de los descendientes del gran Emperador del Sol Bergis.
-Nosotros, la gente de Coimbra, hemos enviado una declaración de guerra al villano Amil con la intención de arrancar la raíz del mal en el imperio. Aquellos que deseen oponerse a los villanos con nosotros deben tomar medidas de inmediato.
♦♦♦
Grohl partió de Madress, la ciudad capital de Coimbra, con la mayoría de sus fuerzas armadas, avanzó hacia el este por la carretera Kanan, dejando atrás solo a cinco mil hombres. Movilizó un total de cincuenta mil soldados regulares y reclutas temporales; según parece todo el potencial de guerra de Coimbra. Aunque su disciplina y entrenamiento no eran de la más alta calidad, seguían siendo formidables en términos de números absolutos.
Leue tomó el mando de la flota, y zarpó en busca de buques de guerra de Bahar, tomando especial precaución hacia la flota enemiga atracada en Ribeldam. Pues los movimientos de Coimbra serían principalmente por tierra en un intento de respetar la neutralidad de Ribeldam.
♦♦♦
Grohl alzó una mano cuando Elgar los vio partir con una expresión preocupada desde los muros del castillo. La guarnición que se quedó consistía principalmente de viejos soldados y de heridos o enfermos. Perius estaba a cargo de ellos tentativamente, pero era poco probable que tuvieran que luchar; era lo que se le conoce como un puesto decorativo. Grohl, renuente, giró su caballo y comenzó a hablar con Wilm, que estaba a su lado:
—Wilm, ¿se han enviado sin problemas los manifiestos a cada provincia?
—Sí señor. Los enviamos en caballos rápidos, por lo que los virreyes deberían recibirlos por este tiempo. Tenga la seguridad que sus intenciones han circulado, Lord Grohl. La ley de la justicia está de nuestro lado.
—¿Cuáles son los movimientos de Ribeldam?
—Nada fuera de lo común. Se mantienen neutrales conforme al acuerdo.
—Excelente, lo dejaremos de lado por ahora. Primero y, ante todo, debemos asaltar a Carness y adentrarnos en el territorio de Bahar. La primera batalla probablemente será la más crucial.
—Por favor, confíenos esa tarea. En cuanto derrotemos a los lores de Bahar, podrá avanzar hacia la ciudad capital de Vesta. Algunos de nosotros ya hemos completado nuestros planes. Si podemos demostrar nuestro poder al conquistar Carness, el resto de la operación debería proceder aún más sin inconvenientes.
—Como era de esperar de ti, Wilm. Ahora que lo pienso, has estado conmigo durante mucho tiempo, y las responsabilidades solo se han acumulado, ¿no? Lo siento, pero ¿puedes prestarme tu poder una vez más?
—Me halaga. Yo, Wilm, me considero afortunado de servirle.
—Bien… entonces cuento contigo.
Las palabras de Wilm habían causado que Grohl se sintiera abrumado por las emociones. Luego señaló a las tropas de Gaddis en el frente.
—Jaja, luce prometedor. Hasta ese Gaddis está dándolo todo. Probablemente espera limpiar su deshonra de Rockbell de un solo golpe.
—Sir Gaddis también tomó su decisión después de escuchar su discurso. Para luchar encarnizadamente, eso es.
—Eso es fabuloso. La voluntad del cielo me había abandonado hasta ahora, pero parece que he sido bendecido con buenos vasallos.
Grohl se reía de buen humor mientras observaba a la vanguardia. Las tropas de Gaddis desfilaban pomposamente a la cabeza de los cincuenta mil Coimbranos. Las balanzas blasonadas en los estandartes ondeaban al viento en un magnífico espectáculo. Detrás de él, los numerosos suministros para la armada estaban acompañados por el equipo de asedio que obtendría su primer sabor de la guerra al invadir Carness. La mayor parte había sido suministrada por las provincias amigas de Gemb y Giv. Su gran ejército no podía moverse particularmente rápido, pero Grohl había decidido que no era un gran problema.
Cuando llegue la declaración, Amil quedará conmocionado, pero ya es demasiado tarde para él.
Para la ceremonia del sol naciente, él tendría que reunir a todos sus soldados para exhibirlos al imperio. Según los informes de sus espías, Amil también estaba reuniendo nobles y comerciantes para prepararse para la ceremonia. Aunque era muy irritante, esta vez era una situación favorable. Lo más probable era que él regresaría con todas sus fuerzas cuando se enterara de la crisis, pero eso sería en vano. Tardaría dos meses en llegar desde la capital imperial de Firuth a Vesta, la capital de Bahar, independientemente de cuánto se apresurará, incluso si todas las tropas que llevara a la capital eran de élite. No sería exagerado decir que su planificación les había comprado tres meses, y tres meses probablemente eran suficientes. Derrotar a los nobles baharenses y conquistar la ciudad de Vesta sería fácil. Todo lo que tenían que hacer era mantener la calma una vez que se había logrado. Evitar las precipitaciones; eso, y ser repelidos por una fuerza inferior. Todavía había muchos que creían en el mito de los débiles soldados de Coimbra.
Debido a que no podían apuntar a derrotar a todos los lores de Bahar que defendían la provincia en una sola batalla, era importante que fortalecieran constantemente sus posiciones y avanzaran con cuidado hasta que destruyeran completamente las propiedades de Amil. Tal era su estrategia actual.
—El Dios del Sol finalmente ha venido en mi ayuda. El honor de Amil se desmoronara, y cualquier conversación sobre él como príncipe de la corona se desvanecerá. ¡Incluso si ataca temerariamente, será destruido!
Combatir contra tropas agotadas debido a una marcha forzada era tan fácil como quitarle un dulce a un niño. No importaba cómo Amil cayera, no podría evitar la victoria de Grohl.
Si te hubieras disculpado un poco, podría haberte perdonado, pero ya es demasiado tarde. ¡Resígnate a tu destino, Amil!
Al limpiarse el sudor, Grohl rugió y comenzó a galopar por el camino, su guardia sorprendido lo siguió detrás.
—¡Esta es la guerra en la que haremos caer el martillo de la justicia sobre Amil! ¡Aquellos que se distingan les concederé cualquier deseo, independientemente de su posición social!
Habiendo alentado a las tropas, estas vitorearon de emoción. La moral era alta y la justicia estaba de su lado. Después de que la imagen de la cara de Sarah en estado crítico pasara por su mente, Grohl levantó su espada y respondió a la llamada de los soldados.
El avance de Coimbra había comenzado.
♦♦♦
Tras irrumpir fácilmente a través de las defensas fronterizas, la armada de Coimbra se dirigió al fuerte Carness. La fortaleza se remontaba antes de la unificación, y sus capacidades defensivas se habían mantenido firmes hasta el día de hoy, aunque la guarnición actual era de menos de mil, pues la fuerza principal de Bahar estaba en la capital imperial.
Después que el mensajero enviado a la fortaleza regresó, Grohl ordenó el asalto.
—Carness es famosa por su fuerza, pero no tendrán los medios para detenernos. ¡Háganles saber el poder de Coimbra!
De la vanguardia gloriosa, la primera ola del asedio fue dirigida por el Mayor General Gaddis en un intento de redimirse. Sus fuerzas se numeraban en diez mil. El plan por el momento era que ellos observarían como se desarrollarían los acontecimientos al usar su ariete contra el portón, pero como muchos de los soldados no tenían experiencia real en combate, cuando llegó la hora de que marcharan, comenzaron a vacilar. El enemigo no desaprovechó su falta de decisión y les dispararon desde las murallas, ocasionando que cayeran en un caos.
Después de varios intentos repetidos, Gaddis finalmente envió la unidad principal de su fuerza al ataque, para asediar la torre.
La segunda división de la unidad de asedio tenía a sus soldados alineados en modo de espera, bajo el mando del Comandante de Mil Dirk, quien, en combinación con los otros comandantes de mil, encabezó a unos ocho mil hombres en lo que podría considerarse una especie de retaguardia. Grohl había querido poner a su amada Noel en la vanguardia, pero se le había negado que insertar repentinamente a un principiante en las fuerzas de Gaddis habría sido un insulto para el ejército de Coimbra. Todos los oficiales habían estado de acuerdo con Wilm, por lo que Grohl asintió para dejarlo en manos de Gaddis, pero habían pasado tres días desde que comenzó el ataque y no se había hecho ningún progreso. Los hombres de la primera división se habían fatigado y agotado. Grohl similarmente estaba casi sin paciencia.
—Aun así, el enemigo es bastante persistente. Pensé que se decidiría hoy.
Noel respondió a lo que Cynthia había murmurado con una expresión agria:
—Si su objetivo es ganar tiempo, lo mantendrán hasta el final. Probablemente sean una tropa suicida.
—¿Tropa suicida?
—Así es. Si pueden ganar un poco de tiempo aquí, sin duda eso es algo bueno. Mira, ¿no hay algún proverbio por ahí que diga: el tiempo es dinero?
Por alguna razón, Noel se había puesto los lentes y estaba hablando como si supiera lo que decía. Si Cynthia no se hubiera dado cuenta de su verdadero carácter, podría haberla confundido con una oficial de alto rango. Desafortunadamente, ella conoce su verdadero carácter, y era realmente decepcionante.
—Bien, ¿eh? ¿Sabes lo que está planeando el enemigo?
—No, no tengo idea. Me pregunto ¿por qué?
Cynthia se sorprendió por un momento por lo indiferente que parecía Noel, pero pronto volvió a sus sentidos. Era lo mismo de siempre, por lo que, si le prestaba atención, encontraría el sol ocultándose rápidamente. Sin olvidar que estaban en medio de una batalla.
—Me sienta tonta por siquiera preguntar.
—Ajaja, de eso no hay duda.
—¡Ni lo digas!
Cynthia la golpeó una vez, casi tumbándole las gafas, haciendo que la compañía de Noel se riera un poco. Cynthia tosió para reprenderlos por su falta de tensión y se volvió para hablar con Noel:
—Por cierto, ¿por qué llevas tus gafas?
—Porque probablemente aún no tenga que pelear, pensé que estaría bien en resaltar mi inteligencia de vez en cuando, ves.
Al escuchar eso, los soldados no pudieron evitar estallar en carcajadas. Una persona inteligente nunca diría algo así. El irracional temor de Cynthia de que Noel no fuera capaz de dirigir tropas finalmente llegó a su fin. No sería extraño ser menospreciada como una mujer comandante, pero Noel había organizado apropiadamente a su unidad. Aunque estaba compuesta principalmente por el salvaje Bloque de la Hormiga Blanca, escuchaban debidamente las órdenes. Cynthia había tenido tantos problemas al principio que incluso esta pequeña victoria era digna de celebración, aunque estaba con el ánimo de hacerlo, no la felicitaría por el momento.
—Sabes lo que deberías hacer ahora, es ponerte un casco. ¡Algunas flechas podrían alcanzarnos hasta aquí!
—Mmm, pero hace mucho calor y se pondrá todo sofocante, así que pensé que quizás no lo necesite. Y, además, puedo bañarme en la luz del sol, por lo que mi humor es bueno. En ese sentido, las gafas no me estorban.
Noel empujó con irritación los lentes que se estaban resbalando. Era cierto que el sol de verano era fuerte y caluroso. Su sudor no tenía fin, no importa cuánto se limpiará y secará. La experiencia de usar un casco en una batalla prolongada en esta época del año era tortuosa. Por supuesto, Cynthia no lo oiría de ninguno de los reclutas. Sus cascos eran de cuero de baja calidad, sus armas eran espadas y lanzas producidas en masa, y el resto de su armadura seguía una filosofía de “menos es más”.
—Pero, sigue siendo mejor que estar muerta. Si no te gustan tanto los cascos, al menos ponte esta bandana blindada. ¡Oye, no te muevas!
—Ehh, pero no la necesito… oye, espera…
Sujetando a Noel mientras forcejaba, Cynthia le puso una cinta chapada en hierro alrededor de la cabeza. No era una armadura muy segura, pero al menos podría evitar un golpe mortal entre los ojos.
—Ahí está. Sí, creo que te queda bien.
—Sí, pero parece que no puedo calmarme, por eso solo te agradeceré parcialmente. Usaré esto con cuidado. Mis tesoros han aumentado otra vez.
—No tienes que atesorarlo, primero considera tu propia vida.
—Ajaja, esto es una guerra, no digas lo imposible.
Noel confirmó la posición de la bandana mientras sonreía irónicamente. Su equipo consistía en: sus lentes, la bandana blindada, una armadura ligera con la que podía moverse libremente, el martillo de guerra en su cintura sobre el cual descansaba su mano, y en su otra mano estaba su bident negro azabache. Todo esto difería de muchas maneras de lo que vestía el soldado habitual, y sumado su característico cabello rojo la hacían sobresalir en el campo de batalla; una hazaña que la haría fácil de atacar por el enemigo.
Barbas murmuró detrás de Noel, con la mirada fija en un catalejo:
—Capitana Noel, parece que esta vez tampoco es bueno. Se acercan, pero siguen retrocediendo.
Cynthia recibió un catalejo propio de su asistente, y miró.
—¿Eso no fue suficiente? ¿Por qué no escalan las paredes?
—¿No es por qué temen morir? Dicho esto, es lógico que la defensa sea fuerte cerca del portón. Bueno, el enemigo está al acecho, así que no importa de dónde ataquemos, recibiremos pérdidas.
Los soldados enviados a tomar la puerta la estaban golpeando con un ariete, pero pronto había caído en un estado de completo desastre. Pues aceite hirviendo se derramaba desde los agujeros de la puerta, y flechas de fuego llovieron sobre ellos. Los que intentaban huir eran asesinados sin piedad por los defensores sobre las murallas. Y en cuanto al grupo que escalaba las paredes, tampoco habían progresado mucho. Naturalmente, la vanguardia estaba formada por soldados de bajo rango, como resultado había una grave falta de tropas con la voluntad suficiente para luchar. Además, los encargados de instalar las escaleras estaban clavados con flechas desde arriba.
El Mayor General Gaddis, a cargo del asalto, probablemente no podía hacer mucho para ayudar a la situación, y, de cualquier manera, su disposición fracasó cuando se enfrentó al peligro. Dejando a un lado todas las órdenes de asalto total, se suponían que debían evitar bajas importantes en las primeras batallas, y el objetivo era quebrantar la moral del enemigo junto con las puertas. No obstante existía una posibilidad de que hubiera una emboscada a las afueras del castillo, puesto que, de vez en cuando, las señales de humo se elevaban desde adentro. Cada vez que eso sucedía, Gaddis retiraba sus tropas con el cuerno y se colocaba en una posición defensiva. Los libros de estrategias de Coimbra desaconsejaban los ataques agresivos a las fortalezas y, en su lugar, recomendaban rodearlos cuidadosamente. Aunque esa es una táctica probada y verdadera, no garantizaría cuándo caería el castillo. Aparte de eso, Cynthia no tenía un buen sentido como comandante. La teoría en la sala de planificación y la lucha real eran dos cosas separadas.
—Oye, se ha ordenado un asalto total, así que, ¿por qué solo enviamos grupos pequeños y seguimos retirándonos?
—Es probable que quiera minimizar las bajas. Creo que hay mucha presión sobre él para abrir la puerta.
—Si un hombre muere, envía diez; si diez hombres mueren, manda cien; si cien mueren, despacha mil; y continua el ataque. ¿No son esos los fundamentos de un asalto total?
Noel inclinó la cabeza como si estuviera perpleja hasta la médula.
—Eso es porque nadie quiere morir. No sería absurdo dudar. Nadie es tan tonto como para ir cuando les dices que mueran.
—Pero, por lo que se ve muchos están muriendo ahora.
—No… bueno, sí, eso es verdad.
—Es algo así como que… no están dispuestos, ¿eh? No siento su voluntad de atacar. ¿¡Podría ser que no la quieren hacer caer!?
—Qué locura. Esta es una primera batalla importante, y no es irrazonable que el Mayor General Gaddis sea cauteloso.
—Sí, eso es cierto.
Noel había entrado en modo de decir sí.
—Además, no digas cosas que podrían convertirse en problemas. No solo eso, hay quienes están celosos de tu rápido ascenso. No incrementes tus enemigos.
A Noel no parecía importarle, pero Cynthia podía escuchar vilezas sobre ella por todas partes. Había algunos que incluso se burlaban mientras pasaban. Todos pertenecían a la camarilla de Wilm, y tenían en la mira a Noel. Cynthia podía advertirles a quienes tenían un estatus más bajo que ella, pero no podía hacer nada al respecto a quienes eran superiores.
—Hay mucha gente que me difama a mis espaldas después de todo. ¡No es genial que Riglette me lo diga a la cara!
Sonriéndole a Riglette, se pudo escuchar un increíble chasquido.
—Sir Cynthia, ¿no deberíamos ignorar las palabras tontas?
—S-sí
Confundida por sus palabras, Cynthia solo pudo decir eso.
—Además, y esto es de la previa conversación, pero no hay nadie experimentado en la guerra de asedio en nuestro ejército de Coimbra. No sería extraño que por eso el Mayor General Gaddis dude. Es verdad que continuar el asedio nos acerca al día en que se rindan. Así que estoy segura de que el mayor general tiene intenciones similares. Ellos no son más que una chica con aire en vez cerebro y un mono de pelo blanco, por lo que debemos pensar por nosotros mismos.
Los labios de Riglette se arquearon hacia abajo, y le lanzó una rápida mirada a Barbas.
—Bastarda, ¿estás hablando de mí y de la capitana?
—Me pregunto. Si tuvieras algún conocimiento de algo, seguramente no sería el caso. Estoy segura de que un mono, o hasta la Capitana Noel, podrían entenderlo.
Riglette lo descartó como si fuera el problema de otra persona. Barbas cargó su mirada de odio, pero en lugar de estremecerse, Riglette le devolvió la mirada. Era suficientemente peligroso que, si Noel no hubiera estado allí, probablemente habrían intentado matarse.
—Capitana, ¿qué debería hacerle a esta perra? Ya sé, usémosla como escudo para avanzar, y hagámosla que cante en lugar de usá las cornetas.
—Inténtalo si puedes. Ah, tus pensamientos son tan salvajes y realmente desagradables. Oh, y por favor, cierra la boca por mí, gracias. Podría desmayarme.
—De acuerdo, eso ya es suficiente.
Noel plantó su bident en el suelo, interrumpiendo abrumadoramente su disputa. Tal fuerza hizo que los dos se callaran.
—Barbas, Riglette, nada bueno saldrá si estamos confundidos. No quiero tener una muerte sin sentido, o tener que arrastrar a nuestros aliados, por esa razón.
—M-mis disculpas.
—Ja, no recuerdo haber hecho algo por lo que valga la pena disculparme. En primer lugar, si eres tú la gran Capitana Noel del que Coimbra está tan orgulloso, ¿no irías al frente sin ninguna confusión?
Riglette intentó provocarla con un cumplido de doble intención. Ella siempre era así, pero a Cynthia le costaba acostumbrarse a esa forma de hablar. Incluso en una conversación normal, su sarcasmo y desagrado se combinaban con su estilo particularmente auto despreciativo que le dejó a Cynthia una impresión negativa de ella. Noel era la persona más madura por no prestarle atención.
Cruzando los brazos y de una manera inexpresiva, aunque la mirada que le dirigió a la fortaleza emitía un aura asesina similar a la que Cynthia había sentido cuando la conoció por primera vez, Noel dio sus órdenes:
—Riglette, cuando dé la orden, sopla la señal de ataque con tu corneta. Después de eso, estas relevada de la fuerza de asalto contra los arqueros. Barbas, toma el Bloque de la Hormiga Blanca con las escaleras. Entraré primero, así que solo sígueme.
—¿E-en serio quieres tomar la vanguardia? No solo te falta la cabeza, ¡sino también los ojos! ¡Morirás por una flecha en el frente!
—Capitana, esta tonta tiene razón. Es muy peligroso. Es mejor si voy primero…
—Ajaja, eres tan grande que serás un alfiletero antes de llegar a la cima. No te preocupes soy bastante rápida, sabes. Estaré allí de golpe, tomaré a su comandante, y si pateo a esos fastidios arqueros, el castillo es tan bueno como nuestro. ¿Cómo lo ves, eh?
—¡E-espera, Noel! ¡Tienes prohibido adelantarte! ¡Mantén el ritmo y ataca cuando el Comandante de Mil Dirk lo ordene! ¡No debemos avanzar por nuestra propia cuenta!
Cynthia trató desesperadamente de detenerla, pero Noel no la estaba escuchando.
—Si avanzo al mismo ritmo que todos, el fuerte no caerá. No quiero ver morir a nuestros aliados por una estupidez. ¿No estás de acuerdo, Cynthia?
Cynthia se quedó perpleja. Ella entendió lo que Noel estaba diciendo, pero era una clara violación de las órdenes. Si bien ese era ciertamente el caso, en la batalla de la carretera Kanan, ellas habían salvado la vida del virrey al desobedecer las órdenes. Además, la destreza marcial de Noel es innegable. Ella consideró estar de acuerdo con Noel esta vez.
El virrey ordenó un asalto general para conquistar la fortaleza, por lo que no es realmente una violación de las órdenes. En ese caso, ¿podría funcionar de alguna manera…? Hmm.
Los pensamientos de Cynthia se despejaron mientras reflexionaba cuidadosamente. El Bloque de la Hormiga Blanca de Noel sumaba quinientos, y ellos podían reunirse con los reclutas restantes para sumar hasta setecientos, mientras que Cynthia comandaba mil tropas regulares. Un total de mil setecientos hombres podría ser suficiente para hacer una apertura.
—Muy bien, entonces yo también voy. A este ritmo, no caerá dentro de una semana. Si nuestra entrada se demora, conquistar Vesta solo será un sueño.
—Fantástico. Esta vez seguramente será otra victoria. No hemos perdido ni una vez cuando trabajamos contigo.
Noel esbozó una sonrisa sincera y, en ese momento, el sonido de una trompeta baja resonó en el campo de batalla. Que indicaba la retirada de la primera ola de asalto, y los tambores de guerra del cuerpo del Comandante de Mil Dirk comenzaron a retumbar. Ellos tenían que moverse antes de que los hombres de Gaddis se fueran.
—Ahhh, al fin nos decidimos, pero resultó ser para nada. Bueno, de no haber seguido el ritmo de la operación, probablemente habríamos enfurecido a alguien de todos modos.
—Estoy un poco aliviada. ¡Comenzar un ataque por nuestra cuenta es una grave violación de las órdenes!
—Ajaja, lo mencionas mucho.
Noel levantó el bident del suelo, lo giró por encima de su cabeza y lo apuntó al castillo.
—¿Entonces nos vamos? ¡¡Infantería de Noel, avancen!!
—¡¡Sí señora!!
—¡Nosotros también, avanzamos! ¡Asalten inmediatamente a Carness! ¡No se queden atrás de los miembros del cuerpo de Noel!
No queriendo perder, Cynthia levantó la voz y ordenó que comenzara el ataque.
♦♦♦
En la fortaleza militar baharense, los mil hombres que defendían el castillo eran dirigidos por el Comandante de Mil Hoslo. Aunque tenía cincuenta y ocho años, gozaba de buena salud y, sobre todo, su heroica lealtad había sido reconocida por el propio Amil. Cuando él se enteró de la misión de defender el fuerte hasta la muerte, su rostro se puso rojo de emoción y se ofreció como voluntario para la tarea. La voluntad de ir a la muerte era de suma importancia para una misión tan heroica. Los soldados de la defensa eran todos veteranos, y su moral era alta. Después de rechazar la solicitud de rendición de Grohl, ellos habían repelido tenazmente al ejército de asalto que era diez veces su número. Durante tres días el asedio ya había continuado, y no sería sorprendente que la fortaleza cayera antes de que hubiera pasado otro día.
Con un arco tensado en las manos, Hoslo alzó su voz áspera con enojo:
—¡Resistan, resistan, resistan! ¡Si podemos ganar tiempo aquí, la victoria de Lord Amil se volverá cada vez más firme! ¡Por este objetivo sacrifiquémonos todos con gusto!
—Capitán Hoslo, ¡estamos haciendo historia para el glorioso Imperio del Sol! Ha matado a tantos traidores solo. ¡Es solo más que un momento, pero usted ha protegido este lugar por más tiempo! ¡Demostrémosles a esos traidores cómo manifestamos con orgullo el estandarte de tres sables!
Su ayudante inspiró a los hombres con la bandera de Bahar: tres sables cruzados, de tres tamaños diferentes. Significaba cómo hombres y mujeres de todas las edades tomarían la espada en caso de guerra. El último ejemplo del cual, elogiado en su orgullosa historia militar, fue la resistencia de sus valientes soldados del imperio del sol hasta el final.
—¡Mueran, traidores!
Hoslo soltó la cuerda del arco, disparando a un soldado de Coimbra en la cabeza cuando este se acercaba al portón. El enemigo parecía estar tratando de reemplazar el cascarón quemado de su ariete con uno nuevo, pero sus movimientos eran torpes.
—¡Concentren sus flechas cerca de la puerta!
—¡Suelten las flechas!
Una tormenta caótica de flechas llovió sobre las espaldas dobladas de los soldados de Coimbra. El ariete se convirtió en otra barrera más entre ellos y la puerta. De lo que Hoslo podía ver, los soldados enemigos no eran lo suficientemente valientes como para arriesgar sus vidas para crear un camino. En una batalla, el entrenamiento y los suministros eran importantes, pero lo más valioso era el mantenimiento de la moral alta. Había varios métodos para elevarla, pero él se adhirió a la línea de pensamiento que ponía en riesgo su propia vida con el resto de los hombres. Las simples palabras no podían conmover los corazones de los hombres. Las acciones harían que la gente siguiera a uno. Eso es lo que Hoslo creía.
Aunque ya han pasado tres días de asedio y nuestras órdenes fueron resistir por lo menos tres días, vamos a mostrarle al virrey que podemos superar sus expectativas.
La moral era tan inusualmente alta que habían decapitado al mensajero que imploraba su rendición. Para un comandante, eso era magnífico; sin embargo, no había nadie que los criticaría por sentir que solo estaban haciendo lo que tenían que hacer.
Todos ellos son soldados viejos, pero sería bueno si pudieran salvarse. Incluso si no lo saben, nos están ayudando a caminar hacia un futuro glorioso bajo Lord Amil.
Justo cuando Hoslo estaba a punto de informarle a su asistente de sus intenciones, de repente escuchó un grito penetrante a su derecha. Él rápidamente giró su mirada hacia el sonido y sus ojos se encontraron con la vista de un soldado clavado en la pared interior. Detrás del hombre que había sido atravesado por una lanza negra había una gran cantidad de sangre junto con sus miserables vísceras. Un instante después, el cuerpo se envolvió en llamas al escuchar el sonido de algo haciendo un crujido. El olor a carne quemada entorpeció ligeramente los movimientos de los soldados. Él se preguntaba cómo se había incendiado sin una flecha de fuego, incapaz de comprender el mecanismo.
—P-pero qué…
—Lord Hoslo, la segunda ola del enemigo está atacando! Un grupo se aproxima…
Antes de que siquiera pudiera meditar sobre el reporte, él escuchó el sonido de una fuerte corneta desde los terrenos delante del castillo, la cabeza del soldado que le había informado explotó. El que había esparcido los sesos y el cerebro del hombre era un soldado enemigo empapado en sangre con un martillo de guerra del largo de una espada bastarda.
—Comandante de Cien Noel del ejército de Coimbra es la primera en llegar a las murallas. ¡Lo logré!
La joven se presentó con una sonrisa. Ella llevaba una bandana blindada y su cuerpo había sido teñido de rojo como si se hubiera bañado en sangre recientemente, produciendo algo como el efecto de un resplandor carmesí extrañamente seductor.
—¡Maten a esta rápido! ¡No dejen que se aglomeren en las murallas!
Algunos soldados intentaron empujar la escalera de la pared con sus lanzas. Pero esa mujer que se llamó a sí misma Noel las desvío sin problemas y, en el momento perfecto, los mató con su martillo de guerra, sin darles suficiente tiempo para gritar. Pronto el ayudante del comandante sacó su arco, pero antes de que pudiera contraatacar, ella ya le había lanzado su martillo sin dudarlo. El lanzamiento fue tal que le aplastó el cráneo, y sin perder el impulso ella continuó de esa manera arrasando a través del lado enemigo.
—¡Has acabado con buen un número de mis subordinados, bastarda! ¡Nunca te lo perdonaré!
—Has matado a muchos de mis aliados, así que solo te estoy devolviendo el favor. Esta es una guerra después de todo.
Ella respondió como si estuvieran conversando mientras sacaba el bident negro de la pared. Ya en sus manos con agarre firme, comenzó a abrumar a todos los que la atacaron.
Hoslo no podía dejarla hacer lo que quería así que, con una mirada decidida, arrojó a un lado su arco y desenvainó su amado sable. Él tenía que matar a esa mujer sin demora. Si se apoderaran de una sola parte de la muralla, la resolución de los hombres comenzaría a flaquear. Incluso una pequeña brecha podría ser fatal. Más aún cuando el ejército defensor era pequeño. Elevar la moral que se había bajado era el arte más difícil, por lo que tenía que cortar el problema de raíz.
—Que aguerrida eres para ser un soldado de Coimbra, supongo que le será difícil hasta para un soldado habilidoso derrotar a una chica como tú. ¡Veo que tu fama se ganó bien!
Mientras hablaba, los monstruos de la operación amanecer vinieron a su mente; ella le recordaba a Rebecca de la caballería del sol negro. A pesar de ser una mujer, había tenido una destreza de batalla atroz que había intimidado a los soldados de Bahar. Y Falid que, además, de que había controlado con calma a esos fenómenos, había debido ser el más monstruoso, cuyo recuerdo causó que su espalda se pusiera rígida. Él estaba experimentando el mismo sentimiento en este momento. En el juego de la vida y la muerte, no había distinción entre hombres y mujeres, y sus palabras anteriores solo habían sido para alentarse.
—Sin embargo, estamos luchando, por lo que el género no tiene nada que ver con esto. Claro, la edad, la apariencia o la raza tampoco importan. Lo que importa es matar o morir.
—¡Así es, tú lo has dicho!
De pronto, Noel empujó su bident en una apertura en un instante a lo cual Hoslo esquivo en un segundo al avanzar. La ventaja de la lanza era su largo alcance, y presionar agresivamente podría resaltar la debilidad de su longitud. El objetivo de Hoslo era el torso de Noel. Dejando atrás todas sus dudas, apuntó su ataque por encima de la armadura. Noel reaccionó de forma rápida y con su guantelete apartó con fuerza la hoja a un lado del lugar donde la punta de la espada habría alcanzado su pecho.
—¡No he terminado!
Sin inmutarse, él usó su espada para otro corte. Esta vez, el ataque dirigido a su hombro fue interceptado por las dos puntas de su bident. Noel demostró su destreza por su habilidad para empuñar con tanta fluidez el largo de la asta. Ella realmente poseía una fuerza física temible. No obstante, Hoslo apretó sus dientes y con ambos brazos empujó la lanza con toda su fuerza, su determinación para tomar la cabeza de Noel no decaía.
—¡Te mataré aquí mismo! ¡Debes morir por Bahar!
—Oye, ¿no tienes ganas de rendirte? Terminaría sin gastar más tiempo. También me gustaría hablar de muchas cosas.
—¡No seas absurda! ¿Quién se rendiría ante ustedes, bastardos traidores?
—Pero sabes, creo que, a este ritmo, todos tus preciosos compañeros se encontrarán con un destino horrible.
Noel parecía estar probándolo.
—¡Silencio, nuestra victoria no será sacudida! ¡Para ese propósito, con gusto nos convertiremos en las piedras angulares de Bahar!
—¿Cómo puedes estar tan seguro de la victoria sí Bahar está vacío? Qué maravilla.
—¡Eso es porque la destrucción espera a los traidores!
—Ajaja, no puedes engañarme. La verdad es que todo esto fue diseñado para atraer a todo el ejército de Coimbra, ¿verdad?
Los dientes blancos de Noel eran visibles cuando sonreía.
Al ver que Hoslo se quedó sin palabras, Noel continuó:
—Por hacer alarde de ir a la capital, ¿no los nobles van regresar a medio camino? ¿Fue un tal Bergis quien se le ocurrió esta pantalla, no? Están recreando las hazañas del imperio del sol, con el pretexto de convertirse en el príncipe heredero a la corona, ¿no es así?
—¡N-No lo sé! ¡No sé nada!
—Bueno, no, si no te vas a rendir sin importar qué, tomar más tiempo sería un desperdicio. Si destruimos todos los caminos y campos, los nobles escondidos saldrán en pánico.
—Q-qué estás…
—La bandera de Bahar simboliza cómo todos tomarán la espada, ¿cierto? Eso significa que tendremos que matar cualquier resistencia, ya sea de hombres o mujeres, y sin importar la edad. Sí, eso es una guerra, no se puede evitar.
—T-tú monstruo, no… ¡demonio! ¡Como si una bastarda como tú pudiera devastar a Bahar!
En el momento en que Hoslo estaba a punto de presionar su espada con todo su odio, un dolor agudo recorrió su abdomen. Confirmando que parecía que iba a perder el conocimiento, el puño izquierdo de Noel se estrelló contra su plexo solar. El impacto fue tan feroz que atravesó su armadura. Pero lo más increíble fue que Hoslo aguantó, con una mano en su espada.
—T-tu demonio… —gruñó.
Él estaba doblado por el dolor. En el instante en que escuchó que algo siniestramente giraba sobre su cabeza, su conciencia comenzó a desvanecerse rápidamente.
Lo último que escuchó fue:
—¿No me han llamado así antes? De cualquier manera, “demonio” es realmente genial si lo piensas. Sabes, me gusta jugar a las atrapadas. Después de todo, puedes jugar tanto como quieras.
Antes de que pudiera escuchar lo último, la cabeza de Hoslo cayó pesadamente al suelo.