La chica que sostiene el anillo – Interludio 2: El cuento de un cierto demonio travieso exiliado en la isla

Traducido por Rencov

Editado por Yusuke


Al final de su viaje de cinco días en bote, Noel y Riglette llegaron a la isla Willa. Había un puerto donde anclaban pequeños barcos de pesca. El grito de las aves marinas era animado y la brisa marina se sentía agradable. El clima también era particularmente espléndido.

—Sí, ¡soy la primera en la isla Willa!

Noel levantó felizmente ambas manos al aire y salió corriendo del bote. Riglette, por otro lado, salió lánguidamente, masajeándose las sienes. La brisa salada se había pegado a sus lentes y la arena se había metido en sus zapatos, por lo que su estado de ánimo bajó rápidamente cuando desembarcaron.

—¡Sir Riglette y… sir Noel, La Demonio! ¡La gente de la isla Willa les da la bienvenida de todo corazón!

—¡Saludos a sir Noel, La Demonio!

El anciano jefe de la isla saludó con cautela, y los soldados detrás de él temblaron con su armadura.

—Um… Pero, esa parte la del demonio no está en mi nombre.

—¡Le pido disculpas si la he ofendido! ¡Por favor no se enfade! ¡Al menos perdone a la gente de la isla!

—Sabes, ni siquiera estoy enojada…

—¡¡Lo siento mucho!!

—Uh… en fin, vamos a caminar.

Cansada un poco, Noel les dijo que no le importaba, y decidió seguir adelante. Los soldados en atención continuaron sus saludos. La llevaron a una mansión vieja en la isla y el jefe le dijo que iba a ser su lugar de residencia. Esencialmente, ella debía ser vigilada todo el tiempo. Se colocaron guardias fuera de la mansión, y Noel, su observadora Riglette, y una criada vivirían dentro.

—¿Entonces no puedo salir de esta casa?

—No, siempre que le informe a los centinelas… me refiero a sus guardias, puede ir a cualquier parte, pero la gente de la isla puede ser grosera. Si la ofenden, por favor venga de inmediato a mí. ¡Oh, por favor, no actúes precipitadamente… se lo suplico!

El asustado jefe estaba pálido mientras hablaba. Noel frunció el ceño. Parecía que la temían como un verdadero demonio, del tipo que se comía a la gente cuando estaba enojada. Se preguntó qué tipo de rumores se habían extendido.

—Oye, ¿soy realmente tan famosa aquí? —le preguntó al jefe.

—Usted… mató a diez mil baharanses, tomó cien cabezas, quemó a todos los traidores coimbranos e incluso se comió los huesos. Lord Amil la envió aquí como castigo porque temía que matarla lo maldijera. Esos son los rumores de porqué ha sido exiliada a esta isla remota.

—Que ridículo. ¿De dónde salieron esos rumores…? —dijo Riglette.

—¡Lo sé, verdad!

La corta respuesta de Noel pareció echarle la culpa a Riglette, aunque Riglette misma parecía asombrada por los rumores. Noel se molestó por un momento sobre qué hacer, pero como eran rumores bastante graciosos, decidió no corregirlos. Incluso comenzó a planear correr con su máscara blanca proclamando la maldición. Si los rumores continuaran embelleciéndose, sería bastante divertido si ella se convirtiera en algo completamente diferente de un demonio normal. Mientras lo hacía, ella también iría tras Riglette.

—¿Por qué me sonríes así? Es deprimente.

—Oh, no es nada.

Noel se hizo la tonta, su diversión tendría que esperar.

—Ah, creo que es grosero decirle esto a nuestro estimado demonio, pero no puedes dejar la isla sola. Estamos en una isla solitaria bastante lejos del continente. No terminaría bien si una principiante intentara escapar sola.

—Sí, está bien. Entonces, ¿debería probar las aguas nadando?

—Sir Noel Bosheit, eres una criminal. Te conviene arrepentirte en la iglesia antes de salir a jugar. Si no eres seria ni siquiera en el primer día, me causarás algunos problemas, sabes.

Noel asintió con franqueza a la ironía de Riglette.

—Eso es verdad, además estoy un poco cansada.

—Necesitas rezar para rehabilitarte, no para dormir. La iglesia no es un lugar para dormir.

—Ajaja, es cierto. ¡Entonces oremos!

Noel se puso de pie, sofocando un bostezo, lista para dormir. Cerrar los ojos para orar la hizo sentir sueño. Como probablemente iba a pasar bastante tiempo en la isla, necesitaba acostumbrarse rápidamente antes de cansarse de ella. El jefe de la isla, por otro lado, dio un suspiro de alivio.

♦ ♦ ♦

Incluso después de una semana completa, Noel no había logrado hablar con ninguno de los isleños. Cada vez que les hablaba cuando se sentía aburrida, gritaban y corrían. La más interesante fue su criada.

—Ah, mmm, señorita Demonio. He terminado de preparar la comida.

—Sí, gracias. Entonces, ¿qué hay en el menú hoy?

—Pescado wilapra al vapor, sopa de maíz y pan.

—Se ve bien. Oye, ¿por qué no comemos juntas? Mira, parece que también tienes hambre. Vamos, vamos, no te preocupes, estará bien.

Conforme se acercaba Noel con una sonrisa, la criada se puso cada vez más pálida, asustada incluso comenzó a temblar al verla acercarse más. Noel consideró brevemente que no sería bueno hacerle una broma de esa manera, pero era divertido, por lo que disminuyó la distancia.

—¡¡P-Por favor perdóneme!! ¡Por favor, se lo ruego, al menos no me coma!

La criada huyó de la mansión con un grito. Pero era una chica obediente que volvió para limpiar después de una hora. Por cierto, Noel se quedó sin palabras la primera vez que la vio escapar abiertamente. Había pasado mucho tiempo desde que ella era la sorprendida.

—¿Estás otra vez con eso? ¿Cuántas veces más vas a seguir con la broma? Ya es suficiente, solo compórtate.

—No quiero escucharlo de la persona que se agarraba el estómago cuando se estaba riendo tan fuerte la primera vez.

—Ja, sería imposible no reírse de eso.

Riglette resopló. La criada había huido, llorando y gritando, Noel se había quedado completamente desconcertada y Riglette se había reído tanto que le costaba respirar. Se había agarrado el estómago dolorosamente como si hubiera sido golpeada por una flecha.

—Hablando de eso, ¿te llevas bien con los isleños, Riglette?

—No. No tengo motivos para hablar con ellos. Básicamente, no creo que haya algún mérito en hacerse amigo de ellos.

—Entonces, cuando hayas acabado tu comida, ¿por qué no jugamos un poco más?

—Bueno… si estoy libre, podría encontrar algo de tiempo para ti.

Riglette se sentó y comenzó a comer de mal humor, pero eso era solo una fachada. En realidad, ella lo estaba disfrutando. Habían pasado suficiente tiempo juntas para que Noel pudiera notarlo. Cuando realmente estaba disgustada, chasquearía la lengua, y como no lo hizo esta vez, solo había una conclusión que sacar.

♦ ♦ ♦

Una vez que pasaron dos semanas, la curiosidad de la gente naturalmente comenzó a superar su miedo. Una pareja de pescadores se asomó por las ventanas para ver qué sucedía, los niños se darían vuelta y se echarían a correr si se les llamaba; una anciana parecía que estaba considerando traer algo, pero se lo pensó mejor, y el jefe de la isla comenzó a relajarse un poco más.

El clima está bueno y solo quiero jugar una vez que salga. Pero, sería más divertido si Riglette se uniera.

El conteo de victorias y derrotas para sus juegos de mesa era de 235 a 30 para Noel. Ella había mantenido un registro de ello, pero Riglette se negó a mirar, a pesar de que se veía tan orgullosa cuando ganaba, y se ponía furiosa cuando perdía. Bueno, Noel sabía desde el principio de que era casi letalmente doloroso para ella. Era gracioso ver su cara cambiar cuando la situación pasaba de estar a su favor a estar en su contra. Noel aún no se había cansado de eso, por lo que probablemente podría superar mil partidas al ritmo que iban. Aparte de eso, parecía que ya era tiempo de que pudiera hablar con los isleños. Ella quería nadar, pescar, ir en bote. Quería bañarse aún más al sol, como si ya no hubiera hecho suficiente de eso. Mantener sus puertas cerradas era una tortura a su manera.

—Muy bien, vamos al mar hoy. Ahora sí que voy.

—Tendré que abstenerme ya que necesito terminar de escribir mi informe. Estoy bastante harta de tener que falsificar tanto.

—Ya veo. Es difícil para la nueva policía militar, ¿eh?

—Aunque eres la criminal, no parece ser muy difícil para ti.

—¡Bastante!

Noel se vistió con ropa ligera, se puso un sombrero de paja y se dirigió a la playa. Cuando salió, los guardias la observaron, pero sus caras se pusieron pálidas y no dijeron nada en particular. Corriendo a toda velocidad, llegó a la vasta playa de arena. Vio algunos indicios de la presencia local, pero nadie estaba en su alrededor.

Bueno, está bien. Señor Sol ha salido bastante bien hoy, así que lo tomaré con calma. Tal vez debería recoger un caparazón para dárselo a Riglette cuando regrese.

Noel bañó todo su cuerpo al sol mientras pensaba y rodaba en la playa de arena. Cuando se acostó y tomó una pequeña siesta notó que se acercaban algunas sombras. Comprobando vagamente de qué se trataba, vio que eran unos niños oscuros y quemados por el sol. Aún no había hablado con ellos ni una vez y, poniéndose rápidamente de pie, una sonrisa apareció en su rostro.

—¡L-La Demonio se despertó!

—¿V-Vamos a ser devorados?

—¡¿Qué haremos?!

En el momento en que lo hacía, escuchó sus voces asustadas, algunas de ellas al borde de las lágrimas.

Noel les habló con su mejor voz no amenazante:

—Oigan, si quieren, ¿por qué no juegan conmigo? Me gustaría intentar hablar con todos.

Profundamente sorprendidos, después de alguna discusión, algunos de los niños asintieron tentativamente. Aunque torpes e incómodos al principio, se abrieron a ella después de casi una hora, divirtiéndose mucho en la playa. La edad mental de Noel era cercana a la de un niño, por lo que no se vio afectada por lo que se conoce como vergüenza. Ella habló sobre todo tipo de cosas, y nadó alrededor atrapando un montón de peces con la mano, convirtiéndose al instante en un héroe de los niños. Incluso comenzaron a ir a la mansión a jugar, y ella siempre los escuchaba. No había mucho que hacer en la pequeña isla y sus historias los cautivaron.

—¿Qué estás haciendo exactamente? ¿Convertirte en el líder de los niños y conquistar la isla?

—¡Eso es una gran idea! Ah, Riglette, ¿quieres jugar?

—No. Odio a los niños. No bromees.

Riglette chasqueó la lengua. Noel se había convertido en uno de los niños, pero no le importaba en absoluto.

—Vamos a pescar mañana. Apuesto a que incluso tú podrías hacerlo, Riglette.

—Si bien lo pones tan… maravillosamente, esta no es la situación para esa clase de cosas. Algo grande está sucediendo en el continente. Justo cuando el gobierno de Bahar sucedió en sus posiciones imperiales, anunciaron una invasión del continente Mundonuevo. El mundo se está moviendo de nuevo.

—Mmmmmmm…

Noel no quería ir a ese continente occidental y no sintió la necesidad de celebrar la inauguración de Amil. Tenía que reunir información para su eventual regreso, pero aún era prematuro.

—También eres una comandante de mil en el ejército coimbrano, así que deberías prestarle un poco de atención a esto. Tu importante amiga Cynthia se verá atrapada en esto, ¿verdad? Bueno, la han colocado específicamente en el norte de Coimbra, por lo que probablemente estará bien.

A Cynthia se le había asignado los desolados confines del norte de Coimbra con Elgar. En la opinión de Riglette, el nombramiento de Gaddis como virrey había creado un infierno y, además, estaba haciendo algo con las minas de oro que Grohl había abandonado.

—Si parece realmente malo, iré allí y la ayudaré.

—¿Cómo piensas hacer eso?

—En bote, por supuesto. Pensé que podríamos robar uno, ya que parece bastante fácil.

—Tienes que avisarme antes de hacer algo. Si acabas de hacer algo por tu cuenta…

—¡Ajaja, no te dejaría atrás!

Noel comenzó a preparar la caña de pescar que había tomado prestada de los niños después de su breve respuesta. Robar un bote era el último recurso, y no sería agradable. Si pudiera, querría regresar de inmediato. De esa forma seguramente sería entretenido.

♦ ♦ ♦

Un mes pasó. Y una vez que los niños le abrieron el corazón, los adultos fueron arrastrados y comenzaron a hablar con Noel. Los padres pensaron que ella los estaba amenazando al jugar con los niños, pero parecía que finalmente podían reconocer que Noel era más que un demonio desenfrenado. Aunque en su mayoría tenían expresiones tensas, comenzaron a interactuar con ella como si estuviera hirviendo.

—Uuum…

—Estás haciendo alarde de estar preocupada por algo. Eso es realmente una molestia, pero… ¿algo te preocupa?

—Aunque ahora nos llevamos bien, sigo siendo La Demonio. Los niños y los adultos me llaman así.

Ella sonrió cuando la llamaron demonio, pero había algunas cosas con las que no estaba satisfecha. En realidad, fue su única insatisfacción.

—¿No te gusta?

—Quiero decir, Noel es un gran nombre…

—Entonces tengo una idea, pero…

—¿Oh?

Estaba segura de que no sería lo suficientemente buena, pero Noel decidió escuchar a Riglette de todos modos. Probablemente tendría el efecto deseado, pero serviría para disminuir su reputación, muy probablemente de manera intencional.

—Solo diles que los matarás a todos si no comienzan a referirte a ti por tu nombre. Por ejemplo, podrías comenzar a matar a los que cometan errores.

—Ajaja, esa es mi Riglette. ¡Astuta y malvada! No perderías con un demonio.

—No quiero escuchar eso del demonio real —respondió Riglette con amargura.

Ella había estado chasqueando la lengua con más frecuencia desde que habían venido a la isla. En cuanto al porqué: tenía que pasar la mayoría de los días con Noel. Aparte de eso, su estrés no había aumentado mucho, su tez estaba sana y su ceño constante había comenzado a desvanecerse, pero su la palidez de su piel seguía siendo la misma, puesto que nunca salía. Noel incluso se preguntó si en realidad era Riglette quien había sido puesta bajo arresto domiciliario. Claro, si Noel realmente le dijera eso, probablemente se tornaría completamente roja, por lo que tuvo que contenerse.

—Entonces, ¿qué vas a hacer vestida así?

Noel tenía un pañuelo en la cabeza y vestía la ropa tradicional de pesca de la isla. Tenía un arpón en la mano y estaba rebosante de emoción por ir.

—Todos los pescadores salen hoy, pero lo que busco es el atún Willa. ¡Está para chuparse los dedos, y es súper caro en el continente!

—Bien, bien, ve y diviértete. Sería bueno si pudieras ser el señuelo para el pescado.

Riglette miró casualmente sus documentos oficiales. Estaba bastante ocupada y no tenía tiempo para ponerle atención a Noel, quien encontró su reacción bastante aburrida y decidió planear algo.

—Oh, ¿no te detendrás?

—No me importa lo que hagas. No quiero ser como cierto mono de pelo blanco.

—Ya veo. ¡Entonces subiré a un bote de pesca y regresaré a Coimbra!

—¡N-No digas esas estupideces! ¿Entiendes en qué posición estás?

Ella se paró con los ojos muy abiertos ante la declaración de Noel, y luego chasqueó la lengua cuando se dio cuenta de que la había engañado, aunque demasiado tarde.

—Ajaja, fue una mentira, por supuesto. Pero espera, ¿no que no te importaba?

—¡T-Tú, demonio de mierda! ¡Vete!

—¡Ajaja, volveré!

Ellos tuvieron una gran captura que rebasaba a lo que habían visto en los últimos años, y gracias a eso, Noel pudo comer pescado delicioso hasta hartarse.

♦ ♦ ♦

Después de medio año, Noel había conseguido que la gente de la isla se abriera a ella. Incluso el alguna vez asustadizo jefe de la isla, iba con vino y bocadillos para jugar. Ella podía hacerle compañía a sus nietos y ahora él le devolvía las palabras. Los guardias ya no estaban en su mansión, y la criada estaba friendo algo de comida en la parrilla, ahora era capaz de dejar de lado cualquier broma. Ocasionalmente, los soldados llegaban del continente para ver cómo estaba Noel. Parecía que Wilm aún no había bajado la guardia, y probablemente quería enfatizar este punto a Riglette. Esa fue la única vez que Noel fue a la iglesia a rezar con una expresión seria, y se comportó como si reflexionara sinceramente sobre sus acciones hasta el punto en que los isleños tuvieron que contener su risa desesperadamente. Riglette soportó toda la efusión con una mueca, alegando que sería más peligroso si la policía militar simplemente asintiera con satisfacción. Nadie había dejado de llamarla demonio, pero ella ya se había acostumbrado. Noel pudo reír, jugar y vivir con las personas que la rodeaban, ahora fue aceptada como uno de ellos. Riglette, sin embargo, pasaba todo su tiempo encerrada en la oscura mansión. Aún así, ella a veces participaba en los banquetes, y se había vuelto consciente de su peso.

♦ ♦ ♦

Nubes oscuras comenzaron a formarse sobre el continente Libelikan después de haber estado en la isla durante un año. Rumores llegaron a la isla sobre rebeliones aquí y allá, una plaga misteriosa, personas vendiéndose a sí mismas y a sus hijos bajo una pesada carga de impuestos, y la muerte extendida por el exceso de trabajo en las minas. No había forma de saber cuán verdaderos eran, pero los rostros de los hombres que fueron a vender pescado estaban claramente deprimidos. No pasó mucho tiempo antes de que la paz en el mar comenzara a sufrir también cuando los piratas comenzaron a atacar indiscriminadamente a los buques mercantes y barcos de pesca por igual. Las olas negras incluso llegaron a la tranquila isla Willa. Un día arribó un barco y los piratas desembarcaron para ocupar la isla. Los guardias y el jefe de la isla fueron fácilmente derrotados, y los piratas robaron la comida y el dinero. Cuando por fin parecía que estaban a punto de llevarse a las mujeres, niños e incluso a Riglette, Noel intervino. Su tardanza se debió a una siesta en la playa.

—Si dejan todo lo que robaron, los dejaré ir. Si no, los mataré a todos.

Los piratas la atacaron con rabia y ella los aplastó sin esfuerzo con su martillo de guerra. Treinta piratas no eran rival para Noel, y una vez que capturó su barco, izó un estandarte improvisado de los martillos gemelos y la reclamó como propio. Tal fue el día en que Noel ganó la confianza total de los isleños. A partir de entonces, los isleños entrenaron bajo ella con el propósito de defenderse, incluso los guardias de Coimbra participaron. Los jóvenes, las mujeres, los niños e incluso los ancianos tomaron las armas y aprendieron su uso. Ni un solo isleño pensó ser protegido por un tercero, eso lo aprendieron del ataque pirata que habían recibido, especialmente teniendo en cuenta que estaban tan lejos del continente. Ese continente tenía sus propios problemas y no podía proteger la isla distante.

—Creo que un pez pequeño sería el mejor emblema de la isla Willa. Sería muy bonito.

Al pintar dicho pez pequeño sobre la tela, la opinión de Noel vaciló. El pez tenía equis como ojos, y su cuerpo parecía demasiado huesudo de alguna manera.

—Si vas a intimidar a los piratas, ¿cómo ayudaría hacerlo bonito? Por favor, trata de pensar con esa cabeza hueca que tienes.

—Lo importante es que lo recuerden. Si pierden ante alguien que lleva un pez pequeño como símbolo, se avergonzarán, y más si está medio huesudo —sonrió Noel.

—Es importante que no te menosprecien. Un pez pequeño no puede elevar la moral.

—Ya veo, eso tiene sentido. Entonces tenemos que ir con este.

Noel le mostró una tela que había ocultado y que estaba adornada con arpones cruzados que se asemejaban a su estandarte de los martillos gemelos. Con orgullo exhibirían los estandartes y los colocarían alrededor de la isla para evitar ataques piratas. Su cuerpo de vigilantes solo tenía unos cien hombres, pero su moral era extraordinariamente alta. Aunque tentativamente tenían un comandante, esencialmente solo siguieron las instrucciones de Noel. Al rechazar la venganza de los piratas varias veces, lograron tomar algunos de los suministros de sus atacantes, y la isla una vez más volvió a la paz, los piratas probablemente sabían que sufrirían grandes pérdidas si atacaban. Además hubo más rumores sobre el demonio desterrado que estaba comenzando a resurgir. Los piratas que habían tomado prisioneros ahora trabajaban en la pesquería. La temible reputación de Noel tenía sus ventajas.

—Si hubiera más gente, esta isla sería rica. Sería conveniente que vinieran más piratas. Sería genial si pudiéramos tener más trabajadores y soldados.

—Por favor, no digas esa locura en ningún otro lado. Serás vista como una tonta por los demás aparte de mí.

—Ahhhh, ¿está bien?

Noel estaba jugando casualmente con un coco que los niños le habían regalado.

—¿Qué es?

—Parece que ya estás agrupada conmigo. ¡Escuché esto de los niños, pero tú eres la mano derecha del demonio! ¡Lo has conseguido, Riglette!

—D-De ninguna manera…

—Es verdad.

—E-Eso no puede ser…

Riglette se derrumbó sobre la cama, masajeando sus sienes.

—Aaaah, quiero ver a Cynthia, al joven señor y a Barbas. ¿Crees que les esté yendo bien?

Ella había contactado ocasionalmente a Kai. Siden de Gemb estaba interesado en ella, por lo que la habían contactado de manera proactiva. Un mensajero a veces pasaría con pequeños obsequios e información sobre un pequeño barco gembita. La isla estaba en una descuidada alerta máxima, pero incluso si era fácil de encontrarse, los dos nunca lo harían.

—Yo… no sé sobre ese mono de pelo blanco, pero lord Elgar y sir Cynthia están en el norte de Coimbra como siempre. Ellos tienen algunas dificultades, a diferencia de ti.

—Cierto. Ah, si les escribo una carta, ¿llegará? Y puedo enviarles un poco de pescado salado.

—Eso es imposible. Les causarías problemas al hacer eso y, sobre todo, me causaría muchos problemas, así que por favor abstente.

—Ya veo… ¡Qué pena!

—Bien… si dices que has decidido servir al emperador, se resolverá este arresto domiciliario de inmediato. ¿No tienes también una oferta del comandante de la Caballería del Sol Negro?

—Ajaja, pero eso sería demasiado. El emperador es mi enemigo después de todo.

Con una risa fría, Noel rechazó la propuesta. Estaba contenta con la oferta de Falid, pero estaban apuntando a diferentes objetivos a pesar de su meta compartida de encontrar la felicidad. Estaba escrito en la carta: la felicidad que buscaba era la implementación del sueño de Amil. Noel no pensó de la misma forma.

—¿No prometiste tomar tu espada por Su Majestad?

—Recuerdo mis promesas. ¡Algún día tendré que hacerle una herida grave!

Noel rompió el coco con su martillo de guerra mientras hablaba, rociando la leche hasta Riglette creando un desorden increíble que les llevó una hora limpiar. El coco maltratado fue comido como castigo, recibiendo Noel su merecido.

A diferencia del continente, la isla de Willa retuvo sus días pacíficos.


Autor
Ven a visitarnos a la isla Willa

Rencov
¡Y este es el final del volumen 2!

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