La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 102.1: No admitiré la derrota (2)

Traducido por Usagi

Editado por Meli


—¡Estará bien!

Feng Cang estaba mucho más tranquilo, ¿cómo creyó en la habilidad de Wanyan Kang? ¡Si no esquivaba el ataque, entonces era demasiado débil!

Justo cuando la espada lo iba a apuñalar, Wanyan Kang dio un salto mortal hacia atrás y se cayó de la plataforma, pero sus manos aún estaban en el borde de la misma, la espada se encontraba lejos.

Longze Jing Tian vio el par de manos, y dirigió sin piedad su espada hacia esos.

Wanyan Kang rodó su cuerpo y volvió a subir a la plataforma, con los pies pateó la espada y provocó un estallido de luz dorada. Longze Jing Tian descubrió que cada zapatos tenía cada uno una daga brillante.

—¡Oh no! —gritó Longze Jing Tian al ver que las dagas volaban hacia él.

Murong Qi Qi entendió lo poderosas que eran sus piernas. ¡Es rápido, despiadado y siniestro! Atacó con rapidez la parte inferior de los muslos de Longze Jing Tian. ¡Cada ataque era mortal!

Su Mei suspiró de alivio, en su corazón, le reprochaba a Wanyan Kang por preocuparla. ¡Deja de ir hacia los problemas!

En solo un instante, Longze Jing Tian se convirtió en el derrotado, sus doloridos pies se convirtieron en el blanco, con cada paso que daba dejaba una impresión de sangre roja brillante en el suelo, la audiencia se puso de pie.

¡No puede ser así! ¡No puedo perder! Longze Jing Tian apretó los dientes. ¡¿Cómo pudo perder ante el príncipe de Bei Zhou?! ¡Era una vergüenza!

Un nuevo ataque llegó, él no se escondió ni lo esquivó y sus piernas sufrieron cortes.

—¡Wangye! —Murong Qing Lian chilló.

Longze Jing Tian soportó el dolor y aprovechó la cercanía de su oponente para apuñalarlo con la espada; lo empujó al borde de la plataforma.

Wanyan Kang lo admiró un poco por su determinación.

Como no pudo esquivar la espada la tomó con su mano izquierda.

—¡Ah …! —exclamó alguien en la audiencia.

Longze Jing Tian no se detuvo; su espada perforó y atravesó la mano de Wanyan Kang. Estaban cara a cara con una distancia de un dedo entre ellos.

Wanyan Kang se rió y un mal presentimiento se posó en el corazón de Longze Jing Tian.

—¡No eres el único que sabe cómo romperse un brazo para protegerse!

El puño derecho de Wanyan Kang golpeó el pecho de Longze Jing Tian.

¡Explosión!

Longze Jing Tian salió de la plataforma; Wanyan Kang lo miró con una expresión seria, tiró la espada y de la palma de su mano la sangre de su palma goteaba en el suelo.

—¡Perdiste! Sin embargo, ¡eres un oponente admirable!

Wanyan Kang bajó de la plataforma, Su Mei corrió hacia él, le tomó la mano y vi los huesos expuestos. viendo el corte hecho con la espada y los huesos expuestos.

—¡Eres un tonto! —Lloró de dolor.

—Cariño ¿estás llorando por mí? —Con el dedo limpió sus lágrimas y se las llevó a la boca—. Las lágrimas son amargas. ¡No me gustan! ¡En el futuro, no llores más! ¡Me gusta más cuando eres feroz!

Sus palabras fueron crueles, Su Mei lloró aún más.

—¡Tú,bastardo! ¡¿No entiendes cuanto me preocupas?!

 Su regaño lo puso de buen humor.

—Cariño, si no me curas la mano, ¡me temo que no podré usarla en el futuro! —Hizo una expresión de dolor.

Su Mei se lo llevó para vendarlo.

Por el otro lado, Longze Jing Tian también fue escoltado de regreso a su asiento, las lágrimas rodaron por los ojos de Murong Qing Lian.

—La herida no llegó a los huesos. ¡Es algo superficial! —declaró el médico después de vendarle los pies.

Sus palabras no la consolaron, ella todavía sentía dolor en su corazón; por su temor a las ratas él la había llevado a través de la cadena. Sus pies se lastimaron y había sido intimidado en la competencia por el bastardo Wanyan Kang.

—No llores más. ¡Prepárate para dar una buena batalla!

Longze Jing Tian estaba abatido, perdió la esperanza de ganar el torneo. Su intuición le decía que Murong Qing Lian perdería ante Murong Qi Qi.

Murong Qing Lian desconocía que Jing Tian se preparó para la derrota; su aliento aumentó su confianza más del cien por ciento.

—Wangye, no te preocupes. ¡Sin duda ganaré!

Murong Qing Lian estaba empeñada en ganar y vengar a Longze Jing Tian, se quitó sin prisa su abrigo de piel de zorro y subió a la plataforma a paso lento.

Murong Qi Qi vestía ropa roja el color cálido y desenfrenado hizo que se viera inteligente y refinada, como si una orgullosa flor de ciruela roja estuviera floreciendo en invierno.

—¡Finalmente llegas! —Murong Qi Qi la recibió en la plataforma; se rió con una expresión amargada

El rostro tranquilo de Murong Qi Qi la hizo enojar; sacó con suavidad su espada y liberó lentamente su poder.

—¿Será así desde el inicio? ¡Ya que te has puesto seria, te acompañaré! —Con tranquilidad, mostró la muselina roja con la que luchó con Guli.

Jia Lan asintió.

—¡Tu actitud está mal! ¡No sé cómo será el resultado!

—Sir Jia Lan, ¿quién cree que ganaría? —Jin Yu se paró junto a Jia Lan y preguntó mientras observaba a las dos mujeres en la plataforma.

—Murong Qi Qi —contestó sin vacilar.

—¿Por qué? — Jin Yu estaba sorprendido.

—Intuición.

—Pero la perla que encontramos en el sexto piso ¡Provenía del collar que le pertenece a Murong Qing Lian!

Ese par de hermanas se despojaron de todas las pretensiones de cordialidad, no dijeron palabras de cortesía, y se pusieron serias cuando sonaron los tambores.

Era el último duelo y también el más crítico del torneo de los cuatro países. Bei Zhou tenía dos victorias y estaba a la cabeza, pero si Murong Qing Lian ganaba, se realizaría una competencia más.

Todos vieron con claridad que Murong Qing Lian era el quinto nivel azul. Con sus quince años, llegar a ese nivel era muy bueno. Por otro lado, Murong Qi Qi no tenía energía y se rumoreó que era una basura.

Meli
¿Con 15 años ya eres tan venenosa?

¿Podría lidiar con la competencia? Esta pregunta rondó por los corazones de los ciudadanos, quienes miraron sin pestañear a las hermanas de la familia Murong querían saber quién estaría un nivel por encima de la otra.

Murong Qi Qi no tuvo compasión, comenzó la batalla, envió la muselina roja directo Murong Qing Lian.

Murong Qing Lian sintió el peligro, la atacó a gran velocidad, no pudo mover su cuerpo para esquivar la muselina roja que golpeó con fuerza su trasero y la hizo gritar en voz baja por el dolor.

—¿Te dolió? —Murong Qi Qi reveló una sonrisa malvada pero hermosa—. ¡Hay cosas más dolorosas por venir!

Una vez más, la muselina roja le golpeó el cuerpo, la fuerza fue más marcada, Murong Qing Liang golpeó el suelo.

Ella no había hecho algún movimiento, pero la otra parte ya la había enviado al suelo. Los ciudadanos que antes le temían se burlaron y vociferaron que era una debilucha.

—¡Murong Qi Qi! —Se quejó, fue humillante y vergonzoso que le pegara en el trasero en público.

Murong Qi Qi no respondió en cambio, movió la muselina roja en su mano y una vez más la dejó ir. Los extremos de la espada eran como dos serpientes de color rojo fuego con bocas ensangrentadas, queriendo devorarla.

Murong Qing Lian se preparó, antes de que el golpe llegara, rodó hacia el otro lado. El arma chocó en el suelo, rompió la piedra en pequeños pedazos. Una de las piezas impactó la cara de Murong Qing Lian, que se hinchó de inmediato.

La intención de Murong Qi Qi no era hacerla bajar de la plataforma, ni darle una lección, ni siquiera darle la oportunidad de suplicar piedad ¡quería matarla!

Hubo muchos casos de participantes que murieron en el torneo de los cuatro países. Sería un asunto menor si matara a Murong Qing Liang.

El arma siguió y golpeó con precisión a Murong Qing Lian una y otra vez. Esta vez no jugó como en su duelo con Guli.

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