La Dama del Señor Lobo – Capítulo 17: La otra vida, de ti y de mí

Traducido por Maru

Editado por Meli


Me di la vuelta al escuchar la voz del viento llamándome.

En medio del jardín de flores, donde florecían profusamente flores en una miríada de colores, vi una gran sombrilla blanca. Rodeando la mesa circular debajo de ella, todos estaban allí.

Levanté la tela de mi falda que parecía tan larga que se enredaba con mis piernas. Me preguntaba por qué… Usaba este tipo de vestido todo el tiempo, pero de alguna manera lo encontraba un poco molesto ahora. Inclinando el cuello llego al lugar donde está mi familia.

—Debes tener hambre, ¿no es así?

—Mira, es tu pastelería favorita de la capital.

—Oh, tú, ven y siéntate aquí.

—Hace frío allí, ¿verdad? Siéntate bajo esta sombrilla. Hace calor aquí.

Abuelo, abuela, madre y padre estaban sonriendo.

Había cinco sillas alrededor de la mesa redonda y blanca. Una de ellos estaba fuera, inclinada en diagonal.

Mi silla.

En la mesa, había hermosos dulces alineados, hechos con el esfuerzo diligente del chef capitalino. Los pasteles no eran menos bonitos que las flores del jardín. Todos comían hasta que se llenaban las mejillas.

Cuando los veía de lado, los dulces que se estaban desmoronando una y otra vez hacia el jardín de flores, se veían deliciosos.

En los días de buen tiempo, casi todos los días, tomaba té con todos así.

Pero hoy se sentía un poco diferente de lo habitual.

Mi abuelo, agitando una botella pequeña y transparente de alcohol y mirando a través de la luz.

La abuela, mientras tarareaba una canción, hacía bordados en azul oscuro con muchos tipos de violeta.

Padre, que por lo general apagaba su cigarro tan pronto como comenzaba a fumarlo, ahora mordía el cigarro en la boca sin encenderlo.

Madre, que en comparación con lo habitual, no llevaba un accesorio de pelo brillante, se miraba al espejo con una cara tan feliz mientras peinaba su cabello a mano repetidamente.

Esas eran sin duda las escenas habituales, pero mi pecho se sentía tan sofocado que me dolía. Era tan doloroso que parecía que el agua se iba a desbordar.

—¿Qué pasa?

—¿Dónde duele?

—Lo tienes mal, date prisa y siéntate.

—¿Dónde duele? Ven, deja que tu madre lo mire.

Me di la vuelta para mirar a todos cuya expresión rápidamente se transformó en tristeza.

Cuando escuché una voz diferente a esas personas, mis labios se movieron.

Si tuviera que darle un nombre a esta cosa dentro de mi pecho, se sentiría tan lleno de devastación que no podrías respirar. Ahora, sin importar cuántas veces inhalara para llenar ese vacío allí mismo, ya estaba completamente lleno y el aire se veía obligado a salir.

Esta era la escena habitual.

Lo habitual, lo mundano.

Una dulce ilusión.

Las palabras que quería soltar se veían obstaculizadas por el agua que se desbordaba de mis ojos.

Abuelo, abuela, padre, madre…

Quería preguntarles a todos sobre muchas cosas.

Para mi familia que me miraba con expresión preocupada, formé las palabras sin hacer ruido.

¿Por qué todos me criasteis y no me enseñasteis con justicia?

Oprimiendo a las personas, pisoteando su dignidad, descuidando sus vidas, tomando solo por su egoísmo. ¿Por qué todos, que hicisteis todas esas cosas, me dijisteis que estaban mal? ¿Por qué me enseñasteis que esas cosas que hicisteis no eran naturales ni perdonables, que ciertamente eran malas y no justas?

Yo era la única hija, por lo que si me casaba con Wil en ese momento, entraría en su casa y nunca saldría de allí. Y luego, hasta el día en que yo muriera, hasta que Laius muriera, viviría en ese jardín en miniatura. Solo tomaría lo que veía, solo pediría los que me mostraseis. De esa manera, habría vivido sin siquiera saber que mi familia era mala.

Por eso, me deformaba sin darme cuenta.

Abuelo, abuela, padre, madre…

¿La razón por la que nunca me dejasteis salir fue porque no queríais que supiera que erais malvados? ¿Os arrepentís de haberme enseñado que los males eran buenos?

Trata a las personas con amabilidad y delicadeza. Nunca uses palabras ofensivas. Nunca odies a la gente. Nunca golpees a alguien. No hagas las cosas que no me gustaría recibir a otra persona. Incluso si no tengo ningún interés en algo, hay otros que pensarán en ello como algo precioso, por lo que nunca debo menospreciarlos. Nunca le quites la posesión preciada de otra persona. Nunca hagas cosas turbias. Creamos en alguien que no tiene una mente astuta. Nunca dudes de alguien ni sospeches de su buena voluntad, y siempre pongámonos una sonrisa. Experimentemos las cosas de primera mano, en lugar de solo escuchar las experiencias de otra persona. Pensemos positivamente. Divirtámonos con todos. Creamos en la bondad de la gente.

Me enseñasteis todo eso. Cada uno tenía su conjunto de valores, por eso no debía negarlos. Tratemos a la gente con amabilidad. Seamos amables. Seamos un niño bueno y amable. Para que le guste a la gente, tengo que ser un buen niño.

Sí, siempre dijisteis esas cosas.

Al final entiendo esa cosa deformada.

Vuestra boca que me dijo esas cosas, esa palma que usasteis para frotarme la cabeza, esos pies con los que corristeis cuando me caí. Qué hicisteis con esas cosas.

Pero aun así, ¿por qué no pensasteis que erais justo? ¿Por qué nunca dijisteis que oprimir a la gente era perdonable para aquellos en nuestras posiciones?

Si solo lo hicierais, si solo me criarais de esa manera, sería solo un alma que no supiera nada más que rencor. No creería en la bondad; resentiría, maldeciría, envidiaría esas sonrisas, la calidez de esa gente; esas cosas no serían valiosas para mí.

¿Qué era exactamente yo para todos vosotros?

¿No pudisteis cambiar? Incluso mirándome, ¿no pudisteis?

Mi visión estaba borrosa, no podía ver a mi familia. El agua que fluía de mi pecho, seguía saliendo de mis ojos.

¿Podía creer que, en el momento en que me predicasteis esas virtudes, no fue como si no sintierais nada? ¿Podía pensar que todos erais seres humanos, incluso solo en esos tiempos? La amabilidad que me mostrasteis, por qué, a los demás, por qué, al menos, la razón por la que dejasteis de ser inhumanos, por qué no pudisteis hacer eso, no podía dejar de pensar en ellos.

Si hubiera algo que pudiera haber hecho.

Yo, al menos, seguramente, podría haber hecho algo. Podría haberme preguntado, luego podría haberme dado cuenta, podría haberle advertido que no lo hiciera. Si solo…

Si pudiera, ¿todos seguiríais existiendo en este mundo?

¿O no había nada que pudiera hacer para cambiar el resultado?

No lo sé. Ahora nadie lo sabría.

Mi familia, durmiendo bajo tierra, sin preocuparse por mis pecados.

Sus manos me habían liberado, en la tierra de Laius, donde las flores volvían a florecer.

Rostros preocupados, voces suaves.

Mi familia llamaba mi nombre.

Desde entonces, fuisteis los únicos que me llamaban por ese nombre. Me pregunté por qué nunca nadie me llamó por mi nombre, pero si alguien lo hiciera, seguramente no sería perdonado. Todos no lo perdonaríais. No perdonaríais a nadie más que a nuestra familia por estar conmigo. Solo me di cuenta ahora de que no fue solo porque me iba a casar con Wilfred que me criasteis sola como la única hija.

Fuisteis los únicos que me llamaban por mi nombre. Pero todos os habíais ido ahora.

Por eso, llevadme así. Solo matadme, así.

Realmente me encantaba lo bonito, lo hermoso que era el hechizo y el sonido de ese nombre.

Por eso, de alguna manera, por favor no me dejéis volver a la vida, llevadme.

El agua fluía hasta el fondo de mis oídos.

No sabía desde cuándo, los pétalos de las flores se habían dispersado, mi silla había desaparecido. Mi familia era la única aquí que mostraba su preocupación. Su mano gentil, voz gentil, palabras gentiles, mirada cariñosa. En verdad los amaba.

En el lugar del jardín de flores desaparecido, una flor floreció en soledad. Una sola flor.

La flor que se balancea en el agua, como bañada por el sol, cantando una canción al viento, florecía feliz.

Sin embargo, no importaba cómo, no podía ver el color. La flor se abría, incluso podía contar la cantidad de pétalos que contiene, pero el color era lo único que no puedo captar.

—Gracias…

Gracias por darme a luz.

Gracias por criarme.

Como abuelo, como abuela, como padre, como madre, gracias por estar a mi lado.

Lamento no poder dar nada a cambio. Lo siento, no pude hacer nada. No podría convertirme en nada, por nada, en algo que podría haber detenido vuestra ruina, lo siento mucho, mucho.

Y…

—¡…ita!

Lo siento.

Lo siento, no tengo la capacidad de odiar. Me encanta. Lo siento.

A pesar de que tanto deseaba estar a vuestro lado en estos quince años, aunque todavía no podía ver mucho el significado de esta vida.

Quiero vivir, quiero intentar vivir, voy a vivir.

Quiero saber muchas cosas.

Nunca salí de la mansión, en ese momento, y ahora, de Kayna, pero aun así, esta vez, quiero ver más allá, escuchar muchas cosas, esta vez quiero pensar por mi cuenta.

—¡Mi señora!

—Ojalá pudierais perdonarme.

De alguna manera, desearía que pudierais perdonar este egoísta deseo mío de vivir con él.

—¡Mi señora!

El aliento que inhalé estaba bloqueado por el agua que llenaba mi pecho, incapaz de llegar a los pulmones. Mi atención se centraba en el intenso dolor que atravesaba mi pecho, mi estómago vomitaba el agua con la misma fuerza. Giré mi cuerpo hacia un lado por reflejo, tosí con violencia agua o aire, ya no sabía cuál.

Los brazos que sostenían mi cuerpo casi completamente agachado y tosiendo me hacen inclinarme hacia abajo para que pueda respirar mejor. Después de exhalar por un rato, el dolor ardiente en mi garganta y pecho finalmente apareció, me daba cuenta de que había estado tosiendo hacia Kaid, quien me ha estado abrazando.

—E-Está sucio.

—Ese tipo de cosas no son importantes, ¡así que déjelo salir todo!

—He tosido… todo.

Después de vomitar todo, mientras mi tos se secaba con nada más que aire, sentía el dolor ardiente en mi garganta repetidamente maltratada. Dentro de mi nariz, debajo de mis oídos, dentro de mi cabeza, todo dolía como si el agua corriera por ellos.

El latido sordo en mi cabeza me decía que había una sensación de ardor en mi cuerpo. Incluso la respiración dolía.

Kaid, que me apoyaba por la espalda incluso cuando no sabía si estaba tosiendo o respirando, disminuyó su fuerza después de asegurarse de que no me desmayaría.

Sus brazos me mostraban alivio, así que empecé a calmarme también. Cuando miraba a mi alrededor, me daba cuenta de que estábamos en una zona de cavernas. Era un rincón de semicírculo en un acantilado de roca. Intentaba volver al lugar anterior, pero no podía sacar fuerzas de mis piernas debido al agua, que entró en mí. Mientras tanto, la madera flotante y la hierba se lavaban aquí una y otra vez. Más allá de eso, en el escenario de un amplio rincón de medio círculo, no pasaba agua ligera o fangosa.

Por lo general, ¿no debería secarse este tipo de lugar? Me distraje mirando el musgo que crecía sorprendentemente en la superficie del suelo. Sin embargo, más que constantemente seco, era más como si el agua no llegara a ese lugar.

—¿Dónde está esto?

—En Kolkia. Es un lugar llamado Bolsillo de la Fortuna. Hay muchas cosas que caen al arroyo para lavarse aquí. Hay un viejo amigo mío entre los que lideran la búsqueda, definitivamente mirarán este lugar antes que cualquier otro.

—¿Y Wil?

No importaba cuánto miraba a mi alrededor, no podía encontrar esa pequeña figura suya. Kaid negó silenciosamente con la cabeza.

—Este lugar es tan pequeño como un bolsillo, pero…

Kaid ocultó levemente sus ojos.

—¿Se negó a ser salvado? Ese idiota.

—Esta corriente, ¿a dónde conduce?

—Darich.

—Oh…

—Ya sea que lo salve o no, con ese tipo de fuerza de voluntad, regresará arrastrándose del continente muy pronto.

Kaid lanzó una mirada complicada y se rascó la nuca adolorida.

Al llegar a ser cómplice de Joblin, Wilfred estaba obsesionado con Laius. Si Joblin era honesto, estaba siendo perseguido por la hija de Joblin. En Darich, probablemente podría vivir como solía hacerlo, pero para él, no era bueno si no fuera Laius.

Llevamos a Laius a su ruina. Pero aun así, este lugar seguía siendo nuestro lugar de nacimiento. Aunque fuimos castigados y rechazados por el ciudadano de Laius. No, era porque nos rechazó Laius, que no podíamos volver a ningún otro lugar que no fuera aquí.

Si continuaba ahora, si había una próxima vez para él, seguirá apuntando a este lugar. Incluso si nace en Laius y vivía como ciudadano de Laius, seguirá apuntando a Laius. Aunque no tenía otro, ningún otro lugar al que pudiera regresar, viviría para apuntar a Laius, y solo a Laius.

No sentía nada hacia él. Sin duelo ni tristeza, sin ira ni compasión. No se ajustaba a ninguno de los dos. Todavía no podía decidir qué tipo de emoción debería sentir hacia él.

Cuando mis ojos se fijaron en un chapoteo particularmente violento de olas, me levanté lentamente. Mis ojos notaron el color dorado.

—¿Mi señora?

Mis manos estaban mojadas. Tosí toda el agua con todas mis fuerzas hace un momento, tenía barro por todas partes, sentía frío a medida que baja la temperatura.

Por eso es inútil.

Lo sabía, pero mis manos no podían parar.

Sin ninguna fuerza, apreté los dientes y levanté desesperadamente mi palma, y ​​Kaid no se movió para evitarlo. Mi palma llegó a su mejilla manchada de barro. La mejilla cuya temperatura se siente ardiendo hasta mi palma helada, me pregunto si se siente caliente porque tengo frío.

El calor de su cuerpo viajaba a mi palma, mis lágrimas brotaban.

—Estás vivo…

—Sí, estoy vivo.

—Eres Kaid.

—Sí, soy yo. Isador estaba tan molesto, diciéndome que renuncie al nombre de Señor Lobo, que debo ser llamado Señor Elefante ya que gané contra un asesino de osos, pero por el momento, estoy vivo.

—Escuché la noticia de tu muerte.

El pueblo se cubrió de negro, el lamento volcó el cielo.

Incluso ahora, todavía no podía creerlo, pero una mano grande tomó la mano que solía tocarlo. Con esa mano agarrando la mía, lentamente bajó mi mano.

—Es cierto que morí una vez. Confirmaron mi muerte, pero… era Carolina.

—¿Caron?

Se agarró el pecho, como si recordara algo.

—Es demasiado pronto, si mueres así, a mi amable señora probablemente le importará y no se enojará, así que la dama que acaba de descansar adecuadamente maldecirá y se enojará y ya no estará en paz, así que intenta morir ahora. Mientras lloraba, dijo esas cosas y me golpeó el pecho con tanta fuerza que fui resucitado. Aunque mi respiración había regresado, ella no se dio cuenta y me dio un golpe más fuerte por segunda vez… La próxima vez, dejaré este asunto de la reanimación en manos del médico.

—Lo… bueno de Caron es… toda su fuerza.

Si tenía que darle un nombre, “feroz” sería correcto, pero ¿por qué creía que esa palabra todavía no podía resumirlo todo?

Esos ojos dorados se abrían de par en par y me miraban, que no sabía qué tipo de rostro podía mostrarle.

—Mi señora, por favor, beba un antídoto más tarde.

—¿Por qué?

—Su corazón se detuvo una vez.

—Ah… No me extraña que volviera a ver a mi familia. Pero… ¿me revivió el veneno?

Nunca había oído hablar de ese tipo de reanimación, pero había muchas cosas en este mundo que aún no sabía. Más bien, no era exagerado decir que estaba compuesto por cosas que no conocía.

Kaid torpemente volvió la cara.

—Pensé que esperar el rescate sería demasiado tarde, así que hice la reanimación. Debido a que existe la posibilidad de que el veneno no haya desaparecido por completo de mí, asegúrese de beber el antídoto por si acaso.

—Gracias…

Cuando me di cuenta, me moví sin sentido. Siento que mis mejillas se están calentando. Sería malo si me sonrojaba, así que las cubrí con ambas manos. Mis mejillas están mojadas. Por supuesto. Me estaba ahogando hasta ahora, por supuesto que estaban mojadas.

No importaba cuánto tiempo esperara, no parecía que mi cara estuviera seca, así que quité las manos de mi cara y agarré con fuerza mi pecho, que había estado palpitando de dolor durante un tiempo. Sucedía que conocía múltiples causas de ese dolor, pero de alguna manera, empezaba a pensar que no eran la única razón.

—Kaid, me duele el pecho.

—Perdóneme. Lo hice con la cantidad adecuada de potencia, durante un tiempo, pero no hubo respuesta, así que aumenté la potencia. Existe la posibilidad de que fuera lo suficientemente fuerte como para crear fisuras en las costillas… La fisura sería culpa mía, pero también es demasiado delgada, sus huesos están demasiado débiles por la desnutrición. Por favor coma bien.

—Sí, gracias.

—No estoy diciendo que tenga que comer mucho a la vez, pero aumente la cantidad de comida que come, poco a poco. Y carne. Si no es buena con la carne, entonces el pescado también es bueno.

—Sí.

—El jefe de cocina, piensa que una mujer joven comerá si la comida es bonita, así que comenzó a cortar gatitos de zanahorias y creó duendes. Si es posible, cómalos como están. Su sabor es de primera clase, pero su sentido del plateado es inexistente. Es un genio, uno que se desafía regularmente a sí mismo en el tallado de alimentos, lo que puede aturdir a los clientes, así que téngalo en consideración.

—Sí.

Solo podía asentir con la cabeza a Kaid, quien de repente comenzó a hablar largo y tendido. No estaba sorprendida ni desconcertada. Realmente no podía hacer nada más que asentir.

—Ah, eso es correcto. Quiero hacer una solicitud para cambiar el nombre del Festival de la Liberación. De ahora en adelante, quiero que se llame Festival de la Resurrección. Creo que el Festival de la Liberación del Lobo es demasiado, pero solo soy yo. Mi señora, ¿hay algún tipo de nombre que desee?

Planeaba simplemente asentir y decir que sí.

Pero cuando pienso que probablemente no sea una respuesta adecuada, ya no podía hablar.

—Por favor, no llores…

Debería haber tosido toda el agua, pero no pude evitar que esto se desbordara. No se acababa, no importaba cuánto lo derramara, se sentía aún más natural en este mundo que respirar.

Me estaba encerrando en los brazos de Kaid que me había estado tocando, llenándome de una fuerza inquebrantable. Así, una vez que la calidez del abrazo que me apretaba para que no me hirieran se esparcía hacia mí, ya era inútil.

Así es, estaba llorando. No podía averiguar cuándo empezó, pero ya no podía detenerme aunque quisiera.

—Pensé que estabas muerto.

—Por favor perdóneme. No tengo tiempo para arreglar muchas cosas, así que la primera noticia no se corrigió. Hice mi movimiento solo con mis ayudantes más cercanos. Es mi culpa decidir por mi inexperiencia… ¡Mi señora, mi señora, mi señora!

Desesperadamente levanté mi brazo, aferrándome a él. Estaba tibio. Estaba vivo. Esta calidez, los latidos del corazón que podía notar al tocarlo, me mostraban los signos de la vida, y eso hacía que no pudiera dejar de llorar.

Estaba agarrando su ropa mojada y abrazándolo con fuerza ignorando el dolor en mi cuerpo, pero Kaid se retira suavemente.

—Mi señora, yo… Sé que no tengo la calificación para discutir con usted, ni tengo los derechos para perseguirla. Pero… pero, mi señora… ¿Puedo tratar esto como la otra vida? ¿Puedo tener mi vida ahora como la próxima? ¿Me perdonará si empiezo aquí? Ahora mismo, la promesa que me hizo, ¿puedo aferrarme a ella?

Su postura ahora, ni siquiera era la de un caballero ni la de un criado.

Con su cuerpo empapado y desgastado, estaba de rodillas, sus dos grandes manos estaban temblando, agarrando mi mano débil… mis dedos, apenas. Estaba agarrando solo una pequeña parte de mi cuerpo, una parte tan grande que apenas cubría un dedo del pie, pegando su frente, su cuello caído hacia abajo, asomando en silencio.

—Te quiero. Estoy enamorado de ti.

Ahora mismo, ¿qué luz transmitía ese color dorado?

—Te quiero.

No importaba qué, quería verlo.

Sus dos manos, que habían estado agarrando las mías, se retiraron lentamente… permanecían allí, en realidad. Me pregunté si estaba demasiado débil para poner la fuerza en mi mano, pero no importaba cuánto lo intentara, no se movía ni una pulgada, como si nuestras articulaciones se fusionaran. No era que estuviera tan débil, pero parecía que no podía poner la fuerza suficiente para encogerme de hombros, no importaba lo que hiciera. Estaba asombrada, parecía que mis costillas estaban realmente rotas.

Dejé de intentar recuperar mi palma, luego suspiré.

—Estoy preocupada…

Sorprendida, su gran figura estaba temblando. Con la otra mano que él no sostenía, de alguna manera ya estaba tocando su mejilla helada que saltó de sorpresa.

—Ya tenía planeado seducirte.

Luego, el tiempo pasó por cinco segundos completos.

El cuerpo inmóvil se movió de nuevo. Le sonrío a la cabeza que se levantaba lentamente.

Molesto o perturbador, Kaid se estaba abriendo, podía ver la base de su cuello y su clavícula. Miré la flor azul que se balancea en su pecho, lo que naturalmente me hacía sonreír tanto que incluso me sorprendía a mí misma.

—Por fin pude ver tu cara. Te has vuelto aún más como Helt ahora, Kaid.

—¿Mi señora…?

Su expresión se había vuelto más masculina, la redondez infantil había desaparecido y su semblante estaba más demacrado ahora. Y, sin embargo, parecía que Helt estaba aquí. Esa mirada tontamente boquiabierta en su rostro se veía increíblemente adorable, y pensar así, ciertamente ya estaba desesperado.

Sin advertirle sobre su expresión suelta y espontánea, toqué la flor que se balanceaba en su pecho.

—Mis palabras para Jasmine fueron muy crueles, pero… ella te las entregó.

—Si hubiera dicho que lo iba a tirar, ella no podría recogerlo. Sin embargo, dijo que lo iba a dejar. Que lo dejaba aquí. Por eso, lo recogió y me lo entregó… El significado de la flor hace que no esté dispuesta a devolvértelo, pero esta es la conexión entre usted y Jasmine, así que se lo devuelvo.

Me asombré cuando, de mala gana, quitó la nueva cadena. Me la había arreglado.

—Kaid, ¿sabías sobre el lenguaje de las flores?

—En el pasado, mi señora me pidió que adjuntara la flor del jardín a algo… así que lo estudié. Aunque, después, no tuve más interés que estudiar si era venenoso o no, si daría frutos más tarde o no y si sabría mal.

—No, no es como si quisiera decir el significado de todas las flores.

—Lo sabía, pero un hombre es alguien que se aferrará a lo que recibe de su primer amor, ponderando si la flor tiene algún significado o no.

Pensé que una mujer no era tan diferente, pero estaba acorralado de repente.

Kaid miró mi rostro sorprendido con una expresión extraña.

—¿Mi señora?

—¿Primer amor?

—Eso es correcto.

—No sabía eso.

—Ya veo. Ni siquiera yo sabía que mi señora estaba pensando en seducirme. ¿Está permitido? Ahora mismo, de verdad, estoy tratando esto como mi otra vida.

Era agonizante, cada una de sus palabras, dichas con cautela. Estaba tan lleno de nostalgia, tanto que dolía.

—Incluso si no es la otra vida, está bien, está bien ahora. Lo siento, estoy bien con eso, está bien, Kaid.

Dibujé su rostro con ambas manos mientras sus ojos dorados se abrían de par en par.

—Te quiero.

Te anhelo.

Tú eres mi tesoro.

—Quiero vivir contigo.

Perdí mi hogar, me separé de mi familia, me perdí de vista.

Aun así, este amor es lo único que no dejaré que desaparezca.

—Quiero saber muchas cosas. Sobre otros pueblos, sobre el pueblo donde se puede recoger ese delicioso té. Esta vez voy a ver y conocer muchas cosas, quiero vivir. Quiero saber sobre todos… y también sobre ti.

Una gota de lágrima manchaba su mejilla. La lágrima que cayó de sus ojos dorados bien abiertos recorrió su mejilla y luego cayó de su mandíbula. Siguiendo el mismo camino, mis lágrimas también se desbordaron, rebotando en el suelo.

Abrí la boca, pensando en decir algo, pero volví a cerrar los labios temblorosos.

Era la primera vez que veía llorar a un hombre adulto. Además, esta era la primera vez que veía a alguien con lágrimas desbordantes sin siquiera darme cuenta.

—No llores, Kaid.

—Usted también está llorando, mi señora.

—Eso es cierto, somos compatibles.

Chocando nuestras frentes, nos reímos juntos.

—Mi señora, cumpliré treinta pronto, ¿importa?

—Un hombre mayor es bueno.

—¿Eso significa que un hombre más joven no es bueno?

—Tú, tienes una personalidad bastante problemática, ¿no es así?

Me eché a reír ante el puchero infantil de Kaid. Ya que pensaba en este hombre que pronto cumplirá treinta años como alguien irresistiblemente lindo, el amor era algo problemático. Y, como esperaba, era algo maravilloso.

Kaid, cuyo rostro se volvía cada vez más constreñido por el hecho de que se reían de él, era tan encantador, tan encantador, que quería hacer algo que no podía hacer en el pasado debido a la vergüenza.

Su rostro que me miraba ya está maravillosamente cerca, luciendo confuso, así que me moví para tomar sus labios.

—No puedes, mi señora. Hay veneno.

—¿Qué estás diciendo ahora, cuando ya me has dado reanimación boca a boca?

—Eso es… bueno, cierto, pero… Lo dijo mientras se sonrojaba

—Eso es porque me detuviste… ¿y no te sonrojas también? ¿No tienes, como, qué, treinta?

—Casi, pero todavía no… Por favor, deténgase. El complicado primer amor de un hombre no es algo para ser objeto de burla.

—Pero soy una mujer que también experimentó un primer amor complicado, así que somos pareja.

Kaid miró hacia abajo, con una mano en mis labios y con la otra cubriendo su propio rostro. Por los huecos de sus dedos, podía verlo haciendo un gemido, no, ni siquiera podía decir si era una voz o un sonido en primer lugar.

—Así que eso es todo, ese es el camino.

Después de suspirar tan profundamente que parece que sus pulmones se vacían, Kaid levanta la cabeza.

—Voy a decir esto porque no pareces tener conciencia de ti misma, pero bajo la base de la pureza, inocencia e inmadurez de una niña protegida, junto con una magnanimidad aristocrática, una disposición natural de sinceridad y dulzura desplegados generosamente, irradiándolos a tus sirvientes sin discriminación alguna, los sirvientes se sintieron en una situación complicada. No pude decir esto, pero para que el final sea el final, los sirvientes que tenían intimidad con usted, mi señora, se sentían complicados. Por favor, sepa que nada de esto fue solo una de sus fallas.

No entendía el sentido de lo que Kaid quería decir, pero por el momento, comprendí cuando me llamó chica protegida. Por ahora, creo que era mejor esperar hasta que dijera todo lo que quería decir hasta el final. Esperando obedientemente que continuara, Kaid envolvió mis mejillas con ambas manos. Estaba haciendo lo mismo que yo le hice hace un momento.

—Siempre estuvo en mi mente, pero, si se agregara fuerza a eso, se habría convertido en una bruja increíble. Mirándola ahora, su familia estaba haciendo lo correcto para protegerla.

—¿Qué quieres decir…? ¿Se trata de que me llamen la bruja de Laius? ¿No como una flor infructuosa?

—Por favor, deje de irradiar a esa escala. Por favor, enseñe eso solo a mí.

—Solo para Kaid… ¿Me acabas de decir que me convierta en la Bruja del Lobo? ¿Ser el demonio?

Me pregunté si fue por lo presuntuosa que era comparado con una flor. Por mucho que no creyera que me odiaran tanto hasta el punto de condenarme póstumamente con un nuevo apodo, quería entender los sentimientos de Kaid, pero como pensé, no entendía lo que estaba tratando de decir, en absoluto. .

Le conté la esencia del asunto y Kaid gimió de nuevo.

—Estoy diciendo que incluso si vive en la calle, mi señora es de hecho mi señora.

—¿Y eso significa?

Ese color dorado se acercó.

—Eso significa que me pregunto si me sentiré con sentimientos complicados durante toda mi vida.

El contacto solo duró una fracción de segundo, pero para poder hacerme sentir tan eufórica, el amor era realmente problemático.

E incluso esa molestia era buena. Incluso más que eso, era preciosa. Este sentimiento que no era ni anhelo ni amor, vacío o miseria, tristeza o alegría brotaba de mi pecho y, sin embargo, también estaban todos mezclados. Se convirtió en lágrimas que caían de nuestros ojos, que no veíamos, que ninguno de los dos notamos en nosotros mismos.

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