Traducido por Dea
Editado por Damian
El lugar al que Ferdel me llevó estaba fuera del palacio. Era una mansión que se encontraba dentro del castillo.
Por primera vez en mi vida, me estaban dando una buena vista del palacio. Así como del lugar donde vivían los civiles dentro del castillo. Nunca antes había visto nada como eso, por lo que no me di cuenta que Ferdel me había secuestrado mientras veía el nuevo mundo.
Al principio, me sentí avergonzada. Debí haber llorado cuando salí del palacio, pero estaba fascinada por las cosas nuevas que se presentaban ante mis ojos.
Oh, estoy tan jodida.
De cualquier manera, es maravilloso.
Vagamente me imaginé una ciudad de guerra en ruinas, donde era difícil vivir, pero a lo que me enfrenté fue a la riqueza y la abundancia del Imperio Agregiant.
Obviamente, sé que soy rica, pero pensé que solo era posible porque soy una princesa. ¿Qué es esto de todas formas?
El reino que vi iba mucho más allá de mi imaginación.
No podía creer que esa fuera la imagen de un lugar construido por el imperialismo.
La riqueza de más de una docena de colonias desbordaba en el imperio. Entonces, me di cuenta porqué los soldados de Agregiant, armados con un cuchillo-lanza, trataban de invadir otros países.
Era difícil detenerse luego de haber probado un fruto tan dulce. Daba miedo de muchas formas.
—¿Qué hay de Silvia? —preguntó Ferdel.
—Ella está en el jardín —le respondieron.
El sitio al que Ferdel me llevó era una enorme mansión. Era imposible saber en dónde estaba porque no podía leer, pero no era un lugar donde la autoridad era débil.
Sin embargo, ¿sería que estaba un poco acostumbrada? Era como si aún me encontrara jugando con mi pelota en mi sala de juegos. . Mmm, ¿cómo explicarlo?
—¡Silvia! —exclamó Ferdel.
En una mansión lo suficientemente espaciosa como para ser un castillo, Ferdel encontró el camino hacia el jardín.
¿Jardín?
Era más exacto decir que era un invernadero en lugar de un jardín. Un espacio lleno de plantas rodeadas por paredes de vidrio. Sin embargo, tal tamaño lo había visto solo en películas.
Caray, esto es asombroso.
—Silvia, di hola. Esta es la princesa Ariadna.
¿Es Silvia? ¿La mujer con la que Ferdel se va a casar?
Fui sorprendida por los ojos rosados que se dirigieron a mí, retrocediendo vagamente a mis recuerdos de la semana pasada.
—¡Oh, mi dios! —dijo ella.
La mujer, que estaba teniendo una dulce hora del té por cuenta propia, se levantó sorprendida por mi repentina aparición y dejó caer la taza. El líquido azul se derramó y dejó una mancha en el vestido blanco.
Eso parece caro. ¿Qué debería hacer?
Levanté mis cejas.
—¿Estás bien? —preguntó él.
—Sí, todo está bien —contestó ella.
La mujer pequeña y sonriente era hermosa, incluso demasiado para este tonto.
Caray, ella es tan hermosa. ¿Qué tipo de belleza es esta?
Era como si muchas flores rosas hubieran sido aplastadas y esparcidas. Debido a su piel blanca pálida, se sentía como si los pétalos de una maceta se hubiesen derretido y extendido. Lo dulce, delicado y pulcro era mi gusto.
Estoy enamorada de ti. Por favor, toma mi mano.
Era tan hermosa que quería preguntar si podía abrazarla.
Admito que algunos decían que Selena era una belleza ordinaria, pero la mujer frente a mí, sin importar cuán hermosa fuese mi madre, era tan preciosa que nadie podría superarla con facilidad.
¡Te casarás con este ángel! ¡Ferdel, maldito ladrón!
—Princesa, ella será mi esposa. Bonita, ¿verdad? ¿Verdad?
Sí, ella es hermosa.
Le dirigí a Ferdel una mirada desagradable. En ese momento, Silvia sonrió de manera tímida frente a mí.
Oh, Dios. Eres tan bonita. Su rostro está brillando…
—Princesa, esta es lady Aquileia —me la presentó.
—¡Lendaa!
Incluso tu voz es preciosa.
Aplaudí y la admiré.
¡¿Por qué es tan hermosa?!
—¡También habla bastante bien! —exclamó ella.
Oh, incluso tu sonrisa es encantadora.
Silvia me miró y me mostró una sonrisa tímida. Casi no pudo contenerse.
No sabía qué más hacer.
¿Por qué es tan bonita? ¡Eso es hacer trampa! ¡¿Cómo puede ser tan linda?!
—Me habías dicho, Silvia, que querías ver a la princesa. Esa es la razón por la que la traje. Buen trabajo, ¿no?
—Nunca te había visto tan cerca antes, princesa.
Silvia permaneció parada delante de mí, emoción en todo su rostro, y sus manos juntas. Ferdel sonrió con orgullo.
Tú, tú…
Recordaba un montón de palabras en ese momento, pero decidí admitirlo. Sí, creí que ya podía entender el porqué de su comportamiento. ¡Obviamente iba a ser un total idiota estando por casarse con un ángel como ella!
Entonces, Silvia estiró sus manos hacia mí y las abrió, tras lo que me miró y tomó mis manos con cuidado. Fue tan cuidadosa con su toque que también me torné tímida.
—¡Ella es tan preciosa! —exclamó mientras finalmente me tomaba, sonriendo con alegría.
Su acción me hizo reír también.
¿Por qué es tan hermosa? ¿Cómo puede una persona ser tan linda? Esto es un fraude.
Sus ojos eran rosados. Pensé que sería extraño tener ese color, pero ahora que alguien como ella estaba parada delante de mí, cambié de opinión. No habría otra persona que se adaptara mejor al rosa. Qué color tan tímido y encantador era.
—¿Pero la has traído con el permiso de su majestad?
—Sí…
¿Uh? ¿Qué?
Me volví hacia Ferdel ya que había dicho algo ridículo, y este asintió con la cabeza, expresión inmutable.
Wow, mira a este tipo. Es un mentiroso muy bueno. ¿Cómo puede mentir así?
—Escuché que duplicaron a los guardias en el Palacio Solay luego del intento de asesinato del año pasado, pero aun así te permitió traerla.
Verla sonriendo tan feliz hacía doler mi corazón.
Silvia, te está engañando. ¡Estoy siendo secuestrada!
Sin embargo, mi pronunciación no me permitía explicárselo.
Oh, maldición, este mundo está podrido.
—Sí, es un verdadero hombre, como ya sabes. Me lo permitió de todo corazón.
No hay duda de que es un hombre, ¡pero mi padre no permitió esto!
Por supuesto, Ferdel no solo me secuestró. Antes de secuestrarme, parecía haber escrito algo en un trozo de papel que luego envió al palacio…
Aun así, dudaba mucho que mi loco padre se quedaría sentado sin hacer nada por una simple nota.
—Pero ¿por qué la enviaría sola? ¿No debería estar acompañada por su niñera o alguien así?
—Hmm, de hecho. Me pregunto lo mismo.
Ante las palabras de Silvia, la sonrisa de Ferdel vaciló un poco, aunque mintió con calma. Luego de esa pequeña acción, ella abrió sus ojos y lo miró por un momento. Incluso eso fue increíblemente adorable.
¿Por qué te vas a casar con ese hombre? Cásate con uno mejor…
—Ferdel.
Silvia sonrió de forma tranquila, su sonrisa incluso alcanzando a sus ojos, pero ¿por qué su mirada sonriente envió escalofríos por mi espalda? Me estremecí en el momento en que ni siquiera pude decirlo.
—No estás mintiendo, ¿verdad? —continuó diciendo.
—Uh, ¿no? ¿P-Probablemente?
Ella permaneció en silencio.
Estás jodido, hombre.
El rostro de Silvia se puso rígido. Ferdel se empezó a sentir nervioso debido al pánico repentino.
Tsk, tsk. ¡Atrapado solo así!
Cuando chasqueé mi lengua, Silvia regañó a Ferdel en susurros. Él inclinó su cabeza con expresión nerviosa, como una galleta rota.
—No fue nada grave. Me ocuparé de esto después.
Afuera parecía estar demasiado oscuro, pero no me preocupé mucho por ello.
Ahora que lo pienso, ¿el primer principio del marqués de Vietervo no era “todo para la familia”? Algunas de las historias que escuché eran así.
Silvia se quedó mirando durante un buen rato y finalmente suspiró cuando terminó su letanía con expresión resignada.
—¿De verdad?
—¡Sí!
Caray, podrías verlo riendo ahora mismo.
Fue una risa tonta, pero había algo extraño en ella que derretía el corazón de la gente. Incluso yo, que estaba enfadada con él, sentía que era la mala por enojarme con este idiota. Por supuesto, por el bien de Silvia.
Ella suspiró y negó con la cabeza, para luego tolerar la locura de Ferdel.
—Pero la princesa es realmente tan tierna. También quiero tener un hijo como ella.
—¡Tú puedes! —Ferdel sonrió y sostuvo la mano de Silvia. Luego se aclaró la garganta por un rato—. Así que, por favor, ten el mío.
¡Míralo sonrojarse! ¡Ay, dios mío! ¡Mami, por aquí hay un par apunto de hacer cosas indebidas! ¡Me pone la piel de gallina! ¡Esto está fuera de control! ¡Ugh! ¡Y a ella le gusta! ¡¿Por qué tengo que estar atrapada en medio esta sucia pareja?! ¡Vayan a una habitación y bésense! Qué sucio es este mundo.
—Ella se porta tan bien. Escuché que la mayoría de los niños lloran mucho cuando van a un lugar nuevo.
—Mi princesa está bien porque es una princesa. Al fin y al cabo, es la hija de ese emperador.
—Eso es algo que no tiene sentido, pero a la vez lo tiene.
Conmigo entre ambos, me miraron con buenas intenciones.
Me resultó un poco extraño.
Es delicado, pero triste. Sí, los padres ideales que imaginé se parecían a ellos. Si hubiera nacido en esta familia, estaría mejor, pensé.
Era estúpido e idiota, pero tenía mucho dinero, a alguien que cuidaba su espalda y un padre increíblemente inteligente. Además, aquí estaba una madre cálida y de buen corazón que de alguna manera se parecía a Selena. Envidiaba al niño que nacería de los dos.
Aun así…
No puedo negar que ya abrí mi corazón a mi padre, no quiero dejarlo y ser adoptada por ellos.
Es un padre malditamente molesto, pero soy su única hija. Espera, si me pongo a pensar en ello, ¿estará mi papá bien en estos momentos? No mataría a Selena por algo así… ¿verdad?
Tenía un mal presentimiento sobre esto…
Y ahí fue cuando, de repente, se comenzó a escuchar una conmoción en la entrada.
—¡Su majestad!
Tan pronto como Ferdel escuchó el sonido, me entregó a Silvia. Entonces, corrió hacia la ventana.
¿Qué? ¡Hey! ¿Te vas a suicidar?
—¡Ferdel!
¡Su majestad el emperador!
El intento de suicidio de Ferdel terminó en un fracaso. Tan pronto como entró al jardín, Kaitel lo agarró del cuello mientras trataba de escapar por la ventana. Qué miedo daba. Silvia y yo tuvimos que tomarnos de la mano y mirarlos.
—¡Ahhh!
Antes de poder huir, el recién capturado Ferdel fue arrojado al suelo, su hombro quedando atrapado en la rama de un árbol.
Oh, eso debe haber dolido.
Ferdel no supo cuándo Kaitel le apuntó con la hoja de su espada a la garganta. La luz resplandeciente de color blanco hizo que mi corazón se enfriara.
Realmente no vas a matarlo, ¿verdad, papá?