La poseída hija del Duque – Capítulo 63

Traducido por Ichigo

Editado por Tanuki


—Cynthia. Tienes ropa de civil, ¿verdad?

—¿Eh? Sí, bueno… tengo, pero…

—Entonces ven conmigo el fin de semana.

Los ojos de Cynthia se abrieron un poco y se quedó inmóvil, sin palabras, fue Alisa quien habló en su lugar.

—Lady Lilia. ¿Eso significa que Cynthia va a ser mi acompañante?

—Sí, así es. ¿Qué te parece?

He dado órdenes, pero si Cynthia se siente incómoda al respecto, creo que está bien continuar como antes. Sé que hubo un informante masculino del lado de Lilia en el pasado. Al parecer, ese agente secreto era capaz de lidiar con cosas difíciles.

Cynthia pareció pensárselo un rato, pero luego asintió con firmeza.

—Estupendo, señora. Estaré encantada de acompañarle.

El rostro de Cynthia había cambiado al de una profesional. Me pregunté a qué se debía tal diferencia.

Al día siguiente fue la clase de siempre. El comportamiento de Lilia también fue el de siempre. La respuesta del príncipe a Lilia fue la misma que antes, como había declarado.

Lo único que había cambiado era la forma de hablar de Ray, que se había vuelto más informal.

—Lilia, quedaste primera en el último examen, ¿verdad?

Un día, cuando estaba enseñando a Ray a estudiar como de costumbre, de repente me hizo esa pregunta.

—¿Cómo estudias?

Sus ojos parecían buscar algo. ¿Sospechaba algo quería que se lo preguntará al príncipe? En cualquier caso, no había forma de responder.

¿Quién iba a creer que me enseñaba un espíritu?

[S] Lilia, eso es terrible.

[L] Estoy bromeando.

¿Cómo debería responder? Lo pensé, pero no había manera de que se me ocurriera una buena excusa. No tuve más remedio que conformarme con un tópico.

—Estoy trabajando duro.

—¿Qué? ¿Trabajo duro?

—Sí. Trabajo duro.

No dije nada malo. Desde entonces, hago lo que puedo a mi manera.

—¡Intentaré esforzarme también…!

—Ya eres el número uno.

—¡Voy a superarte, Lilia!

Le dije a Ray que podía llamarme por mi nombre, ya que tiene un estatus superior, pero por alguna razón se negó. Dijo que era porque era más fácil llamarme así.

—Sí. Estoy deseándolo.

Lilia levantó la comisura de los labios y contestó.

El fin de semana, la noche anterior a mi jornada de estudio, Tina vino a visitarme. Venía con una caja de Daifuku de fresa que había comprado hoy.

[S] ¡Daifuku de fresa! ¡Qué chica más simpática! ¡Quiero llamarla señorita Tina!

[L] Eres tacaña, ¿verdad?

Con una sonrisa irónica, charlé con Tina mientras comía el Daifuku de fresa y Sakura tarareaba con alegría. Sakura es una buena cantante y es cómodo escucharla, así que no la detengo. Escucharla también me hace sentir un poco más feliz.

Al llevarme de nuevo el Daifuku de fresa a la boca, mis ojos se cruzaron con los de Tina, que sonreía algo contenta.

—No lo sabía. A Lilia le gusta el Daifuku de fresa.

—¿Qué? No, yo soy…

Estaba a punto de decir que no, pero entonces me detuve. El hecho de que Tina me hubiera dicho eso significa que lo había visto en mi cara. Ahora es difícil fingir.

—Sí, me gusta. Es uno de mis favoritos.

—¡Ya veo! Entonces te traeré más Daifuku de fresa.

Tina sonríe despreocupada. Me siento un poco culpable, pero no la odio, así que supongo que no puedo decir que mienta.

[S] No, Lilia, ¡no mientas!

[L] ¿De qué lado estás?

[S] Del Daifuku.

[L] Tú ni siquiera eres una persona…

Suspiro para mis adentros, pero no tanto como para sentirme incómoda. Este último tiempo, disfruto un poco más de mis ligeras bromas con Sakura.

[S] Uh. Es un poco embarazoso cuando la gente se toma las cosas en serio… Tienes que decir algo sobre el príncipe, Lilia.

Estaba cambiando de tema con descaro, pero Lilia decidió seguirle la corriente. Pensó que era el momento de hablar de ello, lo cual estaba muy bien.

—Tina. Me gustaría hablar contigo sobre Su Alteza…

Le explico a Tina lo que hablé con el príncipe. Sabía que no se dejaría convencer fácil, pero como era de esperar, Tina se disgustó.

—Entiendo lo que intentas decir, pero… no estoy convencida —dijo Tina, inflando las mejillas de un modo simpático.

En cuanto a Lilia, no importa porque ella no quiere acercarse al príncipe en este momento, pero era obvio con solo mirarla que Tina no pensaba lo mismo. Me sorprende como puede enojarse tanto con la gente.

—Tina. Al menos a mí me parece bien. No hay necesidad de que te enfades.

—¡Pero…!

Intentó gritar algo, pero al final no dijo nada, giró al final no dijo nada, giró la cabeza y se sentó de nuevo en su silla.

—Lilia, ¿has terminado con Su Alteza…?

Ella preguntó.

—Es demasiado tarde. Ya no me impronta ese tipo. ¿Y a ti, Tina?

—No… entiendo… Todavía no entiendo por qué Su Alteza está siendo tan amable conmigo…

—Nunca he tenido una amiga que fuera tan autodespreciativa…

—Oh… Lo siento…

Tina estaba deprimida mientras Lilia suspiraba y escondía la cara, fingiendo beber su té.

[S] Si estás avergonzada, no deberías haber dicho nada.

[L] Déjame en paz.

Una respuesta en “La poseída hija del Duque – Capítulo 63”

  1. De todas las relaciones entre villanas y heroínas esta es la más hermosa y la única en dónde una ayuda a la otra en el amor y justo con el husbando anterior. Me encanta esta novela, gracias x el capítulo.

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