La Princesa derriba banderas – Capítulo 137: La resolución del príncipe excéntrico

Traducido por Ichigo

Editado por Ayanami


—¡Buenos días, Nacht!

La puerta se abrió de golpe.

Era mi querido hermano mayor, tan enérgico como siempre. Me pregunto qué le habrá puesto de tan buen humor para que una amplia sonrisa flote en su rostro.

La próxima vez, al menos llama a la puerta, ¿quieres? Refunfuñe para mis adentros antes de devolverle un saludo despreocupado.

—Buenos días… hermano mayor.

Me encontraba en la Capital Real.

Por supuesto, Johan y la princesa Rosemarie también estaban conmigo.

Cuando la invité a la capital, parecía bastante preocupada. Dijo que no quería destacar demasiado, teniendo en cuenta que, en primer lugar, no había sido invitada oficialmente al país.

Tal vez, se sintió culpable por irrumpir con la excusa de que era una emergencia. Qué humilde, a pesar de lo que hizo.

Cuando le indiqué que simplemente había respondido a nuestra petición de ayuda, me dedicó una sonrisa irónica. No importa si mezclamos una pequeña mentira en nuestra historia, porque, al final, seguía siendo la verdad que ella es quien nos había salvado.

Además, no entró de contrabando. Había entrado a bordo de uno de los barcos comerciales de Sir Julius zu Eigel, un famoso mercader de Nebel. En otras palabras, la cuestión era que no quería revelar su estatus real.

No había absolutamente nada de malo.

Sabía que a ella no le gustaba mucho la idea, pero, al final, conseguimos convencerla. Y así, aquí estábamos, en la Capital Real.

Llegamos ayer.

A pesar de haber dormido a pierna suelta la noche anterior, seguía cansado de tanto viajar. De hecho, era demasiado tener que lidiar con mi oh-tan-enérgico hermano ahora mismo.

—El tiempo es agradable. Hoy es un día precioso, ¿verdad?

—¿Por qué has estado de holgazán desde esta mañana, hermano…? —Murmuré, sin esforzarme en ocultar mi decepción. Sin embargo, no tuvo ningún efecto en este hermano mío que, de alguna manera, mantuvo su elevada sonrisa a flote.

—¡Estoy muy feliz porque Nacht ha regresado!

—Es así…

Esta vez, mi respuesta estupefacta fue sin veneno.

Normalmente, el mero hecho de hablar con él, fácilmente me daría ganas de golpearle la cara, pero ahora mismo estaba diciendo las cosas tan sinceramente que me decía una palabra a la vez. Este es el único aspecto en el esta persona puede ser realmente astuta a veces. 

—Entonces, ¿puedo conocer a la princesa hoy?

—Sí, pero te pido que no seas grosero con ella.

Francamente, no me quedaban más fuerzas.

No me desagrada mi hermano, simplemente no confío en él. Si empieza a ser grosero con nuestra gran benefactora, yo mismo lo abofetearía sin piedad y lo arrastraría fuera de la habitación.

Mi hermano mayor tenía los ojos muy abiertos por la sorpresa mientras me miraba.

—¿No es raro que pongas una cara tan desesperada…?

—Su Alteza la Princesa Rosemarie no sólo es la salvadora del Reino de Wind, sino también alguien importante para mí.

—¡¿Eh?! ¡¿Te gusta?!

—¿Eres estúpido?

Mis mejillas se tiñeron de un rojo intenso cuando mi hermano inclinó su rostro. Le respondí con una mirada fría.

Esta pareja de hermano-padre… ¿Cómo es que la conversación con ellos siempre acaba siendo sobre el amor?

—¿Qué? ¿No la quieres? Entonces, ¿qué sentimientos tienes por ella?

¡Es vergonzoso que me lo pregunten de sopetón! Si tengo que pensar en algo, entonces, el respeto y la admiración serían las primeras cosas que me vienen a la mente, pero eso no es todo. Cada vez que la veo enfrentarse al peligro tan valientemente, no puedo quedarme quieto…

Ella me hizo querer cambiar mi forma de pensar. 

—¡Oye, oye, Nacht! Cuéntame ya, quiero saberlo.

Mi querido hermano me sacudió los hombros, mientras yo estaba en medio de mis pensamientos.

Dios mío, ¡eres molesto!

Estaba a punto de encogerme de hombros antes de detenerme de repente.

Había recordado algo.

—Hablando de eso, hermano. ¿Qué tal un partido?

—¿Un partido…? ¿Qué partido? ¿Y para qué?

Mi hermano ladeó la cabeza, desconcertado. Cuando me pidió una razón, me lo pensé bien antes de dar mi respuesta.

—Hay algo que deseo tener. Me parece bien cualquier juego, así que podemos competir en lo que quieras. Pero al final, tengo que ganar.

Tras mi comentario, los ojos de mi hermano se abrieron de par en par. Sus largas pestañas parpadearon un par de veces.

—Entonces… ¿tienes que ganar por ese algo que quieres absolutamente?

—Sí.

—Sin embargo, te lo daría si me lo hubieras pedido… Realmente no tienes que luchar por ello.

—Es importante que lo hagamos así. Es como una declaración de mi determinación, supongo.

Propuse descaradamente esa idea y tiré las formalidades por la ventana.

Normalmente, me regañaría y dejaría de bromear, pero esta vez se limitó a asentir.

—¿Qué tal si jugamos a piedra, papel o tijera hasta que gane Nacht?

Dijo seriamente una estupidez. Fingiendo la misma tontería y siguiéndole la corriente, respondí:

—Hagámoslo.

—Entonces, empecemos.

Agité el puño y mi hermano hizo lo mismo.

—Piedra, papel…

♦️ ♦️ ♦️

—¡Nacht! ¡Nacht!

—¿Hm…?

Una vocecita me daba un codazo en el hombro.

En medio de recordar lo que había sucedido esta mañana, fui despertado violentamente a la realidad por Johan. Miré hacia donde estaba sentado a mi lado, y parecía estar de mal humor. ¿Qué demonios ha pasado mientras yo estaba fuera?

Al preguntarle con la mirada, Johan respondió señalando en silencio con su mirada hacia su respuesta. Allí, mi hermano se quedó congelado mientras miraba a la princesa Rosemarie.

—¿Um…?

Su Alteza, la Princesa Rosemarie lo miró confundida. Al escuchar su voz desconcertada, mi hermano finalmente se descongeló y exhaló.

—Mis más profundas disculpas… Estaba tan cautivado por su belleza que acabé mirándola fijamente.

¿Es esa la primera frase que sale de su boca?

Me molesté en silencio, mientras apretaba los puños y juraba en mi corazón que lo golpearía en la primera oportunidad que tuviera.

Una vez pronunciada la cursi frase de mi hermano, la princesa Rosemarie le devolvió el saludo con una tibia sonrisa. Normalmente, se notaría la incomodidad en el ambiente, pero mi denso hermano mayor demostró lo contrario, y mi cabeza empezó a doler cuando tal escena continuó desarrollándose.

Me gustaría que leyeras más tu entorno, querido hermano. Sobre todo quería que se fijara en los fríos ojos de la princesa Julia desde su lugar al lado. Ah, y es mejor que no vea la vena desgarrada que salta en la frente de Johan. 

A pesar del peligro en el aire, este príncipe despreocupado seguía siendo ajeno a todo.

¿Fue un error dejar que mi hermano conociera a Su Alteza, después de todo? No, estoy seguro de que de todos modos se habrían cruzado en la fiesta de bienvenida de la princesa dentro de unos días. 

Para controlar a mi hermano y calmar su abundante energía de mujeriego antes de que llegara al banquete para la princesa, decidimos que se encontraran bajo el pretexto de un evento de té por la tarde con mucha menos gente alrededor… Pero al ver que la princesa forzaba una sonrisa incómoda, me di cuenta de que podría haber cometido un error. Lo siento mucho. 

—Joven Licht, es injusto que acapare a la bella dama sólo para usted. Por favor, déjeme conocerla también.

La princesa Julia rompió el aire incómodo, después de esperar el tiempo necesario para que mi hermano terminara su embobamiento. Se colocó junto a mi hermano, dirigió su mirada hacia la princesa Rosemarie y esbozó una generosa sonrisa. La princesa Rosemarie se sonrojó ligeramente.

—Qué regalo para los ojos…

Mi hermano mayor murmuró su opinión mientras miraba a las dos princesas mientras se presentaban. Odio estar de acuerdo con sus comentarios anticuados, pero era cierto.

Por un lado, teníamos a una hermosa joven de largo y lustroso cabello negro que hacía juego con sus elegantes y cristalinos ojos del mismo color.

Por el otro, había una joven preciosa con ojos de zafiro puro y pelo rubio platino que brillaba como el sol.

Sus vestidos también contrastaban entre sí.

La princesa Julia llevaba un vestido lleno de motivos florales que crecían sobre ramas de hiedra verde y complementaban el fondo negro. Los encajes que decoraban sus puños, el lazo del pecho y su gargantilla, todos ellos de color negro, acompañaban perfectamente su atuendo.

El vestido de Su Alteza, la Princesa Rosemarie, en cambio, era todo de color marfil. Las mangas abullonadas del vestido estaban bordadas y adornadas en un tono dorado apagado, mientras que los encajes y los dobladillos de los volantes de su falda brillaban con fuerza, como si estuvieran perfilados con los más finos adornos de perlas.

Luz y oscuridad, sol y luna, yin y yang.

Aunque eran completamente opuestos en términos de apariencia, de alguna manera, ambos se combinaban armoniosamente. Parecían un par de muñecas.

—Hacía tiempo que quería conocer a la señorita llamada por el pueblo “La heroína de Wind”.

La princesa Julia agarró las manos de la princesa Rosemarie, Julia era la más baja, por lo que sus ojos, naturalmente, miraban hacia arriba, haciendo que la otra parte se retirara ligeramente.

—Me temo que no soy una heroína como has oído. No podría hacer nada sin la gente que me rodea.

—¡Eso no es cierto! Usted es la fuerza motriz que movió a todos a su lado. Incluso el clan de los farmacéuticos, que nunca habían obedecido a nadie, le prestaron su fuerza, ¿no es así? Me gustaría conocerlos si es posible.

—Por desgracia, en este momento no están aquí.

Fue Johan, y no la princesa Rosemarie, quien le respondió.

Al desviar su atención de la princesa Rosemarie, la princesa Julia se despegó de ella. Johan se movió para ocultar a su hermana detrás de él antes de volverse hacia la princesa Julia.

—¿Oh? ¿No podré verlos?

—No son un circo. Además, sólo siguen a mi hermana.

Julia inclinó la cabeza hacia un lado, lo que hizo que Johan se sintiera notablemente incómodo. Sus labios dibujaron un arco, acentuando aún más lo gélido de sus ojos.

Johan, su cara diciéndote que te pierdas es clara como el agua, ¿sabes?

Quizás, no tenía intención de que la princesa Julia se reuniera con el clan desde el principio. Bueno, en primer lugar, no estaban cerca del palacio.

Me separé de los Kua en Grenze.

La mayoría de ellos simplemente regresó a su pueblo, pero cinco se ofrecieron a continuar su estancia en la ciudad.

Según los informes, la epidemia sólo había remitido temporalmente y era muy probable que se repitiera. Aunque todavía no se sabe cómo se propagaba la enfermedad, se sospecha que los insectos son los principales vectores.

En otras palabras, la epidemia se detuvo no sólo por nuestra medicina y otros tratamientos, sino también por el cambio de estación. Existía la posibilidad de que la enfermedad volviera a propagarse cuando los insectos estuvieran más activos durante la primavera.

“Queremos supervisar la situación actual durante un par de años más, hasta que se calme”.

Señalé con la cabeza a los cinco voluntarios de Kua que se ofrecieron a vigilar el bosque. Para ser sincero, de todas formas, les habría pedido que lo hicieran.

Y así, los cinco decidieron quedarse en Grenze, pero como farmacéuticos del Reino de Nebel.

—Estoy dispuesto a cooperar con el Reino de Wind. Sin embargo, les pido que no se olviden que nuestra única maestra es la princesa Rosemarie —dijo el mayor de los cinco.

Los que habían regresado a la aldea tenían claras sus determinaciones.

En el momento de la despedida, se rieron a carcajadas junto a la princesa Rosemarie, que estaba llena de lágrimas, gritando:

—¡No es que no vayamos a vernos de nuevo!

—Pase lo que pase, siempre estaremos a su lado, así que, por favor, asegúrese un sitio mientras tanto —añadió. 

Pase lo que pase, el corazón de los Kua nunca cambiará.

Nunca favorecerán a un noble que sólo ve su valor en el oro. No importa cuánta riqueza se acumule ante ellos, es inútil. 

—T-Tienes razón. Aunque es una pena.

La princesa Julia se retiró después de pensarlo un poco. Por alguna razón, apartó sus ojos de Johan y los desplazó hacia mi hermano mayor, murmurando.

—Supongo que tendré que renunciar a eso por ahora.

¿Me equivoco al pensar que había renunciado a algo más que a un encuentro con los Kua? ¿Estoy pensando demasiado?

No, la inteligente princesa, probablemente entendía bien la situación. 

La princesa Rosemarie era una importante aliada para el Reino de Wind. La conexión entre su país y el nuestro será aún más fuerte a partir de ahora.

Aunque ella le robara el corazón a mi hermano mayor, la relación entre nuestros países seguiría siendo un huevo difícil de romper.

Además, aunque mi hermano ama a las mujeres, no es de los que se ahoga en ellas. A la hora de la verdad, siempre ha dado prioridad a su familia.

Así que, si fuera la novia de mi hermano, sería muy difícil hacerle bailar sobre sus palmas.

Y sobre todo…

Levanté la cabeza cuando pensé hasta aquí.

Al encontrarme con una mirada aguda, mis ojos se encontraron con unos cristales negros. Un abismo invisible me miraba fijamente como si yo fuera su presa.

Sin embargo, esos ojos maliciosos se desviaron inmediatamente, y la princesa Julia continuó su risa con la princesa Rosemarie.

—Por fin me he encontrado cara a cara con la princesa Rosemarie, a la que siempre he querido conocer. Esto es algo de lo que podré presumir cuando vuelva a casa.

—Princesa Julia, ¿vas a volver a Raptor?

—Sí. Aunque aún no te lo he dicho, parece que mi tía ha caído enferma, por lo que me despediré pronto.

Ante la pregunta de mi hermano, la princesa Julia devolvió un tono de disculpa.

—Estaré encantada de volver a verlos algún día.

La mirada que se dirigió a mi hermano mayor, Johan y a la princesa Rosemarie, cayó finalmente sobre mí y me atrapó en su punto de mira. Pero no retrocedí. De hecho, le devolví una audaz sonrisa.

—Sí, igualmente.

Pero para ese momento, me temo que nuestras posiciones ya habrían cambiado. 

Murmuré en mi corazón.

Porque ya me había resuelto desde esta mañana.

♦️ ♦️ ♦️

Comparé la palma abierta de mi hermano con mis tijeras y le dije:

—Es mi victoria.

—Sí, has ganado Nacht. Entonces, ¿qué deseas?

Mi hermano mayor asintió sin una pizca de arrepentimiento en su voz.

Pero, por alguna razón, respiró profundamente y me miró emocionado. Eso me puso nervioso. Me costó mucho valor decir mis siguientes palabras, pero ya no podía echarme atrás. No me rendiré ahora. Aunque me traiga problemas, los afrontaré de frente.

He decidido que cambiaría. 

—Entonces, me gustaría el trono.

Los ojos de mi hermano eran los más grandes que jamás había visto. Sin demora, continué.

—Dame el derecho del primogénito a heredar el trono del reino.

Deseo ser el rey.

Para proteger a mi amado pueblo con mis propias manos.

Y para proteger a mis amigos que habían salvado a ese amado pueblo.

Me convertiré en rey.

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