La Tierra está en línea – Capítulo 116: ¿Qué verdad podía existir entre un plato de sopa y un búho?

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Hace un minuto, Tang Mo creyó que el conejo negro era un jefe de la torre negra porque conocía cómo iniciar el juego al mencionar: “es un jugador humano”.

Pensó que su respuesta era correcta, pero no. Necesitaba dar una verdad para entrar en el juego.

Tang Mo retorció con brusquedad la ropa e inspeccionó de arriba a abajo a su oponente, en el otro extremo del reloj. Soltó su ropa, sonrió y se sentó en el suelo.

Enfadado, tanto porque entrara en el juego, como por la actitud del humano, el conejo negro comenzó a vociferar:

—Humano apestoso, no creas que puedes ganar solo por haber entrado en el juego. Me he comido a innumerables de tu especie en el reloj de la verdad. —Inmutable, Tang Mo escuchó al cada vez más iracundo personaje—. Un santurrón como tú, nunca podrá sobrevivir tres rondas. Humano, ¿qué demonios estás mirando?

—¿De verdad no puedes irte?

El conejo negro se sobresaltó, ¿por qué le preguntaba eso?

—No puedo salir ni comerte…

—Debes estar enfadado porque me tienes envidia. Yo puedo sentarme mientras que tú solo puedes estar de pie. —Lo miró y se burló—: Me gusta verte enfadado.

—¡¡¡Humano!!! —gritó, colérico.

Saltó y golpeó el suelo, haciéndolo temblar.  Tang Mo se tambaleó, pero sonrió complacido ante  la demencial actuación.

Sí, después de entender el juego, se percató que su oponente se irritaba con facilidad. Si el reloj de la verdad no bloqueara sus movimientos, seguro se abalanzaría sobre él para comérselo.

Cada diez minutos, de dos a cincuenta y ocho objetos, aparecían en el reloj de la verdad. Podían dividirse en grupos de dos y cada grupo tenía una verdad independiente de los otros. Los jugadores debían encontrar los objetos con verdades independientes y eliminarlos.

Se trataba de un juego que requería un análisis racional. Era la versión del reloj de la verdad del juego de emparejar patrones. La violencia no afectaba al resultado. Ninguno podía matar al otro. Solo debían descifrar las verdades, eliminar objetos y avanzar en las casillas.

—El jugador que sea atrapado caerá en el agujero negro de la verdad… —murmuró Tang Mo—. ¿No quieres comerme?

—Humano, sé lo que estás pensando —Lo vio con ojos inquisitivos.

—Dime, ¿en qué estoy pensando?  —No obtuvo respuesta y continuó la mofa—: Pensaba que tu nariz es un poco grande.

El conejo negro se estampó contra el suelo, no dejaba de observarlo, pero no estaba tan enfadado como antes.

Tang Mo contempló el reloj azul bajo sus pies. Luego de diez minutos, se oyó un sonido agudo, seis haces de luz azul parpadearon en el centro.

La luz se hizo cada vez más brillante hasta que ninguno de los dos pudo abrir los ojos. Poco a poco,  las luces se atenuaron y Tang Mo vio seis objetos con claridad.

 La voz mecánica llenó el espacio:

La hora es 00:10. 

Lugar: el reloj de la verdad. Han aparecido seis objetos ricos en verdad.

Después de un minuto, los jugadores 0 y 6, por favor eliminen las verdades.

El suelo crujió y el segundero empezó a moverse en el sentido de las agujas del reloj.  Los seis elementos temblaban al compás.

¡Ya había empezado! No había tiempo para dudar.

Un brillo azul iluminaba los seis objetos, de izquierda a derecha: un televisor, una lámpara de escritorio antigua, una mesa, un búho, un arco largo y… un cuenco de sopa a medio comer.

Tang Mo analizó el televisor y la lámpara, la mesa y el arco largo. Al final, observó el cuenco de sopa y en el búho, este último le devolvió la mirada y ladeó la cabeza.

—Hoo —ululó el ave.

¿Qué verdad podría existir entre un plato de sopa y un búho?

Habían pasado treinta segundos.

El animal era común y corriente y el cuenco estaba demasiado lejos como para olerlo o saborearlo.

Tang Mo tenía los ojos fijos en los dos objetos y se percató que el conejo negro también los analizaba con detenimiento. Levantó la vista y sus miradas se cruzaron.

—Humano, ¿qué estás mirando? —exclamó en pánico.

Tang Mo se relamió.

Cuando llegó la hora y el  segundero señaló el final del tiempo, un muro azul transparente apareció en el aire, se estrelló contra el centro del reloj de la verdad, justo encima de la cabeza del búho, que se limitó a girar la cabeza para ver a Tang Mo y al conejo negro.

Jugador a las 6, por favor, elimina las verdades.

Tang Mo miró a través de la pared azul y vio que el conejo negro movía la enorme boca, pero no escuchó lo que decía, el muro aislaba cualquier sonido para evitar trampas.

—La televisión y la lámpara antigua son aparatos eléctricos. La única verdad entre ellos es que son creados por humanos y deben usar electricidad para funcionar —mencionó con voz tranquila.

Una luz azul parpadeó alrededor del televisor y la lámpara.

—La verdad entre la mesa y el arco largo es que están hechos por humanos, están disponibles para ser usados y son productos de madera.

La mesa y el arco largo brillaron en azul.

Tang Mo respiró y exhaló antes de explicar:

—La única verdad entre el tazón de sopa y el búho es que… en ambos hay carne. No así en el televisor, la lámpara, la mesa o el arco.

Una luz azul brilló sobre estos objetos. El búho ululó con fuerza y trató de huir, pero estaba atrapado en una jaula invisible y no podía volar.

Junto con la pared azul, los seis objetos se desvanecieron.

El segundero dejó de moverse y la manecilla de las horas bajo el pie de Tang Mo se deslizó hacia la izquierda en el sentido de las agujas del reloj. El minutero situado bajo el conejo negro se movió en sentido contrario a las agujas del reloj.

Jugadores 0 y 6, por favor, vayan a la casilla de la derecha según la dirección de las manecillas de la hora y los minutos.

Tang Mo se dirigió a la posición indicada. La distancia entre él y el conejo se redujo de treinta a veintiocho casillas.

La verdad entre el televisor y la lámpara era correcta; la relación entre la mesa y el arco largo también era sencilla. La única forma en que podía equivocarse era con el búho y la sopa. Cada eliminación exitosa permitía al jugador avanzar un espacio. Si la verdad utilizada para eliminar los elementos era una falacia, retrocedían una casilla.

Solo se movió un espacio, lo que indicaba que hubo algo mal.

El televisor y la lámpara, la mesa y el arco largo, estos dos eran correctos, pero retrocedí por la falacia entre el búho y la sopa…

El conejo negro saltó a la nueva casilla y Tang Mo lo observó sonreír con malicia, mientras se lamía los afilados dientes.

—Eh, te voy a comer.

Tang Mo abrió los ojos  con asombro, descubrió que el conejo se había equivocado al responder. Por eso retrocedió y acortó la distancia entre ellos.

La verdad entre cuatro de los objetos era evidente. ¿Quizás erró porque no estaba familiarizado con la sociedad humana?

Un mal presentimiento lo agobió y apretó la manos en puño. Se volvió a oír la voz del reloj de la verdad:

El jugador 0 ha activado la falacia gris de nivel tres y el jugador 6 ha activado la falsa verdad de nivel cuatro.

El jugador 0 ha avanzado una casilla y el jugador 6 ha retrocedido una.

Abriendo la caja de castigo de Schrodinger.

Tang Mo no tuvo tiempo de reflexionar cuando un cuchillo salió disparado de detrás de su cabeza.

Cuchillos plateados fueron disparados en su dirección, en el estrecho no pudo usar su sombrilla y esquivó el ataque con su rápida velocidad. Al otro lado, un fuego abrasador envolvió al conejo.

—¡Aaah…! —gritó y rodó por el suelo para apagar las llamas—. ¡Quiero comerme a ese humano!

Tres minutos después, el fuego se apagó y los cuchillos dejaron de volar.

El pecho de Tang Mo se movía arriba y abajo mientras jadeaba con brusquedad. Tenía la frente cubierta de sudor y el cuerpo tenso. Observó que a pesar de estar hecho de madera, el cuerpo de la matrioska no se consumió, solo se ennegreció.

Tras rodar una vez más, el conejo negro se levantó, sonrio al ver a Tang Mo, pero se sorprendió al ver la distancia entre sus casillas.

—Oh, ¿por qué de repente me he acercado tanto? —Su rostro tenía una sonrisa falsa—. Je, je, je… Dije que te comería.

En este momento, entre Tang Mo y el conejo negro, solo quedaban veintiocho casillas.


Shisai
Y no te dice en dónde te equivocaste. ¡Qué difícil!
Meli
Estoy de vuelta, una disculpa por dejar en pausa tanto tiempo la historia. Veamos en qué termina este juego

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