La Tierra está en línea – Capítulo 121: El jefe de la torre negra, Tang Mo~

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Se colocaron catorce elementos en el centro del reloj de la verdad. Un minuto después, Tang Mo eliminó doce y renunció a otros dos.

—Los artículos quince y dieciseis: los jugadores Tang Mo y el conejo negro —dijo el exbibliotecario luego de una breve pausa—. La verdad individual entre estos dos ítems es que son humanos.

Al segundo siguiente, la voz mecánica habló:

Has eliminado con éxito la verdad individual entre los jugadores y no avanzarás ni una casilla.

Tang Mo dio un respingo y luego suspiró, sonrió con impotencia.

La pared azul se levantó y reveló al conejo negro de pie en el otro lado. No sabía lo que Tang Mo dijo, pero podía adivinarlo. Sus ojos rojos lo miraron con resentimiento, pero con un atisbo de esperanza y súplica.

Tang Mo lo observó antes de sentarse con las piernas cruzadas. Las agujas de las horas y los minutos se movieron.

Tenía razón, no es seguro quién ganará la partida, asintió el joven al recordar las palabras de la muñeca.

Había tres formas de ganar: eliminar todos los objetos, atrapar al conejo negro o esperar que este muriera durante un castigo. La forma de ganar del conejo negro era desconocida, pero seguro debía atrapar a Tang Mo, de lo contrario, no clamaría por perseguirlo y comérselo.

Tang Mo conocía la verdad sobre su oponente, pero mientras no consiguiera eliminar todos los objetos, el conejo negro tenía esperanzas. De dos a cincuenta y ocho ítems podían aparecer en el reloj de la verdad. Si eran más de diez, a la vez, era poco probable que eliminara todos. Si ganaba, había un 90% de posibilidades de que fuera porque había alcanzado al conejo negro.

Ahora el juego era justo, ya no se vería obligado a retroceder dos casillas. Quien eliminara más objetos y avanzara más casillas ganaría.

El jugador 0 ha retrocedido una casilla y el jugador 6 ha avanzado una casilla. El jugador 0 ha desencadenado una falacia gris de nivel tres y el jugador 6 ha desencadenado una falacia gris de nivel tres.

El conejo negro palideció antes de moverse a la casilla uno, Tang Mo avanzó a la casilla venitrés, dejando veintidos espacios entre ellos. Acababan de pararse en el cuadrado cuando una violenta tormenta apareció sobre sus cabezas. Ambos jadeaban después de soportar tres minutos del castigo de la Caja de Schrödinger.

El conejo negro observó, en silencio, a Tang Mo con una mirada indescifrable.

La siguiente ronda, con dieciséis elementos, Tang Mo avanzó dos casillas y el conejo negro una. Luego aparecieron veinticuatro objetos, Tang Mo avanzó cuatro casillas y el conejo negro dos.

La actuación del monstruo sorprendió al joven, no creyó que podría ser capaz de eliminar tantos objetos.

¿Quizás su potencial se estimuló ante una situación crítica?, pensó Tang Mo.

El conejo negro se concentró en el juego, ignorando por completo a su oponente, aun así, la distancia entre ambos se acortaba debido a que ya no contaba con la ventaja de dos casillas.

Una vez finalizada la vigésimo tercera ronda, solo quedaban seis casillas entre ambos. El conejo negro estaba más próximo a caer en el agujero negro de la verdad, desesperanzado, esperó tranquilamente a que llegara su castigo de falacia:

El jugador 0 ha desencadenado una falacia gris de nivel tres y el jugador 6 ha desencadenado una falacia de origen de nivel uno.

Incrédulo, el conejo negro miró al asombrado Tang Mo. Se prepararon para recibir el castigo.

—¡Sí! —gritó eufórica la muñeca—. ¡Aún no he perdido! Si tú mueres, yo gano. ¡He ganado!

La Caja de Schrödinger se abrió.

Tang Mo no podía ver nada, para cuando todo se aclaró, notó que había regresado a la Pradera de los Espíritus. El viento frío era como un cuchillo que le arañaba la cara. Observó a cientos de repugnantes bichos negros rodeándole, al segundo siguiente, todos se abalanzaron sobre él.

En el reloj de la verdad, el conejo negro saltó para hacer frente a unas repentinas llamas y observó con avidez como Tang Mo se movía y saltaba sin descanso para esquivar a algún enemigo, lo vio usar la pequeña sombrilla para defenderse y atacar.

Un corte profundo y sangrante apareció en el hombro de Tang Mo.

—Muere, muere, muere, muere… —recitó el monstruo con un brillo malévolo en los ojos.

Las heridas aumentaban y las reacciones de Tang Mo eran cada vez más lentas. Gemía ante el ataque de cientos de bichos negros que le escupían veneno, aunque los bloqueaba con la pequeña sombrilla, no podía detenerlos por completo. Su carne era corroída por la ponzoña de tal manera, que su mano derecha desde los dedos hasta el hombro, se convirtió en solo hueso.

—¡¡¡Vas a morir!!! —vociferó el conejo el negro.

El castigo llegó a su fin, Tang Mo cayó al suelo, un dolor ardiente provenía de su hombro derecho. Con la mano izquierda, sacó la lágrima de la lombriz y la colocó en el brazo herido, una luz cálida lo iluminó al tiempo que se restauraba la carne.

El conejo negro contempló la escena, tenía la boca abierta, pero permaneció en silencio.

Las heridas de Tang Mo se curaron, se levantó y miró entre el desesperado monstruo y el centro del reloj de la verdad.

Pasó un minuto y aparecieron cuatro objetos más. Era la vigésimo cuarta ronda y sería muy difícil.

—Al menos no te atreverás a eliminar objetos casualmente —declaró la muñeca y añadió con firmeza—: Temes desencadenar una falacia de nivel uno y renunciarás a la eliminación de objetos indeterminados.

El segundero se movió y los jugadores eliminaron los objetos. Una vez que el muro azul se elevó, el conejo negro esperó por el anuncio del número de casillas que se iban a mover. Sin embargo, luego de diez segundos, la voz no se oyó, fijó sus ojos en el centro del reloj de la verdad.

—No… —Aterrado, miró a Tang Mo—. No puedes, no puedes…

La voz de un niño llenó el oscuro espacio:

¡Ding, dong! El jugador Tang Mo ha completado la misión principal: “El juego del reloj de la verdad del señor Conejo” y ha eliminado todos los objetos.

Con un crujido, el armazón de la muñeca comenzó a agrietarse desde la cabeza, hasta romperse por completo.

Tang Mo al fin pudo observar al hombre oculto: Li Siqi.

Seis horas atrás, mientras él huía del fuego en la Pradera de los Espíritus, el hombre cayó en ese espacio oscuro.

Era el 25 de marzo y aún quedaban unos días para que se cumpliese el plazo para atacar la torre.

Li Siqi, era una persona precavida. Su habilidad podía ser muy débil e insípida, pero era cuidadoso, así logró sobrevivir. Sabía que era mejor atacar a la torre con antelación que verse obligado a hacerlo.

Apostó por actuar de forma activa y no pasiva para aumentar la posibilidad de que la dificultad del juego fuera menor.

Atacó el primer piso de la torre negra; no obstante, al completar la segunda misión secundaria, cayó en el espacio negro, entonces escuchó a la torre negra repetir:

¡Ding, dong! ¡Error de datos, error de datos! Instancias superpuestas, instancias superpuestas.

Después de diez minutos de oír el incesante anunció, la torre negra habló otra vez:

¡Los datos son correctos, los datos son correctos! 

El jugador Li Siqi ha completado las misiones secundarias: “Zanahoria deliciosa” y “Desayuno para el señor Conejo” y ha abierto con éxito el primer piso de la torre negra (modo difícil). 

El jugador Tang Mo ha abierto el tercer piso de la torre negra (modo normal). En tres horas, se abrirá la misión principal: “El juego del reloj de la verdad del señor Conejo”. 

El jugador Li Siqi ha activado la protección de nivel bajo y ha recibido el accesorio “Muñeca matrioska rusa del conejo negro”, y recibirá información prioritaria sobre el juego. La torre negra ocultará la identidad del jugador Li Siqi y dará ventaja de retirada de dos casillas.

Li Siqi se quedó atónito.

¡Ding, dong! Tienes tres horas para enfrentarte al jefe del primer piso de la torre negra (modo difícil), el jugador Tang Mo.

Consejo amistoso: el jugador Tang Mo, hace cuatro meses, fue la primera persona del mundo en superar el primer piso de la torre negra (modo difícil). La probabilidad de que el jugador Li Siqi atraviese sin problemas el primer piso de la torre negra (modo difícil) es del 1%. Por favor, intenta atacar la torre…

Así fue como terminó jugando contra el ex bibliotecario y ahora se encontraba temblando ante él.

Tang Mo, invómil, lo miró por encima de la cabeza y vio:

【Polizón】

La luz azul del reloj de la verdad dejó de brillar, desde las profundidades de la oscuridad, unos pasos se aproximaron.

Li Siqi, entre risas y llanto, exclamó con voz ronca y llena de odio:

—La estrategia para superar la instancia es ser fuerte. ¡Sé fuerte! Aún no he perdido, ¡no he perdido!

Con un estallido, salió disparado como un cohete hacia Tang Mo.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Torre Negra: Hermano, no puedo hacer mucho por ti. No es mi culpa si pierdes.

Autora: De hecho, Tang Mo siempre ha sido el jefe de la torre negra en este juego~ No sé si es mejor para la torre negra encontrarse con un jefe de torre negra ordinario o con Tang Mo. Encontrarse con él… ¿Es buena o mala suerte?

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