Traducido por Shisai
Editado por Shiro
El cerebro de Tang Mo se puso en marcha con rapidez. Casi de inmediato se dio cuenta de que la persona que le hablaba no era el huevo ni el pavo. Podría ser alguna criatura de la torre negra, pero era más probable que fuera…
—¿Eres humano?
La voz masculina se quedó en silencio por un momento.
—Sí, soy humano. ¿Eres humano?
—Lo soy —respondió Tang Mo.
Ambos volvieron a permanecer en silencio.
El auto estaba estacionado al costado de la carretera, la puesta de sol era deslumbrante y el huevo blanco brillaba con una luz dorada. Las palabras grabadas en este saltaban a la vista de vez en cuando. Tang Mo pudo discernir algunas palabras y caracteres confusos; sin embargo, actualmente estaba más preocupado por la persona que le habló.
Reflexionó por un momento y decidió mostrar su sinceridad antes de hacer preguntas. Comenzó a describir su situación.
—En este momento, tengo un huevo en mi mano y tu voz proviene de allí. ¿Eres un humano atrapado en el huevo o algo así?
—No estoy atrapado en un huevo. Tengo un huevo en la mano y de él se escucha tu voz. —La voz del otro hombre era firme. Añadió—: Es un huevo de pavo.
Tang Mo se le ocurrió una suposición.
—Deberías ser de China. ¿Acabas de salir de la torre negra? Obtuve mi huevo de manos de un monstruo de la torre negra. También es un huevo de pavo.
—Igual yo, también conseguí un huevo de pavo de un monstruo de la torre negra.
Los dos hombres entendieron perfectamente que los huevos de pavo en sus manos eran similares a los teléfonos móviles, lo que les permitía comunicarse con un extraño que nunca habían conocido.
Siendo ese el caso, Tang Mo quería saber hasta dónde era el alcance de este huevo de pavo.
—¿Dónde estás?
—¿En qué ciudad estás?
Palabras similares dejaron a ambos sin habla.
—Estoy en Beijing. —La otra persona respondió primero.
¿Beijing?, repitió Tang Mo en su mente.
Beijing estaba a miles de kilómetros de Shanghái. Los huevos de pavo estaban directamente relacionados. ¿Realmente eran como un teléfono móvil?
—Estoy en Shanghái —respondió a su vez.
Miró el huevo en su mano y tuvo una idea vaga. Parecía estar dañado. Tang Mo no creía que el huevo se hubiese dañado cuando lo estrelló, ya que este no fue el que terminó rompiéndose, sino el volante. Las cosas de la torre negra no eran tan frágiles.
La probabilidad de que él hubiese dañado el huevo era de menos del 20% y la posibilidad de que originalmente ya estuviera dañado era más del 80%.
Debido al daño al huevo, Tang Mo no sabía qué funciones tenía. Las únicas palabras que pudo leer del texto distorsionado del huevo de pavo fueron:
【Calidad: Rara】
Este era un objeto poco común.
Si la torre negra realmente estaba orquestando un juego, tenía sentido que los jugadores obtuvieran objetos, y los de calidad rara eran muy valiosos en cualquier juego. Tang Mo no conocía el papel del huevo de pavo dañado, pero podía averiguar su uso real a través del jugador de Beijing.
Un accesorio raro no podía simplemente desempeñar el papel de un teléfono. La tecnología humana ya era capaz de realizar videollamadas globales. No era razonable que algo tan misterioso como la torre negra solo hiciera esto. Dado que ambos huevos eran similares en apariencia y estaban conectados, era probable que tuvieran el mismo efecto.
—Cuando estaba jugando al juego de ataque a la torre negra, un gran topo me dio el huevo como recompensa. El huevo es muy duro. Traté de aplastarlo contra el volante, una piedra y varias cosas duras. Mi volante se rajó, pero el huevo no se rompió. —Tang Mo eligió sus palabras con cuidado.
Trató de dar la mayor cantidad de información posible para que la otra persona se sintiera cómoda compartiendo información.
—El gran topo que me dio el huevo dijo que los humanos no podemos incubar el huevo de pavo. Pensé que era el único que podía usar este huevo. No esperaba que lo tuvieras. Pero no creo que este huevo sea solo para hablar con otra persona. ¿Tienes alguna pista de tu lado? —continuó diciendo Tang Mo.
—No —respondió con decisión la voz masculina.
Tang Mo no supo qué decir.
¡Era demasiado obvio!
¿No estaba esta persona completamente fuera de lugar?
La gente normal se comunicaría entre sí en una atmósfera amistosa. ¿No debería la otra persona tomar la iniciativa de dar información?
Tang Mo se quedó en silencio durante mucho tiempo antes de hacer otro intento:
—¿Cómo me contactaste? Escuché tu voz antes de responder.
Ya no tenía esperanzas de recibir información.
—Aparecieron unas líneas de palabras en el huevo y traté de estudiarlas. Cuando lo toqué con el dedo tres veces, de repente brilló una luz dorada. —El hombre finalmente estuvo dispuesto a revelar información—. Siempre que hablo, el huevo emite una luz dorada suave.
Tang Mo recordó de repente que cuando lo golpeó tres veces, el huevo pareció destellar. Entonces se escuchó la voz del hombre y la luz desapareció.
—¿Sabes cómo cerrar la llamada? —preguntó Tang Mo.
—Lo intentaré.
Ambos cortaron la conexión mientras lo probaban. Después de diez segundos, la voz masculina sonó:
—Usé mis manos para sostener el huevo y la llamada se terminó.
¿Golpearlo tres veces iniciaría la llamada y se detendría cuando se sostuviera el huevo con ambas manos?
—Entonces corta la llamada primero y luego lo intentaré yo —sugirió Tang Mo.
—Está bien.
Tang Mo lo probó y descubrió que también podía iniciar y finalizar la llamada en cualquier momento. Después de muchas pruebas de ambas personas, descubrieron algunas cosas. No importaba qué persona fuera, podían iniciar una conversación simplemente tocando el huevo. Si cualquiera de las partes soltaba el huevo, se terminaría la llamada.
Las dos personas tuvieron un entendimiento tácito durante este experimento. Ninguno dijo tonterías y compartieron tanta información como fue posible.
Un sentimiento extraño surgió en el corazón de Tang Mo mientras estudiaban el huevo. El dueño del otro huevo de pavo trabajó muy bien con él, como si hubieran cooperado muchas veces. Esto le permitió tener una buena impresión hacia la otra persona. Desafortunadamente, esta impresión sería mejor si el hombre hubiese sido más cooperativo.
Este nunca dio ninguna información clave de principio a fin, y era obvio que escondía algo. Tang Mo sabía que la otra persona se estaba escondiendo, y también sabía que intentaba sacarle información.
Ahora ambos habían dicho ya lo que podían compartir. Si ninguno de los dos quería revelar información verdadera, no tendría sentido seguir hablando. Por ejemplo, Tang Mo no podía decir que su huevo estaba dañado, de lo contrario estaría en desventaja. La otra persona no dio información útil y siempre estuvo en guardia en su contra, un extraño desconocido.
—¿Alguna otra cosa que quieras decir? —La voz del hombre era suave y un poco agradable.
—Tengo una última pregunta —dijo Tang Mo.
—¿Cuál?
—Cuando hablaste por primera vez, no dijiste «hola». Dijiste… ¿«Momo»?
El lugar estaba tranquilo y en silencio, y Tang Mo sintió vagamente que algo andaba mal. Sin embargo, no sabía cuál era el problema. Entonces se escuchó una risa grave desde el huevo de pavo, parecía que el hombre estaba sonriendo por primera vez.
—¿Ni siquiera sabes cómo se llama este huevo?
Tang Mo se quedó callado.
Algunas palabras debían guardarse en el corazón. ¿No debería respetarlo un poco?
Sabía que este hombre estaba deliberadamente en guardia contra él. También sabía que el otro estaba al tanto de que le faltaba información. Pero decirlo… En realidad, dejó un poco de sabor en su corazón. Las dos personas siempre se habían mostrado indiferentes entre sí, pero ahora parecían un poco más cercanas.
Por lo menos, la otra persona no era un enemigo.
—Este huevo se llama Momo. Después de verlo brillar, llamé por reflejo Momo.
—Mi nombre es Mo, ¿cómo te llamas? —dijo Tang Mo con ligereza.
El hombre se quedó en silencio al darse cuenta de que había dicho el nombre de Tang Mo con tal intimidad. Pasó mucho tiempo antes de que dijera:
—Mi nombre es Fu.
—¿Eso es todo? —preguntó Tang Mo.
—Sí, adiós.
—Adiós.
Después de que terminó la llamada, Tang Mo guardó el huevo de pavo en el bolsillo y golpeó el volante con el dedo.
Primero, este huevo se llamaba Momo.
No debería tener nada que ver con su nombre. Simplemente se llamaba así.
En segundo lugar, el Sr. Fu, de Beijing, fue muy inteligente y estuvo siempre a la defensiva. Las posibilidades de intentar obtener información de la otra persona eran muy escasas. Era probable que esta fuera su primera y última llamada. No hubo ningún beneficio en ella. Ambas partes se dieron cuenta de que la persona del otro lado del huevo era difícil. Siendo ese el caso, no había necesidad de ponerse en contacto entre sí.
Este raro objeto en manos de Tang Mo era como una papa caliente. Quería usarlo, pero no conocía en absoluto su uso. Tampoco sabía si este estaba tan dañado como para no tener utilidad.
En cuanto a extraer información del hombre…
No tenía esperanzas. A menos que hubiera un accidente que hiciera que la otra persona compartiera información con él, era absolutamente imposible que soltara prenda.
Tang Mo habría hecho lo mismo. No compartiría la información de un objeto raro con un extraño. Por el contrario, siendo poseedor de un objeto como este, lo escondería para que nadie pudiera descubrirlo. Podría ser una carta de triunfo que lo ayudase a ganar. No era tan tonto y dulce como para tomar la iniciativa de dar información al respecto.
Suspiró y continuó conduciendo para encontrar la Escuela Secundaria Shibei.
El automóvil condujo hasta que llegó al centro de Shanghái, donde el número de vehículos que chocaban entre sí aumentó considerablemente. Decidir continuar conducir en ese momento no era prudente.
Abandonó el auto y comenzó a caminar. Se mantuvo por el borde de la carretera y escondió su cuerpo detrás de cualquier objeto.
Después de cuatro días de que la Tierra se pusiera en línea, Shanghái se había convertido en una ciudad desierta.
El cielo se oscureció y muchos negocios a ambos lados de la calle aún tenían las luces encendidas. Tang Mo pasó por un KFC. Todavía había salsa de tomate y patatas fritas en la mesa, pero estas estaban ya pastosas y no había nadie en el restaurante de comida rápida.
Cuanto más se acercaba al centro de la ciudad, más cauteloso se volvía.
Había más gente. Mientras caminaba por una esquina, vio a una mujer joven en ropa deportiva que tomaba varios bocadillos y fideos instantáneos de la tienda. Ella no se sorprendió al ver a Tang Mo. Lo miró con atención por un momento y luego se volvió para buscar más comida y agua en la tienda.
Tang Mo llevaba una bolsa pesada con una linterna, comida y agua.
Por el camino, vio a mucha gente buscando comida y agua. También notó a varios grupos pequeños mirando atentamente a cada persona que pasaba. Muchas personas estaban cubiertas de sangre seca y algunas hasta heridas. Estaban tiradas a un lado de la carretera con extremidades rotas y gimiendo.
Había muchas personas en la ciudad, incluso tras los sucesos de la torre negra.
Estimó que en el centro de Shanghái había aproximadamente cuatro personas por kilómetro cuadrado. Era la hora de cenar y la mayoría de la gente estaba comiendo. Después de que la condición física de Tang Mo mejoró, su demanda de alimentos se redujo considerablemente. No había comido durante un día y una noche, pero no tenía hambre en absoluto.
La Escuela Secundaria Shibei era una escuela famosa en Shanghái, pero Tang Mo no lo sabía. En lugar de preguntarle a dos personas que comían al costado de la carretera, fue directamente a un quiosco de periódicos desierto para encontrar un mapa detallado de la ciudad.
—Distrito Jing’an… Shibei… aquí.
Tang Mo tomó su bolso y avanzó nuevamente.
De repente, se escuchó una voz clara y alegre.
¡Ding, dong! En el Distrito 3 de Estados Unidos, el jugador oficial Richard Wells ha inaugurado con éxito el primer piso de la torre. ¡En tres minutos, todos los jugadores estadounidenses, por favor, comiencen a atacar la torre!
Tang Mo se detuvo mientras las dos personas que comían también miraban hacia la distante torre negra. Volvió la cabeza y miró el reloj que colgaba de la pared del quiosco.
『19:18』
—El horario de juego es entre las 6 y las 18 en punto todos los días. El horario de juego para China ya terminó. Estados Unidos… tiene una diferencia horaria de trece horas. ¿El horario de juego se calcula según la hora local? Pero el anuncio es global…
Tang Mo seguía avanzando.
Este anuncio no fue como cuando el polizón Fu Wenduo accedió a la torre negra. Cesó con una sola transmisión en lugar de repetirse tres veces.
No fue un jugador chino quien inició el juego de ataque a la torre, sino un jugador estadounidense. Tang Mo caminó por la carretera y pasó junto a un hombre de mediana edad que estaba sangrando y al borde de la muerte.
—Vayan, vayan y mueran… Mueran… —dijo el hombre, regodéandose.
Eran las once de la noche cuando Tang Mo finalmente llegó al distrito de Jing’an. Los coches de la calle estaban destrozados y tuvo que trepar por encima de ellos. Esto hizo que su velocidad decayera. También tomó el camino equivocado en una oportunidad. Una vez que llegó al distrito de Jing’an, se escuchó la voz alta y clra de un niño en la tranquila noche.
¡Ding, dong! ¡La jugadora oficial del Distrito 2 de Estados Unidos, Mary Van Der Sar, ha completado con éxito el primer piso de la torre negra!
Tang Mo arqueó una ceja con sorpresa. Este no era el jugador que inauguró el juego de ataque a la torre.
¡Ding, dong! 19 de noviembre de 2017. Un total de dos jugadores en el mundo han completado el primer piso de la torre negra. Los 416,23 millones de jugadores restantes, intenten atacar la torre.
Los pasos de Tang Mo se ralentizaron mientras miraba la sombra suspendida en el aire.
Recordó claramente que ayer había más de 490 millones de jugadores conectados al juego. Ahora… ¿Había 80 millones menos? ¿Fue porque China y Estados Unidos atacaron la torre o fue que los jugadores murieron de otras formas?
¿80 millones de personas murieron tan pronto?
La expresión de Tang Mo era sombría mientras seguía avanzando. Las luces de la calle parpadeaban constantemente. Sacó la linterna de su mochila e iluminó el mapa. No dijo palabra alguna mientras caminaba tres cuadras y llegaba a una intersección. Después de un tiempo, vio señales de tráfico que indicaban que era una zona escolar y supo que se encontraba cerca de la escuela.
En ese momento, escuchó un crujido. Había pisado un fragmento de vidrio. Miró hacia abajo y vio muchos trozos pequeños de vidrio en el suelo. Levantó la vista de nuevo y descubrió la razón detrás de esto: la farola estaba rota.
Esta solo era la primera de muchas farolas rotas.
Tang Mo miró el camino que conducía a las puertas de la escuela.
Solo dos luces brillaban en la oscuridad. El suelo estaba cubierto de fragmentos de vidrio. El viento nocturno silbaba y soplaba a través de los árboles a ambos lados de la carretera, y las sombras de estos parecían fantasmas silenciosos.
A pesar de ello, Tang Mo permaneció impasible incluso después de pisar los fragmentos de vidrio.
El viento frío sopló el dobladillo de su chaqueta pero sus ojos estaban tranquilos, como si no hubiera notado nada.
De repente, levantó los pies y con rapidez dio dos pasos hacia la izquierda. En el lugar donde acababa de estar, apareció un gran clavo del grosor de un dedo grande. Si lo hubiera pisado, las plantas de sus pies definitivamente habrían sido perforadas.
Levantó la cabeza y miró atentamente a su alrededor.
Estaba a cien metros de las puertas de la escuela.
Era temprano en la mañana y soplaba el viento frío de la noche. No había nadie en los alrededores. Continuó avanzando. Los clavos mágicos aparecieron dos veces más. Uno de ellos incluso flotó con descaro frente a su cara. Si hubiese dado un paso en falso, el clavo le habría perforado los ojos. Por fortuna, reaccionó muy rápido y escapó.
Estas extrañas situaciones solo ocurrieron cuando comenzó a acercarse a la escuela. Ahora estaba a solo una docena de metros de sus puertas. Si quisiera volver a la intersección, tendría que recorrer ochenta metros.
Vaciló por un momento antes de decidir ingresar a la escuela para investigar.
—¡No vengas! —gritó una voz con urgencia.
La voz era joven y fuerte, con un toque de inmadurez.
—¿Eres estudiante de la escuela? —respondió Tang Mo de inmediato.
—No vengas. Tú… ¿quién eres?
—No tengo intenciones hostiles. Busco a un estudiante. Es la hija de mi amigo.
El gran clavo que flotaba frente a Tang Mo cayó al suelo, aparentemente ya no obstruía su camino. Avanzó sin obstáculos y llegó a la puerta de la escuela. Mirando a través de los barrotes del suelo, no vio a nadie, ni siquiera al joven con el que acababa de hablar.
—¿Dónde estás? —Tang Mo frunció el ceño y preguntó en voz alta.
—¿Tú… no eres una mala persona? —preguntó el niño con timidez.
—No lo soy. ¿Tienes problemas? ¿Necesitas ayuda? Tengo algo de comida y agua aquí.
—Yo… estoy en la sala de guardia junto a la puerta. Pon la comida y el agua en la entrada. No entres…
Tang Mo sacó una botella de agua y una bolsa de galletas de su mochila y se dirigió a la puerta de la sala de guardia. Caminó con lentitud y se detuvo a mitad de camino.
—¿Por qué no vienes? —preguntó el niño.
Tang Mo sonrió y continuó. El niño no volvió a hablar y el silencio reinó. No articuló palabra mientras caminaba. Llegó a la puerta de la sala de guardia y de repente aceleró el paso, dirigiéndose a un lado de la puerta e irrumpiendo en la pequeña sala de guardia a través de la ventana.
Los fragmentos de vidrio cayeron sobre los escalones por los que Tang Mo estaba a punto de pisar, los cuales se derrumbaron en un instante y revelaron un gran agujero de siete u ocho metros de profundidad. En el fondo había muchos cuchillos afilados apuntando hacia arriba.
—¡Maestro, se dio cuenta! ¡Maestro, ayúdeme!
Los pedazos de vidrio ordinarios no podrían dañar la piel de Tang Mo. Incluso la velocidad con la que reaccionaba y corría superaban a la mayoría de los humanos. El niño regordete gritó horrorizado al verlo. Se dio la vuelta y escapó, pero Tang Mo era más rápido que él. Lo agarró por el brazo y lo arrastró hacia atrás.
—¡No te muevas! ¿Quién eres y qué quieres? —Se escuchó una voz masculina ansiosa.
Tang Mo miró hacia arriba para ver a un joven con una camisa blanca correr a la sala de guardia. Parecía que acababa de despertar, su cabello estaba desordenado y su rostro enrojecido.
—¿Por qué lo haces? ¿Estás tratando de matarme? —preguntó Tang Mo.
—Suéltalo primero. No le hagas daño. ¡Te daremos todo lo que quieras! —dijo el joven apresuradamente.
Tang Mo notó que algo andaba mal. Se estaba preparando para preguntar sobre la situación cuando una voz dijo:
—¿Tang Mo? ¡Finalmente estás aquí! Oye, déjenlo tranquilo. Sr. Li, él no es una mala persona. Es Tang Mo, el amigo del que les estaba hablando. Quería ir a la escuela a buscar a alguien pero acabamos separados. Vine a la escuela para ver si podía encontrarme con él.
Tang Mo miró a la persona.
—¿Li Wen?
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La autora tiene algo que decir:
Tang Tang y Mayor Fu: Esto es trampa. No nos vimos.