La Tierra está en línea – Capítulo 65: Batalla campal, no hay problema

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Tras un día de descanso, las heridas profundas de la espalda y el cuerpo de Tang Mo estaban mucho mejor y los hematomas menores habían desaparecido. Por la tarde, fue a la tienda de ropa y esperó a Fu Wenduo.

—¿Te cambiaste la ropa por una deportiva? —le preguntó, observando sus zapatillas.

—Sí.

Se había levantado temprano para ir a la tienda de ropa y adquirir el conjunto que vestía. Quería aprender habilidades de lucha y mejorar su fuerza para evitar ataques como el de Bai Ruoyao.

—¿Adónde vamos? —preguntó Tang Mo—. Sé que hay una escuela primaria a dos kilómetros con un campo de atletismo estándar.

—Pasé por allí cuando llegué a este centro comercial.

Sin más, se dirigieron a la escuela primaria. No era probable que hubiera jugadores allí, aun así, revisaron con cuidado todos los edificios antes de entrar en el campo de atletismo.

Nadie había limpiado y la zona estaba cubierta de maleza. Fu Wenduo caminó hasta el centro del campo, donde la hierba le llegaba a las rodillas.

—En el pasado, el ejército reclutaba gente por todo el país cada seis meses para entrenar —explicó  Fu Wenduo.

—¿Eras el responsable del entrenamiento?

Recordó que Luo Fengcheng había dicho que Fu Wenduo era el mayor más joven de China y el capitán de un equipo de fuerzas especiales.

—Nunca me encargué de entrenar a gente nueva —respondió y lo miró con una sonrisa, sus ojos eran oscuros y extraños, como si estuviera pensando en algo interesante.

—¿Por qué?

—Porque si los entrenaba, serían asesinados por mí.

Es bastante interesante…, reflexionó y siguió a su acompañante hasta el centro del campo.

—Sin habilidades y sin armas. Solo intenta atacarme.

—¿Quieres diagnosticarme primero?

—Este es un juego de la torre negra y yo soy tu enemigo. Tienes que…

Matarme.

No completó la oración antes de que Tang Mo se moviese como un rayo y saltase hacia él. Formó un puño con su mano derecha, el movimiento provocó una ráfaga de viento y casi se estrelló contra la cara del mayor, que se hizo a un lado. Tang Mo se lo esperaba y dio una patada con su pierna derecha.

La maleza se dobló por la ferocidad del viento, mientras que Fu Wenduo utilizó su mano derecha para presionar su pierna hacia abajo. Los dos se enredaron, el polizón esquivó casi todos los ataques.

No utilizó ninguna habilidad para luchar. Su técnica no era ofensiva. Aparte de «Un Hombre rápido», que aumentaba sus posibilidades de ganar en el combate cuerpo a cuerpo, escupir fuego y la ráfaga de viento, no tenía ninguna otra habilidad ofensiva. Dependía de su fuerte condición física.

Era una capacidad de reacción extrema y una visión dinámica combinadas con su gran velocidad y fuerza. Tang Mo no se quedaría atrás aunque se encontrara con el campeón mundial de boxeo. En cuanto tocara a la otra persona, esta perdería.

No sería capaz de doblegar a los artistas marciales, pero tenía el poder de someter a diez de ellos.

Sus ataques eran despiadados y mortales, dirigidos a los ojos y la sien. Sin embargo, Fu Wenduo los evitaba cada vez. Los dos hombres intercambiaron decenas de asaltos en el centro del campo de atletismo. La maleza estaba cortada y el polvo amarillo cubría el cielo. Tang Mo miró a su alrededor y no atacó, su pie barrió el suelo y el polvo se levantó.

Fu Wenduo se sorprendió por primera vez. La arena amarilla le hizo cerrar los ojos por un momento y en ese segundo, la mano derecha de Tang Mo formó un puño, con el dedo corazón abultado, y apuntó a la sien, junto al ojo izquierdo. En el momento en que estaba a punto de golpear, una palma bloqueó su ataque y sostuvo su mano.

Trató de liberarse, pero Fu Wenduo se aferró, avanzando para conseguir un bloqueo de su pulso. Al mismo tiempo, dio una rápida patada cruzada y el cuerpo del joven fue presionado contra el suelo. La mano izquierda del polizón sujetó su muñeca mientras con la derecha lo agarró por el cuello y lo presionó contra el suelo.

—Hace un momento, cerré los ojos. No deberías haber apuntado a mi sien, porque sabes que es mi mayor defecto. Yo también lo sé y estaré en guardia.

Después de diez minutos, Fu Wenduo se relajó mientras el otro jadeaba, le soltó la garganta y lo liberó. Ambos descansaron un rato.

—Otra vez —indicó el mayor.

Tang Mo no dijo nada y volvió a atacar. Sintió por primera vez lo que se llama desesperación.

Fu Wenduo no había mentido cuando dijo que mataría a los reclutas durante un entrenamiento. Era un hombre con extraordinaria condición física y mental, era invulnerable a menos que lo superara en poder de combate.

Tenía hematomas en todo el cuerpo y la sangre brotaba de la comisura de la boca, se levantó una vez más y volvió a atacar.

Luchar era la mejor manera de aprender. Sus músculos habían ido desarrollando reflejos de muchos movimientos.

Fu Wenduo expuso una vulnerabilidad, Tang Mo actuó, pero fue bloqueado con facilidad por lo que lo golpeó con el pie.

El mayor entrecerró los ojos y utilizó ambas manos para agarrarle la pierna, pero la sucesión de golpes lo obligó a agacharse para evitarlo.

Tang Mo levantó el pie derecho y dio una patada hacia arriba. Algo frío le envolvió el tobillo, tirando de sus pies hacia adelante. No pudo reaccionar y fue arrastrado al suelo. Fu Wenduo levantó una mano hacia su cuello mientras la otra estaba en sus tobillos, doblando su pierna derecha hacia arriba. El ceño de Tang Mo se tensó.

—¿Te has puesto las zapatillas para poder moverte? —le preguntó Fu Wenduo.

—Sí… —respondió sin comprender—. Es más adecuado para hacer deporte. ¿Está mal?

—Las zapatillas son para hacer deporte. Por eso se llaman zapatillas deportivas —explicó—. Pero cuando se lucha, llevar esto significa que estás medio muerto —Con la mano izquierda le presionó el tobillo y la fría temperatura hizo que el joven frunciera el ceño—. El tobillo es una parte vulnerable del cuerpo humano. Si utilizara un cuchillo para cortar aquí, ¿serías capaz de ponerte de pie?

Tang Mo lo miró con consternación.

Fu Wenduo lo soltó su mano y se levantó.

—Solemos llevar botas de combate para proteger los tobillos y evitar que entren otras cosas en el calzado. En cualquier caso, es imposible llevar zapatillas de deporte —Hizo una pausa antes de volverse para mirar a Tang Mo—. Está oscuro. ¿Seguimos mañana?

Tang Mo permaneció en silencio durante un momento. Se levantó y se quitó la hierba y la suciedad de su cuerpo antes de asentir.

—Bien. Te veré por la tarde en la tienda de ropa —dijo Fu Wenduo.

Bajo la oscura noche, los dos volvieron al centro comercial.

Tang Mo miró la figura de Fu Wenduo hasta que desapareció y entrecerró lentamente los ojos. Una vez que confirmó que el hombre se había ido, se retorció la muñeca dolorida.

Maldición, farfulló, por haber resultado tan herido, jamás pensó que su entrenamiento resultaría de esa manera.

Si los dos utilizaran habilidades y accesorios, no estaba claro quién ganaría, Tang Mo confiaba en la habilidad «Un hombre rápido».  Sin embargo, basándose solo en las habilidades de lucha, Tang Mo no podía vencer a Bai Ruoyao y este no podía vencer a Fu Wenduo.

Pero esto no lo desanimó. Volvió a su coche y pensó durante mucho tiempo, recordando algunos de los movimientos que aprendió y acabó quedándose despierto toda la noche. A la tarde siguiente, fue a la tienda de ropa.

Fu Wenduo llevaba un rato esperando. Miró hacia abajo y vio que Tang Mo se había puesto un par de botas gruesas. Sonrió y preguntó:

—¿El campo de atletismo?

—De acuerdo.

—Vamos.

Durante medio mes, Tang Mo sintió la diferencia natural entre un profesional y un aficionado. Pero él no era ni eso, en el transcurso de su vida, solo luchó unas pocas veces. Además, Fu Wenduo era un experto entre los profesionales, lo golpeó hasta que ni siquiera su madre fue capaz de reconocerlo. Aunque su vida nunca corrió peligro, dudó de si su estado físico había mejorado, pero si era el caso, también lo sería para Fu Wenduo.

En la tarde del decimoquinto día, los dos habían luchado muchas veces. El joven volvió a lanzar polvo y cuando Fu Wenduo cerró los ojos le dirigió un puñetazo a la sien. Pero tanto su puño como su pierna que se adelantó a asestar un golpe, fueron bloqueados con tranquilidad.

Se agachó. Una de sus manos se apoyó en el suelo, mientras que la otra agarró los isquiotibiales de Fu Wenduo,le sujetó el tendón de la rodilla y le levantó la pierna, tirándolo en el suelo.

Su rodilla se fijo sobre su pecho y su mano en su cuello, Fu Wenduo dejó de agarrarle la mano.

Los dos hombres se miraron, bajo el atardecer amarillo.

Después de unos segundos, Tang Mo se rió.

—Maestro Fu, su tendón… —Miró al hombre—. ¿Fue lesionado por mí?

—Sí, está roto, así que solo me queda un pie para levantarme.

El ex bibliotecario aflojó las manos y se acostó a descansar.

Parecía que había ganado, pero sabía que si Fu Wenduo quisiera ganar, podría hacerlo. Además, sus peleas no eran para vencer, sino para entrenar, no obstante, estaba de buen humor por al fin haber sido capaz de contraatacar.

Ahora se creía capaz de darle un poco de batalla  a Bai Ruoyao como mínimo, le arrancaría una capa de piel.

Era de noche y debían volver, pero Tang Mo seguía tumbado en el duelo, descansando.

—¿Vendrás de nuevo? —preguntó Fu Wenduo con voz baja.

—Vendré de nuevo mañana —respondió de inmediato.

¿Finalmente ganó un partido y aún así quiso volver? No volverá a ocurrir mañana, pensó Fu Wenduo.

Se limpiaron la maleza y el polvo de la ropa y volvieron juntos al centro comercial. Tang Mo se dirigió al aparcamiento subterráneo. No había llegado al coche en el que descansaba cuando vio a Tang Qiao de pie en una esquina de la escalera. Parecía estar esperándolo.

—El doctor Luo te está buscando —comentó al verlo. Hizo una pausa y miró detrás de Tang Mo—. ¿El señor Fu no está contigo?

—¿Luo Fengcheng también lo está buscando? —preguntó en respuesta.

Tang Qiao asintió.

—El doctor Luo me dijo que los encontrase a los dos lo antes posible.

—He quedado con él mañana.

—Entonces deberías ir primero —indicó antes de girar para irse.

Desde que Nie Feng y Ye Yuanze habían muerto, Tang Qiao se volvió más reticente. Tang Mo, la observó antes de dirigirse a la tercera planta del aparcamiento subterráneo.

♦ ♦ ♦

Luo Fengcheng llevaba un rato esperando en su despacho, interrogó a Tang Mo en cuanto lo vio entrar:

—¿El mayor Fu no está contigo? Pensé que estaban juntos estos días.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó con recelo, habían estado en un campo de atletismo en el que no había nadie.

—No sé qué hacen después de salir del centro comercial, pero los dos se encuentran allí todos los días. Es fácil averiguarlo. —Se rio—. ¿Están atacando instancias juntos? No es una gran decisión. Provocarán que la dificultad del juego se dispare. No vale la pena la pérdida.

Estaba equivocado. En comparación con el aumento de la dificultad del juego, Tang Mo creía que su cooperación con Fu Wenduo haría que la fuerza del equipo mejorará. Pero no había necesidad de decirle eso.

—Estás pensando demasiado. Solo le pedí al mayor Fu que me enseñara algunas técnicas de lucha.

Luo Fengcheng se quedó atónito antes de decir:

—Ahora estoy pensando aún más… —Cambió de tema—; De hecho, el asunto esta vez está relacionado con el mayor Fu. Él no está aquí, así que puedes informarle.

—¿Qué es?

—Jack conoció ayer a un jugador de Nanjing y confirmó que Nanjing es el sexto distrito de China.

Tang Mo ya había dejado de pensar en ello, se había concentrado en entrenar y despejar algunas instancias simples de tipo S.

—De acuerdo, se lo diré a Fu Wenduo mañana —dijo después de un momento.

—Después de todo, confirmó que su primo menor está vivo. El mayor Fu podría ir a Nanjing a buscarlo. Sin embargo, Tang Mo, también puedes decirle que considere la instancia de reunión antes de ir allí.  Le puede resultar interesante.

—¿Qué instancia? —preguntó con sincera curiosidad.

Luo Fengcheng sonrió.

—¿Parece que no escuchaste el aviso de la torre negra esta mañana? Es muy interesante.

♦ ♦ ♦

A la tarde siguiente, Fu Wenduo llegó a la tienda de ropa.

—¿Hay algo mal? —preguntó en cuanto vio al dubitativo Tang Mo.

—Luo Fengcheng me dijo ayer que el sexto distrito de China está confirmado como Nanjing. Tu primo debe estar ahí.

—De acuerdo.

—¿Vas a ir?

—Mi plan es atacar el tercer piso de la torre negra en un mes y luego dejar Shanghai. No parece que tenga que irme antes.

Era probable que Fu Wenduo fuera su único familiar vivo. A pesar de no ser cercanos, seguían siendo primos. Era imposible dejar que un niño de once años sobreviviera en el peligroso mundo del juego.

Eso también significaba que no harías equipo para atacar la torre.

—¿Vas a volver a Beijing? —Tang Mo sonrió.

—Primero iré a Nanjing —respondió, después de un instante—. Si no lo encuentro, volveré a Beijing.

Prefería quedarse allí que en la desconocida Shanghai. Era igual que Tang Mo. Si no hubiera pasado nada, ya habría regresado a Suzhou.

—Yo también voy a Beijing —le comentó.

Fu Wenduo se sorprendió ante la súbita coincidencia. Se convenció a sí mismo de que él iba allí por alguna razón mayor.

—¿Por qué? —inquirió, tenía los ojos entrecerrados.

—Tengo un amigo de la universidad que está en Beijing. Ya te lo había dicho —le explicó.

—¿Solo por eso? ¿Ir a una ciudad extraña a miles de kilómetros por un amigo?

—Mayor Fu, ¿por qué buscas a tu primo? Hace más de un año que no lo ves.

—Es mi primo.

Tang Mo sonrió.

—Puede que sea tu último pariente. Del mismo modo, mi amigo de la universidad es probablemente mi último buen amigo.

En el corazón de Tang Mo, su afecto hacia Hao Zi y Lao Wang no era menor que el de un pariente. Cuando sus padres murieron ellos lo habían acompañado.

Antes, le habían preocupado los peligros del camino, pero ahora se sentía con la fuerza para ir a Beijing, ¿por qué no podía ir?

Fu Wenduo respiró profundamente y miró a Tang Mo.

—¿Debemos ir juntos?

—Vamos juntos.

—De acuerdo.

Viajar juntos haría que ambas personas estuvieran más seguras.

—Ah, sí, Fu Wenduo, hay una instancia de reunión mañana por la mañana. ¿Quieres participar? —preguntó Tang Mo cuando recordó la conversación del día anterior.

Fu Wenduo levantó una ceja, al parecer, su entrenamiento lo había hecho perderse del anuncio.

—¿Una nueva instancia de reunión?

—Luo Fengcheng me lo contó. La nueva instancia que la torre negra lanzó ayer por la mañana es muy interesante. Será a las 08:31 a.m. del 1 de febrero, la ubicación es el Puente Nanpu en el Distrito Huangpu, la recompensa del juego es desconocida y el jefe del juego es el líder del Circo Extraño.

—¿Circo Extraño? —puntualizó, ambos tenían contacto con él.

—No es solo por el Circo Extraño. Es la condición previa para los jugadores que quieran entrar en esta instancia.

—¿Cuál es la condición?

♦ ♦ ♦

Hace un día, la crujiente voz de niño sonó por todo Shanghái:

¡Ding, dong! La instancia de reunión está abierta por tiempo limitado. La ubicación del juego: el Circo Extraño del Reino Subterráneo. La recompensa del juego: Desconocida. El jefe del juego: el jefe del Circo Extraño. El primero de febrero a las 08:31 horas, los jugadores están invitados al puente Nanpu del distrito de Huangpu para participar en el juego.

¡Por favor, tengan en cuenta! Solo quienes hayan superado con éxito el primer piso de la torre negra pueden entrar en el juego.

¡Por favor, tengan en cuenta! Solo quienes hayan superado con éxito el primer piso de la torre negra pueden entrar en el juego.

♦ ♦ ♦

A las 08:31 a.m., del primero de febrero, junto al puente Nanpu, dos sombras negras cruzaron rápidamente desde un edificio y se escondieron tras una zona poco visible bajo el puente. Tang Mo levantó la muñeca y miró el reloj.

—Queda un minuto.

—Ten cuidado de no hacer ruido —le advirtió Fu Wenduo.

El joven asintió.

Sus ojos estaban clavados en el majestuoso puente, recelosos de los nuevos enemigos. Pero cuando la torre negra les indicó que faltaba un segundo, no vieron a nadie más allí.

Una deslumbrante luz blanca parpadeó frente a sus ojos y Tang Mo pensó con calma: No hay muchos jugadores en Shanghai que hayan superado el primer piso. Por lo tanto, solo unos pocos jugadores tendrán la opción de atacar esta instancia de reunión. Sin embargo, una voz alegre pronto interrumpió sus conjeturas. Tenía un tono agradable con un toque de regodeo.

¡Ding, dong! Los jugadores Fu Wenduo y Tang Mo han entrado con éxito en la instancia de reunión «Noche Sorpresa del Circo Extraño». A las 08:31 de la mañana del primero de febrero, un total de veintitrés jugadores han entrado con éxito en la mazmorra. Solo dos de ellos han superado ya el segundo piso de la torre negra. Se ha activado el efecto «enemigos públicos». Los nombres en clave de los jugadores Fu Wenduo y Tang Mo son Señor A y Señor B. Abriendo el modo de enemigos públicos.

Los ojos de Tang Mo se abrieron de par en par y no tuvo tiempo de reaccionar cuando una voz más fuerte sonó en los oídos de todos los que entraron en el juego.

¡Ding, dong! Has entrado en la instancia de reunión «Noche Sorpresa del Circo Extraño». Sugerencia: hace dos meses, el jefe del circo capturó tres criaturas y abrió un espectáculo de monstruos mágicos para ellos. Todavía no se sabe quién, pero alguien dejó escapar a uno de los monstruos. El espectáculo de monstruos fue denostado por el público y el jefe del circo estuvo a punto de caer en bancarrota. El pobre jefe está muy enfadado y capturó personalmente al monstruo fugado. Dentro de siete días, celebrará una «noche sorpresa» en la que despedazará al monstruo ante millones de espectadores. Esta vez, el jefe del circo no volverá a perderlo. Y es que ha contratado a los mejores detectives del reino para que lo vigilen hasta ese día.

Liberando la misión principal: todos los jugadores, por favor, quiten el pobre monstruito de las manos de los malvados Señor A y Señor B. Bonificación: una Moneda de Oro del Rey por la vida de cada uno. Recordatorio amistoso: la Moneda de Oro del Rey puede usarse para abstenerse de cualquier juego de la torre negra.

El cuero cabelludo de Tang Mo sentía un cosquilleo.

El efecto de enemigos públicos: veintiún jugadores intentando matarlos para ganar una Moneda de Oro del Rey.

Giró lentamente la cabeza para mirar a Fu Wenduo. Casi podía oír el sonido de sus dientes rechinando. Se calmó y miró la letra que le colgaba sobre la cabeza.

—¿Señor A…?

—Señor B… —contestó, mirando la parte superior de su cabeza.

La voz de la torre negra se escuchó en sus oídos:

¡Ding, dong! Liberando la misión principal: eñor A y Señor B, impidan que el monstruo recién recapturado del líder del circo sea robado por los malos durante siete días.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Tang Tang: ¡M$@%&#, no debería estar en un equipo con el viejo Fu! ¡Veintiún  jugadores de la torre negra del primer piso vienen a matarnos! ¡Juntos! ¡¡También me dió una paliza durante medio mes!!

Viejo Fu: Cariño, no te he dado una paliza. Se llama batalla campal.

Tang Tang: Si lo mato personalmente, ¿puedo obtener una moneda de oro?

Una respuesta en “La Tierra está en línea – Capítulo 65: Batalla campal, no hay problema”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido