La Tierra está en línea – Capítulo 77: ¡Te mereces haber sido soltero desde que saliste del vientre de tu madre!

Traducido por Shisai

Editado por Meli


Un rastro de duda apareció en los rostros de los hermanos cuando escucharon el nombre de Li Wen.

—¿Li Wen? No he oído ese nombre antes. ¿Por qué? Hermana, ¿has oído este nombre antes?

—Nunca lo he oído —respondió ella.

No estaban fingiendo, sus expresiones decían que no conocían a Li Wen. Tang Mo observó el reloj que llevaba el hombre en la muñeca.

Fuera de la ventana, el viento se volvió ligero y el sonido de la lluvia desapareció de forma gradual.

—La lluvia ha cesado —Fu Wenduo dijo en voz baja.

—¿Adónde irán ahora que ha dejado de llover? —preguntó el joven.

Ya había anochecido y la luna menguante colgaba en el cielo.

—Está oscuro afuera. No podemos dejarlos ir así —comentó Wang Wenjuan, había entusiasmo en su voz. No ocultaba su deseo de mantenerlos con ellos. Pero pronto añadió en un intento de encubrir sus emociones—: Si… si quieren quedarse una noche en nuestra casa, no es imposible. No tenemos ninguna habitación extra, pero pueden dormir en el salón.

—¿De dónde salió ese reloj? —preguntó Tang Mo.

El hombre lo observó un momento antes de levantar la muñeca y mirar el reloj. Metió la mano en el bolsillo y sonrió.

—Lo compré hace tiempo. Señor Víctor, está bien si se niega a decirnos nada sobre el exterior. Puedo entenderlo…

—¿Dónde lo compraste? —volvió a preguntar.

—Solo… —Parecía aturdido—. Lo compré en un centro comercial.

—¿Cuándo? —inquirió con una fría sonrisa.

Los hermanos Wang se limitaron a observar en silencio antes de dar la vuelta y correr a gran velocidad. Pero Tang Mo fue más rápido que ellos. Dio una patada en el suelo y agarró el cuello de Wang Wenhao. Los ojos de Wang Wenjuan se abrieron de par en par cuando lo vio. Sacó una pistola negra de su bolsillo y le disparó.

Su postura al sostener el arma no era ordinaria. Su velocidad de disparo y puntería eran mejores que las de Tang Mo. Estaba claro que había utilizado el arma muchas veces. El duro sonido de los disparos sonó y el ex bibliotecario evitó la bala, soltando su agarre sobre Wang Wenhao. Sin embargo, por la corta distancia, la bala le desolló la mejilla, dejando una marca de sangre poco profunda.

Los hermanos saltaron tres pasos hacia atrás, alejándose dos metros, antes de precipitarse otra vez hacia Tang Mo desde dos direcciones, una por la izquierda y otra por la derecha. El hombre se acercó a la mesa y sacó una daga afilada de debajo de ella. La joven protegió a su hermano.

Habían ignorado a «Tang Ji», porque en un abrir y cerrar de ojos, tres sombras se precipitaron desde la hierba en el exterior y una cuarta persona saltó del tejado, sosteniendo un machete en la mano mientras gritaba. Fu Wenduo levantó un brazo para bloquear el cuchillo, y las chispas de metal salieron disparadas por la colisión. El hombre se sorprendió por el sonido.

Tang Mo luchaba con los hermanos en el interior de la casa y fuera, Fu Wenduo se batía con cuatro hombres.

La mujer no tenía la habilidad de dar a los objetivos, pero el espacio era pequeño así que solo tenía que disparar para bloquear el camino de Tang Mo. La fuerza de Wang Wenhao era alta. Su daga se estrelló contra la mesa de madera y esta se partió por la mitad.

Tang Mo se movió a un costado para evitar la daga y luego ladeó la cabeza para esquivar la bala. Rodó por el suelo, sacó una pistola plateada y apuntó a la mujer. Esta se sorprendió y se precipitó hacia un lado para escapar. Él entrecerró los ojos y apretó el gatillo.

La bala pasó por el lado de la mujer y se incrustó en la pared. Volvió a disparar y siguió sin acertar.

—¡No puede disparar! —celebraron los hermanos al unísono.

Sin miedo de ser heridos, se lanzaron a matarlo. El hombre apuntó con su puño al lado derecho, ella se agachó y barrió hacia la pierna izquierda, lo hicieron retroceder, pero Tang Mo no se quedó quieto.

Wang Wenjuan levantó su pistola y le disparó a las cejas mientras Wang Wenhao apuntaba a la garganta con la daga. En ese momento, la mano del ex bibliotecario pasó por encima de la daga a una velocidad difícil de detectar a simple vista y agarró el cuello del hombre. Giró la cabeza y la bala salió disparada hacia la pared detrás de él.

Los hermanos estaban exhaustos. Sus frentes estaban llenas de sudor. Todos sus ataques habían sido bloqueados con facilidad.

Tras ver que su hermano había sido capturado, la mujer dudó un momento antes de darse la vuelta y correr. Un machete salió disparado junto a su cara y se clavó en la pared, bloqueando su vía de escape.

Fuera, tres cuerpos yacían en el suelo mientras un hombre de mediana edad ensangrentado se arrastraba con desesperación. Fu Wenduo se detuvo en la puerta y lanzó un cuchillo.

En solo tres minutos habían sido todos derrotados.

La mujer vio a su hermano y compañeros, una pizca de miedo cubrió sus ojos antes de caer lentamente de rodillas.

Tang Mo utilizó su habilidad de encontrar un amigo para confirmar que Wang Wenhao era un jugador de reserva. Por eso acabaron con los seis de forma fácil.

Desde que conocieron a los hermanos Wang, descubrieron que no eran buenas personas.

Dijeron que se acercaron al escuchar disparos, sin embargo, habían huido al campo para no chocar con otros jugadores. Entonces, el sentido común dictaba que debían esconderse en casa y no espiar a los jugadores como lo hicieron. Además, no tenían callos en las manos por el trabajo agrícola

Fu Wenduo se encontró con tres emboscadas en la carretera de Beijing a Shanghai. Los hermanos Wang eran jugadores de ese tipo. Tang Mo pensaba ignorarlos hasta que vio el reloj que llevaba Wang Wenhao.

Su memoria se volvió muy buena después de que la Tierra se conectará y por eso recordó que en la escuela de Shanshan, Li Wen le explicó con orgullo la procedencia de su reloj: «¿Ves esto? Es un regalo de cumpleaños de mi padre. Es un reloj de edición limitada de Rolex, del que solo hay tres en China».

En ese momento, Tang Mo solo quería mirar el reloj. Sin embargo, el tonto y dulce hijo de segunda generación hablaba de todo, tanto si los demás querían escuchar como si no.

Hace cuatro meses, Li Wen se enteró que su madre seguía viva y decidió viajar a buscarla. Por lo que se separaron en Shanghai.

Tang Mo sujetó el cuello de Wang Wenhao y le preguntó:

—¿Vienes de Shanghai? —interrogó a Wang Wenhao, sujetándolo por el cuello.

—No… —Tragó saliva y abrió mucho los ojos—. No, venimos de Nanjing. No conocemos a ningún Li Wen. Este reloj se lo robamos a un polizón, luego de matarlo, hace dos meses. ¿Crees que he matado a tu amigo? ¡No! No sé de dónde sacó el polizón el reloj. No maté a tu amigo.

—No hemos visto a ningún Li Wen ni lo hemos matado —aclaró la ansiosa mujer.

Tang Mo los contempló en silencio. Quizás no mentían, tal vez, solo robaron el reloj a la persona que probablemente mató a Li Wen.

Los hermanos se sintieron afortunados de no haber matado al amigo de un sujeto tan fuerte. De hecho, cuando vieron a Tang Mo y a Fu Wenduo, asumieron que eran fuertes y no pensaban atacarlos, sin embargo, al ser descubiertos, fueron ellos quienes los siguieron para refugiarse de la lluvia.

—Víctor, hermano, —habló Wang Wenhao después de treinta minutos de silencio—. Te daré todos los accesorios que hemos agarrado. Por favor, no nos mates, por favor…

—¿Tienes muchos accesorios? —preguntó Tang Mo.

—¡Sí! —respondió con los ojos que irradiaban alegría—. ¡Los tenemos! Todo lo que robamos está en la habitación de la esquina en el segundo piso. Hay muchos accesorios y armas. Se los entregaremos, siempre y cuando no nos maten… —su voz se detuvo abruptamente mientras miraba detrás de quien lo sujetaba.

Tang Mo también se volvió para mirar, estaba sorprendido.

Fu Wenduo clavó un cuchillo en la cabeza de la mujer. Se oyó el crujido del cráneo y la sangre brotó.

—¡Te voy a matar! —gritó Wang Wenhao, tratando de golpear con ambos puños a Tang Mo.

El ex bibliotecario movió la cabeza y apretó los dedos.

Con un chasquido, le rompió el cuello a Wang Wenhao. Caminó hacia Fu Wenduo y le preguntó:

—¿Qué pasa?

—Nada, tendríamos que matarlos de todos modos —dijo sin inmutarse.

Tang Mo miró hacia afuera a través de la puerta. Delante del edificio de dos plantas había tierras de cultivo que parecían haber sido removidas. Y después de la intensa lluvia, el aroma de la tierra impregnaba el aire.

—Sí, hay que matarlos.

Luego de que la Tierra se pudiera en línea, hubo muchas muertes, pero Tang Mo era indiferente a ello mientras no estuvieran locos como la organización de polizones asesinos, no tomaría medidas.

Se ocuparon de los seis jugadores, confirmaron que no había más gente escondida y empezaron a buscar los accesorios robados.

Había muchos objetos de utilería almacenados en un rincón del segundo piso. Sobre todo armas que iban desde dagas hasta pistolas, cosas que optaron por no agarrar. Tang Mo vio un pequeño caballo de madera y lo tomó. Lo golpeó suavemente tres veces y aparecieron pequeñas líneas de texto en el cuerpo.

【Objeto: Caballo de Troya】

【Propietario: Liu Feng Wang Wenhao Tang Mo】

【Calidad: Excelente】

【Grado: 1】

【Función: Un caballo de Troya con un efecto mágico de sigilo. Una vez que las cosas se esconden en el vientre del Caballo de Troya, el Troyano abrirá el efecto de sigilo. Las personas que no sean el usuario y el destinatario no pueden ver al Troyano.】

【Restricciones: El efecto de sigilo dura una hora y el Troyano se mueve a una velocidad de cinco kilómetros por hora. Solo puede utilizarse una vez cada tres días.】

【Observación: Las cartas de amor escondidas en el Caballo de Troya nunca serán descubiertas.】

Era un objeto interesante, así que decidió llevárselo.

Cuando regresaron al todoterreno todo estaba oscuro, revisaron que no hubiese enemigos alrededor y que el vehículo estuviera intacto antes de descansar en él.

Tang Mo se tumbó en el asiento trasero y observó el caballo de madera. Era hueco, del tamaño de la palma de la mano de una persona. Solo podría caber en él algo pequeño como una carta de amor.

Parecía inútil, por eso Wang Wenhao y los demás no le prestaron atención. Pero si se utilizaba en el lugar adecuado, podría tener el efecto de revertir una situación.

—¿Quién es Li Wen? —preguntó Fu Wenduo.

—Es un amigo —contestó después de un momento—. Lo conocí cuando me trasladé de Suzhou a Shanghai. Pasamos algún tiempo juntos. Su familia seguía viva y él quería ir a buscarla, así que nos separamos.

El polizón emitió un ligero zumbido y no preguntó nada más.

Tang Mo metió el caballo en su mochila y miró al techo con un sentimiento desconocido.

Li Wen debía estar muerto. No lo conocía mucho, como para estar triste, pero se sentía extraño.

Descansaron durante la noche y continuaron su viaje por la mañana. El suelo estaba limpio después de la fuerte lluvia.

Condujeron durante medio kilómetro antes de encontrar más de diez coches bloqueando la carretera.

Tang Mo se bajó y empujó los vehículos atascados en la carretera.

—¿Acaso esos seis jugadores usaban este método para detener a otros jugadores y luego matarlos? —se preguntó en voz alta.

—Seguramente. Está claro que los coches fueron empujados aquí para bloquear la carretera, no se ve como un accidente de tráfico —respondió el mayor, señalando un jeep usado y un coche pequeño.

—Wang Wenhao era un jugador de reserva, fuerte, pero sin ninguna habilidad especial. Al bloquear el camino y obligar a otros a limpiar la barricada, tenía la oportunidad de observar la fuerza del enemigo. Si los jugadores eran débiles, les robaban y los mataban. Si eran poderosos, no actuarían.

—¿Disparaste dos veces ayer?

Tang Mo se congeló, lentamente, se volvió para mirar al hombre que estaba a su lado y que empujaba una furgoneta a gran velocidad.

—No he oído mal —dijo con una sonrisa—. Fueron dos disparos. Entonces… ¿no lograste darles?

El ex bibliotecario siguió empujando los coches con cara inexpresiva. Se dirigieron al cruce de Zhejiang y Nanjing. Decidieron parar por la noche e ir a Nanjing por la mañana.

La pistola de Fu Wenduo tenía un total de ocho balas de las que Tang Mo disparó siete,.

—Mis balas son especiales y su poder es alto. Explotan al golpear un cuerpo, como una bomba. Tengo muchas de ellas en casa, en Beijing. Pero ahora no tengo ninguna. Puedes probar otras balas por el momento.

Tang Mo asintió. Había guardado en su mochila las balas que encontró en la casa de los hermanos Wang. Cambió la bala especial por las ordinarias en la pistola y se dirigió al lado del camino. Apuntó a un viejo árbol y apretó el gatillo.

Practicó durante una hora entera y disparó más de treinta balas, pero solo catorce dieron en el blanco. Cada vez que disparaba, recordaba sus defectos y hacía ajustes. Fu Wenduo lo observaba desde un lado.

Cuando el cielo se oscureció por completo, regresó al coche.

Le era extraño compartir el vehículo. Desde la infancia, siempre tuvo pocos amigos. Durante la universidad, solo había cuatro personas en su dormitorio y luego uno se mudó. Se llevaba bien con ellos y con uno jugaba al bridge. Pero era incómodo hablar con Fu Wenduo sobre los temas que hablaba con sus amigos de la universidad.

Quizá estaba demasiado cansado, porque pronto se quedó dormido tras cerrar los ojos. Un débil sonido de respiración llenaba el coche. Fu Wenduo lo oyó dormirse y se sentó en el asiento del conductor, mirando tranquilamente al cielo.

Sin la luz de la ciudad, se podían ver muchas estrellas en el cielo nocturno.

Luego de un momento, el polizón abrió la puerta y el ligero movimiento despertó a Tang Mo. Abrió los ojos y a través de la ventanilla, vio una figura fuerte y alta que caminaba hacia la parte delantera del coche y se apoyaba en él. Lo observó sacar un cigarrillo de su bolsillo, encender el mechero y prenderlo.

Tang Mo miró su espalda, una pequeña llama roja ardía en la oscuridad, la figura de Fu Wenduo parecía fundirse en ella.

Después de un rato, giró la cabeza y cerró los ojos para seguir durmiendo.

Al día siguiente, continuaron su camino. Fu Wenduo sostenía su barbilla con una mano y conducía con la otra, mientras el ex bibliotecario revisaba el mapa y señalaba el camino de vez en cuando. Hasta su llegada al límite de Nanjing.

♦ ♦ ♦

Al mismo tiempo, un sedán escarabajo rojo salió de Shanghai y circuló por la autopista Shanghai-Chengdu.

—¿Por qué no has elegido un coche mejor? —se quejó un apuesto joven, en el asiento del pasajero—. Este es tan femenino…

La joven de pelo corto que conducía hizo una mueca.

—Es bueno encontrar un coche que funcione. No digas tantas tonterías o tendrás que conducir.

Lu Xing se quedó sin palabras, pero después de un largo rato, refutó:

—Quiero conducir, definitivamente conduciré.

An Chu se rió.

—¿Quién fue el que se presentó cuatro veces al examen de conducir y sigue sin saber cómo frenar y acelerar? El mismo que vino llorando a la escuela porque el profesor no le dejó aprobar.

Lu Xing tenía la corazonada de que si decía una cosa más, la mujer con la que había crecido podría lanzarlo al centro de la tierra, así que permaneció en silencio hasta que se animó a preguntar:

—¿Es el hermano Xiao esa persona poderosa en Nanjing?

—Claro,su nombre no es común y él ha trabajado en Nanjing. Además, ni hermano es el tipo de persona que sobreviviría. Es una maldición, el azote de mil años —An Chu hablaba con disgusto pero había un poco de emoción en su rostro—. Debe estar vivo. Es él.

—Sí, debe ser el hermano Xiao.

♦ ♦ ♦

A cientos de kilómetros de distancia, estaba el hito de los sicomoros a ambos lados de la carretera. Tang Mo miró las señales del mapa y los edificios de los alrededores.

—Estamos aquí.

Habían llegado a la antigua capital de las Seis Dinastías.

♦ ♦ ♦

La autora tiene algo que decir:

Viejo Fu: ¡Ja, ja, ja, he oído dos disparos y ninguno de ellos ha impactado! ¡Ja, ja, ja, ja!

Mo Tang: [¡Te mereces haber sido soltero desde que saliste del vientre de tu madre!]


Shisai
Cuando de la nada lees conversaciones de personajes secundarios... ¿qué nos estará queriendo decir la autora?

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