Traducido por Shisai
Editado por Meli
Cuando la torre negra terminó de abrir el juego, Tang Mo y Fu Wenduo ya habían corrido hasta el borde del distrito comercial de Xinjiekou. Los gritos de los jugadores se oían en todo Nanjing. La instancia de realidad a gran escala tomó a todo el mundo desprevenido.
Al regresar debajo de la torre negra, Xiao Jitong se acercó a ellos.
—El juego comenzó.
—¿Cómo estás? —le preguntó Tang Mo al ver la fina capa de sudor que le cubría la la frente.
—Estábamos de pie bajo la torre negra cuando anunció, en toda China, que el juego había comenzado. El significado de este juego de limpieza de basura de la última persona es obvio. —Hizo una pausa y miró a los dos hombres, antes de decir con una sonrisa—: En Nanjing, los jugadores son los últimos y también son basura.
Al igual que Tang Mo, Xiao Jitong no dejó escapar ninguna información. La clave para resolver el juego estaba probablemente dentro de las palabras anunciadas.
—Si mis especulaciones no son erróneas, hace diez días se cumplieron cien días desde que la Tierra se conectó —explicó Tang Mo—. A partir de ese día, tres pequeños puntos de luz aparecieron en la torre negra de Nanjing. Fue una señal de que se estaba cargando este juego.
—¿Quieres decir que la torre negra pasó diez días preparándose para el juego? —inquirió Fu Wensheng que acababa de llegar corriendo.
—Sí. —Tang Mo asintió—. La torre negra primero anunció el Distrito 10 y luego los demás. El 5 de marzo, de mil veintiún torres negras sobre China, solo eligió a diez, ¿qué criterio utilizó?
—Los más débiles —intervino Fu Wenduo.
—Quizás, aunque no sé bajo qué criterio se juzgó la fuerza de cada uno. —Tang Mo cambió de tema, con el juego en marcha, eso ya no era trascendental—. Decía que Nanjing tiene once estaciones de eliminación de basura. ¿Las has encontrado?
—Acabo de hacer que Chai Rong envíe gente a buscarlas —respondió Xiao Jitong.
—Hemos encontrado una… —anunciaron miembros del Grupo de Nanjing, que jadeaban por haber corrido—. ¡Está muy cerca de aquí!
El grupo los siguió. Cruzaron deprisa dos calles y pasaron junto a varios rascacielos. Chai Rong no dijo cómo la encontró, pero todos lo supieron cuando vieron, sorprendidos, el pequeño y extraño edificio que estaba frente a ellos.
En el centro de una espaciosa intersección, una casa baja se asentaba en medio de tres rascacielos. Era tan excéntrica que resultaba graciosa. El tejado era rosa brillante, las paredes verde fresco y las ventanas azul cielo. Parecía haber sido dibujada con las herramientas informáticas de círculo y rectángulo, ya que no había signos de error. Sobre su techo flotaban burbujas redondas de dibujos animados.
—Estación de eliminación de basura —leyó alguien.
Un miembro del Grupo de Nanjing se sobresaltó.
—¿Qué es eso? —Un miembro del grupo se acercó a la casa, pero fue detenido por la mano de Ningning.
—La sexta regla del juego, cada jugador solo puede entrar una vez en la estación de eliminación de basura —citó Ningning con frialdad.
—No iba a entrar —se apresuró a explicar el hombre—. Solo estoy echando un vistazo. Capitán, ¿ya lo vio? Hay una bola de luz allí. Está en la puerta de la casa.
Tang Mo ya había notado la bola de luz amarilla, del tamaño de un puño, suspendida delante de la puerta de la casita. Inspeccionó desde un costado y gritó:
—¡Tienen que venir a ver!
—Es inesperado —Xiao Jitong se dirigió al miembro del Grupo de Nanjing que acababa de hablar—. Pensaste que mientras no abrieras la puerta, no entrarías en la estación de eliminación de basura. Pero la casa no es más que un plano, un trozo de papel. Chai Rong, antes de que se encuentre la forma correcta de despejar la instancia, no debes dejar que nadie se acerque.
El miembro aludido asintió y se hizo a un lado.
Una de las nueve reglas del juego mencionaba que para despejar el juego se tiene que enviar la sorpresa del jugador a la estación de eliminación de basura.
—No sabemos qué es esta sorpresa, pero sí que cada hora aparecerá un grupo con cabeza de conejo, pero desconocemos su identidad. Si matas a uno te darán una insignia. La torre negra no suele dar información inútil… —expuso Xiao Jitong.
—¿Dónde están estas cosas con cabeza de conejo? —preguntó Chai Rong.
—Deben estar a punto de llegar o ya han aparecido —respondió Xiao Jitong.
—Entonces primero debemos matar a la gente con cabeza de conejo y conseguir insignias —declaró Chai Rong—. Eso no sería un error.
Xiao Jitong abrió la boca antes de volver a cerrarla. Tang Mo lo miró y comprendió lo que estaba pensando. Las personas con cabeza de conejo podrían ser: monstruos, personas subterráneas o criaturas creadas por la torre negra para el juego. Pero había otra posibilidad…, que las personas con cabeza de conejo fueran humanos, tal como él y Fu Wenduo, que adoptaron las identidades del señor A y el señor B en el circo.
Tang Mo pensó que la torre negra no haría un acto tan descarado de dejar que los humanos se mataran entre sí, ese no era su estilo. Al igual que Xiao Jitong, decidió esperar a la aparición real de las personas con cabeza de conejo antes de actuar, sin embargo, en caso de que fueran humanos… ¿los mataría para conseguir una insignia?
Tang Mo miró a Fu Wenduo, que también lo observaba. En tanto, el Grupo de Nanjing y el Grupo de Estrategia discutían tácticas para superar el juego.
—Si esa es la única manera de limpiar la instancia… —sonrió Tang Mo.
—Tienes la moneda de oro del rey —interrumpió Fu Wenduo.
—¿Y tú? —le preguntó después de un momento.
Fu Wenduo lo miró. Tang Mo tenía la moneda de oro y podía abstenerse de cualquier juego de la torre negra, pero su compañero no. Quizás matar gente era la única forma de superar la instancia… Ambos sabían lo complicado que era el modo difícil en el juego de ataque a la torre. El polizón dentro de poco atacaría el tercer piso y sabía que incluso él, podría no ser capaz de sobrevivir.
—Hay doce horas y cada hora aparece un grupo de cabezas de conejo. —Ambos sonrieron.
Tang Mo se disponía a hablar cuando se oyó un ruido extraño.
Todos se giraron en busca de la fuente. Fu Wenduo fue el más rápido en responder. Agarró por el hombro a alguien y lo sacó de detrás del árbol. La brillante luz de la luna brilló sobre la persona y el hombre alto con cabeza de conejo gritó horrorizado, aturdiendo a su captor.
El hombre conejo se liberó y se dio la vuelta para correr. Pero el polizón lanzó una cuerda delgada, cuando rodeó le rodeó el cuerpo, las largas orejas del conejo se irguieron, puso las manos en las caderas y emitió agudos silbidos que provocaron que la cuerda se aflojara.
—¡Ji, ji! —se jactó mientras escapaba.
Fu Wenduo, Tang Mo, Chai Rong y Ningning se apresuraron a perseguirlo, pero no pudieron atraparlo. Su velocidad era tan rápida que iba un paso por delante de Ningning, su poder de ataque se limitaba a sus garras y dientes que podrían arañar la piel, no obstante, su grito podía conmocionar las mentes de quienes lo oían.
Los demás miembros del Grupo de Nanjing formaron un círculo, bloqueando al hombre conejo en el centro y luego estrechando el cerco. Sus figuras se reflejaron en los sangrientos ojos rojos de la cabeza de conejo.
—¡Ji, ji! —Levantó la vista y movió las patas, su majestuosa figura saltó por el aire trazando un hermoso arco, esquivando a la multitud.
—¡Ningning! —gritó Xiao Jitong.
El cuerpo de la mujer centelleó y apareció bajo el lugar donde caería el fugitivo. Levantó su arco de plata y disparó una flecha, pero justo antes de golpear el pecho de su objetivo, una figura negra llegó detrás del sujeto con cabeza de conejo a gran velocidad.
Bajo la fría luz de la luna, un arma piramidal negra brilló cuando atravesó el corazón de la persona con cabeza del conejo, al tiempo que la flecha se le clavaba en la cabeza.
Fu Wenduo aterrizó en el suelo y el cuerpo del hombre que sujetaba, desapareció en incontables luces amarillas que se condensaron sobre su mano, dando forma a una insignia redonda de madera con una letra en el centro.
—Ese… —deletreó Tang Mo cuando tomó la insignia y luego miró a su compañero.
Los miembros del Grupo de Nanjing se acercaron también a ver, no obstante, unos gritos a su alrededor los detuvieron. El ruido abrumador, resonó en el cielo de Nanjing..
Paralizados, miraron en dirección al sonido. En la oscuridad, emergieron un par de ojos rojos, dos pares, tres pares…
Cientos de personas con cabeza de conejo de ojos rojos se escondían en todos los rincones de los edificios, árboles y centros comerciales de la zona. Observaban a los jugadores de Nanjing que estaban en la calle antes de mirar a la torre negra en el cielo y gritar:
—¡Ji, ji!
En medio de este terrible sonido se oyó una clara voz de niño.
¡Ding, dong! A las 18:00, el primer grupo de cabezas de conejo ha aparecido oficialmente.
Unas sombras negras saltaron por el aire, cubriendo el cielo de modo que la luz de la luna ya no podía brillar sobre la tierra. Los ojos de Tang Mo se abrieron de par en par al contemplar la espectacular y extraña escena. Miles de hombres con cabeza de conejo saltaban en curva por el aire, corriendo en todas direcciones sin mirar atrás.
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La autora tiene algo que decir:
Mo Tang: [No duda en tomar la placa de las manos del Viejo Fu.]
Viejo Fu: [Atónito durante largo rato] #Bueno, si mi esposa quiere verlo… #