Traducido por Shisai
Editado por Sakuya
El techo del Tártaro se abría.
【¡Se han producido grietas en algunas zonas del Tártaro!】
【¡Alguien está tratando de escapar de la cárcel!】
Junto con el mensaje de advertencia que apareció en el aire, todo el Inframundo se estremeció.
【¡Los jueces del Inframundo han notado las acciones del Rey Demonio de la Salvación!】
【—…Es sólo esta vez. Por favor, tenlo en cuenta, Rey Demonio de la Salvación.】advirtió Perséfone con voz cortante.
Se produjeron terremotos y un tenue portal comenzó a abrirse en el amplio techo del Tártaro. Perséfone había abierto una salida hacia el suelo. Briareus observó la escena y preguntó:
【—¿Qué dijiste para que la reina del Inframundo te ayude?】
—Sólo fueron algunas amenazas.
Hace 30 minutos, le envié el siguiente mensaje.
「Si te niegas a cooperar, haré públicas las imágenes del Tártaro por toda la Corriente Estelar.」
Tártaro tenía muchos secretos del Inframundo, ya fueran los reclutas secretos que entrenaban o las instalaciones institucionales ocultas. No sería bueno que las fuerzas hostiles al Olimpo conocieran toda esta información secreta sobre Tártaro.
Entonces Briareus sacudió la cabeza.
【—¿Su Majestad se sintió amenazada por eso?】
—Ella está de nuestro lado. Sólo necesitaba un pretexto para liberarme. Es una excusa para cuando las cosas vayan mal en el futuro.
Si esta Gigantomaquia fracasara y el Olimpo se enterara de lo ocurrido en el Inframundo, éste se encontraría en una situación difícil. Tal vez mi actual chantaje sería una defensa para el Inframundo.
Por supuesto, esta era una historia para cuando Gigantomaquia fracasara, pero no tenía intención de que eso ocurriera.
Briareus habló: 【—No parece que conozcas bien al rey y a la reina.】
—¿Eh?
El gigante esbozó una sonrisa cómplice en lugar de responder.
【Has recibido el Juramento de un Gigante.】
【¡Has adquirido una nueva historia semi-mítica!】
【Has adquirido la historia «El liberador de gigantes».】
【Esta historia se atribuye a «Una sola historia».】
«El liberador de gigantes» era la primera historia que debía obtener de esta guerra del Olimpo.
【—Liberador de gigantes, pronto los gigantes de este lugar entrarán en la Gigantomaquia. ¿Hay algo que quieras específicamente?】
—No hay limites, hagan lo que quieran.
【—…Empiezo a sentir curiosidad. ¿Por qué quieres llegar a ■■? Ninguna otra constelación ha acumulado logros como tú. ¿Estás soñando con una «historia perfecta»?】
Una historia perfecta. Algunos llamaban así a «Una sola historia». Una historia que nunca existió y que estaba formada por historias que nunca existieron.
—Sólo quiero ver el final con mis colegas. Juntos sin perder a nadie.
【—Será la historia más difícil del mundo. Nunca ha habido una historia así.】
Era cierto. Un mito sin sacrificios no existía en este mundo.
【—La probabilidad de la Corriente Estelar siempre se mueve de forma que obliga al sacrificio. El destino no te dejará ir fácilmente.】
—No lo sabré sin intentarlo. Además, el destino ya ha sido superado.
Recordé el destino que me había dado el maldito Olimpo. Incluso ahora, apretaba los dientes al recordarlo.
Sin embargo, la expresión de Briareus era seria.
【—¿Has vencido al destino?】
De repente, algo pasó por mi mente. Según la novela, todos los titanes nacieron con el poder de la profecía.
【—Liberador, el destino es un concepto mucho más amplio de lo que crees. El destino que te ha dado el Olimpo es sólo una mota de polvo en el mundo. El verdadero destino es inevitable. Si lo evitas, la probabilidad debe distorsionarse.
Esa retorcida probabilidad debe ser resuelta por alguien. Por eso no existe la historia perfecta.】
—No lo sabré si no lo intento. Lo haré si es posible. Mis colegas tampoco son tan débiles como para sucumbir al destino. —Salté al portal y declaré—: Entonces, reunámonos en Gigantomaquia.
Briareus asintió. 【—Te deseo la bendición de la historia.】
♦ ♦ ♦
—Kyrgios.
—Sí.
—Tal vez necesitemos la bendición de la historia —Jang Hayoung murmuró mientras veía a los retornados acercarse como ganado.
—No es necesario si tienes una buena formación.
Una espada que esparcía una luz blanca plateada surgió de detrás de Kyrgios.
Era una espada fabricada por los maestros de la Tierra de Paz, el hogar de Kyrgios durante décadas. Era el arma que viajó con él por numerosos campos de batalla y tenía el mismo rendimiento que una reliquia estelar. El hecho de que Kyrgios, quien rara vez usaba un arma, sacara la espada, demostraba que los oponentes no eran fáciles.
Dos figuras volaban a la cabeza de los retornados. Había un hombre de mediana edad con un precioso uniforme rojo y otro con un uniforme blanco y negro grabado con el símbolo de su escuela marcial.
—Extraño. Oí que la Santa de la Espada rompiendo el cielo estaba aquí.
—¿Te has vuelto a equivocar?
—¡Encuentrenla!
Las voces de los hombres de mediana edad eran profundas. Kyrgios salió disparado por los aires. Los de Murim se sorprendieron por el «estado» que llenaba el aire y se detuvieron al instante.
—Ustedes son el Demonio Celestial y el Demonio de Sangre —afirmó el hombre pequeño.
—¿Quién eres?
Kyrgios levantó su aura en lugar de responder. Un rayo brotó de unas nubes oscuras y una parte se posó en él. La técnica estrella de Kim Dokja, la Electrificación, emitía ahora un aura sublime.
—No llegarán a conocer mi nombre —los asombrados retornados dieron un paso atrás—. Morirán pronto.
Los relámpagos blanco-azules llenaron el cielo. Cualquiera de Murim conocería el nombre.
—¿Este es la Paradoja Baekchung?
La espada de Kyrgios apuntó hacia el cielo. Mientras la probabilidad se desbocaba, su estado chocó con los retornados. Hubo una gran presión de viento y Jang Hayoung y Sajeo fueron empujados hacia atrás.
En el centro del cielo estaban el Demonio Celestial, el Demonio de Sangre y Kyrgios. Cada vez que se producía un ataque, el espacio sonaba como un trueno. Era difícil creer que esta feroz batalla fuera un enfrentamiento entre humanos.
Jang Hayoung estaba extasiada mientras observaba la batalla.
Algún día, podré ser así de fuerte.
—¡Jang Hayoung! ¡Protege el complejo industrial con el grupo del Maestro del estilo rompiendo el cielo!
Jang Hayoung recobró el sentido gracias a la transmisión de sonido de Kyrgios y se movió con la perrita.
A excepción del Demonio Celestial y el Demonio de Sangre, quedaban aproximadamente mil retornados. Entre ellos estaban los diez maestros de Murim.
Una pequeña tormenta se desató alrededor del puño de Jang Hayoung. Algunos retornados quedaron atrapados por la presión del viento, pero decenas de ellos utilizaron sus cuerpos como punto de salto. Eran demasiados.
—¡Diríjanse al complejo industrial!
En su bando estaban Jang Hayoung, Sajeo, Zorro Volador y otros retornados. Aparte de Kyrgios, sólo unas pocas encarnaciones fueron capaces de enfrentarse a los retornados trascendentes.
En la parte norte del complejo industrial, una enorme fortaleza se acercaba disparando.
La cara de Jang Hayoung reflejó su entusiasmo.
—¡Gong Pildu!
De la fortaleza salieron proyectiles mágicos hacia los retornados y al instante aparecieron víctimas. Sin embargo, los retornados pronto se ordenaron y se defendieron de los proyectiles.
—¡Destruyan esa fortaleza!
La «Fortaleza Armada» de Gong Pildu era adecuada para la defensa, no para el ataque. Doscientos retornados se reunieron y se dirigieron a la edificación. El número de retornados que quedaban era de cuatrocientos. Los retornados cruzaron los muros y entraron en el interior del complejo industrial.
Entonces, como si estuvieran esperando, las fuerzas errantes dedicadas a defender el complejo industrial se movieron. Cho Youngran utilizó el poder del Primer Espiritista de Joseon. Lee Boksoon disparó su rifle de francotirador. Las técnicas de Jeon Woochi llenaron el aire y las balas atravesaron a los retornados.
—¡Gaak!
—¡El chamán! ¡Maten al chamán!
Los inocentes murieron como peces atrapados en las olas. Cho Youngran y Lee Boksoon empezaron a recibir heridas por el bombardeo de los retornados. Los vagabundos fueron empujados hacia atrás y algunos retornados gritaron.
—¡Escucha, líder de la zona de Seúl! ¡Si das tu vida, no habrá más sacrificios sin sentido!
La clave de la guerra de los retornados era derrotar al líder de cada fuerza. El objetivo central del escenario que recibieron los retornados que invadieron Seúl era derrotar al líder.
Un momento después, una luz resplandeciente surgió del interior del complejo industrial. La tez de Cho Youngran palideció mientras seguía defendiéndose.
—¡No! ¡Sookyung! —En el momento en que Lee Boksoon gritó, una mujer salió del complejo industrial.
—Soy la líder de Seúl —El Rey Vagabundo declaró.
En una mano sostenía la «Campana de Ocho Cuentas» rota y en la otra una daga de bronce. Algunos de los oponentes se tambalearon por el aura que emergía de los Símbolos Celestiales que sostenía.
—No hay necesidad de tener miedo. No puede usar el poder de su patrocinador.
Los retornados gritaron y Lee Sookyung sonrió amargamente. En la batalla del Castillo Oscuro, la mayor parte del estatus de la Madre Fundadora fue destruido. Aun así, ella tenía una manera de luchar.
「 Establece el centro y conviértete en el viento. 」
La espada de bronce que sostenía Lee Sookyung desprendía una luz brillante.
【La constelación ‘Rey Heungmu el Grande’ se sorprende por las acciones de la encarnación ‘Lee Sookyung’.】
【¡La constelación ‘Maitreya tuerto’ está advirtiendo que es peligroso!】
【La constelación ‘Seo Ae Il Pil’…】
Todas las constelaciones de la península coreana le mandaron advertencias al mismo tiempo. Ella lo sabía, ya estaba familiarizada con lo que sucedería si lo hacía.
Lee Sookyung echó un vistazo al complejo industrial. La imagen de la durmiente Yoo Sangah desdibujó la ventana.
Pensó en los niños que habían ido al Olimpo por el bien de Yoo Sangah. El recto soldado Lee Hyunsung, Jung Heewon, la cual no toleraba la injusticia, el feroz pero valiente Lee Gilyoung, la tranquila y talentosa Shin Yoosung.
También recordó a Lee Seolhwa, la cual tenía un corazón cálido y cuidaba bien de los miembros del grupo, y a Han Sooyoung, quien a menudo refunfuñaba, pero tenía un agudo sentido del humor.
Entonces se acordó de su hijo. El momento de que ese niño viviera. La historia que tanto soñó. El tiempo en que no pudo protegerlo.
La luz de la espada de bronce era tan brillante como el sol.
—Emperador del Cielo y el Dios del Viento —Lee Sookyung murmuró en voz muy baja.
Había una constelación asociada a cada una de las reliquias estelares de la península coreana. La espada de bronce que Lee Sookyung sostenía ahora mismo era uno de los Símbolos Celestiales.
【La constelación ‘Dios del Viento del Cielo’ está mirando a la Encarnación ‘Lee Sookyung’.】
Era una de las tres constelaciones que tenían el rango más alto en Hongik. Ahora Lee Sookyung estaba haciendo su última apuesta con su vida como garantía.
—¡Ven, Pungbaek!
El cielo se abrió y un aura azul rugió alrededor de la daga. Los retornados parpadearon ante la luz cegadora. Lee Sookyung miró al cielo y el cielo miró a Lee Sookyung.
Un momento. Por favor, préstame tu fuerza.
Entonces el cielo dio un aviso. Cayó un rayo negro azulado y Lee Sookyung respondió a la advertencia.
No importa.
Al momento siguiente, las chispas de la probabilidad aparecieron alrededor del cuerpo de Lee Sookyung. Sus huesos se desmoronaban y su piel se quemaba. En medio de este dolor, la mano que sostenía la espada se volvió pesada.
La fuerza del viento, que un humano no podría soportar, estaba anidada en su mano derecha. Era una de las constelaciones más fuertes de la península coreana, el poder de Pungbaek.
De izquierda a derecha, Lee Sookyung blandió su espada. Entonces el espacio se partió en dos. Era como si el mundo se hubiera partido por la mitad desde el principio. Todo a su alrededor fue desgarrado por la presión absoluta del viento que seguía la trayectoria de su espada.
—¿Qué…?
Diez, veinte, treinta… el número de retornados que murieron superó rápidamente el centenar. Todos los retornados que cruzaron los muros caían por los aires con la cintura cortada. Sus caras mostraban que no entendían el origen de su muerte.
Lee Sookyung sujetaba su temblorosa mano derecha y respiraba agitadamente. De un solo golpe, la mayoría de los retornados fueron destruidos. Por supuesto, no fueron todos.
Hubo retornados que se dieron cuenta del peligro en poco tiempo y se pusieron fuera de su alcance. Eran maestros del Tercer y Cuarto Murim.
—Se acabó. Mátenla.
Lee Sookyung miró a los maestros que se acercaban y sonrió. Hizo todo lo que pudo. Decenas de espadas se precipitaron hacia ella mientras caía por los aires. Se oyó el sonido de la carne al ser atravesada y sintió la muerte.
Sin embargo, no sintió el dolor de ser apuñalada. Abrió los ojos y vio la espalda de alguien. Una espalda muy ancha.
Yey ya está aquí, salva a ti suegra 🤭
Por un momento pensé que no llegaría TT