Lector Omnisciente – Episodio 62: Enemigo de Dios (6)

Jung Heewon emitió una luz blanca pura mientras apuntaba a Atenea con la Espada del Juicio.

【—Uriel… ¿No oí que Eden venía?】preguntó Atenea.

【—No estoy aquí como parte de Edén.】

【—¿Entonces?】

【—Sólo estoy ayudando a mi encarnación.】 Uriel continuó hablando. 【—Atenea. Hasta aquí, ¿no has hecho mucho por el Olimpo hasta ahora? ¿Cuánto tiempo vas a preocuparte por la Gigantomaquia? ¿Vas a seguir creando esto con el Buró?】

【—Estoy preocupada. Es muy serio, Uriel. Sólo intentamos recordar la historia para alentar el bien y castigar el mal. El bien gana y el mal es derrotado. Es correcto enfatizar esto unas cuantas veces.】

【—Alentar el bien mientras se castiga el mal…】

【—A medida que aumenten las buenas historias, las constelaciones consumirán buenos escenarios. Cuanto más ocurra esto, más limpia se volverá la Corriente Estelar.】

Los ojos de Uriel temblaron al oír las palabras. Llevar a cabo muchas buenas historias y escenarios mejoraría el mundo. Ciertamente, hubo un tiempo en que ella así lo creyó.

【—Entonces, ¿es mejor ahora la Corriente Estelar? ¿Las constelaciones aman las buenas historias?】

【—No es suficiente ahora. Pero, algún día…】

Las alas del ángel aleteaban.

【—Atenea, normalmente estás del lado de los débiles.】

Uriel miró a los gigantes que luchaban en el suelo. Para ser precisos, observaba al gigante más pequeño, la Santa de la Espada Rompiendo el Cielo.

【—Quiero preguntarte, Portavoz de la Justicia y la Sabiduría.】 El tono de Uriel cambió y la expresión de Atenea se volvió más estricta. 【¿Ese «gigante» es malvado?】

Atenea miró a Namgung Minyoung. Esta desgarró constelaciones, era pequeña pero fuerte. Tal vez era más fuerte que los gigantes que habían estado inactivos en el Tártaro.

Sin embargo, no fue fuerte desde el principio.

「 ¡Aléjate! ¡Aléjate de mí! ¡Chica desafortunada! 」

「 ¡Chica maldita! ¡Arruinaste a mi familia! 」

「 La sangre de los gigantes. Se dice que si comes el corazón de esa chica, ganarás la fuerza de un tigre. 」

Los sufrimientos que experimentó fueron narrados y entraron por los ojos de Atenea. Era una amargura que tenía que soportar sólo por haber nacido como un gigante o por tener una apariencia diferente.

Atenea se mordió los labios.

【—Todos los gigantes son peligrosos. Su naturaleza es feroz y pueden provocar otro terrible desastre.】

【—¿Desastre? ¿A quién traerán el peligro de desastre?】

Atenea empuñaba con firmeza su lanza, pero evitaba la mirada de Uriel.

【—Por supuesto, para los humanos…】

【—¿Humanos? ¿Desde cuándo el Olimpo se preocupa por los humanos?】

【—¡Uriel! Será mejor que tengas cuidado con tus palabras…】

【—Atenea, tú también lo sabes.】

Atenea entrecerró la boca y Uriel continuó.

【—Lo que estás intentando crear ahora mismo es un falso «fomentar el bien mientras se castiga el mal». Es un falso mito que designa arbitrariamente el «mal» y el «bien».】

Los ojos de Atenea temblaron.

【—¿Y qué si es falso? Incluso si es falso…】

【—Atenea, ¿lo has olvidado? El escenario de «alentar el bien mientras se castiga el mal» causa las «falsificaciones» rampantes.】 La voz de Uriel tembló al recordar la época de la «caza de demonios». 【—Atenea. En este escenario, no existe el bien ni el mal. Sólo existe nuestro deseo de ver la historia.】Uriel miró al cielo y brilló una luz. 【—Yo… no quiero ver más esta historia.】

El Arcángel Uriel miraba fijamente la Corriente Estelar.

【—Ahora quiero ver cómo se rompe el «verdadero mal».】

Los ojos de Atenea se abrieron de par en par. Su voz temblorosa brotó.

【—…Esa historia desapareció hace mucho tiempo.】

Uriel sonrió mientras me observaba.

【—Por eso vine aquí.】

La Espada del Juicio y la lanza de Atenea se apuntaban mutuamente.

【—Ya no hay lugar para compromisos.】

El arcángel del Edén chocó con la diosa del Olimpo. La embestida de Atenea fue más allá de lo probable. Jung Heewon pareció ser empujada al principio, pero la situación pronto se estabilizó gracias a la participación de Yoo Jonghyuk. No sería imposible detener a Atenea mientras durara la sincronización con Uriel.

【¡La constelación «Prisionero de la Diadema de Oro» se regocija en la sangrienta batalla entre constelaciones!】

【¡La constelación «Abismal Dragón de Llamas Negras» quiere que ambas mueran!】

【Las constelaciones del «mal absoluto» jalean la colisión entre constelaciones del «bien absoluto».】

A través de Biyoo entraba en el canal una enorme entrada. Biyoo se estremeció un poco.

【—Baat…】

Miré al otro lado del cielo. El problema era aquel hombre pelirrojo que volaba por ahí. Iba montado en un enorme carruaje con un sol rojo detrás.

Sol Todopoderoso, Apolo. Al igual que los mitos, tenía una cara muy bonita. Era casi suficiente para sobrepasar a Yoo Jonghyuk una vez… no, serían dos.

【¡La constelación «Sol Todopoderoso» está dirigiendo una intensa ira hacia ti!】

Era uno de los doce dioses y demasiado para mí solo. Plutón estaba roto y las partes de su cuerpo no se habían recuperado del todo. Tal vez mi cuerpo de encarnación se convirtiera en cenizas tras ser golpeado una o dos veces por el sol.

Sin embargo, no estaba preocupado porque yo no era el que lucharía contra él.

A lo lejos, oí algo parecido al claxon de una locomotora. Se oía el sonido de las ruedas de un tren. Hubo un momento en que no sabía lo aterrador que era este sonido.

【La constelación «Sol Todopoderoso» se siente confundido.】

Si en el Olimpo había doce dioses principales, en los Vedas había ocho Lokapala. El Lokapala que apareció era uno que yo conocía bien.

【—Suria, ¿por qué estás aquí?】

Los dos transportes chocaron, creando una explosión cegadora. La falta de probabilidad hizo que el tren de Suria no fuera tan grande como antes, pero fue suficiente para igualar al carruaje de Apolo.

【—Suria… ¿Puedo aceptar esto como una decisión de los Vedas?】

【—No tengo ninguna relación con los Vedas. Los dejé hace tiempo.】 Suria se rio. 【—Sólo vine aquí para determinar quién es el mejor dios del sol.】

Una luz solar abrasadora llenaba el aire. Era un enfrentamiento entre Suria y Apolo. Las flechas que contenían el poder de la luz de Apolo cubrían el cielo como una cascada y el tercer ojo de Suria interrumpió la trayectoria de las flechas. Dos mitos chocaban entre sí.

Le dejaría a Suria el enfrentamiento con Apolo.

Miré alrededor del resto del campo de batalla.

—¡Dokja! ¡Me gusta el nuevo escudo!

Lee Hyunsung, el cual sostenía el Escudo de Heracles, cruzaba el campo de batalla mientras derribaba héroes y soldados gigantes. Han Sooyoung gestionó con precisión su poder mágico y manejó uno a uno a los Heracles producidos en masa.

Una vez que la «Transformación de Escenario» empezó a derrumbarse, la balanza se inclinó ligeramente hacia nosotros. Los poderosos gigantes empujaron a los héroes mientras Lee Gilyoung y Shin Yoosung controlaron al dragón quimera, usando su aliento para convertir la playa en un mar de fuego.

Lee Jihye no paraba de disparar proyectiles a los Heracles. Había aumentado su poder mágico en preparación para este día.

【¡Un nuevo mito está surgiendo en Gigantomaquia!】

El mito de la Compañía de Kim Dokja estaba siendo grabado en tiempo real. Todos luchaban bien y no pasaba nada.

「 Sin embargo, Kim Dokja estaba extrañamente nervioso. 」

Era una corazonada muy pequeña. Sentí sutilmente que algo iba mal. No había nada malo cuando lo comprobé con calma. Uriel y Suria participaron oportunamente y Yoo Jonghyuk regresó sano y salvo de la crisis de la Tierra. Entonces, ¿por qué?

「 En realidad, Kim Dokja sabía la razón. 」

No.

「 Mira a tu alrededor. 」

El que buscaba no existía. Atenea, Jasón, Apolo, Aquiles…

Hubo muchos dioses y héroes que se hicieron un nombre en el Olimpo, pero ninguno de ellos era el líder del Olimpo.

Si el escenario era correcto, debería haber un líder más aparte de Ares. Tenía que matarlo para terminar este escenario.

Tal vez fuera el herrero volcánico Hefesto, que no había aparecido, pero no participó directamente en la Gigantomaquia ni en la novela original ni en las versiones revisadas. Entonces, ¿quién demonios era el otro líder del Olimpo?

「 En este momento, un héroe entró en los ojos de Kim Dokja. 」

【—¡Alto! ¡Tienes que parar!】

Miré al héroe. Un hermoso cuerpo bronceado y musculoso y unos ojos llenos de vértigo. El estatus que sentía de él era similar al de Yoo Sangah.

El héroe del laberinto, Teseo.

【—¡Esta pelea no tiene sentido!】

Teseo estaba tratando de detener la pelea.

【—¡Tenemos que parar aquí! ¡No hay necesidad de luchar contra los gigantes! ¡Hacer esto no ayudará al Olimpo! ¡Atenea! ¡Apolo! ¿No lo saben?】

No podía entender qué demonios estaba pasando. En las veces pasadas, Teseo nunca había aparecido y hecho tal cosa. No era una historia imposible, pero…

【—¡Por favor! ¡Para! ¡A este paso, el Olimpo…!】

Sucedió en ese momento. Una flecha roja destelló sobre la cabeza de Teseo. Era una flecha que decía que él era el líder del Olimpo.

Entonces Teseo se agarró la cabeza y gimió de dolor.

【—E-Esto… no, no. ¡No, Padre!】

Algo salió mal.

♦ ♦ ♦

Dionisio, el cual observaba la escena en el sofá de la Oficina de Administración, se levantó de un salto. La caja de palomitas rodó por el suelo.

El sorprendido Bihyung iba a abrir la boca cuando Dionisio exclamó.

【—¡Maldición! ¡¿Por qué está Teseo ahí?!】

Dionisio gritó a los dokkaebis. Era como si fuera el rey dokkaebi.

【—Prepara rápidamente el juicio de plausibilidad o todos los que están en ese escenario morirán!】

Al momento siguiente, hubo una explosión en la pantalla.

♦ ♦ ♦

No sabía lo que estaba pasando. Me zumbaron los oídos y mi visión se volvió completamente blanca. Fui alcanzado por la explosión y volé a través de las paredes de roca hasta una cueva.

【Tu cuerpo de encarnación está gravemente dañado.】

【El daño en tu cuerpo de encarnación es grave. ¡Necesitas tratamiento urgente!】

Me vendé las heridas para evitar que se escaparan mis historias. Me levanté tambaleándome y miré fuera de la cueva costera.

Un campo de batalla sembrado de sangre. La espuma me llegaba a la punta de los dedos de los pies y la brisa marina me empapaba los labios. Además, no veía a nadie en el campo de batalla.

No estaban Shin Yoosung y Lee Gilyoung volando en el cielo sobre un dragón. Lee Jihye dirigiendo la flota fantasma tampoco. Ni siquiera Lee Seolhwa y Lee Hyunsung, que se suponía que estaban ocupándose del apoyo.

—¡Yoosung! ¡Gilyoung!

No pude ver a Yoo Jonghyuk luchando contra Atenea en el cielo ni a Han Sooyoung destruyendo al Heracles fabricado en masa. Ni siquiera había Uriel o Suria.

—¡Han Sooyoung! ¡Yoo Jonghyuk!

Mis gritos resonaron en el interior de la cueva, donde soplaba la brisa marina. Mi corazón se hundió. ¿Qué demonios había pasado?

Al cabo de un rato, algo enorme emergió del agua. Un ser inconmensurable e inescrutable para la cognición humana.

Mientras me enfrentaba a él, pensé: Esto es un dios.

Sentía como si todas las constelaciones que había visto antes fueran falsas. Era una existencia que sólo podía describirse como un dios.

【—Soy la lanza que divide los límites del mar, Poseidón.】

El mítico padre del gran héroe del Olimpo, Teseo. En el momento en que sonó su verdadera voz, mi corazón palpitó y la sangre brotó a borbotones. Fue la primera vez que conocí a un dios exterior hace mucho tiempo.

Me temblaban las yemas de los dedos como si tuviera parálisis. ¿Por qué descendió Poseidón? No era posible. Poseidón nunca había intervenido en ningún período de la Gigantomaquia. Si una constelación de grado mítico como él interviniera, no sólo las probabilidades del Olimpo se verían seriamente dañadas, sino que todo el escenario saltaría por los aires.

Sin embargo, apareció aquí. ¿Pero qué demonios…? ¿En qué estaba pensando? Mi mano seguía temblando. Después de un rato, me di cuenta de que no era yo quien temblaba. El celular que inconscientemente sujetaba con fuerza estaba vibrando.

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