Lector Omnisciente – Episodio 64: Un camino que no es un camino (3)

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Una hora más tarde, Yoo Jonghyuk y sus compañeros regresaron a la Tierra.

Yoo Jonghyuk, Han Sooyoung, Lee Jihye, Jung Heewon, Lee Hyunsung, Shin Yoosung, Lee Gilyoung y Lee Seolhwa.

Lo primero que descubrieron tras atravesar a salvo el portal fueron las chispas parpadeantes en torno al centro del complejo industrial. Las chispas de la probabilidad caían sobre el centro de la Fábrica como relámpagos.

—…¿Qué demonios está pasando? —Lee Jihye preguntó, pero nadie supo responderle.

Subieron al dragón quimera y pronto llegaron a la Fábrica. Los miembros del grupo saltaron los muros y corrieron directamente a la sala del hospital.

Zorro Volador saludó cuando vio a la gente que entraba corriendo.

—¿Eh, ya has vuelto?

—Dokja… no, ¿dónde está Yoo Sangah? —Jung Heewon preguntó.

—Está por ahí, aunque creo que tú también necesitas que te atiendan…

—Estamos bien. Sólo trata a Hyunsung.

—¡Espera un minuto! Mi piel está un poco…

—Cállate y acuéstate.

Después de tirar al quemado Lee Hyunsung en una cama de hospital, Jung Heewon y los demás se dirigieron a la habitación de Yoo Sangah. Obviamente, pensaron que Kim Dokja se dirigiría primero ahí.

—¡Dokja! ¡Sangah!

—¡Eh, todo el mundo! ¡Si entran…!

Entonces los miembros del grupo se enfrentaron a una visión inesperada después de llegar.

—¿Qué está pasando? —Han Sooyoung murmuró.

No había nadie en la habitación del hospital de Yoo Sangah, aparte del mínimo personal médico. El alma de Yoo Sangah seguía rota. Kim Dokja no estaba a la vista.

Un aura negra se liberó del cuerpo de Han Sooyoung.

—Te estoy preguntando. ¿Qué está pasando?

El personal médico se amedrentó y escupió todo lo sucedido, desde la Guerra de los Retornados hasta el regreso de Kim Dokja.

—…Así que, Lee Sookyung fue a recibir tratamiento primero. Tal vez ahora, el último paso…

Antes de que las palabras terminaran, Han Sooyoung ya se había movido. Fue tan rápido que nadie pudo detenerla. Saltó sobre una silla cercana y agarró el cuello de un hombre más alto que ella.

—Hijo de puta. ¿Lo sabías todo?

El hombre no respondió.

—¿Por qué no lo dijiste correctamente? Si lo sabías…

—Si lo hubiese dicho, ¿podría haber cambiado algo?

La fría voz de Yoo Jonghyuk resonó en la habitación. La boca de Han Sooyoung tembló. ¿Podría cambiarlo si lo supiera? No lo sabía. No podía responder a la pregunta.

—Te pregunté si podrías cambiar algo —Yoo Jonghyuk volvió a mencionar.

—¡Bastardo!

Esta vez, el hombre no cedió. En el momento en que la presión alrededor de las dos personas iba a devastar los alrededores, Jung Heewon los detuvo.

—¡Paren los dos! ¿No ven que Yoo Sangah está presente?

【¡La constelación «Juez de Fuego de aspecto Demoníaco» está furiosa!】

Yoo Jonghyuk sacudió la mano de Han Sooyoung y habló con el personal médico.

—¿Dónde está Kim Dokja?

Han Sooyoung también se volvió hacia el personal ante la pregunta. En lugar de responder, el personal médico miró al unísono en una dirección. Era la habitación del hospital donde se estaba llevando a cabo la operación de Lee Sookyung.

—¿Kim Dokja está en esa habitación? —Han Sooyoung preguntó.

—Así es. Aileen dijo que lo necesita…

Los miembros del grupo se acercaron a la puerta del quirófano en silencio para no interferir en la operación. A través del cristal transparente, se podía ver a Aileen y a Kim Dokja dirigiendo la operación en la sala. Gracias a la iluminación, no se podía ver la expresión de Kim Dokja, pero definitivamente no tenía buen aspecto.

La mano de Kim Dokja temblaba y su mirada estaba ligeramente baja.

—…El estado de Ahjussi es un poco extraño —Shin Yoosung comentó.

♦ ♦ ♦

Cuando empezó la operación, lo primero que dijo Aileen fue: —Tienes que venir conmigo.

—… ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?

—Sí.

En cuanto entré, vi los fragmentos rotos de mi madre. Mi madre, quien derrotó a los retornados invocando a Pungbaek, estaba en un estado en el que todas sus historias estaban rotas.

「 —…Dokja. 」

En algún lugar, sentí que había oído estas palabras. Tal vez fueran las historias de mi madre. Pensé en tranquilizarla.

No te preocupes. Yo no elegí a nadie.

El alma de mi madre debe ser restaurada lo más rápido posible. De esa manera, tendría tiempo para salvar a Yoo Sangah. A partir de ahora, quedaba en manos de Aileen.

—Personal médico, comiencen a suministrar el poder mágico.

Aileen sacó un pequeño cepillo y empezó a recoger uno a uno los trozos de historias que flotaban.

La operación en sí era sencilla. Recoger los fragmentos de las historias dispersas y unirlos en su contexto.

Se trataba de recuperar el sentido de las frases perdidas. Era fácil de decir, pero el número de personas que podían realizar este tipo de cirugía mayor sólo se podía contar con una mano.

La más destacada entre ellos era Aileen Makerfield, la experta en historias que estaba a mi lado.

【¡La historia «Persona que repara una historia» ha comenzado!】

「 Cada palabra que llega a la punta de tus dedos se restaura a sí misma. 」

El final de la historia era, en definitiva, una parte de la historia. Cada vez que el pincel de Aileen se movía, las historias rotas empezaban a seguirle una a una. Los fluidos estelares eran el adhesivo que mantenía unidas las historias.

【¡El ítem «Soma» está funcionando!】

【¡El ítem «Néctar» está funcionando!】

Después de los primeros cuarenta minutos en el quirófano, la frente de Aileen estaba cubierta de gotas de sudor. La escena de la operación también aparecía en la novela, pero era la primera vez que la veía y me impresionó un poco.

Una vez reparada la historia general, tomó un sorbo de agua.

—¿Está bien si los fragmentos no están en contexto? —pregunté.

Me inquieté cuando vi que los fragmentos de la historia que Aileen había reunido no estaban perfectamente ordenados.

Ella se limpió ligeramente los labios.

—No pasa nada. Así son los humanos.

Ciertamente, sus palabras podían ser ciertas. En general, los humanos no eran seres ordenados. Pero sus palabras no habían terminado.

—Sin embargo, hay algunas frases que pueden ser serias si no se unen correctamente. Por ejemplo, estas partes.

Aileen señaló el alma de mi madre. A diferencia de las otras zonas restauradas, su corazón medio colapsado no había sido operado.

—De hecho, la cirugía de Sookyung llegó un poco tarde. Su tema ya está dañado.

—¿Tema?

El contenido de «Formas de Sobrevivir» fluyó por mi cabeza.

—¿Sabes que el alma de todo el mundo está hecha de historias?

—Ya lo he oído antes.

Fue una historia que me contó Perséfone.

—En cada alma hay un tema central que la penetra. La historia más importante que forma la esencia del alma —Aileen continuó hablando.

Recordé tardíamente una mención al respecto en la novela.

「 Toda historia tiene un tema. Incluso en una historia sin un tema, el tema es «no hay tema». 」

—Sólo la persona que mejor entienda esta alma puede tocar el tema.

Dudé un momento.

—Entonces la razón por la que dijiste que debía entrar contigo…

—Así es —Aileen asintió y continuó—: El tema sólo puede ser restaurado por la persona que mejor conoce el alma. Tienes que hacer esta parte tú mismo. Compartiré la historia…

No escuché el final de las palabras de Aileen.

【La historia «Persona que repara una historia» habita temporalmente al final de tu mano.】

¿Tenía que hacerlo yo?

—No queda mucho tiempo. Hay que empezar ya. Personal médico, ¡prepárense para suministrar energía mágica!

Me quedé mirando el alma de mi madre mientras sostenía el pincel. Mi madre yacía en silencio con los ojos cerrados, como una persona cubierta por un sudario. Tenía arrugas y heridas que yo desconocía. Tenía las cejas tiesas y las mejillas secas.

—Piensa en ello como en un libro. Imagina que todas las historias que tienes delante se convierten en un libro.

Miré las difíciles frases que flotaban frente a mí e intenté hacer gala de mi imaginación. Como si estuviera releyendo el libro que leía de niño, cerré los ojos y estiré la mano.

「 —Sí, ¿quieres leer ese libro? 」

Quité el polvo de la cubierta y lo abrí para ver la primera página rota y gastada. Volví a abrir los ojos y vi las historias flotantes reunidas al final de mi mano.

「 —Dokja. 」

Frase a frase, los fragmentos empezaron a hablarme. Moví lentamente el pincel. Pensé en mi madre. Recordé a mi madre. Había un olor a rancio mientras las palabras salían del pozo de los viejos recuerdos.

「 —Dokja, ¿qué tipo de personaje te gusta más? 」

Recordé los libros que leí con mi madre por primera vez. Moví el pincel inconscientemente. Las frases desbordantes se enlazaban a través de mi pincel.

「 —Parece que no te gusta el final. Sin embargo, no todas las historias pueden tener finales felices. 」

La persona que me dio razones para que me gustaran los libros. Por los pecados que cometí, ella fue a la cárcel. La persona que escribió un libro sobre nuestra historia. La persona que quería ver. La persona con la que estaba resentido. Era mi madre, pero también la persona más alejada de mí.

「 —Dokja. 」

La sangre en la sala y la sensación del cuchillo cayendo. Las siguientes palabras de mi madre.

「 —Léelo otra vez. 」

En cuanto terminé, el pincel se detuvo. Aun así, el tema de mi madre estaba incompleto.

—¿Rey Demonio de la Salvación?

La historia de mi madre que yo sabía que estaba hasta aquí.

「 —…Pecado. Si es pecado, es pecado. 」

「 —¿Todos los presos piensan así? 」

「 —Es curiosa la justicia de este mundo. 」

Todavía había numerosos fragmentos de historias flotando a mi alrededor, pero ya no me hablaban.

Los fragmentos tenían un contexto que yo desconocía. No podía oírlos y eran frases desconocidas.

De repente me sentí confuso, como si me hubieran metido en medio del primer libro que leí. Lo único que sabía de Lee Sookyung era que Lee Sookyung era mi madre.

La mano que sostenía el pincel temblaba. El temblor hablaba en mi nombre. No podía hacerlo. No era algo que pudiera hacer.

El arrepentimiento tardío me inundó como olas.

Debería haber hablado más con ella. Debería haberle contado más. Debería haber compartido más con ella.

La altura de la mano que sujetaba el pincel fue bajando poco a poco. Las historias de mi madre volvían a desmoronarse. Las historias desconocidas de mi madre iban a la deriva como burlándose de mí.

「 Tal vez no soy el único. 」

En el momento en que tuve este pensamiento, sentí algo a mis espaldas. Alguien, que no era yo ni Aileen, sostenía el pincel y miraba fijamente al aire.

—Esto es lo que me dijiste.

Había una mujer de mediana edad que vestía un bonito traje sobre un uniforme azul de presidiaria. Era Cho Youngran, que tenía como patrocinador al «Primer espiritista de Joseon». Otra mujer sostuvo un cepillo a su lado.

—No puedo creer que eche de menos los días en que hacíamos fila por el pan —Lee Boksoon, quien fue conmigo a Tierra de Paz, se rio.

Había varios vagabundos más en la sala. Cada uno sostenía un pincel con fluido estelar y poniéndose a pegar las frases. Las historias que me resultaban difíciles fluían libremente de ellos. Los enigmas que rellenaban eran evidentes.

Todos los vagabundos hablaban de Lee Sookyung.

Mi visión se nubló y no pude hablar durante un rato. La vida de mi madre se dibujó ante mis ojos. Había varias cosas que debería haber sabido, pero no sabía. Aun así, los vagabundos no completaron todo el tema.

Aún quedaban algunos fragmentos, buscando al dueño. Entonces alguien me agarró la mano. Mi mano, que sujetaba el pincel, se movió libremente y adjuntó una frase que desconocía. En el momento en que iba a expresar mi confusión, el dueño de la mano me cortó las palabras.

—Kim Dokja, sabes que no eres una persona divina.

La voz gruñona tenía olor a caramelo de limón. Han Sooyoung me quitó el pincel de la mano con gesto frustrado.

—Hay cosas en el mundo que no conoces, idiota.


Shisai
Me imagino la escena, gente reunida en una habitación de hospital con pinceles viendo frases fluir alrededor y en el centro, una cama con la madre de Dokja.

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