Traducido por Yonile
Editado por Meli
Cerdina recibió a Leah con una voz melodiosa, tierna y mirada afectuosa. Leah tembló un poco, pero logró contenerse para no parecer nerviosa. Como toda su atención estaba en Cerdina, no se dio cuenta de lo que la rodeaba: la habitación estaba llena de vestidos coloridos y joyeros.
Cerdina sonrió con gentileza y le habló a una Leah sorprendida.
—Byun Gyeongbaek envió todos estos regalos para ti. Son todos preciosos…
Debió saber que si le enviaba los regalos, los habría devuelto. Por eso los envió a la reina.
La idea de usar adornos elegidos por él la ponía enferma. Quería deshacerse de ellos de inmediato. Pero ahora que estaban en manos de Cerdina, no podía hacer nada más que aceptarlo.
Cerdina tomó una caja de terciopelo y sacó un collar reluciente, adornado con joyas caras. Leah se acercó dócilmente a ella y se sentó. Sintió el frío metal tocar su piel desnuda cuando le puso el collar. En el momento en que escuchó el clic del pestillo al cerrarse, se sintió atada por grilletes.
—¡Te queda muy bien! En el momento en que lo vi, pensé que era solo para ti. Byun Gyeongbaek seguro que tiene muy buen gusto. —Cerdina felicitó el collar.
—Gracias, madre. —respondió con un aire de indiferencia
Contenta al verla llevar el collar, Cerdina sonrió. Con movimientos elegantes, se levantó y le tendió la mano a Leah que la aceptó con un gesto de mala gana. Se dirigieron al comedor.
Leah se sentó con nervios al límite. Prestó mucha atención a sus movimientos, para no cometer ningún error.
Pasó el tiempo mientras comían aperitivos ligeros, el plato principal consistía en mariscos y carnes, y un postre dulce. Todo el tiempo, mantuvieron una pequeña charla.
—Lástima que Blaine no pueda estar con nosotros. Es tan adicto a la caza…
—Prometió cazar un zorro para ti, ¿no es así, madre?
—Sí, es el único que me cuida. Como su madre, estoy feliz con su extrema devoción hacia sus padres, pero me temo que podría ponerme celosa una vez que se convierta en el príncipe heredero.
Cuando la comida llegó a su fin, la mirada de Leah se posó en el pastel frente a ella mientras bebía un sorbo de vino.
Escuchó la voz del hombre, instándole: «Come más. Eres más delgada que las ramas».
Él había insistido en que comiera mucho pan y estofado. Una sonrisa amarga floreció en su rostro al pensar en él. De repente, se sintió tentada por el postre.
¿Quizás ella podría tener un pequeño bocado? El espeso pastel relleno de queso parecía llamarla. Con valentía extendió la mano.
—Leah —Una voz feroz resonó como si tuviera la intención de azotarla.
Leah, asustada, retiró la mano. Estaba segura. Ella había perdido la cabeza. ¿Comer un pastel frente a Cerdina, de todas las personas?
—Quería probar un pequeño bocado. Y-Yo solo me preguntaba a qué sabía. —Excusas incómodas brotaron de su boca.
—Espero que no estés descuidando tu dieta, en especial cuando tu boda se acerca. —La miró y sonrió con suavidad.
—Sí, tendré cuidado. Lo siento.
Leah dejó el tenedor. El plato todavía medio lleno atormentaba sus ojos. Ya había terminado la cantidad que solía comer, pero se sintió hambrienta ese día.
Trató de resistir el olor apetitoso de la comida y calmó su estómago vacío con vino.
♦ ♦ ♦
El hombre, montado a horcajadas sobre las gruesas ramas de un árbol cercano, miró el hermoso palacio real.
Inmerso en la oscuridad, el palacio de Estia era iluminado un poco por la luz de la luna. El elegante escenario era como una obra de arte; sin embargo, no hubo chispa de interés en los ojos dorados del hombre, que entrecerró los ojos levemente.
Está atrapada como una muñeca en un pintoresco palacio.
Había adelgazado tanto desde la última vez que la vio. Sus ojos se volvieron fríos.
—¡Ishakan!
Lo llamó un joven delgado que encaramó a la rama inferior como un gato ágil y subió al árbol.
—Todo está listo. Como solicitó, envié una carta, obtuve una respuesta y terminé el resto. —Inclinó la cabeza—. ¿Qué piensa hacer a continuación?
Ishakan pensó en una respuesta para Suha. Su aventura de una noche con ella no era parte de su plan original.
Hubo muchas razones por las que vino a Estia, pero la más importante fue su interés en Leah. Quería comprobar si todavía lo recordaba. Pensó que si la conocía y le hablaba una vez, sería capaz de dejar atrás los recuerdos del pasado. Quizás, si ella quisiera, él también le habría concedido sus peticiones.
Pero cuando escuchó que ella estaba buscando una aventura de una noche, ese plan se vino abajo como arena seca. No era raro que una noble satisficiera sus deseos sexuales a través de medios turbios.
Aún así, el hecho de que él fingiera ser un gigoló para acercarse a ella era más que ridículo.
Quería ofrecer un buen rollo de una noche a la princesa que pretendía ser casta por fuera, pero se comportaba con descaro. No estaba acostumbrada, obviamente tenía miedo. Después de todo, era su primera vez.
Ishakan recordó la noche de su aventura, y su pequeño susurro: «Quería morir».
No fue mentira. Ella había tomado una decisión. Podía verlo en sus ojos negros, aparentemente muertos.
Los labios de Ishakan formaron una línea.
—Ella no me recuerda.
Suha puso los ojos en blanco y abrió la boca.
—Fue cosa del pasado. Además, has cambiado mucho desde entonces.
Él estaba en lo correcto. Había cambiado más allá del reconocimiento.
—Sí, eso es correcto. Pero … —Apuñaló en el aire, como si quisiera matar la noche y preguntó en un tono serio y siniestro—: ¿vamos a encontrarnos con la princesa?
Esto me intriga
Gracias por actualizar
Gracias por el capítulo 🥰
¡Gracias a ti por leer la historia!