Matrimonio Oculto – Capítulo 169: Ella de verdad quiere robárselo

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


Después de que Ning Xi revisara las llamadas, continuó con los mensajes de texto. Al llegar al final, observó fijamente el último de la lista.

«Querida, de verdad subestimé tu valor». Enviado por YS.

¿Por qué este tipo me envía algo como esto de repente? ¿Qué hice ahora?

Lu Tingxiao había borrado la llamada, así que Ning Xi no sabía lo que los dos hombres habían hablado la otra noche.

—¿Sucede algo? —Le preguntó Lu Tingxiao al ver que su expresión era algo rara.

—No es nada… —Simplemente lo consideró un ataque de locura de esa persona y lo ignoró. Luego bajó el teléfono y le hizo una pregunta—: ¿Cuándo llegará Pequeño Tesoro?

—Debería estar por llegar.

En el momento en que escuchó eso, Ning Xi se tocó la cabeza sin pensarlo.

—¿Dónde está el broche que me dio?

—Está aquí, te ayudé a guardarlo —dijo Lu Tingxiao, abriendo un cajón de la mesita y entregándoselo. Ning Xi se lo puso feliz.

Al ver el accesorio en su cabeza, un rastro de arrepentimiento pasó por el corazón del hombre. Si lo hubiera sabido antes, no le habría dado la pistola. Si le hubiera dado un collar, una pulsera o unos aretes, ella podría haberlos usado todo el tiempo…

En realidad, le había preparado otro regalo antes: un anillo. Desafortunadamente, no era el momento correcto para dárselo.

Mientras los dos conversaban, un golpe sonó en la puerta. Ning Xi salió de la cama y fue a abrirla. Como esperaba, el niño había llegado.

—¡Querido, estás aquí!

Después de que Pequeño Tesoro entrara en el cuarto, lo primero que hizo fue tirar de sus ropas rápidamente con sus pequeñas manos, al parecer pidiéndole que se inclinara.

—¿Qué sucede? —Preguntó ella, arrodillándose. De inmediato, el pequeño chocó su frente con la de ella con una expresión completamente seria.

Ning Xi no pudo resistirse y se rió con fuerza.

—Hehe, querido, ¿estás verificando mi temperatura? Relájate, acabo de usar el termómetro para tomarla. ¡La fiebre se ha ido!

Pequeño Tesoro siguió mirándola preocupado. Con una expresión descorazonada, miró fijamente el moretón que quedó en su brazo por la bolsa de la intravenosa. Ning Xi lo rodeó con sus brazos y lo reconfortó palmeando su espalda.

—No frunzas el ceño de nuevo, ¡todo mi dolor desapareció en el momento en que te vi!

Este pequeño bollo era una cura milagrosa. Ella de verdad quería robárselo.

—¿Quieres ir abajo para caminar un rato? —Le preguntó Lu Tingxiao.

—¡Sí, sí! —Tenía muchas ganas de mover su cuerpo después de haber estado durmiendo todo el día. Tampoco era bueno encerrar a Pequeño Tesoro dentro de la habitación.

Los tres pasaron frente a otro cuarto en su camino al ascensor. Allí había un grupo de reporteros con cámaras en los brazos, rodeando una puerta y creando un gran escándalo al pelearse por entrevistar a la mujer dentro.

—Xueluo, ¿aún no te las has arreglado para contactar con Ning Xi?

—Todavía no, no han llegado noticias de ella.

—Ning Xi está intentando esconderse porque teme ser arrestada. ¿Hay algo que te gustaría decir sobre eso? ¿Qué pretendes hacer a continuación?

—Yo… No lo sé…. Todavía no puedo creer que ella fuera capaz de hacer algo así…

—Escuchamos que la Corporación Ning y Starlight Entertainment han retirado sus fondos para expresar sus quejas a la película. ¿Ha habido alguna respuesta del equipo de producción? ¿Van a reemplazar a Ning Xi?

—No estoy segura acerca de ello, deberías preguntarle a los representantes del equipo de producción.

—Si Ning Xi aparece y se disculpa, ¿la perdonarás?

—Si es sincera con su disculpa, podré perdonarla. Sin embargo, el impacto negativo que ha creado en el círculo del entretenimiento no es algo que pueda resolverse con meras palabras. ¡Y no depende de mí perdonarla por eso!

♦ ♦ ♦

Ning Xi se había chocado inesperadamente con esta escena donde Ning Xueluo actuaba como una flor inocente al máximo. No pudo contener su ceño fruncido. Era ahora que se había dado cuenta de que había estado quedándose en el mismo hospital que Ning Xueluo, y que incluso estaban en el mismo piso.

Fue en ese momento que uno de los reporteros se dio cuenta de que Ning Xi estaba de pie frente al elevador que estaba más cerca a este cuarto, y lanzó un grito sorprendido.

—¡Ning Xi…!

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