Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Ning Xueluo usó su teléfono para revisar los últimos titulares, solo para ver la página llena de frases como: “Ning Xi molesta arrogantemente a otros después de conseguir apoyo”, “Ning Xi parece ser una mujer mantenida”, y “Ning Xi se rehúsa a admitir su crimen y mostrar remordimiento”.
—Muy bien —dijo, calmándose por fin—. Esto debería calmar el asunto acerca de la opinión pública. ¡No quiero ver que surja ningún otro problema!
En el momento en que dejó de hablar, escuchó a alguien golpear la puerta. De inmediato, le lanzó una mirada a Chang Li llena de nervios.
La asistente se apresuró a ocultar la lámpara rota y cubrió la TV con una sábana antes de abrir la puerta. Afuera, Su Yan la miró con sorpresa, encontrando curioso que se encontrara en la habitación de su prometida a esta hora de la noche.
—¿Están hablando de negocios?
—Surgieron algunos problemas en el trabajo que tenía que discutir con la hermana Chang, pero ya terminamos. Hermano Yan, ¿por qué vienes a esta hora de la noche? —Preguntó Ning Xueluo, cambiando el tema.
—Ustedes sigan hablando, me retiraré primero —Chang Li se despidió, lanzándole una mirada llena de significado a Ning Xueluo, antes de irse.
Su Yan no se dio cuenta de este intercambio, y en su lugar frunció su entrecejo en una expresión grave. Ning Xueluo lo notó, y le habló para saber a qué se debía.
—¿Estás preocupado por la situación con Ning Xi? —Como Su Yan no respondió, Ning Xueluo se mordió los labios y comenzó a temblar—. Hermano Yan, ¿me culpas por forzarla hasta este punto?
—Tú, siempre dejas que tu imaginación corra libre —suspiró él—. En primer lugar, esto es su culpa, ¿por qué te culparía? Yo solo… me culpo a mí mismo… en ese entonces, no manejé bien la situación, por eso ahora ella tiene este tipo de personalidad.
—Nunca pensé que ella preferiría vender su cuerpo antes que venir a disculparse conmigo… ¿Por qué me odia tanto? ¿Qué puedo hacer para que deje ir su ira? No me digas que lo que debo hacer es dejarte ir para que ella pueda ser feliz… —El rostro de Ning Xueluo se llenó de agonía ante este pensamiento. La expresión de Su Yan cambió al instante.
—Xueluo, te prohibo decir algo así —Su Yan la detuvo con una expresión severa—. No fue sencillo para nosotros estar juntos, ¿estás tan dispuesta a rendirte solo por un asunto pequeño como este?
Ning Xueluo se apresuró a descansar entre sus brazos con una expresión que demuestra lo aterrada que se siente.
—Lo lamento, no volveré a hacerlo. Solo tengo miedo de que termines arrepintiéndote. Que ya no quieras estar conmigo…
La cara de Su Yan se llenó de sorpresa al escucharla, pero cuando le habló, su tono era firme.
—Nunca me arrepentiré.
Mientras los dos hablaban, un golpe sonó en la puerta e interrumpió su conversación. Su Yan se acercó para abrir, y descubrió que se trataba de Ning Yaohua y Zhuang Lingyu.
—Tío, tía… —los saludó, sorprendido.
—Papá, mamá… ¿Sucedió algo? —Preguntó Ning Xueluo, poniendo una expresión de sorpresa en su rostro y bajándose rápidamente de la cama para darles la bienvenida. Zhuang Lingyu la volvió a acostar con gentileza.
—No te muevas, sigues herida. Solo permanece acostada. No sucedió nada malo, solo venimos de visita.
—No te preocupes, Xueluo —dijo Ning Yaohua con una expresión ensombrecida—. Vine aquí para decirte que definitivamente buscaré justicia para ti. ¡Aunque tenga que atarla, lo haré y la traeré aquí para que se disculpe contigo!
—Gracias, papá, mamá… —dijo Ning Xueluo con lágrimas reuniéndose en las esquinas de sus ojos—. En realidad, no me importa. Solo espero que mi hermana pueda encontrar su camino eventualmente. Con la forma en que actúa ahora, terminará arruinando su vida.
—Nunca esperé que ella fuera a hacer algo como esto, tan desvergonzada —dijo Zhuang Lingyu con una expresión llena de malestar—. ¿Qué clase de mal karma acumuló nuestra familia Ning para crear a una bastarda como esa? ¡Si lo hubiera sabido antes, nunca la hubiera traído de regreso! Estaba bien cuando solo teníamos a Xueluo, ¡pero ese anciano no escuchó! Y ahora sucedió esto…
—Muy bien, es suficiente —intervino su esposo, luciendo impaciente—. ¡Deja de molestar! Arreglaré este asunto. Además, ¡no dejes que el anciano sepa sobre esto!
Después de todo, estaba en medio de un periodo crucial en la pelea contra su hermano menor por la herencia.