Traducido por Sharon
Editado por Ayanami
Lu Tingxiao estaba jugando al “último juez” del otro lado, ¿por qué debería ir a salvarlos? ¡La llamada de Lu Jingli era un completo misterio!
Al principio, había decidido desentenderse del asunto, pero, por alguna razón, un pequeño trozo de culpa se elevó desde lo profundo de su corazón…
¡Maldición! ¡¿Por qué debería sentirme culpable?!
Estaba por ignorar todo el asunto, pero su teléfono vibró cuando Lu Jingli le envió otro video corto.
En él, la expresión congelada de Lu Tingxiao la miraba fijamente, sorprendiendo a Ning Xi. Después de observarla por unos momentos, se dio cuenta que, en realidad, estaba observando a Lu Jingli.
—Lu Jingli, te doy media hora. Haz esta propuesta de nuevo, ahora, aquí mismo. ¡Si no puedes hacerlo, entonces, ve al departamento de finanzas y busca el resto de tu salario!
Luego de eso el video se cortó.
En el segundo antes de terminar, fue como si ella pudiera escuchar el grito de auxilio de Lu Jingli…
Incluso alguien ignorante como ella sabía que era imposible hacer una nueva propuesta en media hora. ¡Sin embargo! ¡Realmente, realmente no tenía idea de cómo ayudarlo!
Los engranajes en la mente de Ning Xi comenzaron a moverse, y comenzó a revisar los treinta y seis estatutos de la guerra de Sun Tzu…
¿Esperar tranquila mientras el enemigo trabaja? ¡El fantasma de Lu Jingli la mataría!
¿Derrotar al enemigo capturando al líder? ¡Lu Tingxiao era el rey mismo!
¿Atacar algo preciado del enemigo para salvar a los aliados? ¿Dónde podría encontrar algo como eso? A menos que…
¿La trampa de la belleza? Ugh…
Finalmente, Ning Xi se golpeó en la cabeza.
—¡Lo tengo! ¡Atraer al tigre fuera de su cueva!
Ning Xi tomó una respiración profunda, se calmó, y llamó a Lu Tingxiao.
♦ ♦ ♦
En ese momento, en la Corporación Lu.
En el cuarto de reuniones, el teléfono de Lu Tingxiao estaba conectado a una gran pantalla y desplegaba algunas informaciones internas de la compañía. Los altos mandos estaban enfocando su atención al 120.000% en la pantalla, porque Lu Tingxiao haría preguntas más tarde.
Era tan aterrador como esos momentos en que el profesor les hacía preguntas cuando eran pequeños durante la clase…
En ese momento, el teléfono de Lu Tingxiao sonó. Sin mirarlo, él lo atendió, así que, al siguiente instante, la suave y dulce voz de una chica fue transmitida a través de los parlantes del cuarto.
—Hola, Lu Tingxiao, ¿estás ocupado ahora?
¡¿EHH?!
En un instante, todos los altos mandos quedaron mareados, y con la misma expresión estupefacta en sus rostros.
¿Qué significaba esto? Era el teléfono privado de su jefe, ¿o no? Una mujer en verdad le llamó con un tono dulce, e incluso dijo su nombre…
Sin embargo, algo que iba a sorprenderlos aún más estaba por suceder…
Cuando Lu Tingxiao escuchó esa voz, el aura que lo rodeaba cambió ligeramente.
Era como si una brisa salvadora del cielo acabara de soplar en el mundo humano…
Lu Jingli, que estaba inclinado, intentando cumplir una propuesta imposible, escuchó la voz familiar de Ning Xi y, en un instante, se conmovió hasta las lágrimas.
Cuñada, finalmente viniste, él lloró.
La respuesta de Lu Tingxiao estuvo retrasada por unos segundos. A continuación, quitó el cable que conectaba el celular al monitor y colocó el aparato en su oído. Ni un solo cambio podía apreciarse en su expresión, y su tono era igualmente frío y duro.
—¿Sucede algo?
Escuchando una voz tan aterradora desde el otro lado del parlante, Ning Xi quiso retirarse, pero continuó perseverando hasta el final. Conjuró el tono más suave y dulce que pudo formar para murmurar su petición.
—Um, ¿vas a regresar esta noche? ¡Le prometimos a Pequeño Tesoro que comeríamos Hot Pot[1]!
—Estoy ocupado, es posible que no regrese —respondió Lu Tingxiao con frialdad.
[1]El hot pot, también conocido como el caldero mongol, el caldero chino o como la fondue china, se refiere a diversas variedades de comida china que en la gastronomía de Asia se denominan literalmente ‘comida de barco de vapor’