Mi discípulo murió una vez más – Capítulo 50: Terceros Viendo la Conmoción

Traducido por Rencov

Editado por Yonile


Wang Xuzhi frunció el ceño, atrapado en una posición incómoda. No podía simplemente apartar a Xiao Yi, y no se sentiría cómodo si se alejaba, por lo que optó por bloquear el camino de Xiao Yi frente a Zhu Yao.

Zhu Yao encontró gracioso ver al joven actuando como una madre gallina protectora, bloqueando el camino frente a ella. Su corazón se llenó de calidez, y sintió que “su hijo finalmente había crecido y sabía cómo proteger a esta anciana”.

Viendo a Wang Xuzhi protegiéndola de esa manera, no pudo evitar darse la vuelta, fingir una tos y poner una mirada linda, ingenua e inconsciente. Con los ojos bien abiertos, miró directamente a Xiao Yi y preguntó:

—¿Quién eres?

Xiao Yi, por su parte, quedó momentáneamente sin palabras, sin saber cómo responder.

♦ ♦ ♦

El reino secreto de Tasyoluk se encontraba en una tierra estéril al norte del mundo de la cultivación. Debido a la dispersión de la energía espiritual y los innumerables acantilados, rara vez se veían mortales y, en su mayoría, los practicantes evitaban entrar en esta región. Sin embargo, cada quinientos años, se abría la entrada al reino secreto. En su interior, la energía espiritual era abundante, y las hierbas espirituales crecían en abundancia. Aunque las grandes oportunidades solían conllevar grandes peligros, los diversos clanes y sectas continuaban enviando a sus élites para aprovechar estas oportunidades.

Solo los practicantes con cultivaciones por debajo de la etapa de Alma Naciente podían ingresar al reino secreto. Por lo tanto, cada vez que se abría la entrada, los enviados solían ser las élites de la etapa de Núcleo Azoth de cada secta, lo que hacía que este fuera un asunto de gran importancia para todas las sectas.

Zhu Yao ya había notado que había un gran número de personas de su secta dirigiéndose allí, pero al llegar al punto de encuentro designado, se dio cuenta de que discípulos de diversos clanes y sectas se habían reunido en gran número. Incluso había algunos practicantes errantes presentes. El lugar estaba repleto de practicantes, más de lo que había visto en el anterior Torneo Inter-Secta. Estimó que había miles de personas reunidas allí.

Los discípulos de las diversas sectas se encontraban agrupados, acompañados por sus practicantes de la etapa de Alma Naciente. Llevaban ropas uniformes que los identificaban claramente. Por otro lado, los practicantes errantes generalmente estaban más dispersos, aunque algunos se habían agrupado en pequeñas compañías de cuatro o cinco personas.

La Secta de la Antigua Colina había enviado dos grandes Señores de la Montaña, uno experto en Refinación de Artefactos y otro en Talismanes. Junto al Señor de la Montaña Zi Yuan, estaba el gordo Zhao. Zhu Yao se sorprendió al verlo allí, ya que no esperaba que hubiera formado su Núcleo Azoth.

El pequeño gordo Zhao, que solía ser conocido por su figura, se había convertido en el gran gordo Zhao. Se desconocía si se debía a su figura, la mirada arrogante y tiránica que tenía cuando era joven había desaparecido, más bien, lucía bastante agradable y encantador. Parecía estar sumido en sus pensamientos y no compartía la emoción y entusiasmo del resto de la gente a su alrededor.

Zhu Yao se había visto arrastrada por Wang Xuzhi durante todo el camino, como si este temiera que ella se perdiera. No dejaba de ordenarle que se mantuviera alejada de Xiao Yi y que no confiara en él. Wang Xuzhi parecía una madre preocupada constantemente regañando a su hijo.

—Está aquí.

De repente, una conmoción se desató entre la multitud, y todo el lugar se llenó de ruido. La gente alzó la vista y observó el cielo, que antes estaba despejado y silencioso. De repente, una grieta gigantesca apareció en el cielo, como si estuviera dividiéndolo en dos mitades. La grieta se expandió más y más, deteniéndose finalmente cuando alcanzó un tamaño por el cual varias personas podían entrar al mismo tiempo.

Los practicantes errantes fueron los primeros en volar hacia la grieta, desenvainando sus espadas. Sin embargo, los discípulos de las diversas sectas se mantuvieron en sus posiciones originales, siguiendo el protocolo.

Un practicante de la etapa del Alma Naciente se acercó y sonrió a las dos líderes del grupo de la Secta de la Colina Antigua.

—Queridos Venerables, ya que hay tantos discípulos su secta, ¿por qué no entran primero?

Zi Yuan parecía haber estado esperando estas palabras, y no rechazo la oferta. Se dio la vuelta e instruyó a los más de cincuenta discípulos:

—Este viaje será peligroso, todos, por favor recuerden no actuar imprudentemente en todo momento. La entrada se cerrará dentro de un mes, deben apresurarse para regresar antes de que la entrada se cierre.

—¡Sí! —respondieron todos en unísono.

Zi Yuan agitó su mano, y los discípulos convocaron sus espadas voladoras y se dirigieron a la entrada.

—¡Ten cuidado, sígueme de cerca! —Wang Xuzhi se giró hacia atrás mientras hablaba, y luego, jaló a Zhu Yao mientras volaban hacia la entrada. Cuando entraron, el colgante de jade en su cuello brilló brevemente  antes de volver a su estado normal pero, nadie lo notó.

Dentro, se presentó un paisaje completamente diferente. Frente a ellos se extendía un vasto bosque cuyos límites no podían ser vistos de un solo vistazo. Los discípulos que habían ingresado antes se habían dispersado, y en ese momento solo quedaban una docena de discípulos de la Secta de la Colina Antigua que habían entrado recientemente.

Zhu Yao, que solía seguir a un grupo, voló junto con ellos, pero se dio cuenta de que estos se estaban despidiendo y dispersando. Parecía que la mayoría de ellos ya habían elegido sus grupos con anticipación y se habían separado después de ingresar al reino secreto. Esto dejó a Zhu Yao sin palabras, luego tiró de Wang Xuzhi y preguntó:

Wang Xuzhi señaló hacia Xiao Yi, lo que hizo evidente su descontento. Explicó:

—Mi maestro me instruyó seguir al grupo del tío marcial Xiao.

Zhu Yao miró a un Wang Xuzhi claramente reacio, pero en su corazón, se sintió un poco aliviada. No sabía la ubicación exacta del Espíritu de la Madera, pero en su sueño, había visto a Xiao Yi encontrarlo en una antigua ruina. Sin embargo, desconocía la ubicación de esa ruina y no tenía una excusa para seguir a Xiao Yi antes.

El pequeño gordo Zhaofue el último en adentrarse en el Reino Secreto, y en el preciso momento de su aterrizaje, corrió velozmente hacia una dama vestida de verde entre la multitud.

—¡Hermana marcial júnior Lu Cha!

Su imponente figura, ya de por sí notable, al abrirse paso, desplazó de inmediato a los escasos discípulos que se encontraban a su lado, haciéndoles retroceder varios pasos.

La discípula cuyo nombre resonó en el aire frunció levemente el ceño por un instante, pero su respuesta llegó con una sonrisa cortés:

—Hermano marcial sénior Zhao.

Sin embargo, el pequeño gordo Zhao no captó la sutileza y siguió hablando con un entusiasmo inquebrantable.

—Hermana marcial júnior, ¿ya tienes un grupo? Si no…

Pero antes de que pudiera terminar su proposición, Lu Cha lo interrumpió con decisión. Dio un paso atrás y se situó al lado de Xiao Yi.

—Hermano marcial sénior Zhao, ya he decidido unirme al grupo del tío marcial sénior Xiao.

—¿Es así…? —el pequeño Zhao se sintió momentáneamente decaído y, de repente, como si una idea hubiera iluminado su mente, prosiguió—: —De acuerdo, por cierto, aún estoy buscando un grupo. ¿Por qué no me uno al tuyo también?

Antes de que Lu Cha pudiera responder, Xia Yi intervino con una risa fría. Entre los dos ya existía una rencilla previa, y su tono se tornó aún más gélido:

—Sobrino marcial júnior Zhao. —Una nota de desprecio resonó en sus palabras—. Sería más conveniente para ti seguir a los demás discípulos de la Refinación de Artefactos. Nuestro grupo ya es numeroso, y temo que sería incómodo para ti, además, es probable que no podamos brindarte la ayuda que necesitas.

El rostro del pequeño gordo Zhao se tensó. Mientras fijaba su mirada en Lu Cha, sus ojos revelaron una obsesión que apenas podía contener, manteniendo la ira que estaba a punto de estallar en su interior.

—Tío marcial… sénior Xiao, está bien. Puedo cuidarme solo.

Dado que se había expresado de esa manera, Xiao Yi no tuvo más remedio que aceptar en silencio su compañía.

Zhu Yao, que observaba desde un lado, se sintió un tanto desamparada. Era realmente un capricho del destino. Cuando ambos eran solo unos niños, el pequeño gordo Zhao había intimidado a Xiao Yi en más de una ocasión. Ahora, sus roles se habían invertido. Sin embargo, la forma en que el pequeño gordo Zhao actuaba parecía sugerir que tenía un interés especial en esa chica llamada Lu Cha.

Es una lástima…

Zhu Yao observó a la joven que seguía de cerca a Xiao Yi y solo pudo pensar en un viejo adagio: Mientras las flores caen en pinos por amor, el arroyo sin corazón murmura amores no correspondidos.

—¿Qué estás mirando? —Wang Xuzhi la vio negando con la cabeza, y luego suspirando, una y otra vez.

Estoy viendo la conmoción de allí, desde luego. Zhu Yao señaló hacia el frente.

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