Mi hermana, la heroína – Capítulo 1

Traducido por Sharon

Editado por Narumi

Corregido por Maru


Ser un árbol es genial.

Eso es lo que pensé mientras me sentaba en una rama robusta de nuestro espléndido árbol en el jardín.

Mi nombre es Christina Noir. Soy una genia.

Al año podía caminar, a los tres pude hablar, y a los cinco años, he terminado todos los libros en la biblioteca.

La Casa en la que nací está dentro de la familia de un Duque con 300 años de historia. Nuestro jardín ha sido mantenido por excelentes jardineros por generaciones. Incluso este árbol en el que estoy sentada aparentemente fue plantado hace cientos de años.

A pesar de todo ese tiempo, este árbol no muestra signos de marchitarse. Esta rama que soportaba mi peso era robusta y podía sentir la tranquila pero masiva existencia del tronco en el que apoyaba mi espalda.

Aun más impresionante es…

—¿Señorita? ¿Señorita Christina?

El exuberante y opulento follaje obstruía la visión de esa mujer que me buscaba abajo.

Una mujer a mediados de los treinta repetía mi nombre. Delgada y alta, poseía una esbelta, recta y bien proporcionada espalda y tenía una disposición estricta.

Marywa Toinette.

Era la institutriz empleada por mi familia para supervisar mi educación.

—Señorita Christina. ¿A dónde ha ido? Está bien. Si sale ahora, no me enojaré. Si sale ahora mismo, prometo que no la reprenderé por huir de sus clases de etiqueta. Por otro lado, de no aparecer en este instante, le prometo que experimentará las profundidades del infierno.

—Humph

Escuchando su mentira, bufé y me mofé.

—¿Una mera empleada se atreve a amenazarme con mentiras baratas?

Despreciando su inútil búsqueda desde mi punto elevado, adiviné que se decepcionará.

De cualquier modo, soy una genia raramente vista en este mundo. Al año pude caminar, a los tres hablar, y a los cinco leí todos los libros de la biblioteca. Recientemente a los siete, mi memoria más emocionante es de cuando le gané una discusión a mi padre, causando que se enfureciera con ojos llorosos.

Como soy una genia, entiendo las verdaderas intenciones de Marywa por completo.

—Aunque baje y me disculpe, seré golpeada con el látigo.

Tomando mis rodillas en silencio, decidí ignorar las voces que venían del suelo.

No a los látigos.

Ah, duele.

La maestra de etiqueta que mi familia contrató, Marywa, siempre tenía su látigo preparado. De acuerdo con la persona en sí, no lo usaría a menos que fuera necesario. En realidad, me golpearía sin vacilación ni piedad. A Marywa no le gustaba mi tono. En el primer día, cada vez que hablaba un poco resultaba en el látigo cayendo sobre mí.

Aunque yo fuera la Heredera de la Casa Ducal y utilizara las lágrimas de una niña simpática como táctica cada vez que viera el látigo, Marywa diría ‘Esto es educación’ con una mirada fría.

Absolutamente aterradora.

Eso fue suficiente para congelar el corazón de una genia como yo. Esa no era una mirada que trataba a otro humano con dignidad. Era parecida a una implacable y despiadada mirada (una que no podía expresar) de una institutriz despreciada y mal entrenada; su mirada provocaba que temblara de frío.

Sin embargo, rendirse ante tal miedo, como la niña prodigio nacida en la Casa del Duque Noir y bautizada con el nombre de Christina Noir, sería el equivalente a perder. Por ello, en específico, hoy, boicotee las lecciones de Marywa.

—¿Señorita Christina? Esta es mi última advertencia. Si se rehúsa a salir después de escuchar esto… Sus lesiones de hoy serán más estrictas que antes.

Ugh. Es… ¡Es una amenaza después de todo!

En los últimos cinco minutos, escuché el látigo una vez, más intenso que de costumbre, en la distancia. Mis hombros temblaron instintivamente, pero no atender a las lecciones resultaría en mi victoria.

Marywa era diferente de las últimas sirvientas que trabajaron aquí. El tiempo en que el carruaje que venía a buscarla arriba está tallado en piedra, y ella nunca se lo pierde. En otras palabras, si me escondo hasta entonces, no podrá meterse conmigo. En consecuencia, tengo que esperar aquí hasta que llegue.

Perfecto. Todo está en orden. Era un plan perfectamente realizado.

—¿Señorita Christina…? Che.

Mientras retenía el aliento, después de un tiempo, la silueta resignada de Marywa desapareció de vista. Al final, tuve la sensación de que escuché algo indigno y de mala educación de la Maestra de Etiqueta, pero seguramente fue mi imaginación.

—Yo gané…

Victoria. Profundamente satisfecha, hice una pose valiente.

—¡Hahaha! ¡Marywa! ¡Después de todo, sólo eres una sirvienta de clase baja! ¡Para pensar que tu posición podría ser mejor que la mía, Christina Noir, la hija mayor y heredera de la Casa Noir! Kukuku… ¡Fuwahahahahahha!

Asombrada por su pose desalentadora, se me escapó una gran carcajada. Esta era una excelente altura para observarla y, sobre todo, era una posición que me daba una vista de todo el Estado. Por ello, se sintió bien reír a gritos.

Por supuesto, había verificado que Marywa no estuviera a la vista. Aunque me hubiera visto de pie en la cima del árbol riendo, le sería difícil golpearme con el látigo debido a las ramas obstruyendo. Mejor no pensar en esas cosas. Esa gobernadora de la disciplina terca y su herramienta de tortura claramente no tenían las características para hacerlo. Aunque pienso que no se atrevería, ella definitivamente me golpearía con absoluta convicción.

Siendo ese el caso, lo mejor es permanecer escondida. No puedo relajar mi guardia, por lo que descender sería cometer una estupidez. Después de todo, claramente era una genio en mantenerme escondida.

De ese modo, continué jugando a las escondidas.

—… na mayooor.

De repente, la voz de alguien se escuchó.

No era Marywa, pero era necesario ser precavidos ya que no podía descartar la posibilidad de su progreso. Si fuera la llamada que anunciaba la comida, entonces tendría que soportar el hambre. En efecto, esta era una sabia decisión para poder continuar escondiéndome y evitar cruzarme con alguien.

No importa quién intente encontrarme, aunque Padre me busque personalmente, continuaré escondiéndome. Con esa resolución, en silencio miré al suelo.

Allí, se encontraba un ángel más joven que yo con la forma de una niña.

—Hermana mayoooor… ¿Dónde estaaaaaaaas…?

La delicada voz tembló ligeramente. Escuchándola, sin vacilar salté de la rama.

—¡¿Fuee?!

—Fufufu

Para alguien de siete años como yo, saltar desde una altura como esa era peligroso. Sin embargo, por el bien de mi amada hermana menor, este dolor no es nada. Aterrizando a salvo, me puse de pie valientemente y reí.

Frente a mis ojos abiertos por haber saltado se encontraba una hermosa niña. Comparada con los irises negros aburridos y el cabello que yo tengo, tenía un cabello de color rubio brillante que brillaba bajo la luz del sol. Transparentes ojos azules que parecían una copia del sol se abrieron por el asombro cuando descendí.

Este ángel era mi amada hermana menor, Mishuli.

—¡Tu hermana ha respondido a tu llamada, Mishuli!

—¿Hermana mayor…?

—¿Qué sucede, Mishuli? Me buscabas ¿no? Tu hermana siempre estará a tu lado.

—Bueno, eso es tranquilizador. En el futuro, si la Señorita Christina huye de sus lecciones de etiqueta otra vez, me aseguraré de pedir la ayuda de la Señorita Mishuli.

—¿Eh?

Mezclada con la voz del ángel, escuché a un infernal goblin. Dándome la vuelta, se encontraba la alta y delgada figura de la vieja sirvienta, Marywa Toinette.

—¿Por qué estás aquí, Marywa…?

—¿Qué tal si usa alguna de las expresiones que he martillado en su cerebro como prueba de mis enseñanzas?

Por el bien de obtener información, vendí mi orgullo usando lenguaje formal que Marywa me enseñó.

Las palabras que usé naturalmente eran las correctas. Ese monstruo pretendiendo ser el humano Marywa me respondió de inmediato.

—Para descubrir a la idiota poco femenina que decidió esconderse en los árboles, pedí prestada la ayuda de la Señorita Mishuli.

—¡¿Qu-?! ¡No me llames idiota! —protesté instintivamente ante las palabras de Marywa.

Recibiendo mi estallido, ella respondió ingeniosamente con una ceja elevada.

—¿Quién es la idiota?

—¡Se sabe sin decirlo! ¡¿No fue usted, una persona infernal, quien utilizó un diabólico plan para usar a una persona honesta como Mishuli?!

Mishuli es la existencia más pura en este mundo. Era obvio que alguien como ella no estaría de acuerdo con el abuso infantil.

—Hoho. Espléndido trabajo, Señorita. Como declaré anteriormente, las clases de hoy serán más estrictas. ¿Se ha preparado a sí misma para darle una mirada al infierno?

—¡Silencio, goblin del infierno! ¡Por el crimen de engañar a Mishuli, apresúrate a irte al infierno!

—Ah… Erm… Marywa dijo que hermana mayor estaba perdida y que no habías vuelto durante la comida por lo que estaba preocupada…

—¡Lo lamento, Mishuli! ¡Todo es culpa de tu estúpida hermana!

Preocupada por huir de este ogro, hice que mi hermana menor se sintiera insegura. Esto es una desgracia e impropio de una hermana mayor. Para la hermana menor más hermosa del mundo, quien estaba preocupada por mí, me disculpé y la abracé con fuerza.

El argumento de Marywa implicaba que yo era en parte responsable. Su rostro inquieto se balanceó ante el fuerte abrazo, gradualmente convirtiéndose en una sonrisa.

—Eh, ehehe.

Uh huh. La sonrisa de mi hermana menor definitivamente era apropiada. Sintiendo la temperatura del cuerpo de mi ángel en mis brazos, me convencí otra vez.

—Como esperaba, eres la más linda de este mundo, Mishuli.

—O-Otra vez, hermana mayor… Ehehe.

La voz de Mishuli ya no tenía preocupación. En su lugar, desbordaba una tímida felicidad.

Con las preocupaciones de mi hermana menor removidas, todo volvió a la forma en que debería.

Un problema extremadamente trivial permanecía.

—Ahora bien, Señorita, la relación entre hermanas es una bendición… Es suficiente.

De acuerdo con el goblin del infierno, parece ser que estaré de tour por el infierno conocido como “clases de etiqueta”.

Sin embargo, no debo mostrar mi susto. El motivo era porque en mis brazos se encontraba mi amada y celestial hermana menor.

Sin dar una muestra de inseguridad, confronté a Marywa con una magnífica pose intimidante.

—Fufu, fufufu, fuwaaaahahahaha! ¡Naturalmente! ¡Vamos a hacerlo, Marywa Toinette! ¡Giraré los roles, dejándote sin palabras!

—Empezaremos con esas expresiones. No sé qué habrás aprendido de tus errores, sin embargo, prepárese, reformaré esa manera de hablar tan vulgar y varonil.

—¡¿H-Hermana mayor?! Eso… ¿No es doloroso? ¡Hermana mayor!

Desde la distancia, escuché el aliento de mi amada hermana pequeña. Sosteniendo mi cabeza mientras era golpeada; agachándome con los ojos llorosos, inmediatamente juré enfrentar las dificultades con coraje.

Mi nombre es Christina Noir. Soy una genia.

Comencé a caminar cuando tenía un año, a hablar cuando tenía tres, leí y terminé todos los libros de la biblioteca a los cinco y recordé mi anterior vida cuando conocí a mi amada ángel.

Con siete años, esta es la única y extraña historia de la orgullosa hija del Duque.

5 respuestas a “Mi hermana, la heroína – Capítulo 1”

  1. Dios, siento que sufrire con su historia, mira solamente lo amorosa que es con su angelito, se le rompera el corazon, y a mi con ella, cuando tenga que hacerle daño para su final feliz, no creo que pueda, la ama demasiado…

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