Traducido por Sharon
Editado por Tanuki
Marywa Toinette ofrecía una oración en silencio cuando un fuerte sentimiento de inseguridad la golpeó y abrió los ojos.
Su actual ubicación era una capilla dentro de una pequeña iglesia situada en las afueras de la ciudad en la Capital Imperial. Estaba sentada en la esquina del banco, rezando por los muertos. Sabía que usualmente esas oraciones se realizaban frente a las tumbas, pero los huesos de la mujer estaban en un lugar donde ella no podía entrar.
Así que una vez al año, buscaba una iglesia donde pudiera rezar en silencio y ofrecía sus plegarias.
Pero justo ahora, algo inesperado y desagradable entró en su corazón.
Marywa entrecerró los ojos infeliz y miró alrededor del cuarto.
Todo sucede por una razón, esa era la regla del mundo. También debe haber una para esto.
Por eso, ella miró a su alrededor, pero la pobre iglesia estaba bastante vacía, teniendo sólo las necesidades mínimas. No había nada que pudiera haber atrapado su mirada. El tiempo usual donde los devotos oraban ya había pasado, así que no había nadie más adentro. Nadie más para verla, además de la estatua de la Santa Madre.
¿Entonces qué fue lo que le molestó a su corazón?
Siendo que nunca se rendía fácilmente, continuó buscando por el cuarto hasta que una de las puertas de los lados se abrió.
—¿Oh?
Marywa no pudo evitar exclamar cuando vio la persona que la abrió. Quien apareció desde el cuarto a un lado de la capilla era un chico de diez años familiar con cabello negro.
—Era… ¿Leon?
—Ah, ¿Señorita Marywa?
Era el chico que su actual estudiante, la hija del Duque Christina, había arrastrado con ella el otro día. Difícilmente era la causa del repentino sentimiento de inseguridad que tuvo, pero lo recordaba bien. Debía ser un chico bastante impresionante para poder soportar a Christina por tanto tiempo.
—Estoy sorprendido de que un noble como usted venga a una Iglesia de los barrios bajos… ¿Christina está contigo?
—Cielos, no. Sólo soy yo. Sólo vine a orar un poco, y a encontrarme con un conocido que trabaja aquí. ¿Por qué estás aquí, Leon?
Se encontraron por casualidad, pero ellos ya se conocían de antes. Tenían un conocido en común en Chris, así que los dos podían hablar sin pensar demasiado en la diferencia de estatus y edad.
La única razón que ella podía pensar para que un niño estuviera en la Iglesia era la Escuela Dominical, pero estaban en día de semana. Tampoco parecía que estuviera allí para orar.
—El sacerdote aquí da lecciones privadas si le pides. Tomé ventaja de ello y comencé a estudiar.
—Ah.
Esa era una razón impresionante. Cierta pupila suya podría usar una actitud como esa hacia sus estudios.
—Estoy impresionada, Leon y espero que te esté yendo bien…. Pero, ¿qué te llevó a querer estudiar tan duro repentinamente?
—Bueno, ya sabes. Puedo tomar el examen a la Academia Real cuando tenga catorce. Ya que eres el tutor privado de Christina, eso debe significar que ella estuvo estudiando por un tiempo. Así que sentí que debería estudiar tan pronto como pudiera también.
—… Entonces quieres inscribirte en la Academia Real.
Marywa frunció el ceño ligeramente.
Uno podría tener varias puertas abiertas en términos de profesiones si se graduaba de la Academia Real. Pero también era la escuela donde iban la mayoría de los Nobles, así que habría un gran prejuicio contra los que no lo fueran.
No fue hace mucho tiempo donde las tradiciones de la misma escuela despreciaban a las mujeres, sin importar que fueran Nobles.
Marywa misma se había inscripto en un tiempo complicado cuando se volvió una escuela mixta. Quizás había sido demasiado brillante, porque sus recuerdos de su vida allí siempre se sintieron sofocantes.
Escuchó que las cosas habían mejorado desde entonces, pero por su experiencia personal, no se sentía bien al animar a un niño a inscribirse.
—No lo aconsejaría. Hay otras escuelas, como la Escuela de la Ciudad. Si tienes buenas notas allí, podrás conseguir igual de buenas oportunidades para ti.
—Hmm. Eso es lo que estaba considerando hasta hace poco y pensé que sería estúpido ir a una escuela con Nobles, pero… Después de hablar con Christina, siento que quizás no sería tan malo.
—Ella es una excepción. La mayoría de los Nobles son mimados y tienen un gran sentido del orgullo. Creen que el estatus en el que nacieron los hace superiores y les hace actuar arrogantemente.
—¿Eh? Eso suena igual a Christina.
Tiene toda la razón.
Marywa quedó sin palabras por esa respuesta inesperada. Leon se rió.
—No es sólo Christina, que es como todos los Nobles. También la otra chica con la que estaba era normal. Mishuli es… Bueno, no entiendo del todo a Mishuli…
Probablemente recordaba las bizarras acciones en esa ocasión cuando lo tiró al suelo. Ella no pudo evitar simpatizar con él al ver su mirada perdida.
Incluso Marywa se sentía extraña cuando lo pensaba. Se dio cuenta que la joven de ojos azules y cabello rubio, hija adoptada del Duque Noir, parecía tímida en el exterior, pero en realidad era más problemática que la hermana mayor. Lo que era más triste, era que no le sorprendía si tenía en cuenta quién era su madre.
Esa mujer que tenía su mismo cabello y color de ojos. Era tan inocente y brillante, un poco mimada y manipuladora, pero más que nada, persistente.
—Además, usted también, Señorita Marywa. Es una persona mucho más fácil de hablar de lo que imaginé. Así que debería estar bien.
—… Ah. Bueno, no digas que no te lo advertí después de que entres.
—No te preocupes… Oh, por cierto, Señorita Marywa, ¿sabe el nombre de la chica de cabello castaño que estaba con Christina?
—Castaño… Te refieres a Lady Surfania. Ambas, Lady Surfania y Lady Chris, se inscribirán en la Academia Real sin lugar a dudas. Estoy segura de que la encontrarás de nuevo si te aceptan.
—Surfania… Hmmm.
Marywa vio a Leon repetir el nombre de la hija del Marqués de cabello castaño y ojos caoba y frunció el ceño. Quizás ella fuera la razón por la que él se veía determinado a entrar a la Academia Real, pero no era tan inmadura como para burlarse de un joven inocente. Quizás sentía suficiente cariño como para querer ser su amigo, pero no parecía ser una atracción muy fuerte.
Este chico ni siquiera parecía saber que Christina era la hija del Duque, así que no iba a mencionarle el tipo de distancia que había entre un plebeyo y alguien como Surfania.
Pero, considerando los problemas recientes entre el país vecino y este, quizás no faltaba mucho tiempo hasta que llegara la época donde no había nobles ni plebeyos.
—Bueno, me iré a casa ahora. Adiós, Señorita Marywa.
—Sí, adiós.
Lenta, gentilmente, los tiempos estaban cambiando. La actual generación quizás falló, pero seguro llegaría el día donde las generaciones futuras pudieran dar fruto a las cosas que las otras no pudieron.
Marywa tenía tales esperanzas en su pecho mientras veía a Leon dejar la Iglesia. Entonces, una vez más miró la capilla con sus manos entrelazadas y cerró los ojos.
Una idea emocionante apareció en su mente.
La revolución de los tiempos.
Si la persona que la comenzara y se pusiera de pie frente a un movimiento como ese era su propia estudiante, se sentiría por lo menos un poco satisfecha. Actualmente, a ella le faltaba conocimiento, experiencia y conexiones personales. Pero aún siendo tan joven, tenía carisma para atraer tanto a Nobles como a plebeyos. Marywa no tenía intenciones de forzarle ese rol y haría todo lo que estuviera en su mano para criarla como la Dama que la sociedad esperaba.
Pero seguramente podía soñar con el día donde ella superara sus enseñanzas, lo que pasaría entonces.
La abolición de la aristocracia.
Evelia Edward, la hermana del Rey, falló en conseguirlo y ya no estaba en este mundo. Fue enterrada junto con sus planes.
Marywa cerró los ojos y le ofreció una oración. Había una sonrisa inusual en su rostro cuando este agradable pero inútil pensamiento cruzó su mente.
—… Fu, fu.
Para su actual pupila, Christina Noir.
Con esa silenciosa esperanza, una suave risa escapó de sus labios.
Notas del Autor:
Y así, termina el noveno arco.
Por cierto, actualmente este es el ranking en la cabeza de Chris:
Mishuli: La más amada.
Padre: Al final, él es su padre.
Marywa: Profesora.
Charles: Primer amor.
Surfania: Su mejor amiga.
Salón de la Fama:
Madre: Recuerdos.
Pueden fluctuar dependiendo de sus sentimientos, pero este es el ranking general. Charles sorprendentemente está bastante abajo y su padre sorprendentemente alto. Los únicos que nunca cambian son las posiciones de Mishuli y su madre.
¿Leon? Leon no sólo está debajo de las sirvientas, sino también de Oxe… Por lo menos está arriba del Destino, así que no es el más bajo.
El próximo capítulo es un interludio, y habrá uno o dos capítulos extra con el punto de vista de Marywa. Entonces nos moveremos al Décimo Arco.
Espero que continúen junto con Chris.
Oh vaya! Parece q hay una gran historia destras del nacimiento de mishuli en el q probablemente la madre de chris, ademas de marywa, tambien este involucrada