¡No es tu hijo! – Capítulo 11

Traducido por Usagi

Editado por Yusuke


Los ojos dorados de Sheyman se hundieron en calma, su mirada fría mostraba un poco de emoción y en un tono de fastidio murmuró:

—Ahora haces acusaciones.

Tomó su monóculo y lo guardó en el bolsillo interior de su camisa, y no queriendo estar cerca de ella subió las escaleras y miró desde arriba a Luina.

—No sé por qué tengo que escuchar ese tipo de acusaciones de la boca de la princesa Luina. ¿Qué es lo que tenemos en común? Nos conocimos ayer.

Luina se sintió culpable, con los ojos temblando estiró la espalda para mantener su compostura y razonando que esto fue una ilusión de su parte.

Ella nunca pensó que existiera un hombre capaz de resistir sus encantos.

¿Es el mismo mago? ¿No fue Sheyman quien creó los fuegos artificiales para ella anoche?

—No, nos conocemos de antes; fué durante la batalla de Oceanía, tú salvaste mi vida, ¿no lo recuerdas?

—¿Lo hice? No lo recuerdo.

Sheyman sonrió abriendo los ojos exageradamente en el proceso dando la apariencia de ser la primera vez que escuchaba esa declaración, su sonrisa era extraña dejando un sentimiento de ser una persona no grata.

—Pero ¿eso qué tiene que ver conmigo?

—¡Eso no importa, tengo que casarme contigo! ¿No piensas que esta oferta es buena para ti también?

—¿Quién piensa eso?

—Yo, pero estoy segura que tú también.

Esta mujer, pensó Sheyman, siempre arrogante y su cabeza llena con pura estupidez e ignorancia.

Diez minutos después de su encuentro, Sheyman miró a la mujer que drenó todo su buen humor y amabilidad y pensó que era alguien despreciable.

La diferencia entre esta mujer y Kalia es como la tierra debajo de mis pies y el cielo arriba de mi.

Incluso si fuera un soldado enemigo, Kalia le daría agua para beber de las manos si estuviera muriendo frente a sus ojos, sentía que fue una pérdida de tiempo lidiar con esa mujer.

Sheyman Odiaba la idea de desperdiciar tiempo con cosas desagradables y problemáticas, todo parece un insulto comparado a cuando despertó esta mañana en el mejor humor posible.

—Siento ser grosero, pero no siento necesidad de seguir con esta conversación, desde que viniste en vano no voy a continuar con esto, me retiro.

Dándose la vuelta comenzó a caminar alejándose del lugar y dejando a la princesa con los labios temblando de humillación.

Luina emitió un grito asegurándose de ser escuchada desde las escaleras.

—¡Duque de Teorroan! ¿No tienes curiosidad de por qué vine con una propuesta de matrimonio?

—En lo absoluto.

La cara de Luina se tornó roja de coraje por la firme negativa que recibió en respuesta, levantando los hombros con furia Sheyman intentó subir las escaleras pero se detuvo a medio camino y regresó sus pasos hacia la princesa.

—Pensandolo bien, tengo una pregunta.

—Lo que sea, ya perdí el interés en lo que tengas que decir.

Luina desvió la cara de Sheyman, sus brazos estaban cruzados y su cara en una mueca de victoria, como si no le importara Sheyman o lo que tuviera que decir.

—Dijiste que viste a Kalia esta mañana, ¿ella te vio?

—¿Por qué quieres saberlo?

—Solo estoy preguntando porque tengo curiosidad.

La expresión de Sheyman comenzó a relajarse y sus ojos a llenarse de calidez y junto con su voz más relajada consiguió desconcertar a la princesa.

—Pero solo por si acaso, ¿le dijiste algo a ella como lo que me acabas de decir?

Dirigiéndose a ella como un hombre enamorado ante una confesión.

—Princesa por favor responda.

—Es extremadamente raro, tú que me has mirado y me consideraras la tierra que pisan tus zapatos ¿estás preguntándome si la general Kalia me vió o no?

Su voz se suavizó cubriendo su ira.

—Oh cielo ¿no te has dado cuenta? Ella es lo único que me interesa en este mundo —respondió con una voz llena de remordimiento.

Que vergonzoso debe ser esto.

Inesperadamente su sonrisa se torno ligera y gentil, esto causó que los ojos de Luina se relajaran pero eso no significaba que la ira y la humillación hubieran desaparecido.

Mordiendo sus labios tomó en sus manos el libro que trajo consigo antes de levantar la barbilla desesperada por recuperar su orgullo que estaba por los suelos.

Con la voz más profunda que pudo entonar dijo:

—Si tienes tanta curiosidad, ve y pregúntale tú mismo ya que parecen estar en una relación un tanto especial —dijo fríamente y haciendo una reverencia se despidió, mientras cerraba la puerta susurró—: Te dejo descansar.

♦ ♦ ♦

Frente a la oficina del príncipe.

Sheyman se detuvo frente a la enorme puerta pensando mientras fruncía el ceño y frotaba su barbilla.

La princesa se fue pero al día siguiente recibí esa ridícula carta de Kalia, estaba tan molesto que ni siquiera quiero preguntarle.

No importaba lo ruda o cruel que pudiera ser fuera de la guerra, al final “eso” fue culpa de Kalia.

Mandando una carta de disculpa ¡al hombre con el que pasaste la noche! Incluso Sheyman que era de pensamientos profundos, estaba ardiendo en furia, sus ojos se incendiaron mientras sonaba los dientes en agitación.

En los diez años de conocerla es la primera vez que estaba furioso con ella.

¿Lo siente?¿Ella lo siente?¿Solo así? Parecía que lo que pasó entre nosotros era sólo  un…

Es como decir que hiciste algo que no debiste hacer Kalia…

Como si hubieras hecho algo de lo que te arrepientes.

Adolorido masticó el lado interior de su labio y frotó sus labios con el dedo.

Suspiró recordando las palabras de la carta, pensando como abrir los ojos de esa mujer tan densa.

—Tengo que admitirlo, la ultima vez fui estupido y descerbrado.

Incluso en la academia Sheyman estaba ocupado negando los sentimientos que albergaba hacia ella.

—Sigo extrañandola, pensando en ella, soñando con ella incluso cuando tuve mi primer sueño de amor acerca de ella pensé que había sido maldecido.

—No puedo creer que me enamorara de una mujer tan fiera como un león y ahora que lo pienso me enamore de ella desde la primera vez que la vi.

Pero cinco años para darme cuenta, uno para negarlo y otro para admitirlo, siete años ¡es irritante!

Después de admitir su amor por Kalia para sí mismo, sólo se preocupó más y se volvió más consciente como si de repente descubriera un tesoro.

—Amo a Kalia.

Me gusta Kalia, no, ¿tanto la amo?

Era sorprendente y al mismo tiempo un interesante auto descubrimiento, Sheyman trató desesperadamente hacerle saber a Kalia cuanto la amaba si no hubiera sido por esa maldita guerra.

¡Otros 7 años!

Fue por Kalia quien siempre se encontraba en el frente que Sheyman se ofreció de voluntario en el frente a su lado y como resultado se convirtió en un héroe de guerra.

Fue solo, solo fue porque quería protegerla.

Con la disputa de la sal de las naciones de Matahari y el mar de Oceanía rodeado por piratas la intervención del imperio fue inevitable y eso desató la guerra.

Durante siete años la guerra asoló al imperio haciendo imposible arreglar las cosas, si se hubiera descuidado por el peligro regresaría a casa envuelto en sangre.

Bajo esas circunstancias una confesión amorosa podría considerarse un lujo y mientras más herida o ensangrentada estaba Kalia más preocupado estaba por acabar la guerra para Kalia, eso era mucho más importante para él que la seguridad del imperio.

La guerra terminó siete años después con mínimas pérdidas humanas gracias a que la general Kalia y el mago de cabello plateado Sheyman quienes estaban determinados a acabar con la guerra lo más pronto posible luchando las batallas con fervor y entrega, gracias a eso puede decirse que los guerreros fueron capaces de llevar en siete años una guerra que estaba destinada a durar cien.

Y le dices lo siento a la persona con la que cruzaste la última línea.

Murmuró cínicamente y el guardia que se encontraba junto a la puerta le dirigió una mirada furtiva.

Si los guardias estaban o no junto a él no importaba Sheyman miró la puerta y aguantó el sentimiento de incertidumbre que traía consigo.

Creo que Luina le dijo algo a Kalia ese día y fue más que un simple saludo.

La última vez que le pregunté en el baile real si se había encontrado con la princesa, se mostró incómoda pero no mostró estar molesta o irritada y por un tiempo estuvo aliviado de su reacción hasta que escucho lo que tenía que decirle.

Sheyman, creo que fui demasiado lejos esta vez, me disculpo de nuevo por lo que sucedió ese día.

No pudo preguntarle a qué se refería porque antes de que Kalia terminara de hablar, él ya había subido y bajado los ojos con furia y envuelto la bola de fuego que comenzaba a emanar de sus manos.

Fue Sheyman quien se demostraba como ser racional y frío ante las situaciones, sin embargo tratándose de Kalia su razonamiento podía irse directo a la ventana más cercana.

Tengo que reparar esta agonizante personalidad, reducir la cantidad de burlas para Kalia ¿pero eso es lo que realmente quiero? Estoy en problemas, ¿algún día podré aburrirme de esto?

Sentía que de alguna manera debia cortar con lo tonto de sus pensamientos cuando se trataba de Kalia, si lo intentara ¿ese llameante interés en ella disminuiria un poco?

Sheyman, quien fruncía el ceño, sacudió la cabeza y abrió la puerta de la oficina del príncipe, su primo quien pensó que estaría despierto hasta tarde estaba sentado en la barandilla del balcón bebiendo whiskey.

A pesar de la extraña atmósfera Sheyman se atrevió a preguntar.

—¿Qué está pasando?

La mirada de Luismond se cernía hacia la capital debajo de ellos, las luces que provenientes de las casa brillaban como estrellas en una noche clara.

Cambiando de dirección su mirada la dirigió a sheyman y movió la mano invitándolo a unirse a él en el balcón.

¿Qué está mal con él?

—Ven tomemos unos tragos.

—¿Qué es todo esto su majestad? ¿Por qué tan de repente?

Luismond tenía problemas para responderle, sus ojos lucían perturbados, Sheyman se paró frente a él sin mediar palabra y respiró profundamente antes de preguntar.

—¿Tuviste una conversación extraña con Kalia?

3 respuestas a “¡No es tu hijo! – Capítulo 11”

  1. Me encanta!! Está loquito por ella pero si no se lo dices ella piensa que ha estropeado vuestra amistad! Ahhhh!! Cuando se entere de que se ha ido el imperio será destruido jajaja.

Responder a Monica Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido