¡No es tu hijo! – Capítulo 16

Traducido por Usagi

Editado por Yusuke


Alguien estaba llamando a la puerta, mientras Kalia quien empacaba su equipaje volteo la cabeza al escuchar el golpeteo en la puerta.

—¿Estas lista?

La puerta de doble peldaño se abrió por uno de los lados y dejo ver a un joven alto de cabello negro que entraba a la habitacion con una sonrisa amable.

Cuando ella vió al hombre con el cabello amarrado en una coleta Kalia asintió ligeramente.

—Ya casi, finalmente es hoy.

Kalia suspiro mientras miraba todas las maletas que estaban apiladas como montañas, finalmente ella se retiraba dejando todo el castillo, la familia imperial y a Sheyman, para irse lejos.

Solo tengo que terminar de mover esto.

Pensaba mientras levantaba la última bolsa y la metía al vagón donde viajaría el equipaje, para después asentir ligeramente, un hombre vino y arreglo el equipaje por ella.

—Kalia no alces nada que sea pesado.

Con su voz que sonaba contundente pero que al mismo tiempo se dirigió a Kalia.

—Estarás en problemas si levantas cosas pesadas y te caes de espaldas, tu embarazo debería ser tu mayor prioridad, incluso si puedes cortar la cabeza de tu enemigo con una espada, piensa que algunas cosas son diferentes ahora.

—Esta bien, lo tendre encuenta de ahora en adelante —respondió Kalia rápidamente, esquivando cualquier regaño sin embargo frunció la boca esperando algunas palabras más, mientras miraba al hombre a los ojos, para después reír, aquel hombre era Allen McEcker.

A pesar de su altura y de su complexión delgada no parecía ser del tipo de persona que se pasaba la vida estudiando, pero si asemejaba ser un doctor que sabía muy bien a lo que se dedicaba y muy contrario de su refinada apariencia el hombre estaba lleno de cariño y preocupación.

—Por favor toma en cuenta que el periodo de embarazo en el que estás es el más peligroso, por favor sé precavida.

—Sí señor.

Además era el nuevo doctor particular de Kalia, ya que inmediatamente después de enterarse de su embarazo Kalia visitó inmediatamente a la doctora Arendi, la medicina era una profesión que necesitaba mucha paciencia y dinero para aprenderla, ya que no podía ser manejada con magia está únicamente se podía usar para regeneración, por lo que los médicos eran muy importantes en el imperio.

Incluso así, la medicina es ejercida incluso por los aristócratas con mucho intelecto y sus necesidades salían a flote, como Allen dijo antes, es un campo muy caro para ejercer, por lo que él solía ser patrocinado por familias ricas, despues de estudiar y calificar para ejercer se convirtió en el patrocinador de alguien más.

La señorita Arendi también fue una doctora patrocinada por Kalia hacía algunos años atrás, ella era buena, ordenada y lo más importante sus palabras siempre fueron confiables.

Ella fue capaz de decirle a Kalia que estaba embarazada, pero no podía irse con ella, ya que estaba casada y con un niño de cuatro años no era capaz de dejar la capital debido a su familia, pero una mujer embarazada necesita un doctor entonces la señorita Arendi recomendó a su primo, Allen.

—Él es muy bueno, se preocupa mucho, pero es leal, sé que al ser un médico varón puede resultar un poco extraño pero, bueno no hay muchas mujeres que ejercen la carrera en el imperio, además él ha estudiado pediatría, y eso podría ayudarte incluso después de tu embarazo.

Con esas referencias fue recomendando a su primo como si fuera un experto en niños y nacimientos, también dijo que se debía a que su esposa había muerto en el parto seis años antes, con esos comentarios lo aceptó como médico.

Tenía muchos ojos vigilando en la mansión, por eso había quedado de conocerlo en el centro de la ciudad, para evitar algún malentendido, resultando en el desastre de la tienda.

Tan pronto como despertó Kalia le pidió ser médico en jefe, a lo que él aceptó después de pensarlo por un tiempo, la razón de que aceptara el trabajo fue porque ella necesitaba a alguien que la cuidara y una vez que Allen aceptó Kalia pudo al fin dejar la capital.

Si el estaba pensando en asentarse en la capital, entonces hubiera sido imposible pedirle que fuera su médico personal y que dejara la capital con ella, sin embargo, Allen estaba dispuesto a ir a cualquier lugar, la verdad es que era difícil para cualquier extranjero adecuarse al caos que se vivía en la capital, cosa que era benéfica para Kalia.

—¿Esto es todo lo que se supone que traerás? Entonces vámonos.

—Es todo, todo lo que tienes que hacer es empujar.

—Me temo que se caerá si lo mueves, sin importar si es pesado o no, deberías estar dando órdenes y dejar que otros hagan las cosas que tú estás haciendo por tu cuenta, al menos hasta que el niño nazca, ahora que vas a ser madre trata de practicar ser más cuidadosa por tu bebe ¿lo entiendes?

Madre.

Era una palabra que siempre la había dejado sensible, al mismo tiempo una que le infundía valor para tomar nuevas y mejores decisiones.

Sí, ahora soy una madre.

Después de un momento de pensar, Kalia cerró la boca y la apretó con fuerza asintiendo con energía, Allen le dedicó una sonrisa como si fuera una pequeña estudiante.

Al contrario de los rumores que circulaban sobre ella, una mujer loca por la sangre con un cuerpo monstruoso, Kalia era una persona mucho más cálida de lo que me imaginaba.

La primera vez que la vio estaba usando vestido, dudó que en realidad fuera la legendaria general Kalia, pero pronto cambió su mente al ver sus manos callosas y su estómago con una cicatriz que lo atravesaba en diagonal.

Había otras muchas que se tornaban blancuzcas en la carne, solamente tenía una en su cintura, tratando de no lucir sorprendido Allen terminó su inspección pretendiendo una calma que no tenía.

Tratar de juzgar a una persona por la primera impresión, como esperaba tengo un largo camino por recorrer.

Allen la trato con humildad, lamentando haber sido una persona corta de vista, no importa cuan hermosa fuera incluso si era una proxima madre con un bebe en su vientre, ella era un héroe que trajo paz al imperio como símbolo de su victoria, sólo había una forma de tratarla y esa era mostrándole respeto más que a nadie.

—Ahora ¿nos vamos?

Allen quien le enseñaba el camino con la mano hacia la carreta caminó con el equipaje de Kalia en las manos, después extendió su mano para ayudarla.

—Toma mi mano.

Solo eran unos cuantos pasos que le quedaban para dejar el lobby cuando él la alcanzó y la hizo reír por su sobreprotección.

—Honestamente —contesta—. ¿No estoy embarazada si no que soy una enferma terminal, verdad?

Allen sonrió y lentamente bajó las escaleras sosteniendo la mano de Kalia.

—Toda mujer embarazada es frágil como un bebe recién nacido, al menos eso es lo que yo pienso.

Kalia se estremeció con la sobreprotección del hombre a su lado, pero al mismo tiempo pensó que era algo bueno para ella, no era una mala idea tener a personas que fueran sensibles junto a ella.

Los dos caminaron lentamente y se detuvieron frente al carruaje preparado con anterioridad, junto a él estaba un mayordomo, quien estaba ahí solo para despedirse de Hemming, quien estaba calmando a los caballos Kalia fue la primera en acercarse a la joven con preocupación.

—¿Estas bien Hemming? Si te quedas en la capital puedes estar con un mejor maestro, voy a escribirte una buena carta de recomendación.

—No, mi único maestro siempre será Kalia, y tú me prometiste que regresamos a la capital, esta es una buena oportunidad, nunca he estado en otro lugar.

—Voy al aburrido campo, e incluso puede que no pueda blandir una espada —contestó Kalia.

—No me importa ¡solo déjame estar junto a ti! —respondió Hemming decidida a expresar sus deseos con los ojos brillando, Kalia cedió eventualmente levantando sus manos en derrota.

La joven no tenía familia, los había perdido tres años antes producto de una enfermedad, ella dijo que no quería estar sola, entonces se colgó de la ropa de Kalia y ella la contrató como su empleada y ahora le pedía permanecer a su lado.

Kalia comenzó a reír y aceptó que la joven fuera con ella, necesitaba a alguien que la asistiera en su camino al campo entonces Kalia, Hemming y Allen decidieron partir juntos.

Kalia había dispuesto de todas sus propiedades en la capital a excepción de la mansión, una parte de su fortuna fue utilizada para comprar oro y repartirlo como regalo a los soldados y personas que fueron despedidos por sorpresa, incluso su ropa fue regalada y compro nueva, incluyendo el vestido que nunca había usado antes.

El dinero que había gastado no rebasaba el 20% de la cantidad que poseía, los artículos más caros eran pergaminos de transportación y pergaminos que borraban el rastro, había comprado docenas de ellos de la más alta calidad.

El dinero que había gastado en eso excedía el 15% más de lo que quedaba de su fortuna, no obstante, su riqueza que le fue otorgada como recompensa en la guerra todavía era más notable que la de algunos nobles.

Kalia miró a tras con un nudo en la garganta mientras levantaba el dobladillo de su vestido, Jacob el mayordomo se quedó en su lugar con los ojos vidriosos con algunos cabellos salidos de su bigote bien arreglado.

Estaba aliviada de ver al usualmente bien organizado mayordomo, Kalia se acercó a él.

—Volveré, Jacob.

— Estaré encantado de esperar el día en el que mi maestro regrese a casa.

Realizó una reverencia formal mostrándole respeto a su maestro.

Jacob no cuestionó a Kalia ese día cuando de repente recibió la orden de empacar todas las pertenencias de la casa, sin una sola queja el mayordomo siguió las órdenes, a lo que ella estaba sumamente agradecida.

Cuatro años antes, Kalia rescató a Jacob, quien tenía dejar la capital después de ser expulsado del ducado, al cual le fue devoto por más de treinta años de su vida y después de algunos acuerdos lo llevó a su mansión.

Se alegraba por haber tomado la mejor decisión de la última década, ya que Jacob era el mayordomo perfecto como seguidor y soporte.

Kalia dudo un momento antes de entregarle una carta.

—Díselo cuando venga.

Incluso sin decir el nombre los dos lo sabían, la persona que más traicionado se sentía con su desaparición, y la misma que era la razón por la que debía irse de la capital.

—No se preocupe, la tarea que se me ha encomendado será llevada a cabo sin importar lo trivial que pueda ser.

El mayordomo sonrió amablemente y guardó la carta en su bolsillo con mucho cuidado, mientras Kalia miraba la mansión desolada para después subir al carruaje.

Jacob se quedó ahí, de pie mirando a Kalia hasta que el carruaje dio vuelta perdiéndose detrás de las puertas de la mansión sin dejar ni un solo rastro de polvo.

10 respuestas a “¡No es tu hijo! – Capítulo 16”

  1. Ahhhhhh se prendió esto!!! Gracias por la traducción!!!
    Joder esto se complicará mucho y solo puedo preguntarme cómo diantres lo van a arreglar…

  2. Esta muy bueno, hasta lloré en la parte final, gracias por traducir, tus esfuerzos valen la pena y muchos de nosotros apreciamos tu trabajo, por favor sigue haciéndolo

  3. Oh! Esto realmente es muy bueno, estoy muy intrigada con la historia, gracias por traducir y hacerlo tan buen, ya que antes leí una traducciones que no se entendían nada y tuve que leer la historia completa para saber que decía.

  4. He estado leyendo este desde que lo leí en un manwha (supongo que era un web cómic promocional de la novela). ¡Dios! ¿Qué sigue?
    Jajaja gracias por la traducción ❣️

  5. Estoy desesperada por conocer la reacción de Sheyman cuando le cuenten que Kalia se marchó.
    Gracias por traducirlo, esperaré con ansias las próximas actualizaciones ♡

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