Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 6 – Capítulo 10

Traducido por Shiro

Editado por Meli


—¿Qué piensa hacer Zi Nan? —Sun Xi Mu encendió un puro y se recostó en su silla con lentitud.

—¿Qué crees que debería hacer? —La puerta se abrió y el joven apuesto del que hablaban entró en compañía de su agente, se sentó en el sofá doble y continuó—: ¿Qué periódico se atrevería a publicar un artículo de ese estilo sin tu consentimiento, Sun Xi Mu?

El agente sudaba frío, preguntándose qué quería conseguir el jefe con esta movida.

¿Será que se aburrió de jugar con Ou Zi Nan y ahora quiere arruinarlo? ¡Es un rico enfermo!, pensó, al tiempo que le dirigía una mirada compasiva a su artista.

Sun Xi Mu era culpable, lo hizo para alejar el miedo y la incertidumbre de su corazón. Quería decirle a todo el mundo: «Ou Zi Nan es mío, no pueden codiciarlo». No toleraba las miradas fanáticas que la gente le dirigía, no soportaba que clamaran por él dondequiera que fuera, no podía permitir más que las multitudes lloraran y gritaran que querían tener sus bebés.

Shiro
En los raws, en lugar de «bebés» dice «monos». Quizás es una forma linda o chistosa de llamar así a los bebés. xD

Vivía atormentado y en pánico, siendo el único momento de paz cuando, conectados, arremetía hasta lo más profundo de su ser, y quería permanecer así por siempre, sin separarse jamás de él.

De este modo, no podrá desaparecer ni ir a algún lugar donde no lo pueda seguir.

Pero sus pensamientos descabellados no podía compartirlos con Ou ZI Nan. Fue por eso que, cuando recibió la llamada del periódico, por alguna razón inexplicable permitió que publicaran, pero la reacción de su amante le inquietaba.

—Puedes manejarlo como quieras —contestó, acercándose al sofá, agachándose y abrazando a su amante.

Zhou Yun Sheng lo miró inexpresivamente, esperando a que su frente se colmara de sudor frío a causa de la culpa antes de articular con claridad:

—Quiero realizar una conferencia de prensa para salir del clóset, así que prepárate.

—¿Salir del clóset? ¿Con quién? —preguntó Sun Xi Mu con voz ronca.

—¿Con quién? ¿No te atreves a anunciar nuestra relación? Si no, lo haré solo y me iré al extranjero a extender mis alas. No quiero un mercado en el País C. —Ou Zi Nan sonrió con desdén.

Li Li y el agente, empapados de sudor frío, miraron a su jefe. Esa propuesta era demasiado audaz. ¡Sus corazones estaban a punto de estallar!

El jefe nunca aceptaría, pensaron para sus adentros.

Si un artista salía de clóset, no pasaba nada, pero si un gigante de las finanzas como él hiciera lo mismo, sacudiría las acciones de todas las empresas del clan Sun, lo cual implicaría miles de millones de dólares.

Fue en ese momento que, bajo las miradas incrédulas de ambos, Sun Xi Mu sonrió, relajado y lleno de regocijo. Entonces sacó una caja de terciopelo del bolsillo de su traje y se la entregó al joven.

Zhou Yun Sheng, sin inmutarse, abrió la tapa y puso el par de anillos en sus dedos anulares.

—¿Quieres que me arrodille y te pida matrimonio? —le preguntó con seriedad mientras se aflojaba la corbata.

—Solo si quieres —contestó con una sonrisa.

Sun Xi Mu se arrodilló de inmediato, tomó su mano izquierda y le plantó un beso, piadoso y gentil, en el dorso. Amor sofocante desbordaba de su mirada. Li Li y el agente, sin poder soportarlo, huyeron apresurados.

Esa tarde, en un hotel cinco estrellas propiedad del clan Sun, Ou Zi Nan realizó una conferencia de prensa. Él y Sun Xi Mu se sentaron uno junto al otro, vistiendo el mismo estilo de traje gris plateado y con el cabello meticulosamente peinado; se veían radiantes.

Con Sun Xi Mu allí, las preguntas de los periodistas fueron muy moderadas. Cuando alguien preguntó acerca de la autenticidad de la foto, Zhou Yun Sheng asintió con la cabeza y respondió por el micrófono:

Shiro
En los raws dice algo similar a que «nadie se atrevió a acariciarle los bigotes a Sun Xi Mu». Esto se debe a que en China cuando alguien le «acaricia los bigotes del tigre» es que ha hecho algo muy osado.

—La foto es real. Me gustan los hombres.

En algún lugar, varias personas maldijeron frente a la pantalla del televisor, otras lloraron, algunas se sintieron deprimidas, pero nadie pudo evitar que continuara su discurso.

—Además, mi amante está sentado a mi lado. —Colocó sus manos entrelazadas sobre la mesa y sonrió lleno de satisfacción y ternura—. Cuando más indefenso, deprimido y desesperado estuve, cuando todos a los que amaba me abandonaron, solo él se mantuvo firme a mi lado, y me ayudó desinteresadamente. En este mundo, no puedo confiar en nadie, excepto en él; no puedo amar a nadie, más que a él. Entre nosotros no hubo reglas tácitas ni intercambios de intereses ni coerción. De verdad nos amamos.

La audiencia que expresaba su insatisfacción frente a los televisores de pronto se calmó, recordando la situación desesperada en la que Ou Zi Nan una vez se encontró. Si no hubiese sido por Sun Xi Mu, habría quedado arruinado sin remedio. Era razonable que se hubiese enamorado.

Las palabras del joven estremecieron el corazón de Sun Xi Mu, el cual comenzó a latir desbocado, haciendo que su pecho casi estallara de la gran alegría. Aunque su rostro mostraba una leve sonrisa, abrazó al joven a su lado y le plantó un beso en la frente, tras lo que habló articuladamente:

—Sí, estamos enamorados y planeamos casarnos. No necesitamos la aprobación ni la bendición de nadie. Aquí finaliza la conferencia de prensa de hoy. Adiós.

Hizo que el joven se pusiera de pie y se marcharon, los siguieron los cegadores destellos de las cámaras.

La escena del hombre alto envolviendo al joven delgado con sus brazos y besándolo era tan hermosa y cálida que la gente en línea no quiso perturbarla. El maremoto de opositores se calmó de repente; nadie tenía más que agregar.

No obstante, el ambiente conservador del País C hizo que Zhou Yun Sheng se sintiera muy incómodo, por lo que decidió ir y expandirse en el País A. La aceptación allí de la homsexualidad en la industria del entretenimiento era bastante alta, por lo que no se convertiría en un obstáculo para su carrera. Sus fanáticos del País C hicieron un alboroto, quejándose una y otra vez que los homófobos eran los culpables de todo. Una persona era libre de amar a quien quisiera, hombre o mujer. No tenían por qué criticar ni interferir con las vidas de otras personas.

De no ser por esos ataques irracionales, su ídolo jamás se hubiese ido, desaminado, a una tierra lejana.

Pronto, se dio a conocer que el equipo de Ge Meng Shu había sido el responsable de publicar la foto en línea, con el objetivo de limpiar la reputación de la artista desacreditando a Ou Zi Nan.

La noticia se convirtió en una calamidad más para Ge Meng Shu. Su carrera como cantante, que apenas se recuperaba, sufrió un golpe sin precedentes. Las ventas del nuevo álbum fueron solo de cientos, pésimas, y los internautas le dieron un nuevo apodo: perra maquinadora.

También se reveló que ella aceptó las reglas tácitas, habiendo tenido relaciones impropias tanto con Yun Zhi Yuan como con Lin Si Qing, con tal de alcanzar con facilidad el estrellato. Se adjuntaron fotos de ella y los dos hombres a la publicación.

La clasificación de las fotos era R. Había de besos franceses, en la cama y, una muy llamativa, de ella y Lin Si Qing haciendo el amor en una bañera.

Ante el interrogatorio de Yun Zhi Yuan, Ge Meng Shu enloqueció, y llamó a Lin Si Qing, que se encontraba en el País E, para que aclarara la situación. La vida del antiguo cantante era miserable en ese momento, y tal vez debido al mal estado psicológico en el que se encontraba, en lugar de negarlo incluso lo admitió, lo que desató la ira de Yun Zhi Yuan. Y aunque después los técnicos determinaron que las fotos habían sido falsificadas, él nunca volvió a confiar en ella, concluyendo que era una vagabunda infiel y terminando su relación. Al final canceló sus recursos y se comprometió con una joven con un estado social y familiar similar al de él.

Sin el apoyo de los protagonistas principal y secundario, y con su reputación mancillada, Ge Meng Shu no alcanzó la gloria de acuerdo a la trama original. Al final, se convirtió en una celebridad de la lista D en apuros y, para mantenerse, tomó papeles en muchos programas vulgares de variedades, hundiéndose por completo en la oscuridad.

En junio de ese mismo año, se llevó a cabo la Copa del Mundo en el País B y Ou Zi Nan se encargó del gran final de la ceremonia de apertura.

En el continuo estallido de fuegos artificiales, el joven, maquillado con estilo ahumado seductor, se elevó lentamente en el centro del escenario. Llevaba una chaqueta ceñida y pantalones de cuero negro, mostrando su cuerpo delgado, aunque explosivo. Su cabello estaba peinado hacia atrás, revelando contornos faciales considerados profundos incluso en el Oeste, y labios rosados pintados de blanco, luciendo como un metal helado.

Era apuesto, como un rayo, una llama, pero su voz era un trueno avasallador, formidable.

Saludó, bailó y gritó y decenas de miles de personas le devolvieron el saludo, bailaron y gritaron junto a él, levantó las manos al ritmo de la música y el lugar estalló en un aplauso ensordecedor. Satisfecho, llevó su dedo hasta sus labios, y al instante, el silencio era tal en el estadio que se podría escuchar un alfiler caer.

Era el amo de todos, nadie podía resistirse a su encanto y carisma.

La cámara lo siguió, proyectando su inigualable belleza en la pantalla gigante. Algunas personas lloraron, otras gritaron y quienes no pudieron soportarlo, se desmayaron, siendo trasladados a las ambulancias que esperaban fuera del lugar.

Gracias a la contribución de Ou Zi Nan, la ceremonia de apertura de la Copa del Mundo se convirtió en el evento más intenso y sensacional de todos los tiempos. Sus fanáticos, repartidos en todos los continentes, eran de diferentes colores y hablaban distintos idiomas.

Las cámaras que no apuntaban al escenario recorrieron la multitud, enfocándose en miembros de la audiencia al azar. Quienquiera que fuera elegido gritaba a la cámara.: «¡Ou Zi Nan, te amo!». Hasta el presidente del País B, sentado en la sala VIP, se puso de pie y, bailando una samba al ritmo de la música, lanzó un beso en dirección al escenario.

Luego de abandonar el País C, Ou Zi Nan no se hundió en las tinieblas, como habían predicho muchos críticos de la música. Al contrario. No solo se mantuvo firme, sino que se convirtió en una digna superestrella internacional. Aquellos que fueron tildados como figuras legendarias de la música por su padre, a él lo adulaban cada vez que lo veían, con la esperanza de que algún día pudiera escribir para ellos una canción o dos cuando estuviese de buen humor.

Por otro lado, Lin Si Qing vivió en el País E por más de medio año, y habiendo ya agotado el dinero que tenía, tuvo que dejar el apartamento lujoso que habitaba para mudarse a una habitación pequeña. Además, debido a su reputación arruinada, las compañías que lo habían contratado como anunciante cancelaron todos los contratos y tuvo que vender su lujoso auto y su mansión para poder pagarles la gran suma de dinero correspondiente como compensación.

En ese momento, sentado frente al televisor, vio con asombro cómo el joven resplandeciente en la pantalla despertaba con facilidad las emociones del público, cómo alcanzaba con osadía las notas agudas, cómo desataba el frenesí en el público y cómo bajaba del escenario y abrazaba a Sun Xi Mu, quien le daba la bienvenida y le respondía con un apasionado beso.

De manera simultánea, las doscientas mil personas en el estadio les enviaron sus bendiciones, haciendo que el joven abriera desmesuradamente los ojos y se riera.

Lin Si Qing rio con él, y luego se cubrió la cara y lloró con amargura.


Shiro
Yay~~ ¡Terminamos otro arco! ٩(^ᴗ^)۶. Ahora deséennos mucho ánimo con el siguiente arco porque Meli y yo nos enfrentaremos a la tarea titánica de trabajar con la terminología de la China imperial. Meli, ¿puedo huir? ¿Pretty please? 🥺

Meli
Shiro, lo siento, pero ahora que has vuelto no te dejaré ir…, no importa que tenga que hacerme amiga fiel de la RAE para editar, no huirás de mí

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