Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 8 – Capítulo 3

Traducido por Shiro

Editado por Meli


Zhou Yunsheng había permanecido todo ese tiempo en silencio en una esquina, por lo que el patrocinador no lo había notado, pero en cuanto lo vio salir de la multitud, sus ojos se iluminaron.

El teléfono venía en un total de cinco colores, pero el equipo color blanco puro y pantalla negra intensa era el que más destacaba, daba una sensación de pureza, moda y elegancia; y la apariencia de Zhou Yunsheng coincidía a la perfección con ese modelo en concreto.

Miss Jeffrey estaba a punto de darle el modelo de color negro cuando el patrocinador dijo:

—Dale el blanco.

Encogiéndose de hombros, Miss Jeffrey hizo lo que se le indicó y pensó: Bueno, espero no se decepcione mucho luego con este chico. Se convierte en un tonto con extremedidas rígidas y mirada vacía cada vez que se pone frente a la cámara. Ni siquiera su hermosa apariencia puede salvarlo.

El tonto, Romeo, estaba siendo suspendido lentamente sobre la fosa, acompañado por las palabras tranquilizadoras de Miss Jeffrey:

—No te muevas. No te muevas. Mantén tu equilibrio para que no te quedes hacia abajo. Puedes hacerlo, pequeño, confío en ti.

Zhou Yunsheng asintió e intentó mover las manos y los pies una vez el arnés que lo sostenía se estabilizó. Cruzó sus largas piernas como si no se encontrara suspendido en el aire, rodeado de paredes rotas y una estructura metálica oxidada, sino en un magnífico palacio, sentado en un enorme y mullido sofá.

Entonces, sentado en el sofá, jugaba relajado con el móvil, como si estuviera pensando: «¿A quién debería llamar para salir de fiesta?».

—Oh, Dios mío. ¿Cómo hace para mantener esa postura? ¿De verdad está sentado en una silla? Debe ser un hermoso sillón. —El patrocinador se vio sorprendido por el estilo del adolescente.

Eso era lo que él quería conseguir, difuminar la línea que dividía la realidad de la imaginación.

Zhou Yunsheng había estado usando sus dos manos para manipular el móvil, pero, en ese momento, con una de sus manos alejó el equipo y en la otra apoyó su cabeza ladeada. Además, arqueó una ceja y endosó una expresión que decía: «¿Por qué debería llamar yo primero? Esperaré y veremos. Le daré una recompensa a la primera persona que me llame».

Esos movimientos vistos desde el suelo parecían mínimos, irrelevantes casi, pero a través de la cámara, convertían al teléfono móvil en el protagonista absoluto, y sus expresiones, ligeramente juguetonas, eran el complemento perfecto.

—¡Es genial! Lo amo. Esto era justo lo que imaginaba —elogió apasionado el patrocinador.

El fotógrafo también estaba enloqueciendo. Tan pronto como Zhou Yunsheng cambiaba de pose, tomaba fotos sin cesar, el flash de la cámara activándose de manera constante, casi cegando a quienes lo rodeaban. El levantamiento de una mano, el giro de su rostro, incluso el alzamiento de una ceja o un parpadeo. Todo lo que hacía desbordaba una destreza encantadora y cautivante, como si lo hubiesen sacado de una pintura.

Y así, cuando Zhou Yunsheng relajó sus extremidades para cambiar de postura, Miss Jeffrey lo detuvo.

—Bien hecho, Romeo. Puedes bajar.

—Pero solo han pasado tres minutos. —Zhou Yunsheng sostenía el móvil con ambas manos, su expresión era de confusión y agravio.

Antes de que Miss Jeffrey pudiera contestarle, el patrocinador lo llamó con la mano y dijo:

—Ven aquí, chico. Ya tenemos la foto que tanto queríamos. ¡Eres increíble!

El fotógrafo se tocó la nariz y, avergonzado, confesó:

—Ya consumí tus treinta tomas, por lo que no puedo tomarte más fotos. Chico, la cámara te ama. No tendrás problemas.

De hecho, había tomado más de cien fotos en tres minutos, y estaba muy satisfecho con cada una de ellas. No sabía cómo elegiría solo treinta, para que los otros participantes no lo encontraran injusto.

—Baja. Ten cuidado. —Miss Jeffrey pidió al operador que descendiera al joven hasta el piso sólido y lo animó—: Buen trabajo. Sigue así.

Zhou Yunsheng asintió y se volvió para encontrarse con que todos los demás participantes lo miraban con celos, excepto Emily, Hayden y una mujer pelirroja.

Emily no lo consideraba un oponente; Hayden tenía demasiado miedo como para prestarle atención; y la mujer pelirroja era de mente abierta. Zhou Yunsheng recordó que su nombre era Ivanna Buist, un nombre muy fuerte, medía un metro con ochenta centímetros de altura, la más alta de todas las mujeres que participaban, y su apariencia era algo masculina.

Ella y Emily eran las únicas dos participantes que no ridiculizaban, excluían ni oprimían a Romeo. Pero, a diferencia de la arrogancia con la que esta última trataba a los demás, Ivanna era genuinamente alegre, tolerante y de mente abierta. Para ella, él simplemente era un chico inmaduro que no entendía las reglas del mundo adulto, lo cual era excusable.

Ivanna, levantó el pulgar en señal de aprobación y Zhou Yunsheng le dedicó una sonrisa fugaz, a modo de respuesta, antes de volver a esconderse en una esquina.

Los participantes que siguieron no pudieron satisfacer al patrocinador y, finalmente, solo quedó Hayden. Él se esforzó al máximo por reprimir su miedo, y las líneas tensas de su rostro jugaron a su favor, haciéndolo parecer más sereno y confiable.

Miss Jeffrey lo empujó hacia la fosa y le dijo al patrocinador:

—Él es uno de mis participantes favoritos. Sus fotos siempre son maravillosas. Seguro quedará satisfecho con él.

Inmediatamente después, se arrepintió de sus palabras. Hayden luchaba y temblaba como un insecto atrapado en una telaraña, a punto de morir. Tiró el teléfono móvil, y quedó hecho pedazos cuando cayó al suelo.

—Oh, no, no. ¡Bájenme! No puedo, de verdad no puedo —gritó agitando las manos, lo que provocó que su cuerpo girara y quedara de cabeza. La sensación de ingravidez lo hizo soltar un grito agudo, y el «tipo duro» lloró como un niño.

Miss Jeffrey quedó atónito, mientras que el patrocinador se tapó la boca, expresión consternada.

Por otra parte, los camarógrafos se agruparon a su alrededor, filmando su horrible apariencia desde todos los ángulos. Su tarea era capturar escenas interesantes, cuanto más entretenidas, mejor.

—No te muevas. No tengas miedo. Respira hondo para que puedas calmarte. Nuestras medidas de seguridad son muy efectivas. No estás en peligro. Hayden, tienes que confiar en mí y en el equipo de filmación. —Miss Jeffrey intentó consolarlo.

Hayden continuó luchando con las cuerdas de seguridad, hasta enredarla, haciendo más difícil que conservara el equilibrio.

Sus gritos aterrorizados eran igual de agudos que los de una mujer. El patrocinador quería taparse los oídos, pero al notar que el camarógrafo lo estaba filmando, caminó hacia un lado en silencio.

Miss Jeffrey no tenía forma de tranquilizarlo, por lo agitó la mano con cansancio mientras ordenada:

—Bájenlo. Esperaremos a que se calme y lo intentaremos de nuevo.

El operador puso a Hayden en el suelo y todos los participantes lo rodearon para consolarlo.

—Shh.. Todo está bien —dijo Emily al tiempo que lo abrazaba y le palmeaba la espalda—. Estás a salvo. No te harán subir de nuevo. Estás a salvo.

Dios sabía lo deprimida y avergonzada que se sentía en ese momento. Le gustaban los hombres fuertes y poderosos, no un blandengue que chillaba a tan poca altura. Se sintió engañada, pero los antecedentes familiares de Hayden la hicieron tolerar la situación.

—No. Tiene que volver, cariño —la interrumpió Miss Jeffrey—. Si no termina las tomas, no tendrá suficientes puntos para pasar a la siguiente ronda.

Hayden, quien había recuperado un poco la calma, volvió a derrumbarse. Su rostro palideció, sus ojos se enrojecieron, y no pudo contener el estremecimiento de su cuerpo.

Los participantes lo consolaron de inmediato, pero lo que pensaban era un misterio.

Solo Zhou Yunsheng e Ivanna se mantuvieron alejados del ajetreo. El primero esperaba el momento indicado para actuar y la segunda detestaba a Hayden. Los otros participantes siempre se quejaban de la arrogancia de Romeo, y lo difícil que era tratar con él, pero, en su opinión, quien encajaba a la perfección en esa descripción era Hayden; solo que lo ocultaba muy bien. Tenía a todos cegados con su halo de joven maestro adinerado, pero eso era algo temporal.

Más débil se sentía Hayden, cuanto más cálido era el consuelo que recibía; y repetidas veces le dijo a Miss Jeffrey que no podía hacerlo, sugiriendo incluso filmar en el suelo, algo que no era injusto para los otros participantes, por lo que este se negó.

—Ayy… Miren, ¿quién es el bebé llorón? —Romeo rio y aplaudió—. ¡Oh, es Hayden, el tipo duro! Ja, ja! ¡Jamás imaginé que debajo de esa máscara hubiese un bebé que sigue usando chupete y pañales! Emily, ve y busca una falda más grande.

Y sin esperar a que Emily expresara su ira con palabras viciosas, él continuó:

—Entonces, Hayden, el bebé, podrá esconderse bajo la falda de su madre y llorar sin reparo. No hay mejor hogar para él.

—¡Romeo, idiota! —le increpó Emily.

Los otros participantes también lo condenaron:

—¡Romeo, te excedes! ¿No tienes un poco de compasión?

Hayden, olvidando su miedo, cerró su puño e intentó arremeter contra él, queriendo golpearlo, pero Miss Jeffrey lo sujetó con fuerza y le aconsejó:

—Hayden, cálmate. Nuestro programa prohíbe cualquier tipo de violencia física. Compórtate, las personas que tomen la iniciativa de lastimar a otros, serán expulsados. Así que, contrólate, por favor.

Hayden aún forcejeaba cuando Zhou Yunsheng lo provocó otra vez:

—Oh, bebé Hayden. Aparte de esconderte, llorar en el pecho de tu madre y agredir a otros, ¿qué habilidades tienes? ¿Por qué no subes y me muestras? Si no te atreves, entonces empaca tus cosas y vete. Eso me hará muy feliz. —Levantó las manos y meneó su trasero, en gesto de celebración anticipada.

Si esa escena saliera al aire, la reputación de Romeo tocaría fondo; estaba siendo demasiado cruel. Sin embargo, eso no le importaba a los camarógrafos, para ellos lo único importante era que el programa impactara y atrajera la atención del público. Por eso, capturaron la confrontación desde todos los ángulos posibles.

De repente, Hayden recuperó la compostura y se volvió hacia Miss Jeffrey:

—Súbanme. Quiero continuar con la sesión.

—Genial. Estoy orgulloso de ti. —Le dio un cálido abrazo e indicó al operador que lo elevara sobre la fosa.

Entonces, utilizando la ira y el odio como combustible, Hayden tuvo un desempeño excepcional. Y aunque su rostro se tornaba algo pálido cuando cambiaba de postura, en cuanto conseguía balancear su cuerpo se enfocaba. El fotógrafo capturó varias tomas impresionantes, y no escatimó en elogiar el valiente espíritu de Hayden.

El patrocinador también asintió satisfecho, mientras que el resto de los participantes lo miraban y vitoreaban cada uno de sus movimientos.

Todos habían olvidado a Romeo, a excepción de los camarógrafos, quienes querían capturar su sorpresa, decepción o celos. Pero con lo que se encontraron fue con su sonrisa y una mirada llena de alegría y entusiasmo. No obstante, en cuanto se percató de las cámaras enfocadas en él, quedó petrificado, tras lo que resopló con frialdad y se dio la vuelta.

¿Qué le pasó? ¿Perdió la cordura?

Varios camarógrafos se miraron entre sí, desconcertados.

Por otro lado, Ivanna, pensativa, se frotó la barbilla: Parece que Romeo en realidad no detesta a Hayden tanto como aparenta. Ese chico tiene demasiadas cosas embotelladas dentro de él.


Shiro
Nunca me canso de ZYS tergiversando los acontecimientos para hacer que las cosas vayan a su favor. xD

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido