¿Qué hace una villana? – Capítulo 40: Celebración conmemorativa de los fundadores

Traducido por Lugiia

Editado por Ayanami


La fiesta en homenaje de los fundadores de esta escuela era un gran evento.

Asisten varias personas famosas como la realeza, caballeros, magos y otros aristócratas poderosos.

La razón para eso es que la fiesta está destinada a ser una reunión que le permite a esas personas vigilar a todos los estudiantes jóvenes y talentosos. De igual forma, crear conexiones anticipadas con ellos. En otras palabras, este era el momento de reclutarlos, antes de que pudieran ser arrebatados por otros.

Dicho esto, también asistí a la fiesta mientras usaba un vestido negro con corte de sirena, adornado con brillantes joyas rojas, resaltando mi figura arriba de mi cadera y dejándose caer por debajo de ella.

Cuando el Rey terminó su discurso de apertura, las personas comenzaron a reunirse a su alrededor para saludarlo.

No fui una excepción.

—Ha pasado un tiempo, Cardinal.

—Ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos, Su Majestad.

—Ahora, ya pareces una mujer adulta.

—Muchas gracias, Reina.

El Príncipe, decidido, destruyó el ambiente de tranquilidad.

—Padre, madre, tengo algo que decir.

— ¿Jayce?

Cuando ambos se dirigieron cordialmente hacia él, el Príncipe dejó caer una bomba.

— ¿Me desheredarían?

Las personas que nos rodeaban se detuvieron al oír esa declaración.

—Me he enamorado de una plebeya. Por eso…

Rápidamente, levanté mi mano para hablar con el Rey.

—Su Majestad, me gustaría que tomara esto en consideración, que lo que voy a decir y hacer a partir de ahora, no tiene ninguna relación con mi familia ni me incitaron a ello. Todo se debe a mi propia voluntad.

—Qué nostálgico…está bien.

Cuando obtuve el permiso del Rey, me acerqué al Príncipe mientras hablaba.

—También te diré lo mismo. Lo que voy a decir y hacer a partir de ahora se debe a mi propia voluntad y no tiene ninguna relación con mi familia.

Con eso, golpeé de forma grandiosa la mejilla izquierda del Príncipe.

Podía oír los gritos de las jóvenes a nuestro alrededor, pero eso no me importaba.

—Ah~ Esta vez, lograste molestar a Kana.

Mi hermano se colocó detrás del Príncipe, mientras éste apoyaba su cuerpo para no caerse después de haber sentido mi puñetazo.

— ¿Eres estúpido? Deberías intentar morir una vez.

— ¡Tú!

—Cállate, idiota. ¿Cuál será tu valor una vez que dejes tu posición como Príncipe? ¿Harás que Labra pase por muchas dificultades? Deberías dejarle dinero y morir.

El entorno se volvió extremadamente tranquilo.

— ¿Crees que un estúpido como tú podría sobrevivir como un plebeyo? ¡Nunca deberías tomarlos a la ligera sólo porque eres un ignorante que no conoce cómo funciona el mundo!

Pude escuchar a alguien a lo lejos diciendo:Ah~ La señorita Cardinal de verdad es la hija del Primer Ministro. Sin embargo, decidí ignorar eso.

— ¡Sólo tienes tres opciones en el futuro!

— ¿Qué…?

— ¿Renunciarás a todo y por el bien del pueblo, te casarás conmigo? ¿Convertirás a tu amada Labra en Reina? ¿O vas a incitar mi ira convirtiéndote en un plebeyo y dejando que te asesine? Esas son las tres opciones. Elige la que quieras.

— ¡¿Qué clase de opciones son esas?! Cardinal, deberías ser capaz de entenderlo. Comparado conmigo, mi tío Broudo tiene muchas más habilidades como Rey.

— ¿Qué significa eso? Aunque creas que no estás cualificado para serlo, una vez que te conviertas en Rey, mi hermano seguramente te ayudará haciendo un seguimiento para acomodarte. Es suficiente con que te sometas al entrenamiento para convertirte en un buen rey.

El Príncipe parecía no poder entender mis palabras en absoluto.

—No me parece que su alteza Broudo tenga el calibre para convertirse en Rey como dices. Sin embargo, esa persona es capaz de establecer una posición por sí mismo. Hipotéticamente, si si alteza Broudo fuera elegido como el próximo Rey, ten por seguro que se dedicaría a aprender cómo convertirse en uno. Sin embargo, ¿qué haremos si una plaga ocurre en ese momento? ¿Serás capaz de preparar un medicamento para enfrentarte a eso por ti mismo? ¿O vas a forzar a su alteza Broudo a que continúe con sus estudios para convertirse en Rey e investigue los remedios, todo al mismo tiempo? ¿Te das cuenta de cuánta gente morirá si eso sucede? ¡Lo que acabas de decir, demuestra lo egoísta que eres! Es más, sin tu estatus ni prestigio, ¿te crees muy capaz de hacer feliz a Labra?

—Labra me dijo que se quedará a mi lado a pesar de eso.

—Estúpido, te dijo esas palabras porque te ama. Porque quiere hacerte feliz. De todas formas, ¿qué quieres hacer? ¿Deseas que ella te llene de felicidad? ¿O vas a ser tú quien lo haga?

Cuando el Príncipe guardó silencio, aproveché para darle un puñetazo en el estómago antes de continuar.

—No tengo motivos para elegir una opción que hará que Labra se enfrente a muchas dificultades —continúo.

—Ahh…pero, Labra es una plebeya.

—Ya he hecho algunos arreglos al respecto. Incluso si no dependo de un estúpido como tú, seguiré siendo capaz de descubrir gente competente para ello.

Escuché a alguien reír cerca de la galería. Accidentalmente, dirigí mi mirada a ese lugar y mi rostro palideció.

— ¿Puedo adivinar lo que ha estado tramando esta joven?

El dueño de la voz se acercó lentamente.

—Al morir nuestra hija, mi esposa se cerró. Sin embargo, comenzó a sonreír después de conocer a Labra. Nunca pude adivinar que ese era tu objetivo desde el principio.

—Duque Fleur, su amada esposa será feliz si es capaz de adoptar a Labra como su hija.

—Parece que perdí. Le daré la bienvenida a Labra a nuestra casa. Pero, no me convence que el Príncipe vaya a tomar tal acción inmediatamente.

Así es. Este era mi propósito principal: tener a la Sra. Fleur como compañera de Labra para el entrenamiento de etiqueta.

¡Voy a asegurarme de que Labra reciba la felicidad que merece!

—Ya que ella formará parte de la casa del duque, ¿qué harás al respecto? No tengo ninguna queja si deseas tenerla como tu Reina.

—Voy a convertir a Labra en mi Reina.

Satisfecha, incliné mi cabeza ante el Rey.

—Esta vez, soy consciente de las faltas que he cometido, así que no me atrevo a desear mi perdón, Su Alteza. Por lo tanto, por favor, imponga el castigo en consecuencia.

Ya que golpeé al Príncipe ante los ojos de Su Majestad, una deportación podría ser un castigo razonable, ¿no? Aunque, en realidad, no quiero que se me imponga algún tipo de pena de muerte. Mientras esperaba su respuesta, pensaba tranquilamente en esas cosas.

—Um~ Esto me está dando dolor de cabeza. De verdad, no eres consciente de tu propio valor, ¿no es así, Cardinal?

— ¿Eh?

—Estoy seguro de que pensaste que el castigo sería una alianza matrimonial con la realeza de otro país o ser desterrada, ¿verdad?

—Como se espera de Su Majestad.

El Rey comenzó a suspirar profundamente.

—Si te destierro, no sé cuántos de nuestros ciudadanos se unirán en contra la Realeza. Cardinal, deberías darte cuenta de que eres una persona querida por cada ciudadano de este país. Es más, si llegas a irte, tu familia seguramente te seguirá. En el peor de los casos, toda la familia real podría terminar siendo masacrada. ¿Puedes imaginarte ese suceso?

No…sí, puedo imaginarlo. Lo siento.

En diagonal a la espalda del Rey, pude ver un aura negra saliendo del cuerpo de mi padre. No creo que fuera mi imaginación, ¿verdad?

Al mismo tiempo, pude sentir que alguien se acercaba a nosotros. Cuando me di la vuelta, resultó que era su alteza Broudo, que también estaba usando un abrigo azul índigo.

—Hermano mayor, en ese caso…por favor, dámela.

— ¿Ha~?

—Soy una persona maldita y por ello, ninguna mujer está dispuesta a convertirse en mi prometida. Así que, ¿convertirse en mi esposa no sería considerado un castigo?

Me pregunto qué está pasando ahora mismo…realmente, no podía entenderlo, mientras miraba aturdida a su alteza Broudo.

—Además, la Srta. Cardinal es la tutora perfecta para educar a la Srta. Labra en lo que respecta a la etiqueta necesaria. Es mejor que le enseñe alguien acogido por la familia real que otro pobre aristócrata. ¿Qué piensas de esto?

— ¡Esa es una gran idea! ¿Qué te parece, Primer Ministro?

—Desde el principio…te he estado diciendo cientos de veces, que dejes de hacer esto, ¿verdad? No, prefiero aplastar este país y encontrar un nuevo lugar para mi familia.

—No digas eso. ¡Esto también es algo bueno para Cardinal!

Mi cabeza estaba en blanco, ya que todavía no podía comprender la situación.

¿Eh? ¿Cómo llegamos a esto?

—Umm… ¿E-Ese es mi castigo?

Broudo sonrió al escuchar mis palabras.

No, no, no, eso no es un castigo, ¡y lo sabes!

Estaba tan nerviosa con todo esto, que justo cuando estaba a punto de decir algo, Broudo colocó su mano en mi cabeza mientras la palmeaba.

—A partir de ahora, Naru es mi prometida. Mis mejores deseos.

— ¿Eh~? Quiero decir, ¿igualmente?

Su alteza Broudo se reía mientras lucía satisfecho; en cuanto a mí, todavía no podía procesar la situación a mi alrededor. Parecía un recuerdo tan incierto, como si hubiera estado escapando al país de los sueños.

2 respuestas a “¿Qué hace una villana? – Capítulo 40: Celebración conmemorativa de los fundadores”

  1. Lo que entendi del papa de la prota: me tienes hasta aqui, cabro, sabes que, los matare a todos, hare una guerra civil, y hundire a este pais ):v

    y vaya, que galan, ese movimiento no me lo esperaba de ti, Broudo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido