Querida “amiga” – Capítulo 4: Ese es tu papel, no el mío

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Odelette respondió con un leve sonrojo en su rostro.

—Me…me gusta el Príncipe Heredero —dijo, y las damas en la mesa emitieron chillidos de alegría.

— ¡Eso es increíble, Lady Odette!

— ¿Crees que tiene interés en ti?

Dorothea, sin embargo, sorbió su taza de té y habló.

—También me gusta el Príncipe Heredero.

El silencio reino en el lugar, pero, era completamente natural. El anfitrión de la fiesta dijo que está interesada en el Príncipe Heredero, pero, otra dama la interrumpió de inmediato y dijo lo mismo después. Dorothea, de alguna manera, logró permanecer en el centro de atención de esta incómoda situación, mantener ese aire de confianza, independientemente, del ambiente tan tenso debía de ser un talento.

Suspiré profundamente en mi interior. La buena y amable Maristella defendió a Dorothea cada vez que esta última hacia esta clase de comentarios absurdos. Ese era el papel que el autor quería que Maristella tuviera: permanecer al lado de la heroína para ocultar sus errores y ayudarla a lograr su deseo.

Pero, soy Oh Mari, no Maristella. No tengo ni el más mínimo deseo de ayudar a Dorothea.

—Oh… —un sonido de sorpresa emergió de los labios de Odelette, luego, ella respondió con una sonrisa cortés —Muy bien,

—Sí, Lady Odelette —dijo Dorothea con orgullo, sin ninguna intención de retirar sus palabras —También me enamoré de él a primera vista…pero, resulta que a Lady Odelette también le gusta, parece que tienes buen gusto.

Dorothea soltó una risita juguetona. Pero nadie más, aparte de ella, se rió, había arruinado completamente el ambiente de la fiesta, pero Dorothea no le dio importancia.

—Sí, Lady Dorothea —dijo Lady Odelette. —Su Alteza, el Príncipe Heredero, es un hombre caballeroso y apuesto. Entonces, ¿cómo podría ser la única que tenga sentimiento por él? Lo que dices es bastante razonable.

Odelette no parecía ofendida, pero, solo estaba fingiendo. En la novela, se relató que había estado muy enojada por el comentario de Dorothea. Odelette sabía que Dorothea no tenía buenos sentimientos hacia ella, de igual forma, a ella tampoco le agrada Dorothea. Sin embargo, el papel de Odelette como villana la hizo odiar más a la otra mujer. Una villana era necesaria en la historia, por lo que, era inevitable.

—Como saben, el Príncipe Heredero está en la edad en la que no puede retrasar el matrimonio. Se está haciendo mayor —Odelette terminó la conversación con una elegante sonrisa —Es mi deseo que se case con una buena pareja, sea quien sea.

—Claro que si, Lady Odelette. ¿No es ese el deseo de todos los nobles? —Dijo Dorothea con otra sonrisa, de mi parte quería gritarle “¿Estás loca, Rothe? ¡Por favor para!” Pero, si lo hiciera, ella, probablemente, diría: “¿Por qué, Marie? Esto es entretenido”. No hay forma de arreglar las cosas con ella.

Odelette hizo una leve reverencia y se disculpó cortésmente.

—Debería ir a otra mesa. Espero que sigan disfrutando de la fiesta.

Mantuvo su elegancia y compostura hasta el final, luego, después de irse, la charla en la mesa continuó. Miré a Dorothea, quien participaba activamente en la conversación. Sin embargo, noté que estaba mirando de mal humor a Odelette, que estaba hablando a una mesa con otro grupo.

Suspiré una vez más. Aunque los acontecimientos no sucedieron como se describió en la novela, el autor había descrito el enfrentamiento entre Dorothea y Odelette como un triunfo para la heroína. Al autor parecía gustarle el momento en que Dorothea confesó su amor por el Príncipe Heredero y humilló a Odelette.

♦ ♦ ♦

— ¿Por qué hiciste eso? —Me preguntó Dorothea cuándo estábamos de vuelta en el carruaje.

— ¿A qué te refieres? —Le respondí.

—La situación anterior —se quejó Dorothea, mientras se frotaba los labios — ¿por qué no te pusiste de mi lado?

— ¿Hablas de cuando mencionaste al Príncipe Heredero?

— ¡Sí, en ese momento!

—Rothe, ¿qué crees que debería haber dicho? —Realmente, me sentía curiosa por su respuesta, que no se describió en el libro.

Ella respondió sin dudarlo.

—Hay muchas cosas. Por ejemplo, Su Alteza Real parecía muy interesado en lady Dorothea, o en realidad, el cabello de lady Dorothea se ve mejor que el suyo, o Su Alteza Real dijo que le gustan las mujeres ricas. Ese tipo de cosas.

¿De qué rayos está hablando está tonta?

— ¿Hablas en serio, Rothe? —Le pregunté con asombro.

Dorothea asintió con la cabeza.

Vaya está completamente loca.

—Si hubiera dicho eso, ambas hubiéramos estado condenadas. ¿Estás loca?

— ¿De qué estás hablando? No dije algo malo.

—Entonces, si no estuvo mal, ¿por qué querías que te defendiera?

— ¿Qué? —Dijo ella atónita.

—No había pensado en ninguna de esas respuestas en el momento, así que ¿por qué no lo dijiste tú misma?

—Ese es tu papel, no el mío, Marie.

— ¿Qué? —Sus palabras fueron como una bofetada.

—Necesito que alguien me ayude —explicó —Si me halago a mi misma en público, obviamente, arruinaré mi reputación.

¿Cómo puede existir esta persona? Parpadeé varias veces con incredulidad, ¿realmente dijo lo que acabo de escuchar? Incluso si Mariestella no fuera ejecutada, habría muerto a causa del estrés. Estoy segura de eso. No, Mariestella incluso reconocería esta situación como estresante en primer lugar ¿no?

Puse una sonrisa falsa en mi rostro.

— ¡Si dices algo como eso con toda confianza, entonces, estoy segura de que tu reputación sobrevivirá, Rothe!

— ¡Sí, pero, aun así, hoy, has sido muy indiferente conmigo, Marie! —se quejó Dorothea, ignorante del montón de insultos que acaba de decir. No puedo acostumbrarme a esta persona. Primero, me pidió que le atara la cinta, y ahora esto.

—Marie, el día de hoy estás actuando un poco extraño —dijo ella.

Las personas anormales son las que ven a las personas normales como anormales. Pero, aún es demasiado pronto para decir eso, así que decidí guardar mi réplica para más tarde. En cambio, le dije:

—Siempre fui así, Rothe.

—No, Marie —Dorothea sacudió fuertemente la cabeza. —No eras así antes.

— ¿Cómo era antes? —Pregunté con genuina curiosidad. Para ser exactos, quería escuchar lo que Dorothea piensa de Mariestella, aunque no esperaba menos que su típica actitud pretenciosa y su enorme falta de delicadeza.

—La antigua tú no era así. Desde que te conozco hasta la última vez que nos vimos, solo te preocupabas por mí, nunca habías actuado de esta manera.

—Todavía solo pienso en ti, Rothe —mentí, pero Dorothea no parecía creerlo. —Te estoy cuidando usando mi juicio más razonable.

—Si realmente me estabas cuidando, ¿por qué solo te quedaste sentada y no dijiste nada para defenderme?

—Lo que tú llamas cuidarte es diferente de mi punto de vista. Lo estoy haciendo a mi manera. Tú haces lo tuyo a tu manera. ¿No está bien?

— ¿Por qué no puedes hacerlo a mi manera? —Insistió.

Hice todo lo posible para ser paciente con ella.

—No soy tú, y tengo mis propios pensamientos. Es perfectamente natural para mí, actuar según mi propio criterio, Rothe. No soy tu muñeca, sino una persona viva. Puedes entender esto, ¿verdad?

Dorothea mantuvo la boca cerrada, como si no pudiera encontrar las palabras para refutarme. Pero, en realidad, lo más probable es que estuviera pensando ¿no puedes vivir como mi muñeca? Para ella, esa mínima cantidad de respeto es suficiente.

—Lady Dorothea, hemos llegado —anunció el conductor del carruaje.

La mansión Bellefleur está relativamente cerca de la mansión Trakos. Sonreí casualmente y me despedí de Dorothea.

—Adiós, Rothe.

—Adiós.

Era sorprendente que todavía tuviera un poco de modales. Dada su personalidad, pensé que me pediría que me callara y me fuera.

Poco después, el carruaje que lleva a Dorothea se dirigió a su casa y, mientras veía desaparecer el carruaje, sonreí. Sabía que ella se apegaría a mí, incluso después de esta ruptura.

Porque Dorothea no puede hacer nada sin Mariestella.

♦ ♦ ♦

—Ah, ¿has llegado, mi señora?

Tan pronto como entré en la casa, escuché la voz alta de Florinda y la vi correr hacia mí.

— ¿Por qué me estás saludando tan emocionada, Florinda? —Pregunté con una sonrisa incómoda.

—Siempre te saludo así —respondió, encogiéndose de hombros, y decidí actuar de la forma más natural posible. De hecho, el mayor desafío para mí, no fue esa ridícula fiesta de té en la que estuve antes, ni ese tumor que se hace llamar mi mejor amiga.

Es esta casa. Casi no había descripción de los alrededores de Mariestella en el libro. Hasta donde puedo recordar, el nombre de Florinda fue mencionado solo unas pocas veces. Debería recibir alabanzas infinitas por lograr recordar un asunto tan trivial.

En cualquier caso, eso es todo lo que sé de la situación, y no tengo idea de las circunstancias en las que Mariestella había crecido, cómo es la atmósfera en la familia Bellefleur, o incluso si tiene hermanos. El autor nunca se molestó en mencionar nada de eso. Solo sé una cosa, que ella no perdió a sus padres a una edad temprana.

— ¡Hermana!

Una extraña voz atravesó mis oídos. Con una expresión perpleja, volví la cabeza hacia el sonido. Una chica de pelo rubio corría hacia mí. Retrocedí unos pasos, sobresaltada, pero, ella no bajó la velocidad. ¿Quién demonios es ella?

Florinda, que estaba parada a mi lado, detuvo a la niña.

—Oh querida, Lady Martina. Se lastimará.

— ¡Pero, estoy muy contenta de verla! —La chica llamada Martina se volvió hacia mí con una expresión alegre. — ¡Hermana, estás de vuelta ahora!

— ¿Eh? Sí

— ¿Estabas con Lady Cornohen otra vez? —Dijo ella, su voz cautelosa.

Quería mentir, pero decidí ser honesta.

—Así es…

— ¡Ugh, la volviste a verla! —La expresión de Martina se arrugó, como si odiara la idea de que me viera con Dorothea. Estudié a esta niña con forma de muñeca, mientras una expresión de molestia aparecía en sus hermosos rasgos. A juzgar por el título con el que se dirigió a mí, está debe ser la hermana pequeña de Mariestella. Por su actitud, puedo adivinar que odia ver a Dorothea y Mariestella juntas, debe haber comprendido la hipocresía de Dorothea desde el principio.

Lástima que Mariestella no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde.

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